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Taehyung salió de la habitación en el momento en que Yoongi entró.
El Alfa se había acercado a su esposo posesivamente, sintiendo sus oídos encantarse al escuchar a su Omega decir que pronto su celo llegaría.
Tomo por sorpresa a su esposo y Jimin río cuando Yoongi hundió el rostro en su cuello y aspiro, para luego dejar un húmedo beso. Aquello le gustó mucho y aunque sabía que sus mejillas debían estar como dos tomatitos, no le importo, pues él se prometió que disfrutaría cada momento cómodo, lindo y cariñoso con su esposo. Su Alfa.
- ¿Cuántos días faltan? - Pregunto Yoongi.
- Quizá tres... Cuatro o cinco días, no estoy seguro. El mes pasado no tuve mi celo, quizá por la cantidad de emociones inesperadas - Comento el Omega, sintiendo cosquillas en su cuello.
- Bien. Es tiempo suficiente - Afirmó el Alfa, para luego estar frente a frente con su esposo.
- ¿Tiempo suficiente? - Pregunto Jimin, acomodando un poco la vestimenta de su Alfa.
- Sí. Debo viajar ahora por la noche a Busan - Ante aquellas palabras, Jimin detuvo sus movimientos y fijo su mirada en su Alfa.
- ¿Busan? - Yoongi asintió - ¿Y... Yo puedo saber por qué irás ahí? Creí que mañana iríamos a Seul.
Yoongi suspiró, tomo la mano de su esposo y lo sentó, para luego él, sentarse a su lado y servirle un poco de té en una taza. El desayuno aún parecía estar caliente por lo cálido que es adentro de la habitación. Hace algunos minutos Taehyung había salido, para darle su espacio a los Reyes.
- Si comes todo frente a mi, te explicaré, ¿De acuerdo? - Jimin asintió, estando de acuerdo.
La pareja de esposos comenzó a desayunar y Jimin sintió que por fin podía disfrutar sus alimentos después de días, pues los días que parecía que se encontraba encerrado en otro mundo muy diferente, no sentía que comiera de verdad, no disfrutaba nada y el día anterior, que pudo disfrutar de su comida, no lo logro. Hasta está mañana.
- Este pan no lo había visto - Comento Yoongi y comió un poco, le gustó la verdad.
- Un señor me lo dió ayer, en el mercado - Explicó Jimin y Yoongi volteó a verlo - Lo siento, se que no querías que tomara comida, pero en verdad se me antojo mucho - Explicó con pena.
- No es que no quisiera que lo tomarás cariño. La verdad es que, prefiero no tomar comida regalada de los pueblerinos, ellos suelen trabajar y luchar mucho por tener un poco de comida, pero para nosotros es fácil tenerla. Cada año, preparó una fiesta en el pueblo, dónde les envío alimentos y muchos regalos, pero ellos lo rechazan.
- ¿Por qué lo rechazarían? - Pregunto un incrédulo Jimin.
- Me odian - Se encogió de hombros el Alfa - No les agrada la idea que todo eso venga de mi parte, piensan que los envenenare o algo así.
- Quizá este año lo acepten - Dijo Jimin con actitud más positiva.
- Quizá si el enunciado dice que es de tu parte, lo acepten - Aseguro el Alfa.
Siguieron tomando su desayuno tranquilamente. Hasta que Jimin se comió lo último de su platillo, el Omega suspiro gustoso cuando se sintió lleno y completo. Yoongi sonrió y limpio la comisura de los labios de su esposo.
- De ahora en adelante nuestros desayunos serán aquí, ¿Bien? Los dos juntos - Hablo Min.
- Me agrada la idea. Pero, ¿Cuando no estés aquí? - Arrugó su naricita.
- Mgh, bueno. Puedes desayunar tu solo o quizá... Solo quizá, dejé que Tae desayuné contigo, lo pensaré - Jimin sonrió, encantado con la idea.
- ¿Ahora sí me dirás por qué irás a Busan y no iremos a Seul? - Pregunto un curioso Jimin.
- Claro. Imposible que lo olvides - Yoongi tomo un sorbo de su café - Necesito arreglar algunos asuntos con tus padres y el recorrido a Seul puede esperar solo un poco. Necesito estar completamente desocupado para iniciar con el viaje a los demás Reinos. Aún no logro terminar todo el papeleo, mi intención es terminar lo importante y dejar las cartas de solicitud para después - Explico.
- ¿Y... No podría ayudarte con las cartas de solicitud? - Pregunto Jimin - Digo, ya que no iremos a Seul aún, tienes mucho trabajo. No sé, puedo ayudarte con ello.
- ¿Seguro? - Pregunto Yoongi - No debes aceptar todas Jimin, hay muchas que son solicitudes absurdas.
- Trataré de no hacer mal las cosas. Solo... Confía en poco en mí, ¿Sí? - Le hizo ojitos y Min sonrió para después morder su labio y soltar un sonoro suspiro.
- Me matarás Omega, un día de estos me matarás - Dijo y Jimin río bajito.
- Entonces... ¿Puedo ayudarte y me dejaras desayunar con Tae cuando no estés? - Jimin pidió, uniendo sus dos manitas y acercándose un poco a su esposo.
El Rey tomo sus mejillas y estampó un profundo beso en aquellos belfos rojizos y apetitosos. Jimin sonrió ante el beso y le regreso el gesto a su Alfa, sorprendiendo a Yoongi ante ello.
- Te dejaré. Solo si me das otro beso, tu a mi - Condicionó Min. Fijando sus ojos gatunos en los dulces de su Omega.
Jimin no dudo en darle otro beso a su Alfa. Pero no contó con que Min se aprovecharía de ello y profundizaría más aquel dulce beso.
- Ansió el momento de poder hacerte mío - Susurro el Alfa sobre los labios de su esposo.
- Entonces... Realiza tu viaje pronto y así... Puedas estar conmigo - Respondió Jimin, tomando una vez más los labios de su Alfa.
Definitivamente aquel lado de su Omega le encantaba al Alfa. Era atrevido, pero solo cuando estaban muy cerca uno del otro y quizá aquel era un efecto secundario del pronto celo del Omega.
Jimin bajaba junto a Tae, los dos iban con la intención de ver un poco el quiosco que ahora pertenece a Jimin y ver qué puede mandar arreglar.
Jungkook se presentó ante ellos y Jimin le sonrió al Alfa, se inclino suavemente ante él y el Príncipe correspondió.
- Perdóname Jimin - Susurro Jungkook - Lamento mucho haberte hecho pasar todo lo que soportaste anoche.
- No tienes nada de que disculparte Jungkookie - Sonrió Jimin y tomo las manos del Alfa - Haz hecho mucho por mi y entiendo que estabas molesto con tu hermano, eso suele suceder. Todo está bien y no quiero que te sientas culpable, ¿Si?
Jungkook suspiró aliviado, sintiendo un enorme peso ser quitado de encima de él. Volteó a ver a Tae con ojitos de cachorrito regañado y el Omega, carraspeó, desviando su mirada.
- Anda Tae, no seas así - Dijo Jimin - Perdonalo, ¿No ves que está a punto de llorar? - Jimin río y Tae le siguió.
- Casi, eh casi - Dijo Jungkook, sonriendo ante los Omegas.
- ¿Por qué... No nos acompañas? - Dijo Tae.
- Sí. Iremos al quiosco, puedes ir con nosotros y pueden platicar un poco más cómodos - Dijo Jimin, de acuerdo con la idea.
Jungkook se unió a los dos Omegas. Yoongi los vió irse, suspiro y nego, después hablaría con su Omega, para explicarle por qué razones no le gusta que Jungkook pase mucho tiempo con Tae. Pero por el momento lo dejaría pasar, solo por esa vez.
Mientras tanto, Jimin salió a la fresca brisa de aquella mañana, se abrazo a si mismo y pronto sintió los brazos de Tae rodearlo y le sonrió a su amigo. El Omega no quería que su Rey enferme, mucho menos cuando acaba de salir de una recaída.
Se dirigieron al quiosco y Jimin se sentó sobre el piano. Mientras un poco alejados, estaban Jungkook y Tae, platicando tranquilamente, sobre mejorar un poco sus diferencias y mantener su distancia cuando sea necesario.
El Rey Omega comenzó a tocar el piano. Llamando la atención de la pareja, quienes se acercaron, cuando ya habían solucionado su diferencia y se les veía más cómodos.
- No sabía que puede tocar el piano majestad - Dijo Tae.
- Puedo tocar el piano, usar una espada, un arco y flecha, se también un poco de balet. Mi lobo es pequeño, pero ágil, es muy veloz, tengo algunas otras habilidades que no todos conocen - Sonrió Jimin.
- Cierto. Cómo la habilidad de la leyenda, ¿Verdad? - Dijo Tae.
- Sí. Una leyenda que quiero que me cuentes por cierto - Dijo Jimin y Tae estuvo de acuerdo.
- Bueno. Se la contaré - Afirmó.
Se dice que hace miles y miles de años. La madre luna deseó poder tener un hijo creado por ella misma en la tierra.
Se dice que en un principio, creo tres, en diferentes lugares y con diferentes familias.
Uno de ellos, el mayor, nació, se crío y creció en una familia adinerada, poderosa y dueños de un enorme imperio. Ese hijo, fue un hermoso y atrayente Omega, al que se le fue dado el don de la belleza, con su cabello blanco como la fría nieve ojos azules como el cielo. Pero muy avaricioso, prepotente y hostil a pesar de ser un Omega.
Este hijo, lo dominó la avaricia, el poder y la sed de venganza y de más. Así que murió en manos de su propia gente, de su mismo pueblo.
El segundo hijo, se crío en una familia de clase media. No eran muy adinerados, pero vivían con lo suficiente. Él, también fue un Omega, al que no se le fue dado el don de la belleza, pero al cual se le dió el don de algo mucho mejor a ello.
La habilidad de poder convertir una simple piedra en un hermoso y deslumbrante diamante. En un inicio era solo diamantes, más nada, cuando el chico descubrió su habilidad, comenzó aprovecharse de ello. Vendía lo que creaba y se lo gastaba en otro tipo de cosas como bebidas alcohólicas y nunca ayudo a sus padres a mejorar sus vidas.
Este segundo hijo, murió en manos de las mismas personas que conocieron sobre su habilidad y creyeron que acabando con su vida, podrían obtener esa misma habilidad.
El tercer hijo, era un hermoso Omega de ojos azules, nacido en una familia humilde, de muy escasos recursos. Él, heredó solo los ojos que la madre luna deseó darle, siendo parte del cielo azul y brillantes, pero también poseía la habilidad de diamante.
El Omega, ayudaba a sus padres, vendía sus diamantes y llevaba comida a su hogar, era muy humilde, amoroso y tranquilo, muy trabajador también. Pero se enamoró de la persona equivocada.
El Omega, se enamoró de un hombre avaricioso, despiadado, escalofriante. Este hombre se aprovechó del amor inocente que el chico sentía por él y lo mató.
El tercer hijo, murió entre los brazos de su único amor, en brazos de la avaricia y el mal.
Al ver cómo acabaron sus tres hijos, la madre luna decidió no enviar más de sus hijos aquel mundo cruel y que esperaría un tiempo para volver a tomar aquella decisión de enviar a sus hijos a un mundo donde jamás los valoran y aprecian.
Pero mil años después. La madre luna decidió enviar al mundo a un nuevo hijo, pero a este le heredó todo lo que que posee. Su belleza y su habilidad de diamante.
El chico era hermoso, un Omega con hermosos ojos celestes, cabello blanco y con pequeños destellos rubios, podía crear no solo diamantes, también perlas, oro. Le era un poco difícil, pero trataba de mejorar. Sin embargo, la madre luna cometió un error.
Ese hermoso hijo, lo envío a nacer en la familia incorrecta. Pues sus padres lo maltrataban física y verbalmente. Lo humillaban, lo despreciaban y lo obligaron a casarse con un Alfa al que jamás amo, vivió amarrado a un hombre al cual despreció toda su vida, hasta el día de su muerte. Pues con el paso del tiempo y ante tantas exigencias de crear más y más joyas, termino deteriorándose lentamente, hasta que murió a una temprana edad.
Trescientos años después. La madre luna decidió que era momento de enviar a un nuevo hijo y así lo hizo. Este quinto hijo, nació en una familia modesta, de medianos recursos, su aspecto físico cambio un poco, pues siempre siendo un Omega, lo envío con cabello rubio, brillante ojos verdes y una sonrisa angelical, pero con un temperamento odioso.
El Omega detestaba seguir órdenes, odiaba que solo lo buscarán por su habilidad, pues el crear joyas, diamantes y perlas era lo que más odiaba hacer, pues eso requería trabajar y él odiaba trabajar. Es así, como se encontró con las personas incorrectas, muriendo muy joven, a manos de soldados que iban en su búsqueda para acabar con su vida por creer que era un fenómeno.
Trescientos años después. La madre luna pensó en enviar a un último hijo, al cual le heredó más que solo belleza o la habilidad del diamante.
Este hijo, nació en un Reino enorme, con unos padres de Reyes, dónde ya se producían las joyas. Lo mantuvieron en secreto la mayor parte de su vida, por su aspecto físico.
Pues él chico se presentó ante las jerarquías como un hermoso Omega. De brillantes ojos azules como el cielo y soñadores, cabello totalmente blanco como la nieve, mejillas sonrojadas como el tono carmesí, de una complexión tierna, baja y adorable. Una voz cálida y abrasadora.
Su habilidad no era solo los diamantes. El Omega podía convertir una simple piedra en una perla, en oro, plata y sobre todo, el zafiro, una preciosa piedra difícil de encontrar.
El Omega creció en una familia abusiva, pues los Reyes detestaban a su hijo menor, aún así, se aprovechaban de él, lo hacían trabajar durante todo el día, sus beneficios eran pocos, lo maltratan física y verbalmente todos los días, así mismo, lo obligaron a casarse con el Rey del Reino más poderoso de todos.
El Omega jamás tuvo una agradable infancia o adolescencia. Su vida a sido triste y agotadora. La duda era, ¿Este Omega último hijo de la madre luna, logro encontrar a su Alfa perfecto?
Mejor aún, ¿Podría lograr vivir más tiempo del que han vivido sus descendientes anteriores?
La leyenda de los hijos de la madre luna siempre han sido un misterio. Lo único que se desea comprobar es si ese último hijo, logrará romper con todas las leyendas fallidas de sus antepasados.
Es así como al último hijo de la madre luna se le conoce por un nombre en particular.
Omega de cristal.
- ¿Tú... En verdad crees en eso? - Pregunto Jungkook.
- No lo digo solo yo. Es una leyenda y no sé si te has dado cuenta pero, solo mira al Rey - Señaló Taehyung.
Jimin estaba aún procesando toda aquella leyenda contada por Tae. Lo único que aún lo desconcertaba, era; si podría vivir el tiempo suficiente para poder demostrar que sí, se casó con su Alfa perfecto.
El Rey Omega bajo su mirada hasta su anillo de matrimonio. Vió aquel hermoso Zafiro azul en su mano y pensó en su esposo, de pronto sintió un enorme deseo de verlo, así que se levantó de su lugar.
- Iré donde mi esposo, ¿Se quedarán un poco más aquí? - Pregunto Jimin, abrigandose bien.
- No, si mi hermano nos encuentra aquí, nos mata - Dijo Jungkook.
- No se preocupen. Yo los cubro y Tae - Llamo - Gracias, yo si creo en esa leyenda - Tomo una pequeña piedrita que estaba sobre el piano, lo encerró en su manito y pronto la abrió, dejando un hermoso Zafiro blanco en las manos de Jungkook - Se que sabrás que hacer con ello.
Jimin le sonrió a un estupefacto Jungkook. Salió del quiosco y Chanyeol fue con él, dejando a un meloso príncipe con un tímido Tae.
En el camino, Jimin sintió que alguien lo veía fijamente, se sintió incómodo, volteó a ver hacía todos lados y no veía a nadie, soltó un sonoro suspiro cuando entro al Castillo, estando en la seguridad de este, se encaminó hasta el despacho de su esposo.
Toco un par de veces y escucho el pase del mayor. Abrió lentamente, pues no había entrado aquel despacho ni una sola vez. Cuando se asomó y Yoongi vió quien era, rápidamente sonrió.
- ¿Qué te trae por aquí cariño? - Yoongi hizo una seña para que su esposo se acercará.
- Quería verte - Respondió Jimin, acercándose.
El Omega se sorprendió mucho al ser jalado con delicadeza y pronto estar sobre el regazo de su esposo, quien lo apreso protectoramente y hundió su rostro en el delicado cuello de su Omega.
- ¿Solo querías verme? - Cuestionó Min, disfrutando del aroma de Jimin.
- Sí - Jimin abrazo a su esposo, sintiéndose más seguro entre los brazos de este - De pronto tuve muchas ganas de verte, por qué se que está noche tienes que irte y no podré dormir a tu lado.
Yoongi dejó un sonoro beso sobre el cuello de su esposo. Le estaba gustando mucho aquel cambió tan drástico de él hacia Jimin, era mucho más agradable.
- ¿Todo está bien? Te siento un poco nervioso - Dijo Min, acariciando la pierna de su Omega.
- Bueno, cuando venía hacía acá, sentí la fuerte mirada de alguien, pero no supe de quién es. Solo... Me sentí incómodo - Comento.
- ¿Mirada de alguien? - Aquello no le gustó a Yoongi - ¿No venías con Jungkook y Tae?
Entonces Jimin se puso más nervioso, arrugó su naricita y nego. Yoongi retuvo el insulto y suspiro.
- ¿Por qué? - Cuestionó.
- No te molestes, ¿Si? - Pidió Jimin, no queriendo temer de la reacción de su esposo.
- No lo haré. Pero solo quiero que entiendas cariño, Taehyung es un sirviente y jamás permitiré que se case con mi hermano, un Alfa de la realeza. Eso no debe suceder jamás.
- ¿Seguro? - Jimin cubrió sus labios cuando hizo la pregunta.
Yoongi frunció el entrecejo y nego, sabía que Jimin intentaría cubrirlos, pero no puede permitirlo.
- Seguro. Así que no quiero darme cuenta que vuelves a cubrirlos, ¿De acuerdo? Solo por ahora lo dejaré pasar, pero si me entero que los cubres una vez más, entonces haré que Taehyung no sea más tu sirviente personal y lo enviaré a otro de los palacios, ¿Entiendes?
- Entiendo - Puchereo Jimin.
- Ven aquí - Yoongi lo beso, cálido, tierno y amoroso. Siendo correspondido al instante.
¿Las cosas podrían mejorar aún más entre la pareja? ¿O tendrán que enfrentar algo aún más grande? Para por fin darse cuenta que jamás podrán vivir uno sin el otro.
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¡Hola amigos!
¿Qué les pareció este capítulo?
Espero que les haya gustado mucho. Por fin les dejé la leyenda, recuerden que es una leyenda creada por mi persona no es por la temática de Omegaverse. Aún así espero que haya sido de su total agrado.
Yo estoy amando ahora a Yoongi. Pero el drama apenas inicia.🤭
No sé me acostumbren a un capítulo por día mis chiquillos. Por ahora estoy así, porque tengo tiempo para escribir, editar y publicar, pero cuando inicie mi trabajo, será un poco difícil🥺
Sin más que decir... ¡Nos leemos pronto chiquillos!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐
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