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Llegando al Castillo. Yoongi bajo primero y en esta ocasión, ayudo a su esposo a bajar.
Jimin le sonrió en agradecimiento y cuando bajaron, el Omega noto que ya había oscurecido y que el clima estaba más frío de lo usual en aquella noche.
- El invierno está por irse, así que tendremos unos días más fríos, luego vendrá una agradable primavera - Comento el Rey - Lastimosamente no podremos disfrutarlo.
- ¿Por qué? - Pregunto Jimin, mientras entraban al Castillo.
- Viajaremos a Seul en dos días, ¿Recuerdas? - Jimin asintió, mientras frunció levemente su naricita - Pero la buena noticia, es que en Seul hay un agradable clima. Se que te encantará.
- Estoy ansioso de poder ir - Jimin sonrió brillante.
- Majestad - Llegó Tae para cambiarle el abrigo de calle por uno más cálido y Jimin aceptó con gusto.
- Por cierto. ¿Estaría mal si utilizó la cocina? - Pregunto Jimin al Alfa.
- ¿Para que querrías utilizar la cocina? - Cuestionó el Rey Alfa - Si necesitas algo, solo pídelo.
- Bueno. Es que, me gusta cocinar y pensé que... - Las mejillas de Jimin se sonrojaron levemente - Querrías que preparé algo para tí - Yoongi sonrió ladino y desvío su mirada hacía otro lado, mordió suavemente su labio inferior, al sentir una punzada en su pecho por el exceso de ternura del Omega.
- Siendo así. Estaré ansioso de poder probar lo que prepares - Dijo Min y Jimin le mostró un hermoso eyesmile.
- Gracias - Jimin chilló de emoción. Yoongi simplemente río encantado, dejo un beso en los labios de su esposo y el Omega lo acepto gustoso.
- Ten cuidado, ¿De acuerdo? - Jimin asintió eufórico.
El Alfa se retiró a su despacho y un emocionado Jimin en dirección a la cocina, con Tae tras él, para cuidarlo y hacer cumplir la autorización del Rey líder, de que el Omega Rey puede utilizar la cocina.
Mientras que la pareja de esposos, padres de los Min. Habían presenciado toda la escena desde el balcón de los escalones. Se voltearon a ver con evidente descontento e irritación por las nuevas facetas que estaban conociendo de su primogénito. Jamás habían visto a Yoongi tan sonriente y mucho menos cumpliendo los caprichos de nadie.
Incluso se negaba aceptar que el Min menor, este embelesado con un sirviente, pero al mocoso Omega ese, le aceptaba y permitía todo, esos y muchos otros pensamientos desagradables, pertenecían a los antiguos Reyes.
- Hee-Chul - Llamo Min Ki-Joon.
- Majestad - Se inclino ante sus Reyes. Kim Hee-Chul, era el guardia personal de los antiguos Reyes, un hombre de avanzada edad, similar a la de los antiguos Reyes, que los seguía llamando como si ellos aún fuesen los actuales Reyes de Daegu. El hombre siempre mostrandose leal ante estos.
- Dime. ¿Es cierto que Yoongi le permitirá al mocoso de practicar con el arco y flecha? - Pregunto Ki-Joon.
- Así es majestad. El Rey Min dió su autorización, dijo que el Rey Jimin podrá practicar cada día, siempre y cuando sea al lado de su alteza real, el Rey Min.
- Ya veo - Dijo el hombre y volteó a ver a su esposa - Sería una lastima que una flecha perdida impactará con el Rey, ¿No es así querida?
So-Yeon sonrió estando muy de acuerdo con su esposo. Pues ella no descansará hasta acabar con aquel Omega que llegó a obstaculizar todos sus planes.
- Prepará todo para el entrenamiento de mañana Hee-Chul - Ordenó el antiguo Rey.
- Como ordene majestad - Acepto el guardia.
- Una cosa más - Detuvo So-Yeon - ¿Trajiste lo que te pedí? - Pregunto.
- Así es majestad. Lo cargo conmigo, estoy por enviarlo a correos - Respondió el guardia.
- Apresúrate. Quiero que Chungha este aquí antes de que mi hijo deba irse a Seul con ese mocoso - Dijo la mujer.
- Ni siquiera creo que vaya - Interrumpió Ki-Joon - Recuerda querida. Mañana podría tener fin la vida de ese niño. Así Chungha, podrá estar para consolar a nuestro hijo.
La pareja sonrió estando más que satisfechos con sus planes. Heechul se inclino ante los antiguos Reyes y se retiró, para cumplir con las órdenes de estos.
Por otro lado. Un Jimin sonriente se encontraba en la cocina, preparando la cena de aquella noche.
- ¿Cómo es que aprendió a cocinar tan bien majestad? - Pregunto Tae, mientras ayudaba en lo que podía.
- En busan, solía preparar los alimentos de mis padres y hermano la mayor parte del tiempo, Jinnie Hyung siempre halagaba mi cocina, aunque mis padres se quejaban de lo mismo, pero rara vez dejaban el plato vacío.
- Eso demuestra lo mucho que se preparó - Comento el Omega peligris.
- Lo sé. La verdad es que me gusta mucho, no es algo que desee hacer todos los días, pero un par de veces a la semana no estaría mal - Comento.
Habían logrado utilizar la cocina sin problema alguno. La cocinera se la cedió a su Rey sin refutar una sola vez, pues ella encantada de tener un pequeño descanso de la cocina al menos una noche, así que se la dejó limpia y con todo lo necesario a su alteza. Aunque se quedó cerca por si él, necesitará un poco de ayuda, lo cual, no fue necesario.
De pronto un hambriento Jungkook entro a al cocina, sintiéndose atraído por el olor que incluso llegaba hasta los pasillos del Castillo, sintió su estómago rugir y sin dudar una sola vez, pensó en ir atacar a la señora Cha por un poco de comida antes de la cena oficinal.
Pero quedó totalmente sorprendido al ver a Jimin con un delantal cocinando muy cerca de la cocina de leña, junto a un Tae con un poco de harina en la mejilla y muy de cerca ayudándole a su alteza.
- Yo debo estar soñando - Dijo Jungkook al entrar.
- Oh, Jungkookie, que bueno verte. ¿Tienes mucha hambre? - Pregunto.
- Mucha, pero... ¿Qué haces aquí Jiminie? ¿Cómo es que el hogro de mi hermano te dejo entrar aquí? - Tomo asiento en un enorme mesón frente a los Omegas.
- Bueno, no fue difícil para el Rey - Respondió Tae al ver el calor en las mejillas de su alteza - Parece que el Rey Min comienza a caer ante los encantos del Rey Jimin.
- Tae - Susurro el Rey Omega. Intentando bajar el sonrojo de sus mofletes.
- Me alegra que mi hermano comience a comportarse como se debe contigo Jiminie. Me dijeron que no subieron a la tarima, que se vinieron al Castillo cuando terminaron su recorrido por el mercado, ¿Todo bien? - Pregunto Jungkook, tomando una fruta del cesto.
- Sí. Pero yo tampoco se que sucedió, todo parecía ir bien, pero pronto él se molestó por algo, aún no se que fue, por eso nos regresamos - Respondió Jimin, probando lo que había hecho.
- Luego le preguntaré a él - Dijo el Principe - ¿Puedo probar yo? - Pidió un ansioso Jungkook y Jimin muy sonriente acepto.
- Ten, llévale un poco - Jimin le dió un cuenco con un poco de lo que preparó a Tae, para que le llevará a Jungkook.
El Omega muy animado le llegó un poco de aquel caldo a su mimado Alfa y le dió de probar. Jungkook no pudo mantener sus manos quietas y las coloco en las caderas del Omega y le daba un pequeño sorbo al caldo.
Jimin sonrió al lograr su objetivo. Él sabía que había algo entre aquellos dos, la forma en que se trataban era muy diferente al trato de Jungkook hacia los demás sirvientes.
El día que pasaron en la biblioteca alguna horas los tres juntos. Noto que solo se daban miraditas, mientras Jungkook le explicaba a Jimin algunas reglas específicas de Daegu. El Alfa no dejaba de ver a su sirviente y Jimin solo pudo disfrutar de aquel amor tierno entre ambos.
Cómo en ese momento. Jimin dió media vuelta, para revisar si el postre que también estaba preparando, ya estaría listo. En el momento en que intento sacar la bandeja, con algunos pañuelos para no sufrir alguna quemadura, escuchó un fuerte grito que lo espantó, logrando que se quemará un poco en uno de sus dedos.
- ¡Min Jungkook! - Llegó el Alfa Rey.
Jimin se espanto ante el grito de su esposo, dejo caer por error la bandeja al piso con las galletas que había preparado y aquello llamo la atención del Alfa Rey.
El Alfa se acercó rápidamente hasta su esposo y vió como este metía su manita lastimada en un cuenco con agua. Mientras mostraba un leve puchero en sus labios, Min se acercó hasta él, poso su mano en la espalda baja de su esposo y tomo su rostro para verlo a sus ojitos.
- ¿Te lastimaste cariño? - Pregunto el Alfa.
- Solo fue una leve quemadura, ya se me pasará - Respondió el Omega - ¿Por qué... Gritaste? - Se atrevió a preguntar el Omega.
Entonces Yoongi regreso su mirada hasta su hermano menor y noto como este ya se encontraba de pie con Tae tras su espalda y bueno, la vestimenta de Jungkook, un poco manchada, pues ante la sorpresa y el susto que el Alfa ocasionó con su grito, Tae tiro el plato con sopa y cayó sobre el Príncipe Alfa.
El Alfa Rey suspiro ante aquello. Pero no podía soportar ver a su hermano con un sirviente y parecía que estos jamás aprenderían por las buenas.
Jimin entendió la mirada fría y molesta del Alfa hacía Jungkook y Tae. Pensó en una forma de poder persuadir al Rey y que no siempre se moleste por qué aquel par estén juntos.
- Yo le pedí a Tae que le llevará un poco - Dijo Jimin y Tae se aterro cuando su alteza comenzó a culparse - Fue mi error, déjalos, ¿Si? - Pidió Jimin.
El Alfa Rey entonces desvío su mirada molesta hacía su esposo y entendió entonces que quizá este intentaría ser el escudó de aquel par y eso no podía permitirlo. Ni en sueños o sus más grandes pesadillas, permitirá que aquel par tenga algo.
- No te entrometas en esto Jimin - Demandó el Alfa - Suficiente he tenido con cumplir tus deseos y caprichos el día de ahora, no te pases de esa confianza, ¿Entendido? - Ordenó.
Jimin asintió, regresando la mirada a su mano solo un poco rojiza, pero un daño menor.
- Deja esto, que terminen los sirvientes que para eso están - Demandó - Vamos al comedor ahora.
Jimin suspiro, se quitó el delantal y solo pudo ver con un puchero en sus labios, la mitad de sus galletas en el piso, algunas destrozadas y solo una de las bandejas aún adentro.
Cuando estaban por salir de la cocina, Jimin logro ver cómo la cocinera sacaba la otra bandeja, pero la mayoría parecía que se habían quemado por pasar mucho tiempo dentro, así que sintiéndose un fracasado por intentar cocinar, solo bajo su mirada y siguió a su esposo.
Estando todos en su lugar en la mesa del comedor y la cena comenzando a ser servida. Los antiguos Reyes llegaron y sintieron el exquisito olor a la comida, pero ellos sabían que Jimin es quien se encargó de la cena aquella noche y no dejarían pasar la oportunidad de arruinar los alimentos del Omega una vez más.
Así que cuando So-Yeon estaba en su lugar, le chasqueo los dedos a la misma empleada de aquella mañana y está comprendió. Mientras Jimin intento animarse un poco, sobre todo cuando Yoongi comenzó a comer y pareció que le gustó mucho.
- Sabe bien - Afirmó el Rey - Supongo que puedo acostumbrarme a esto - Dijo sin más y Jimin sonrió.
Jungkook se sentía molesto e incómodo con su hermano, más aún cuando había ordenado que Tae se retirará aquella noche, que el Rey Omega no lo necesitaría más aquella noche. Razón por la cual, sentía que ya no tenía apetito. Sin darse cuenta que Jimin había notado aquello y el Omega pensó que en verdad su comida estaba muy mala.
- Esto huele asqueroso - Dijo Ki-Joon y Jimin solo pudo hacer puño sus manos bajo la mesa.
- Cierto. ¿Quién le dió el menú a la cocinera está noche? - Dijo So-Yeon - Lo hizo muy mal.
- Jimin cocino, ¿Algún problema con ello? - Cuestionó el Rey Alfa.
- Oh, ya decía yo. Esto no podía ser obra asquerosa de la cocinera - Se burló la mujer.
- Basta - Dijo Yoongi, haciendo callar a sus padres.
Entonces el Rey Alfa presenció, como el platillo de su esposo era cambiado por algo diferente, algo que si parecía repugnante y de muy mala clase. Frunció el entrecejo ante el desconcierto que le causaba el hecho que hayan cambiado el plato de su esposo.
- ¿Por qué pediste que te cambien la cena? - Pregunto Yoongi a su esposo, pero este no levantó la mirada, pues comenzó a sentir náuseas y malestar por ver aquel platillo que le traía muy malos recuerdos.
El Omega sintió su cabeza doler. Su estómago se contrajo ante el malestar, sus ojitos se nublaron y sus nudillos se volvieron blancos por mantenerlos hechos puños, por el enojo, molestia y humillación.
- Yo pedí que se lo cambiarán - Hablo So-Yeon, sin miedo alguno.
- ¿Por qué demonios harías algo así? - Pregunto un enfadado Yoongi.
- No empieces madre - Advirtió Jungkook.
Pero el Príncipe Omega se sentía muy molesto con su hermano mayor. Así que pensó en darle una cucharada de su propia medicina, por hacerle tantas humillaciones y desprecios a su bonito chico, pensó en vengarse, sin darse cuenta, que el único lastimado sería Jimin.
- ¿Qué quieres decir? - Yoongi se dirigió a Jungkook, pero este lo ignoro - Dime de una vez madre. ¿Por qué harías algo como esto? - Cuestionó.
El Rey Omega se sentía tan mal, quería llorar, sus ojitos ya estaban demasiado empañados por el pronto llanto. Pero intentaba retenerlo todo lo que podía, pero tener frente a él y tan cerca aquel platillo le estaba causando graves estragos. Sobre todo por qué no había probado comida todo el día.
- ¿Por qué más lo haría hijo? La querida madre de Jimin, me dijo en una carta que es el platillo favorito de tu esposo y que es una estricta dieta que él mismo se impuso para poder bajar de peso y sobre todo, hacer desaparecer esas horrorosas mejillas - Respondió la mujer.
Yoongi estaba furioso con su madre. ¿En qué momento comenzó a comunicarse con la Reina de Busan para que ella sepa toda esa sarta de mentiras?
- ¿Horrorosas mejillas? - Cuestionó Yoongi con enojo - ¿Qué quiere decir mi madre Jimin? ¿Es eso cierto? - Pregunto al Omega, quien no podía articular palabra alguna - ¡Te estoy hablando Jimin!
El Omega dió un salto del susto y por más que intento retener sus feromonas a miedo, no pudo. Cerro fuertemente sus ojitos cuando Yoongi dejo ir un fuerte golpe sobre la mesa y las primeras lágrimas fueron derramadas por el Omega. El Alfa enfureció más por ello, se levantó de golpe y tiro el platillo que Jimin preparó al piso, logrando así, intimidar más al menor y romper su corazón.
- ¡Largo todos de aquí! - Ordenó el Rey. Los antiguos Reyes se fueron sin ningún problema, sonriendo victoriosos por su cometido - ¡Largó! - Gritó hacía Jungkook.
El Alfa menor de pronto comenzó a sentir remordimiento, sobre todo cuando vió el estado de Jimin, pero ya no podía decir nada, mucho menos cuando veía con aquel temperamento al mismo Yoongi. Jungkook salió, dejando aquel comedor hecho un desastre, con un Jimin intimidado, asustado y con sus mejillas bañadas en lágrimas. Y con un Yoongi furioso y con la ira apoderándose de él.
- Te hice una pregunta Min Jimin y solo quiero... Que levantes la cabeza ¡Y me respondas maldición! - Exigió el Alfa.
El Omega abrió sus ojos nuevamente, vió el desastre de su comida en el piso, pero aquel platillo frente a él, aún intacto. Se sintió mareado, atormentado y los gritos de Yoongi le hacían un bono extra a su malestar.
- Jimin... Con un demonio. Responde - Exigió demandante el Alfa con su voz de mando.
- N-o... - Susurro el Omega con dificultad.
- ¿No ordenaste esto? - Señaló el plato y Jimin negó - ¿No es verdad la maldita dieta que mi madre dijo? - Jimin volvió a negar - Entonces... ¿Tú madre te lo daba en busan? - Jimin asintió lentamente - ¿Por qué?
El Omega sentía como el aire se le iba, le dolía el pecho, su lobo estaba escondido nuevamente, su corazón dolía y solo quería regresar a ese momento en que Yoongi es paciente y cariñoso con él.
- P-or qué... Decía que Y-o... Estaba d-emasiado gordo y... Que j-amás nadie se f-ijaría en un O-mega horrible con mejillas g-ordas y feas, como las... m-ías.
Yoongi hizo puño sus manos. Se volteó y soltó un grito de rabia, que hizo erizar los vellos de la piel del Omega, sintió un mareo tan insoportable. Se puso de pie, con la intención de retirarse, por qué no podía con tanto.
El Alfa escucho la silla moverse, se volteó y vió como Jimin salía de su asiento, pero se tomaba de esta misma. Cuando el Omega quiso dar un paso, comenzó a desvanecerse y Yoongi rápidamente, corrió hasta él y lo tomo entre sus brazos. Se aterro al verlo pálido, con sus manos y mejillas frías.
- Jimin - Llamo pero este no respondía - Jimin, responde, vamos despierta cariño - Pero nada funcionaba - ¡Jackson! - Grito a su guardia y este llegó muy pronto - Llama al doctor Tuan, lo quiero lo más pronto posible aquí - Ordenó
El Alfa cargo a su esposo y sin dudar se lo llevó hasta su habitación, con un asustado Jungkook detrás. Pues él Alfa menor se había quedado afuera, esperando por su hermano y cuñado, sintiéndose muy culpable por no decir antes que todo eso era culpa de su madre para molestar a Jimin y que en realidad, aquel platillo es el que más detesta Jimin.
Cuando entraron a la habitación, Yoongi recostó a su esposo en esta y comenzó acariciar su rostro, sintiéndose muy aterrado de verlo tan pálido.
- Yoongi... - Llamo Jungkook, pero aquello hizo efurecer más al mayor.
- Vete Jungkook... - Pero el menor hizo caso omiso - ¡Vete maldición!
El Príncipe Alfa salió, deseando que todo esté bien con Jimin, sabiendo que cometió un error al dejarlo sufrir aquello, pues él sabía que sus padres hicieron aquello para evitar que Jimin coma, pues saben que el Omega no había probado bocado alguno en todo el día.
En cuanto a Yoongi, envolvió a su esposo en las sábanas, sintiendo sus manos muy heladas. Intento acercarse más, para darle de su mismo calor corporal.
Suspiró, pues todo había marchado bien en todo el día. Pensó que por fin podría controlar su temperamento odioso y pesado, pero no era así, en el primer error, alzó la voz hacía Jimin y se salió todo de control.
¿En algún momento el Alfa Rey podrá controlar sus impulsos?
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¡Hola amigos!
¿Qué les pareció este capítulo?
Todo iba bien, ¿Qué pasó Yoongi?🥺 Bueno, aún así esperó que les haya gustado el capítulo chiquillos.
Sin más que decir... ¡Nos leemos pronto!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐
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