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Una semana había pasado desde que Jimin desapareció y fue encontrado en la torre del Castillo.
Una semana desde que sus emociones desaparecieron, al igual que su aroma y el hermoso brillo de sus ojos azules que ahora, son de un triste tono oscuro.
El Omega soportaba humillaciones, gritos de frustración de parte de Yoongi, soportaba órdenes y cualquier demanda de parte de su Rey. Pero no sé negaba, no cuestionaba, no se reprimia o temía, solo acataba órdenes y hacía lo que su Rey le ordenaba.
Nadie lograba sacar una sola palabra del Omega, ni siquiera Tae, quien se estaba rindiendo y solo estaba acoplandose a la personalidad fría de su Rey Omega.
Mark, quien lo había revisado, solo pudo explicar que era una reacción de defensa del mismo Jimin. Que tal parece, lo hizo en contra de los deseos de su lobo, es por ello que no se mostraba interesado en nada, tampoco dejaba salir su aroma o emociones.
Era como un Omega reprimido y sumiso.
El Alfa Rey había tenido que retrasar la visita al Reino de Daegu por evidentes razones. No pretendía llevar a su esposo en aquel estado, pero no podía más. El siguiente día, debía llevarlo a como de lugar, pues es tradición, que los nuevos Reyes hagan un recorrido iniciando por su Reino y una semana después, sigan por los demás Reinos.
Un recorrido que debe dar inicio sin importar el estado actual del Rey Omega.
- Si tan solo te preocuparas por intentar ser más amable y cariñoso con él. Tal vez solo así, Jimin vuelva en sí - Refunfuño Jungkook a su hermano.
Mientras se encontraban en la mesa del comedor. Antes de tomar la cena.
- Deja de decir tonterías. No pienso hacer eso, ademas, pienso que es mejor así, no molesta y solo acata órdenes, incluso deja de fastidiarme con su aroma - Dijo el Rey Alfa.
- Como quieras. Pero admite que el aroma de Jimin había dejado paz y tranquilidad a este lugar - Contesto el Alfa menor.
- Hablas como si él, no estuviese enfrente - Bufó Yoongi.
- Hablo frente a él. Por qué estoy casi seguro que no debe estar entendiendo que digo - Gruño Jungkook - ¿Sabes qué? Mejor me voy. Estar a tu lado me irrita.
El Alfa se levantó y se fue. No podía soportarlo más, a veces ver a Jimin con aquella nueva presencia, era como ver otra versión de su hermano y lo abrumaba. Prefería al Jimin risueño de antes. Aún cuando solo tenía poco tiempo de conocerlo.
En cuánto a Yoongi. Volteó a ver a Jimin quien parecía tomar su desayuno como si nada, incluso noto como el cabello de este comenzaba a perder su brillo y oscurecerse, aquello ya no le agrado y supo que debía hacer algo.
- Vete y déjame con mi esposo, yo lo llevaré a nuestra habitación - Ordenó a Tae.
- Como ordene majestad - El Omega se retiró.
- Vámonos a la habitación Jimin - Ordenó y el Rey Omega. Pronto dejó sus alimentos y se puso de pie, para comenzar a caminar tras el Rey.
Jimin parecía un maniquí, como una máquina que solo cumple órdenes, no era él mismo, era como si hubiese sido poseído por algo y solo acatará órdenes sin más.
Cuando entraron a la habitación. El Omega se quedó de pie al centro de esta misma, mientras que Yoongi suspiró cansado de verlo de aquella forma, así que salió a la terraza por un poco de aire, un par de segundos después, Jimin estaba a su lado.
Con sus manos entrelazadas entre sí, su mirada fija en el oscuro paisaje que el Castillo le regala. Yoongi lo observó un segundo, noto como los ojitos de este le pedían a gritos por un poco de ayuda, pensó que quizá se estaba volviendo loco por imaginar cosas.
- Creer en leyendas absurdas es de idiotas pero... ¿Qué tal y si en verdad eres la realidad personificada de esa leyenda? - Hablo el Rey líder, sin despegar la vista del Omega - Quizá... No sea mentira que eres hijo de la luna, ¿No?
Entonces Min, se posicionó delante de su esposo, lo observó un par de segundos y como este solo le mantenía la mirada fija, sin ningún tipo de brillo o sensación, ya ni siquiera el aroma a miedo o aquella sensación de nerviosismo desprendía el Omega y Yoongi sabía que todo era su culpa.
Pero era demasiado engreído, egoísta y orgulloso para aceptarlo.
- Si en verdad me gustará que estés así. No estaría pensando en soluciones para regresarte a quien eras - Susurro el Alfa.
Después de palabras. Atrajo hacia su pecho al Omega, lo abrazo dulce, cálido y cariñoso, enterró su rostro en el cuello de Jimin y suspiro lento, para luego dejar un húmedo beso sobre su cuello. Así mismo, trato de soltar sus feromonas y envolver con ellas mismas por completo al Omega.
- Regresa a mí. Por favor... Necesito que vuelvas a ser el antiguo tú. Aún si eres temeroso, nervioso o asustadizo, necesito que regreses a ser el Omega que conocí. Regresa a mi, hermoso. Por favor.
El Alfa susurraba en el oído del Omega. Rogándole que fuese el mismo de antes, que lo necesita. Mientras seguía envolviendolo en un cálido abrazo, dejando que sus instintos salieran, así como los de su lobo. Quién se encontraba ansioso por poder sentir nuevamente el dulce aroma de su Omega.
Entonces El Alfa fue plenamente consciente de una muy lejana e imperceptible luz que apareció entre ambos. Pero no soltó al menor, reforzó su agarre y siguió pidiendo que regresará. Lentamente, Min comenzó a sentir como el aroma de Jimin empezaba a brotar, de poco a poco, hasta que este se esparció por el cuerpo del Omega y lentamente soltaba feromonas.
Hasta que un desgarrador llanto se dejó escuchar. Los brazos de Jimin se elevaron y abrazaron fuertemente al Alfa, con miedo de ser soltado. El llanto del Omega logro que el Alfa sintiera un gran alivió en su pecho, aún así, no lo soltó, solo se alejo lo suficiente, sin romper el abrazo, para poder ver el rostro de su esposo.
Aquellos hermosos ojitos azules estaban de regreso, su cabello volvía a ser el mismo brilloso de antes y completamente blanco, así como el brillo en sus ojitos se mostraba una vez más, con sus mejillas sonrojadas y bañadas en lágrimas.
- Estás de regreso cariño. Si eres tú - Afirmó Yoongi mientras limpiaba las lágrimas del Omega.
Jimin no pudo articular palabra alguna, solo pudo asentir y refugiarse nuevamente entre los brazos de su esposo. Siguió soltando todo el llanto que había estado reteniendo, que lo había mantenido oculto y encerrado como en un limbo sin salida. Un lugar oscuro y tenebroso que le evitaba escapar y soltar sus emociones, que no le permitía expresarse como es.
Pues el mismo Jimin le exigió a su lobo que dejará de desprender su aroma por qué a su esposo le molestaba. Con aquello, su lobo acató la orden y dejo de desprender su aroma. Logrando así, que Jimin perdiera su esencia y fuera encerrado en una habitación oscura y sin emociones.
Sin embargo, su esposo y Alfa, lo saco de aquello. Al rogarle que regrese, que vuelva a ser el mismo de antes, su lobo lo escucho, lo deseo, con la misma intensidad que Alfa y Omega.
Es así, como Jimin regresaba a ser él, después de haber pasado una semana encerrado en un mundo oscuro.
- Lamento haberte insultado y humillado cariño. Pero no vuelvas a irte de esta forma Jimin, ¿De acuerdo? - El Alfa tenía un tono de voz bajo, cálido y reconfortante.
Jimin solo pudo asentir y suspirar tembloroso ante su llanto, el cuál poco a poco se iba calmando. Conecto sus ojitos con los gatunos de su esposo e involuntariamente mostró un puchero.
Yoongi por su parte, no pudo evitar mostrar una leve sonrisa ante el encanto de su esposo y de lo verdaderamente aliviado que se sentía de poder verlo tal y como es y sobre todo. De poder sentir su aroma natural.
- Tranquilo cariño. Todo está bien ahora - Aseguro el Alfa y Jimin asintió.
El Rey Alfa no perdió el tiempo, en atraer los labios de su esposo hacía los suyos e iniciar un profundo y necesitado beso entre ambos. Uno que no solo el Alfa estuvo deseando, también el Omega y es que Jimin por muy dolido que se sienta aún por el último trato que su esposo le dió. No podía evitar sentirse adicto a sus labios.
El beso se profundizó un poco, logrando así que ellos deseen más. Min bajo un poco sus manos, dejándolas en la espalda baja de su esposo, los suspiros entre chasquidos eran un sonido glorioso para el Alfa, quien lentamente comenzó a encaminar al Omega hasta la recamara.
Jimin solo se dejó llevar, apretando la ropa de su esposo entre sus manos. Sintiendo necesidad de más, pero al mismo tiempo, sintiendo miedo de ello.
Cuando llegaron a la cama y el Alfa recostó a su esposo sobre esta misma, posicionándose sobre él, fue cuando Jimin entro en sí y se negó a seguir. Corto el beso con su esposo y Yoongi entendió.
- Solo por hoy cariño. Me detendré, por qué se... Que no te sientes bien aún, pero el día en que debamos consumar nuestro matrimonio llegará pronto, ¿Si? - El Alfa hablo bajo, casi sobre los labios del Omega, tan cálido y demandante, que Jimin no fue capaz de negar y tampoco es que lo haría.
Asintió lentamente y suspiro cuando su esposo se levantó y se dirigió al baño. Jimin solo pudo hacerse bolita, y sentir como su corazón bombeaba desenfrenado.
Unos minutos más tarde. La pareja de esposos se encontraba recostados en su cama matrimonial. Jimin con sus enormes pijamas que ahora le causan gracia al Alfa y este último solo con un pantalón de pijama.
Yoongi tenía sus manos tras su cabeza, mientras veía fijamente al techo, mientras Jimin, se encontraba con la sábana hasta su abdomen, sus manos sobre su estómago y parpadeando por el sueño que comenzaba a llegar.
- ¿Por qué tú aroma desapareció? - Pregunto Yoongi - Incluso tú... Parecía como si también hubieses desparecido.
- No lo sé... - Respondió en susurros el Rey Omega - Le exigí a mí lobo que dejará de soltar nuestro aroma natural, pero cuando lo hizo... Me encontré encerrado como en un limbo, sin salida.
- ¿Por qué le pedirías a tu lobo que repriman su aroma? - Pregunto un incrédulo Min.
- Por qué... - Jimin bostezo - Usted... Lo odia.
Yoongi frunció el entrecejo y volteó a ver al Omega. Pero este pareció que cayó rendido ante los brazos de Morfeo, soltó un sonoro suspiro y recordó.
Efectivamente. Él, le dió a entender a Jimin que odia su aroma, pero detesta sentir el miedo del Omega hacía él y parece que este lo tomo muy en serio y no lo culpa. Sabiendo que Jimin tiene una habilidad nada común, no le extraña que haya logrado encerrarse a si mismo en un limbo para protegerse.
Sin embargo, es consciente que aquello no debe ocurrir nuevamente, pues no pretende que Jimin se encuentre en ese estado, estando alejado de él. No sería nada favorable o agradable que sus enemigos quieran acabar con su esposo de esa forma. Así que sabe, debe tener cuidado.
Pues ya salió uno de sus enemigos a flote y presenció cuando Jimin hizo un diamante, descubrió su secreto, no podía arriesgarse a que alguien más lo sepa. Afortunadamente lograron acabar con el imbécil, nadie más que su gente de confianza sabe sobre la habilidad de Jimin, entre ellos Chanyeol y Taehyung, que son los sirvientes personales del Rey Omega.
Aún así, debe tener cuidado. Proteger a su esposo, pero con sus actitudes y forma de ser, eso será difícil, pues Yoongi no siente amor por nadie, jamás lo sintió y demostrar sus emociones es muy difícil. Puesto que considera que un Alfa como él, no debe sentir ningún tipo de emoción o debilidad ante nadie.
Pero quizá Jimin... Sea su primer debilidad.
Ya que Jungkook, es su hermano Alfa y sabe que este se puede defender solo. Pero Jimin no, su esposo es demasiado delicado, desearía mantenerlo dentro de una cajita de cristal, dónde nadie pueda tocarlo, ya que su Omega es tal como un cristal.
Delicado, frágil, sensible, transparente, brillante y hermoso.
Después de admirar la belleza que posee su esposo por unos minutos. Cerro sus ojos y decidió dormir un poco, pues para el siguiente día, tiene muchos planes, que ya no pueden ser retrasados más tiempo.
La mañana llegó y como siempre, el Alfa se levantó temprano, para iniciar su día, ya que esa misma tarde tenía el recorrido por el pueblo de Daegu junto a su esposo.
Tomo un baño de esponja, luego se cambió él solo y se preparó para su día, pues él odiaba la idea de tener un sirviente personal, sentía que no iba con él. Cuando salió del tocador, vió a Jimin aún dormir, se acercó a la cama y tomo asiento en la orilla. Llevo su mano hasta la frente del Omega y suspiro, le alegraba que su anterior estado no haya dejado ningún tipo de daño físico en su esposo.
- Descansa bien... - Murmuró, para luego levantarse y retirarse de la habitación.
Aproximadamente quince minutos después. Jimin despertó, se sintió muy descansado, los últimos días sentía que no dormía, su cuerpo parecía estar reposando, pero él seguía conciente dentro y deseando salir de aquel lugar tan oscuro, así que ahora sentía que había descansado lo suficiente.
Se levantó y estiró un poco. Noto, como siempre, que su esposo ya no estaba a su lado, sabía que Yoongi se levanta muy temprano por las mañana para entrenar antes de iniciar su día laboral.
El Rey Omega se levantó y se colocó una bata de su pijama, salió a la terraza de su habitación. Y desde donde se encontraba, pudo ver toda la parte delantera del Castillo, la mañana apenas iniciaba y todos parecían despertar y prepararse para un nuevo día. Jimin sonrió levemente.
A pesar del trato frío y lejano de su esposo, él se sentía bien en aquel lugar. Hace más de un mes que no recibe golpes como solía recibir cada día, hace más de un mes los insultos hacia su cuerpo o personalidad no están más, sin contar los que recibe de su esposo claro, pero él solo dice constantemente lo arrepentido que está de su decisión al haberse casado con él. Sin embargo, para Jimin, era mejor escuchar aquello a recibir insultos de parte de su madre sobre su peso o apariencia física.
Tomo asiento en uno de los sofás, se abrazo a si mismo y a sus piernas, sintiendo la fresca brisa de aquella mañana. Hace semanas que no ve una lluvia de nieve como solía ver muy seguido en Busan. El clima en Daegu es más cómodo y soportable.
Escuchó la puerta de la habitación ser tocada y pronto abierta, sonrió al sentir aquel dulzón aroma a cereza y melocotón entrar por sus fosas nasales. Pronto, escuchó la voz del Omega llamarlo.
- ¿Rey Jimin? - Tae se asomó por la terraza y respiro tranquilo al ver al Omega sentado en un sofá - Me preocupe al no verlo - Puchereo el Omega.
Se acercó a Jimin y ante su preocupación por no poder verlo en la cama, ignoró el hecho de que el Omega ya desprenda su aroma natural, no fue hasta que le vió sus ojitos nuevamente azules, que noto aquel detalle.
- Oh - Señaló en sorpresa - Sus ojos...
Jimin sonrió y entonces Taehyung lo supo. Los ojitos del sirviente Omega se nublaron y un puchero se presentó, al mismo tiempo que comenzaba a llorar. El Rey Omega se preocupo, así que de inmediato se levantó y lo abrazo.
- No llores Taehyungie - Susurraba el Rey Omega - Lamento tanto haberte asustado y haberte dejado todo este tiempo. Lo siento - Decía el Rey - Fuí muy egoísta al alejarte y no dejar que me ayudarás, perdóname.
- Mi Rey... - El Omega no podía dejar de llorar, correspondió al cálido abrazo y sintió mucha más emoción al tener de vuelta a su alteza.
- Ya mi Taehyungie. Estoy bien ahora, estoy contigo y todo está mejor - Consoló.
- No sabe cuánto me asusté, es un alivio saber que está mejor y es usted - Respondió el Omega mayor.
Las palabras de consuelo y aliento no se detuvieron, el abrazo fue largo, pero reconfortante para ambos. No importaba que Jimin sea un Rey y Tae un sirviente. Las jerarquías no entienden de la verdadera amistad y amor fraternal, así que para Jimin, aquello no importaba, solo le interesa saber que al menos tiene un amigo confiable e íntimo a su lado y que sin importar que, siempre estará a su lado. Aunque aún le cueste aceptar que es más de una persona a su lado, con el tiempo lo irá notando.
Aquella mañana, Tae logró vestir a su Rey con mucha emoción, lo ayudo con más dedicación, con alegría y le puso uno de sus mejores conjuntos, pues aquel día se presentaría más íntimamente al pueblo, estaría muy cerca de ellos y ya que Jimin es una persona muy cariñosa, amable y gentil, quiere que luzca dulce, adorable y presentable ante su pueblo.
Bajaron hasta el comedor, dónde el Rey tomaría su desayuno antes de poder viajar con su esposo hasta el pueblo para el recorrido. Iba muy sonriente junto a Tae.
Jimin nuevamente sonreía y saludaba a los demás empleados del Castillo, todos le regresaban el saludo con alivio y felicidad de que su Rey este de regreso y mucho mejor.
Cuando entraron al comedor. Jimin borro su sonrisa al ver a su suegros, carraspeó un poco y Jungkook le sonrió, se puso de pie y se inclino ante él. Jimin muy sonriente le regreso el gesto.
- Es bueno verte de regreso Jiminie - Saludo Jungkook.
- Lo mismo digo. Gracias por todo Jungkookie - Jimin tomo asiento en su lugar.
- Vaya. Jamás creí detestar ver tu sonrisa otra vez - Comento la antigua Reina - Eres repugnante. Sigo sin entender que fue lo que vió en ti mi hijo para atreverse a casarte con alguien como tú.
Jimin bajo la mirada y solo agradeció cuando su desayuno fue puesto en su lugar. Pero pronto, el Omega frunció levemente el entrecejo al notar algo muy peculiar.
- Espera - Le dijo a la sirvienta que le sirvió sus alimentos - ¿Quién... Te ordeno servirme esto? - Pregunto con amabilidad.
La sirvienta mostró desinterés, con evidente arrogancia se volteo hacia su Rey y respondió a su interrogante. Era la primer sirvienta que se mostraba con una actitud diferente hacia Jimin.
- Solo sirvo lo que la cocinera ordena - Respondió la chica.
- Sí. Pero para que la cocinera prepare algo, debe ser autorizado por uno de sus soberanos - Dijo Jimin, sintiéndose incómodo con aquello.
- Tu Rey te hizo una pregunta clara. ¿Quién ordenó servirle algo diferente? - Cuestionó Jungkook a la sirvienta.
La chica entonces se sintió intimidada por el príncipe Jungkook. Pero guardo silencio, no respondió y en su lugar, bajo la mirada.
- Yo lo hice - Respondió So-Yeon con toda la tranquilidad del mundo.
Jimin fijo su mirada en su platillo y de pronto sintió asco y náuseas. Ver aquel platillo únicamente con habichuelas y papas cosidas, más un único vasco con agua le trajo unos horribles recuerdos.
- Envié una carta a tu madre preguntando por tus platillos favoritos. Ella aseguro que ese platillo en particular era muy especial para tí - Sonrió ladina la mujer - Recuerda... Esas mejillas horrorosas deben desaparecer.
Min So-Yeon utilizó las mismas palabras que su madre solía utilizar en él. Jimin sintió su cabeza doler un poco.
¿Cuándo su tortura acabaría?
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¡Hola amigos!
¿Qué les pareció este capítulo?
Espero que haya sido de su total agrado. Si sienten que la trama avanza lento, solo puedo decirles que lo tomen con calma. Ya que no tendré un número en específico para esta historia y solo la escribiré tal y como la tengo planeada en mi mente, no me detendré hasta completarla justo como quiero que esté. Así que sean pacientes con el avance.
Sin más que decir... ¡Nos leemos pronto chiquillos!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐
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