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Habían transcurrido tres días desde que los Reyes Park tomaron la decisión de casar a su hijo mayor con el Rey de Daegu.

Seokjin se la pasaba deprimido aquellos días. Su corazón dolía al imaginarse con otro hombre que no sea su Alfa.

Su lobo lloriqueaba en protesta y le exigía a su humano, buscar una mejor solución para evitar aquel matrimonio arreglado.

Pero Seokjin le tenía miedo a sus padres y no tenía valor de ir en contra de sus reglas. Ellos le dieron una orden y Seokjin se sentía en la obligación de acatarla. Pues es un príncipe que fue educado sumisamente. Con un poco más de privilegios que Jimin, pero a fin de cuenta, ambos fueron educados con estrictas reglas y como Omegas sumisos, no tenían ni voz ni voto.

Aún así. El Omega primogénito, buscaba la forma de escabullirse por las noches y ver a su gran amor en aquel cuarto de limpieza. Era muy difícil, pero lograban verse y pasar alrededor de una hora profesandose su amor y sintiéndose cada vez más dolidos por saber que pronto sería su separación.

En cuanto a Jimin. El Omega se había estado recuperando lentamente, aunque sus costillas aún dolían, los hematomas aún se notaban, iba mejorando poco a poco.

Gracias a Seokjin, los Reyes no molestaron más a Jimin durante aquellos días. Pues el Omega mayor les dijo que acepta sin renegar el casarse con el Rey de Daegu, solamente si dejaban a Jimin descansar por algunos días hasta que se recupere completamente.

Siendo así, como los Reyes aceptaron, por esa razón la producción de joyas había tenido que ir avanzando con trabajadores de las minerias. Trabajando de la forma antigua para elaborar todas las joyas que debían ser exportadas en una semana.

Seokjin entro a la habitación de su hermano. Se extraño al no verlo en la cama y tampoco a su sirviente personal por ningún lado, pues le había ordenado que durante aquellos días, debía atender a Jimin.

Choi Youg-Jae, quien es el sirviente personal de Seokjin. Había tenido que aceptar cuidar del principe Jimin en contra de sus deseos, pues él no quería ser humillado o hasta despedido por los Reyes al estarse haciendo cargo del principe en aquellos días.

Aunque Jimin no le pedía mucho, pues él solo hacía muchas cosas. Incluso se sentía incómodo cuando le pedía al sirviente que le pasará algún vaso con agua y este hacía mala cara.

Pero como siempre. Jimin prefería callar y no decir nada, pues pensaba que si hablaba, nadie le creería.

- ¿Jiminie? - Llamo Seokjin.

- Aquí estoy - El Omega salió de su habitación, caminando un poco mejor y sonriéndole dulcemente a su hermano.

Aunque Jin sabe que las sonrisas de su hermano jamás son reales, jamás son sinceras y están disfrazadas. Pues parece que Jimin no sabe lo que es sentir felicidad o emoción por algo, así que cuando sonríe pareciera que solo está haciendo alguna mueca a la persona.

¿Algún día el Omega conocerá sobre una sonrisa real?

- ¿Te sientes mejor? - Pregunto el mayor, ayudando a su hermano a sentarse en la cama.

- Sí. Estoy mejor - Afirmó. Aunque quizá no era así.

- ¿Dónde está Youg-Jae? - Pregunto el mayor.

- Oh. Lo envíe por más agua - Jimin mintió.

- Bien - Seokjin sabía que no era así, Jimin tenía la jarra llena de agua, ¿Por qué mentiría?

Lo cierto era que él sirviente recibió un pedido de Jimin. El príncipe Omega le pidió que si podía ir a traerle un té para relajar sus dolores musculares. Pero este demostró mucho su fastidio y le dijo que no pensaba ir por lo que pedía, por qué requería salir de la habitación y si los Reyes no lo veían junto al príncipe Seokjin, pagaría las consecuencias.

Entonces Jimin entendió y le dijo al sirviente beta que podía retirarse a su habitación o buscar a su hermano. Que él mismo iría por su té. Lo cual aún no había hecho.

- ¿Sucede algo Jinnie? - Pregunto Jimin.

- Cada día me siento más deprimido y triste Minnie. Siento que estoy viviendo un infierno - Suspiro el mayor.

Pero Jimin conocía perfectamente el significado de "infierno" lo ha vivido desde que tiene uso de razón. Así que entiende muy bien a su hermano.

- ¿Lo has estado viendo? - Pregunto Jimin.

- Sí. Pero no por mucho tiempo, es... Triste, ¿Sabes? Siento que nuestros encuentros cada día son más dolorosos.

- No se cómo debes sentirte Hyung. Pero... Te ayudaría un poco a qué logren verse por más tiempo, ¿Qué dices? - Sugirió el peliblanco.

- ¿Lo harías? - Pregunto con ilusión el Omega mayor - Pero... ¿Estás seguro Minnie? ¿Te sientes bien para ello? - Pregunto.

- Claro Hyung. Tranquilo, yo estaré bien.

Seokjin sonrió feliz y abrazo a su hermano con mucha emoción.

Aquella misma noche. Jimin ayudo a su hermano a escabullirse e ir hasta la cabaña del Alfa, dónde se estarían viendo los últimos días. El Omega menor se quedaba escondido entre unos arbustos, vigilando que nadie se acercará y que los demás guardias no se dieran cuenta de su presencia.

Mientras que Seokjin pasaba alrededor de dos horas con su Alfa adentro. Entre besos, palabras de aliento y calidas caricias. Aunque no ocurría nada intimido entre la pareja. Estaban cerca de cruzar esa línea.

Así, durante las siguientes noches. Jimin acompañaba a su hermano y esperaba afuera en el frío, hasta que lo veía salir y luego irse juntos de regreso al castillo. Claro que Jimin le aterraba ser descubiertos, pero todo sea por regalarle un poco de felicidad a su hermano.

En aquellos días. Jimin había regresado al taller, durante el día. Pasaba bajo la supervisión de un hombre de confianza del jefe de guardia. Lee Taemin. El Alfa vigilaba que Jimin terminará su trabajo y le entregaba la llave a él. Quién personalmente se la llevaba al Rey.

Jimin no cruzaba muchas palabras con el guardia. Sentía que le aterraba, así que solo se dedicaba a su trabajo.

Una noche, antes de que el Rey de Daegu llegará a Busan. Jimin acompaño como siempre a su hermano, lo llevó hasta la cabaña del Alfa y estaba listo para esperarlo.

- Vete al palacio Minnie - Dijo Seokjin.

- ¿Qué? No Jinnie, te esperaré. Como siempre - Afirmó el Omega menor.

- No saldré pronto Minnie. Me quedaré está noche a dormir con Nam, mañana... Debemos separarnos y quiero estar a su lado un poco más - Explicó el mayor.

- Pero Hyung...

- Por favor Minnie. Te prometo que todo estará bien, ¿Si? - Jimin no estaba seguro de aquello.

Aún así, aceptó. Suspiró con cierta preocupación en su pecho, dejo un suave beso en la mejilla de su hermano mayor para luego despedirse y regresar al castillo.

Cuándo Jimin vió a su hermano entrar a la cabaña del Alfa, se retiró. Sentía demasiado frío, por alguna razón sentía que aquella noche estaba mucho más fría que las anteriores.

Cuándo iba de regreso, entro por la puerta de servicio, con mucho silencio y cuidado, como suele hacerlo cada noche. Comenzó a caminar sigiloso.

Hasta que las velas de la cocina fueron encendidas y Jimin sintió pánico al ver a su madre frente a él.

- ¿Se puede saber de dónde vienes maldito inútil? - Jimin sintió terror.

- Madre... - El Omega retrocedió cuando su madre se fue acercando.

¿Valdría la pena recibir otra golpiza por cubrir y salvar a su hermano mayor?

Para Jimin era justo. Pues no pensaba ni en lo más mínimo, el delatar a su hermano. Pues solo desea que al menos él... Sea feliz.


- Nam - Llamo Jin mientras estaba entre los brazos de su Alfa. Ambos recostados en la cama del mayor.

- Dime cariño - El Alfa acariciaba el cabello de su Omega.

- Yo... Quiero pedirte una última cosa antes... De irme - Dijo con voz baja y temblorosa.

- ¿Qué cosa amor mío? - Preguntó Kim.

- Quiero... Entregarme a tí Namjoon. Quiero... Que me hagas el amor, por favor - Las caricias del Alfa se detuvieron.

- ¿Qué? - Namjoon pensó que había escuchado mal.

Se enderezó y miro fijamente a su Omega, creyendo que había escuchado mal. Pero veía las mejillas sonrojadas de su Omega y como este no titubeó al pedir tal cosa.

- Por favor... - Pidió el Omega sintiendo sus ojitos llorosos.

- ¿Estás... Seguro de ello mi cielo? - Pregunto el Alfa, para confirmar.

- Lo estoy. Prefiero entregarme a tí, antes que a otro, deseo ser tuyo primero antes que de alguien más. Por favor Namjoon... Hazme el amor, hazme tuyo.

- No tienes que rogar mi amor. Sabes que tus deseos... Son órdenes para mí.

Entonces el Alfa apreso los labios de su dulce Omega entre los suyos y lo fue recostando con delicadeza sobre la cama, demostrándole todo su amor con un cariñoso beso, uno que demostraba la pasión entre ellos.

Pero sobre todo, el dolor, la tristeza de saber que tienen que separarse y que en pocas horas, Seokjin se iría de Busan para contraer matrimonio con el Rey de Daegu.

Con delicadeza y dulzuras el Alfa comenzó a despojar a su hermoso príncipe de cada una de sus prendas, así como él lo hacía de las suyas propias. Hasta que tuvo desnudo a su hermoso Omega y a su total merced.

Seokjin sentía sus mejillas sonrojadas y acaloradas al sentirse demasiado expuesto ante su amado Alfa. Pero cuando sintió las caricias de las manos de este recorrerle las piernas, solo pudo suspirar tembloroso por todas las sensaciones que aquellos toques le provocaban.

El lubricante natural del Omega comenzó hacer su trabajo, facilitándole muchas cosas al Alfa, quien se encargó de repartir cálidos besos en el pecho y cuello de su amado Omega mientras introducia uno de sus dedos en la cavidad anal de este mismo.

El Omega soltaba sonoros suspiros y mordía su labio inferior para tratar de reprimir los gemidos que su garganta quería soltar. El Omega apresaba las sábanas fuertemente entre sus manos y arqueaba su espalda cuando su Alfa tocaba su punto más sencible.

- Mi amor - Llamo el Alfa con voz ronca, mientras se posicionaba entre las piernas de su Omega - Eres muy hermoso - Susurro sobre su oído.

Entonces Seokjin sonrió, pero pronto sintió como el miembro de su Alfa entraba lentamente en su cavidad anal, haciéndole temblar de piernas, sintió un leve malestar adentrarse en su agujero, su espalda baja también lo resintió un poco, apretó fuertemente los brazos de su Alfa cuándo este término de ingresar completamente en su interior.

Seokjin entre abrió sus labios y soltó un largo suspiro, su ceño se frunció ante la incomodidad. Y sintió los besos de su Alfa ser repartidos por su rostro y hombro.

- Tranquilo mi cielo. Ya pasara - Decía el Alfa, sin moverse, esperando que su amado Omega se lo permita.

- Es... Un poco doloroso - Dijo Seokjin, con sus mofletes coloreados en rosa por el calor.

- Lo es mi cielo. Solo relájate un poco y cuando te sientas listo, me dices, ¿Sí?

El Omega asintió y llevó sus brazos hasta el cuello de su Alfa. Este le sonrió y comenzó a dejar dulces besos en sus labios, Seokjin sonrió y correspondió gustoso. No sintiendo mucho cuando su Alfa comenzó a moverse lentamente dentro de él.

Entonces el Omega comenzó a jadear ante cada movimiento que su Alfa hacía. Luego esos jadeos se convirtieron en bajos gemidos de placer, sintiendo cada vez la necesidad de más, se aferró a los brazos de su Alfa y disfrutaba de cada una de las estocadas que iban en aumento con el pasar de los minutos.

- Nam~ - Gimió el Omega sintiendo todo el placer recorrer su cuerpo y su orgasmo a nada de salir completamente.

- Oh Jinnie~ - El Alfa gruño ronco por la maravilla que tenía bajo su cuerpo.

Entonces Seokjin sintió como terminó corriendose completamente entre los abdomenes de ambos, elevó un poco sus piernas para enrrollarlas en las caderas de su amado y darle mejor acceso. El Omega suspiró cuando todo su orgasmo salió.

Pronto Namjoon no resistió más y aunque intento salir de su lindo Omega, no pudo. Pues este se lo impidió. El Omega apreso más el cuerpo de su Alfa entre el suyo y esté al no resistir, terminó corriendose completamente dentro de su lindo príncipe. Siendo así como el nudo se formó.

El Alfa tuvo todo el deseo de marcar a su amado Omega. Lo deseaba, sobre todo cuando esté ladeó su rostro a un lado, mostrándole sumisión e insitandolo a marcarlo.

Pero Namjoon no lo hizo. Prefirió morder la almohada, antes que marcar a su Omega y después sufrir las consecuencias de ello.

Unos pocos segundos después, cuando ambos se encontraban jadeantes y sudorosos. Comenzaron a regalarse dulces besos, lentos y perezosos, haciéndolos suspirar de placer.

- Lamento no poder marcarte como mío mi cielo. Lo deseo mas que nada, pero...

- Lo entiendo mi Alfa. No te preocupes por ello, si en esta vida no es posible nuestro amor... Estoy seguro que en otra se podrá - Susurro Seokjin, sosteniendo el rostro de su Alfa entre sus manos y con sus ojitos llorosos.

- Te amo mi hermoso Jinnie, te amo demasiado mi amor - Confesó Namjoon sintiendo sus ojos picar.

No importaba que fuese un Alfa grande, de grandes proporciones físicas, alto, con mucho músculo, con apariencia ruda e imponente. Él también tiene sentimientos, él también se siente roto, dolido y aterrado de tener que dejar ir a su hermoso Omega.

Odia como a nadie a los Reyes. Detesta la sola idea de que ellos sean los padres de su hermoso Jinnie y que sean tan crueles con él.

Pero son sus soberanos, sus Reyes y debe obedecer, acatar sus órdenes, respetar las leyes y si ello implica, tener que dejar ir a su lindo Omega por qué este los respeta y tiene miedo de ellos por lo que podrían hacerles. No le queda más que aceptar, callar y sufrir en silencio.

- También te amo Nam. Jamás lo olvides mi Alfa, ¿De acuerdo? - Le sonrió, pero era una sonrisa rota y desolada.

- Jamás mi cielo - Lo beso una vez más, con dulzura.

Al transcurrir las horas y que cada vez la mañana se acercaba más. Ellos sabían que debían despedirse, pues en menos de dos horas, probablemente el Rey de Daegu llegué y no tardará en que los Reyes despierten.

Seokjin se levantó de aquella cama junto a su Alfa y sintió vergüenza al ver las sábanas con sangre. Entonces sintió los brazos de su Alfa rodearlo por detrás y se sintió cálido y protegido.

- Me diste tu mayor regalo mi amor y eso lo atesorare en mi corazón por siempre - Aseguro el Alfa.

- No me arrepiento y jamás lo haré mi Alfa. Está fue la mejor decisión que he tomado. ¿Lo sabes no es así?

- Lo sé mi cielo y te amo mucho más por ello - Beso los labios de su Omega - Por favor Jinnie, no olvides tomar el té supresor, ¿Si?

- No te preocupes, lo haré - Aseguro el Omega.

El té supresor era el cuál los Omegas deben tomar después de tener relaciones sexuales para evitar algún embarazo. Jin no debía cometer aquel error, pues aunque deseé en lo más profundo de su corazón un cachorro fruto del amor entre su Alfa y él. No puede permitirselo.

El Omega sabía como elaborarlo, pues Jimin en más de una ocasión se lo preparó a la Reina, así que tenía conocimiento de ello y se lo pediría a su hermano antes de irse.

- Estaré a tu lado hasta el último segundo mi cielo - Afirmó el Alfa. Antes de que su amado se vaya de su cabaña.

- Lo sé mi Alfa. Te estaré viendo únicamente a ti. Te amo - Beso sus labios.

- Te amo - Correspondió antes de tener que dejarlo ir.

El dolor se podía palpar en el aire. Sus corazones estaban rotos al igual que sus lobos se encontraban dolidos.

¿Ellos podrán encontrar felicidad estando lejos uno del otro?

Seokjin salió de aquella cabaña, aún cuando el sol no terminaba de salir. Se apresuró a entrar por la puerta de servicio, suspiró aliviado cuando la señora Im no había llegado a cocina aún.

Sin embargo, al comenzar a subir las gradas hasta su habitación. Escuchó la imponete voz de su padre rezonar y se aterro ante ello.

- ¿De dónde vienes Seokjinie? - Pregunto el Alfa.

- Padre - El Omega se volteó y reverencio - Yo... Salí temprano a caminar, aún intento procesar lo que sucederá este día.

- Entiendo. Ve a tu habitación y prepárate, que pronto recibiremos al Rey Min - Seokjin mostró una venía y se retiró.

Sintió alivió al no ser descubierto por su padre. Eso hubiese sido un desastre. Entro a su habitación y comenzó a prepararse. Aún sientiendose dolido, aterrado y preocupado, terminó de prepararse con ayuda de su sirviente personal.

- Está listo príncipe - Le sonrió el beta.

- Youg-Jae. Al irme de aquí... Debes ser tu el sirviente personal de mi hermano, ¿De acuerdo? - El Omega fue consciente del desagrado en el rostro del beta.

- Pero príncipe... - Intento refutar.

- No es una opción. Es una orden, yo mismo me encargaré de que así sea, ¿Te quedó claro? - Sentenció.

- Como usted ordené majestad - Reverencio ante el Omega.

Un par de minutos después. Seokjin salió de su habitación y comenzó a bajar las gradas. Siendo consciente de la presencia del Rey de Daegu, entrando al castillo. El Omega sintió un frío estremecimiento recorrerle la espina dorsal.

La presencia de aquel Alfa era mucho más imponete, fuerte y pesada que la de su padre. Su mirada era oscura y causaba temor en todos los presentes.

Jin fue consciente de la presencia de sus padres al final de las gradas, quienes le sonreían sutilmente, también se encontraba Namjoon detrás de sus padres, pero el Omega se extraño al no ver a Jimin por ningún lado.

¿Dónde se encontraba su hermano?. Se pregunto Seokjin.

Cuándo terminó de bajar, mostró una perfecta reverencia de respeto hacía el Rey líder.

- Su majestad - Hablo el Omega - Permítame presentarme...

- ¿Dónde está? - Aquella voz tan gruesa hizo flaquear a Seokjin.

- ¿Dónde está quién su alteza? - Se atrevió hablar el Rey de Busan.

- ¿Dónde se encuentra el otro? - Veía hacía todos lados, buscándolo con la mirada y dejando confusión en los presentes.

- No entiendo a lo que se refiere su majestad - El Rey Joong-Hoon se poso al lado de su hijo - Él es Park Seokjin. Mi primogénito y el Omega que...

- No lo quiero - Interrumpió con firmeza. Haciendo callar al Rey de Busan - Lo quiero a él, al chico de cabello blanco y sonrisa inocente. Quiero a tu segundo hijo.

Entonces el silencio y la sorpresa reino en aquel salón.

¿Habían escuchado bien?

¿El Rey de Daegu estaba pidiendo al segundo hijo de los Reyes?

No... No lo pedía. Lo exigía.

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¡Hola amigos!

¿Qué les pareció este capítulo?

Solo fue una leve mención de este Lemon. Yo sé que no es del Shipp principal, pero se debía mencionar el Lemon de esta pareja.

También entiendo que ya querían ver al Yoonmin. Así que les toca esperar solo un poquito más🤭

¡Nos leemos pronto chiquillos!

Bye💜

No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo

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