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Quatre


Cualquier persona normal pensaría: "bueno, es un alfa puro, lo más probable es que despierte y vuelva todo a la normalidad", pero no. Kim SeokJin había estado postrado e inconsciente casi un año, ni siquiera el alfa más sangre pura y dominante se podría recuperar de algo así de la noche a la mañana. Eso lo pudo corroborar Park JiMin cuando el alfa abrió los ojos.

Afuera todo era un caos.

Personas corrían de un lado a otro, se movían de allá para acá, cuchicheaban, reían o simplemente murmuraban, pero todo fuera de la habitación de Kim SeokJin, porque dentro, todo era calma, ya que casi todos tenían prohibida la entrada a la habitación.

Una semana había pasado desde que el alfa había despertado de su largo coma. Casi todo seguía igual, excepto que ahora una enfermera omega cuidaba del joven las 24 horas del día. Ella dormía en una habitación contigua y cuando era requerida, ella asistía, a la hora que fuera.

JiMin no se apartaba del lado del joven alfa, después de todo seguían durmiendo en la misma cama por órdenes del señor Kim. El omega temía que volviera a recaer, así que vigilaba todo y a todos. Afuera, todos sabían que había despertado, pero aún así, él se negaba a darle acceso a la habitación a cualquiera.

Aquella mañana, literalmente se cayó de la cama cuando notó que esta vez sí había despertado. Era muy común que los pacientes en coma actúen entre sueños, se rían, lloren, balbuceen o abran los ojos, pero esa mañana, JiMin supo que había despertado porque parpadeaba curioso y porque podía olfatear mejor que nunca sus feromonas.

--Esto es increíble. Jamás ví o supe de un caso igual, señor Kim. Su hijo es impresionante. --habló el médico que trataba al joven alfa. --Va a tomar un tiempo, pero estoy seguro que será mucho menor de lo que pronosticamos.

--Estoy seguro de ello, doctor Yoon. Mi hijo muy pronto estará completamente recuperado. --El alfa mayor dijo con orgullo.

--Tiene que traer especialistas. Él necesita terapia, puede que deba aprender a comer o hablar. Lo iremos evaluando. Señor Park. --se dirigía a JiMin -- Debe continuar con las terapias. Ahora más que nunca debe recuperar su musculatura. Apenas veamos progreso debe ser llevado a un centro de rehabilitación. Ahí encontrará indumentaria especial para su recuperación. Necesita estimulación, mas no demasiada. --indicó el médico.

El omega asentía en comprensión, mientras le administraba su alimentación. Le habían desintubado, pues ya respiraba por sí mismo y podía mover sus manos ligeramente, también su cabeza. A veces se desesperaba por no poder moverse, comunicarse o cuando tenía pesadillas y JiMin lo tranquilizaba con sus feromonas. Pero seguiría alimentándose a través de la sonda hasta que pudiera comer por sí solo.

Las semanas fueron pasando rápido y JiMin cada vez se asombraba más del progreso del alfa quien siempre lo miraba con ojos curiosos y en las últimas semanas le regalaba una pequeña sonrisa que lo hacía lucir cual hámster con semillitas en las mejillas.

--Sí, mamá. Todo está bien aquí. --comunicó a través del teléfono. --El joven SeokJin ha mejorado mucho. Le he hecho masajes y ahora puede mover sus brazos. Aún no habla pero ya está trabajando en eso y-

--Ji... Min...

--Sí, sí, te llamaré mañana a la misma hora-

--Ji... Min...

--Mamá, espera. --interrumpió a su madre al notar que el alfa trataba de hablar.

--Ji... Min...

--Joven SeokJin, ¿está diciendo mi nombre? --preguntó con los ojos acuosos. El alfa sonrió en respuesta.

--Mamá, te hablo mañana, adiós. --cortó sin dar explicaciones. --Joven SeokJin. Esto es increíble.

--Ji...Min.

--Sí, yo soy JiMin. Soy su amigo. --contestó el rubio tomando la mano del alfa.

--A...mi...ggo.

--Sí, soy su amigo. --el alfa de repente se agitaba tratando de comunicarse, pero no podía. --No, no. Tranquilo. Tranquilo. Vamos a ir paso a paso, ¿está bien?. --JiMin se acercaba a él liberaba sus feromonas para calmarlo y como siempre, funcionaba. El alfa se calmó y se relajó un poco.

--Ji... Min... es... bue... no.

--Joven. No se ponga ansioso, despertó hace solo 6 semanas. Estuvo casi un año dormido.

--Ji...Min...

--Sí, soy JiMin y voy a cuidarlo hasta verlo tal y como aparece en esas fotos. --Apuntaba una de las paredes con los retratos del alfa y este volvía a sonreír.

--Bueno. Dijo el neurólogo especialista que SeokJinnie mejoraría bastante rápido y así ha sido. Ya han pasado casi tres meses desde que despertó y ha reaprendido a hablar, leer y escribir. Incluso puede mover toda la parte superior del cuerpo y los dedos de sus pies.

--Eso es maravilloso, DongYul. Me alegra mucho ver a Seokjinnie así. La última vez que lo ví lloré tanto por él.

--Si lo recuerdo, pero ahora eso quedó en el pasado, ahora está sanando, hermano.

--Así lo veo y estoy seguro que será muy pronto. --El hombre dirigía su vista hacia el omega, quien frotaba los brazos del alfa y amasaba sus músculos. --DongYul, ¿quién es el chico que lo cuida?

--Ah, ese es JiMin, el omega que compré en la subasta. La mejor compra que he hecho en mi vida. --Aseguró el padre de Seokjin con suficiencia.

--Es precioso. --admitió el otro alfa.

--Lo es.

--Podrías prestármelo. Mi hijo pronto entrará en celo y-

--No. Ese chico solo está enfocado en mi hijo. Búscale otro. --respondió molesto. Su hermano menor siempre codiciaba sus cosas.

--Bueno, cuando dejes de usarlo, avísame. --pidió y el mayor asintió.

--Ya es tarde, joven Park. Iré a dormir. --dijo la enfermera, guardando sus implementos personales en su maletín.

--Sí, está bien, señorita Im. Yo me hago cargo ahora, no se preocupe. --JiMin dijo amablemente. La enfermera Im no era tan agradable como la beta Kim, pero al menos le hacía compañía, aunque era algo chismosa.

La enfermera salió y JiMin quedó en la habitación junto al alfa.

--Bien, joven Kim. Es hora de su baño. --anunció dando un aplauso al aire.

--P-pero...

--No, nada de peros. Ayer lo dejé pasar porque no sudó demasiado en las sesiones, pero hoy no. --la verdad es que el alfa siempre olía bien, rara vez sudaba, pero aún así debía tener su baño diario para que durmiera más relajado.

--Usted... es... malo...

--¿Ahora soy malo? Ayer dijo que yo era el mejor. --señaló el omega y SeokJin se ruborizó.

SeokJin aún era un enigma para el omega. Por lo que se había enterado en algunos rumores de pasillo, el alfa había tenido una larga lista de novios, prácticamente desde que se presentó como alfa. Y ahora parecía un adolescente ingenuo y tímido con él.

JiMin se acercó al alfa y lo ayudó a sostenerse en pie. El alfa caminó muy lentamente y de pasos cortitos acompañado de un andador ortopédico cuando de repente se detuvo a medio camino.

--Bá..ñese... c-conmigo... --rogó con un puchero.

--Joven, no es debido, ya se lo dije antes. --El alfa últimamente le insistía en que se bañaran juntos y JiMin se había negado rotundamente, por razones lógicas de pudor y profesionalismo.

--Por... favor. Me... da... mmucha... ver...güenza...

--¿Quiere estar en igualdad de condiciones o algo así? --preguntó y el alfa asintió.

--Así... es.

JiMin sonrió. En esos casi tres meses que llevaba el alfa despierto descubrió muchas cosas sobre él. Era sumamente divertido y excelente rompiendo el hielo. Era bromista, muy bromista. Incluso se reía de su propia desgracia, haciendo alusión a su forma de hablar o cómo no podía mover las piernas. O las primeras semanas se burlaba de sí mismo diciendo que era un bebé por usar pañales y el omega sabía que hacía todo eso por la profunda vergüenza que sentía, pero el rubio jamás dijo nada, al contrario, mantuvo silencio o respondía con alguna otra broma para hacerlo sentir cómodo.

El alfa en tres meses se había recuperado mucho, había subido casi quince kilogramos, por lo cual ahora pesaba casi sesenta kilogramos y aunque aún estaba bajo de peso, estaba mucho mejor que antes. Estaba ganando masa muscular y masa corporal. Ya comía por sí solo y podía ir al baño por sí solo, pero no podía estar mucho de pie, por ende era JiMin quien lo bañaba a diario.

El problema era que últimamente el alfa reaccionaba demasiado a los toques del omega. Park hacía como que no se daba cuenta, pero sus mejillas sonrojadas y sus manos cubriendo su entrepierna delataban al pobre alfa. Para el omega era normal, los masajes musculares muchas veces provocaban eso, sin embargo el último tiempo el alfa también estaba reaccionando a los baños y ahora se negaba a bañarse a diario o prefería hacerlo él mismo sabiendo que necesitaba ayuda.

--Está bien, joven Kim. Me bañaré usted. Pero solo será esta ocasión. --concedió el omega, mirando con lástima al alfa. Para él era como su paciente y le había tomado cariño. Además, era débil ante esos ojitos de cachorro y ese puchero... ese maldito puchero tierno.

JiMin dirigió al alfa hasta el baño, ayudado por el andador ortopédico.

--Quítese la ropa. Iré por un par de cosas para mí ya que sus cosas ya estaban listas para su baño --dijo y salió de la habitación para buscar una toalla y su pijama.

Se sintió un poco abrumado y un poco débil, pero lo atribuyó al cansancio y al calor de la primavera, aunque afuera llovía de manera torrencial.

Volvió al lugar y notó que el alfa ya estaba desnudo y sentado en el banquito que usaba para su baño. JiMin volvió a sonreír después de notar nuevamente el puchero que tenía el alfa en su jovial rostro. Ahora si parecía de su edad e incluso se veía más joven de lo que era.

--Mire hacia allá, me voy a desnudar. --JiMin estúpidamente se dio cuenta de lo que estaba por hacer demasiado tarde. Se iba a desnudar frente al alfa. Solo se había desnudado delante de un alfa antes y había sido el señor Kim. Su vientre se contrajo un poco y tuvo que apretar sus puños para calmarse. --Haz tu trabajo, Park JiMin, concéntrate. --dijo para sí mismo.

Se quitó la ropa rápidamente y se acercó hasta el alfa quien parecía un niño pequeño sentadito esperando que lo atendieran.

Se sentó detrás de él en otro banquito y posó sus manos en los amplios hombros de SeokJin. --Bien, ahora estamos en igualdad de condiciones. --susurró con voz suave y percibió cómo lentamente la piel del alfa se erizaba.

--P-pero us...ted me ve y... yo... no puedo... ver... lo. --logró decir en un susurro y JiMin supo que el alfa otra vez estaba hablando con un puchero.

--Solo diga que quiere verme desnudo y ya --soltó entre risitas traviesas.

--Quiero... verlo... des... nudo --confesó agachando la cabeza ante su propio atrevimiento. Estaba rojo hasta las orejas.

--¿Quiere verme desnudo? Es usted muy travieso, joven Kim. --dijo algo nervioso, pero trató de que no se notara tanto, se aclaro la garganta. --Mire, primero voy a enjabonarlo, ¿está bien? Me está comenzando a dar frío y no podemos estar toda la noche.

--Está... bien. --respondió el alfa más tranquilo.

JiMin preparó el jabón y la esponja y con cuidado comenzó a pasar la espuma por el cuerpo del alfa. Ese era un trabajo que debía hacer a diario. Pero esta vez se sentía diferente, pues como nunca logró percibir las feromonas de SeokJin y lo estaban comenzando a alterar de alguna forma. Las mismas manos seguras que cumplían la labor de asear al alfa a diario, hoy estaban temblorosas. Su vientre sintió un tirón.

JiMin cerró los ojos con fuerza. No quería enjabonar la parte frontal y enfrentarse a los ojos del alfa, pero este lentamente y de manera escurridiza había logrado establecerse frente a él, girándose de a poquito

--Usted ess... muy... bonito... --el alfa ahora sin un poco de vergüenza analizó cada centímetro de piel expuesta por el omega. JiMin se cohibió y otro leve retorcijón en su estómago lo hizo jadear.

--Señor Kim... Yo...

El alfa no dijo nada, simplemente tomó la esponja de las manos del omega, puso más jabón y agua en ella y comenzó a frotarla lentamente por el torso del omega. JiMin en vez de alejarse, se dejó hacer, tirando su cabeza hacia atrás y enseñando libremente su cuello.

--Her... mosso... Usted... ess... hermmosso...

El alfa dejó la esponja a un lado y con sus manos lentamente fue acariciando la piel del omega quien vergonzosamente liberó un gemido cuando el alfa deslizó la yema de sus dedos por uno de los pezones marrones del rubio.

Eso lo hizo volver a la tierra y rápidamente quitó las manos del alfa de su pecho. Se ruborizo notoriamente y no quiso corroborarlo, pero sabía que ambos estaban excitados.

--V-vamos a enjuagarnos, ¿sí? --tartamudeó. Puso al alfa en pie sin mirarlo. Grave error. SeokJin era alto.

Recordó la primera vez que el joven se había puesto en pie ayudado por él y la altura le hizo tragar saliva con dificultad, aún recordaba tener el cuello del alfa cerca de su sensible nariz. Ahora además de todo, el hombre estaba desnudo frente a él. Largó el agua de la ducha sobre ellos. Estaba algo fría, pero tal vez ambos lo necesitaban.

--Me... gusta. --murmuró el alfa.

--¿Le parece bien el agua? --preguntó y el alfa negó.

--Usted... me gusta... --aclaró, sin despegar sus ojos del rostro del omega, detallándolo y admirándolo.

--A mí también me gusta usted, joven, es muy simpático. --El omega intentó desviar la atención sobre sí.

--N-no. Usted... me... gusta en... serio. --volvió a aclarar SeokJin, esta vez frunciendo el ceño.

El omega negó con la cabeza --Está confundido. Es porque no ha tenido contacto con otro omeg-

Quería seguir dando sus argumentos, pero el alfa lo había interrumpido con un beso suave, apenas un roce. Y es que desde que lo había conocido quiso besarlo. Los labios del omega llamaban a ser probados. SeokJin no sabía que los suyos provocaban lo mismo para el omega. El alfa posó sus manos en la pequeña cintura del omega para tener algo de estabilidad.

--Me... gusta... --reiteró, susurrando sobre los labios del rubio.

--N-no haga esto, por favor. --Rogó el omega. Sus ojos rebosantes de lágrimas.

--¿Q-qué...?

--Esto. No se aproveche de mí, por favor. --contestó con temor.

--Y-yo n-no...

--Por favor. Es cierto, su padre me compró para usted, pero sea diferente, sea mejor, no haga esto, se lo pido. --su voz quebrada terminó la última frase.

--JiMin... yo no. Yo lo... siento. --el alfa se alejó dolido. Cortó el agua de la ducha, tomó una toalla y la extendió al omega. Sus piernas temblaron, pero se mantuvo fuerte afirmándose de la pared. Tomó otra toalla, la envolvió en su cintura y luego caminó con dificultad hacia el andador justo a tiempo para no caerse y humillarse más.

--Señor Kim. Yo no quería herirlo... --aseguró el rubio, acercándose al alfa.

--Está... bien. Ya no ssoy... tan guapo... ni fuerte... como antes y...

--No es eso, señor. ¿Se da cuenta que estoy en desventaja? Usted es como... mi dueño. --el omega acariciaba el rostro del alfa. --Usted es guapo y créame que pronto podrá volver a ser el mismo de antes. Si toma lo único que me queda de valor, ¿qué será después de mí?

--Lo... siento... No creí... No... P-pensé... --El alfa se desesperó al no poder explicarse bien.

--Lo sé. Lo sé. --trató de calmarlo, no quería que se alterara. --Usted solo ha sido amable y respetuoso conmigo. No es que no quiera corresponder sus sentimientos, es que no puedo permitírmelo, ¿lo entiende? No puedo enamorarme de usted, sería mi perdición. --JiMin secó con el dorso de su mano las lágrimas que cayeron por sus mejillas.

--Cuándo.

--¿Cuándo?

--¿Cuándo... podrá... p-permi... tírse... lo?

JiMin lo miró sorprendido, parpadeó un par de veces y sonrió.

--Bue-bueno. Hagamos una promesa. Cuando se recupere completamente, cuando le den el alta médica, le aceptaré una cita. ¿Está bien? Ya me vio desnudo y yo a usted, así que estamos a mano con eso. --le extendió la mano como haciendo un trato.

El alfa miró la pequeña mano del omega y sonrió. Se afirmó fuerte con su brazo izquierdo en el andador ortopédico y extendió su mano derecha para estrechar la del omega.

--Quiero... que... sepa... que no p-preten... día aprov... ¡Aish! --el alfa miró al cielo frustrado. Odiaba no poder formular mejor las frases.

--No se sobre esfuerce. Ha avanzado mucho ya. Y entiendo que no quiso aprovecharse de mi ni abusar de su poder... Es solo que se siente así y no quiero que se sienta así. Y no lo rechazo por su condición, usted sabe que es muy guapo y agradable, solo... estoy cuidando mi corazón. --aseguró y el alfa suspiró aliviado pues sabía que el omega no estaba mintiéndole. El alfa acarició la mejilla de omega con suavidad y luego acomodó uno de los mechones del omega en su oreja. El omega era tan suave y cálido. Su lobo se volvía loco por él también.

Aún recordaba como el omega lo llamaba a volver en su inconsciencia. No se lo había dicho a nadie, pero no habría podido despertar si no fuera por Park JiMin, era su salvador pudiendo ser su verdugo. Jamás olvidaría algo así.

El omega hizo una mueca extraña.

--¿Su...cede... algo? --preguntó el alfa con preocupación.

--N-no... Es solo que... --el omega sobó su vientre un poco y recordó que el alfa había despertado hace tres meses, justo en su último celo... --¡Mierda! Oh, lo siento, lo siento. Yo... necesito un supresor.

Park se quería golpear. ¿Cómo había olvidado algo tan importante? Su celo había comenzado, pero había estado tan sumergido en su trabajo que lo había olvidado por completo. Y ahora comprendía su propio comportamiento, estaba invitando al alfa de manera inconsciente.

Sus feromonas se dispararon de repente. Odiaba eso. Como cuando no quieres vomitar, pero de todas maneras tu estómago se retuerse y lo haces o como cuando tienes que aguantarte la risa, pero de todas maneras explotas en una carcajada sonora e incómoda, así mismo era el celo. Una vez que eras consciente de él, no podías evitarlo y se expandía por todo tu cuerpo, liberando toda la tensión sexual por el apareamiento en forma de feromonas, para atraer a la potencial pareja sexual.

JiMin se tambaleó un poco y se afirmó del andador ortopédico para concentrarse y respirar, pero fue peor, quedó más cerca del alfa quien estaba respondiendo a su celo sin querer.

--Por favor, no...

--Hicimmos un tratto. Lo... cum...pliré. --SeokJin cerró sus ojos con fuerza tratando de concentrarse. Su cuerpo le pedía tomar al omega. Negó con la cabeza tratando de aclararse.

Y esto era como un ciego guiando a otro. El alfa ayudó al rubio a sentarse en el retrete y luego a pasos cortos y ayudado por el famoso andador, llegó hasta el teléfono para llamar a la enfermera, quien a los pocos minutos estaba ahí.

--Señor Kim, ¿ocurrió algo? --preguntó la enfermera con voz melosa. Su olor a vainilla le desagradaba al alfa, especialmente cuando la mujer se lo restregaba.

--El señor P-Park... entró en... celo. --el alfa apuntó hacia el baño y luego tomaba asiento en la cama lo cual sus piernas agradecieron con alivio.

--Qué conveniente... --murmuró la mujer y el alfa alcanzó a oirlo. ¿Qué mierda significaba eso?

--En... tonces... ¿Qué hace... ahí... pa...rada? --dijo, dándole una dura mirada a la mujer quien se ruborizó y asintió.

Caminó hasta el baño en donde el omega estaba retorciéndose de dolor sentado en el retrete.

--Joven Park. ¿Cómo debo ayudarlo? --la mujer notó que el omega estaba semi desnudo y mojado y ya estaba sacando conclusiones, erróneas, por supuesto.

--N-necesito mis supresores, por favor y llame al señor Kim. --otro espasmo doloroso hacia jadear al omega.

--Bien, primero los supresores. Luego el señor Kim.

La mujer salió del lugar y hurgó entre las cosas del omega hasta encontrar las famosas cápsulas. Tomó un vaso, le echó agua y volvió hasta el baño y le entregó la caja al omega. Este tomó el display y con dedos temblorosos tomó una pastilla y se la echó a la boca, bebió un poco de agua y cerró los ojos, esperando que pronto el medicamento hiciera efecto en él.

--Señor Kim. --habló la omega a través de la línea. --Buenas noches, ¿está en casa? Podría acercarse a la habitación de su hijo, por favor. Tenemos una pequeña... situación. Muchas gracias. --la mujer cortaba la llamada. --Viene en un minuto.

Y ese fue el minuto más eterno en la vida de Park JiMin. Solo quería que lo sacaran de ahí y lo pusieran en un lugar seguro.

Por fin sonó la puerta y la mujer corrió a abrirla.

--¿Está bien mi hijo? --preguntó el hombre preocupado.

--Sí, señor. Él está bien. Es sobre... el omega.

El mayor olisqueaba la habitación y sonreía. --Está en celo.

--Sí. Quiere un lugar cómodo para poder pasarlo.

--¿Está en el baño...?

JiMin caminó a pasitos cortos fuera del baño, envuelto en una bata.

--Buenas noches, señor. Sí. Entré en celo y quería saber si podía pasarlo en una de las habitaciones cercanas...

--No. --respondió el hombre con una sonrisa. ¡Estaba sonriendo!

El omega lo miró perplejo. --P-pero estaré ausente... yo...

--La situación es perfecta. --aseguró y luego dio una mirada a su hijo.

--N-no entiendo.

--La última vez que estuviste en celo, mi hijo despertó. Si pasas tu celo aquí, con él, puede que se recupere aún más. --sentenció.

--Padre. No... creo... que... --comenzó SeokJin, pero como siempre fue interrumpido.

--Es lo más conveniente hijo. Después de todo lo compré para tí.

Y JiMin se sintió miserable, como un objeto. Su vista se nubló y se afirmó del dintel de la puerta tratando de buscar algo más de estabilidad.

--¿Eso es todo... ?

--¡P-padre...! Por... fav-

--Entonces, me voy. Acompáñeme, señorita Im. Démosle su espacio a los chicos. Les daré cinco días de privacidad. --informó antes de cerrar la puerta.

JiMin se deslizó hasta el suelo y sollozó quedito. Fue tan iluso. ¿Qué esperaba? ¿Continuar virgen? Ya se lo habían advertido. El alfa había pagado una importante suma por él, ¿cómo es que olvidó que su vida ya no le pertenecía?

Sintió unos pasos acercarse y tembló de miedo, cerrando los ojos con fuerza.

--Por favor, no me toque... --rogó desesperado, mientras su cuerpo pedía totalmente lo contrario.

--N-no lo haré... Lo... prometo.

SeokJin no rompería nunca su promesa. No así su lobo un par de horas más tarde.

No pude subirlo ayer, porque tuve que ir a votar y por estúpida que soy, no cambié mi domicilio de votación y me tocó viajar dos horas para garabatear un voto.

25/11/2024.-
00:00 Hrs.

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