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Deux


JiMin miró totalmente confundido al alfa sin poder entender lo que estaba pasando.

Él se había preparado, pues, para su última noche de castidad. Se había mentalizado para eso. Pero ahora estaba ahí, en esa habitación, con una persona semimuerta en una cama matrimonial.

--No comprendo, señor Kim. --Logró expresar confundido.

--Entra, debo explicarte algunas cosas. --Dijo el alfa indicándole con la mano que ingresara al lugar.

El rubio obedeció y llegó hasta un sofá negro que estaba ubicado justo debajo de la única ventana en la habitación. El alfa se sentó a su lado botando todo el aire retenido en sus pulmones.

--Bien. Entonces, como te dije, ese de ahí es mi único hijo, SeokJin. Es una alfa puro. Él es brillante. Es bueno en todo lo que hace. Cualquier disciplina que le presentes, él se esforzará por aprenderla a cabalidad. Es magnífico... --Describió el hombre con nostalgia.

--¿Qué fue lo que pasó con él...? --Preguntó JiMin con prudencia y timidez.

--Eso es lo más extraño y por lo demás, estúpido. Un día llegó con una gripe, luego tuvo fiebre y finalmente cayó en una especie de coma. Va a ser casi un año de eso. Se alimenta por sonda y está conectado a un ventilador mecánico. Me niego a dejarlo ir sin antes ofrecerle una última ayuda. Ya muchos médicos me han expresado que lo mejor es desconectarlo y dejarlo partir. Me dijeron que hubiera nacido como beta, habría muerto al mes... --Explicó el alfa con angustia.

--Lo siento mucho... Este... Pero, y yo... ¿cómo entro en la ecuación, señor Kim? No entiendo. --Preguntó aún más confundido que antes.

--Bueno, necesito a alguien que lo cuide, alguien de confianza. Necesito a alguien que
esté las 24 horas del día con él. Necesito que alguien caliente su cama en las noches, que lo asee, le haga ejercicios para que sus músculos no se sigan atrofiando y que además ayude a despertar a su lobo. --comentó el hombre. --Primero hablé con su ex novia y ella se negó rotundamente. Luego me contacté con diversos omegas que yo sabía tenían un interés sentimental en él y también se rehusaron. ¡Nadie quiso hacer nada por él después de verlo así! --expresó el hombre con frustración, indicando con su mano a su hijo en la cama.

--Entiendo. Estoy en cuarto año de kinesiología, puedo ayudarlo en lo que sea que él-

--No es solo eso, joven Park. --le interrumpió. Giró su cuerpo hacia el rubio y tomó sus manos. --Un viejo amigo mío me dijo que lo mejor para un lobo casi muerto era un omega, un omega que llamara a su lobo alfa, uno puro. No podía acercar a mi hijo a cualquier omega. Debía ser uno inmaculado ya que los alfas somos celosos. Ya había perdido las esperanzas cuando te vi en esa sala, te veías perfecto, casi como una criatura mitológica. Tuve que pelear con un par de alfas y afortunadamente Kang ya había gastado en dos omegas antes de que aparecieras, eso me dio la oportunidad de adquirite. Eres perfecto para mi SeokJinnie. --Aseguró con una débil sonrisa.

JiMin asintió en comprensión. Lo habían comprado para ser casi un sirviente o esclavo, sin embargo, la buena noticia era que no debía rebajarse sexualmente ante nadie. Eso ayudó a calmarse a sí mismo y a su lobo.

--Bien. Daré lo mejor de mi para cuidarlo, lo prometo. --Determinó el omega, apretando las manos del alfa. --Lo único que necesito arreglar en este caso son mis ciclos de celo.

--Ah, sobre eso. --El hombre frente a el se aclaró la garganta y soltó las manos del más joven --Debes pasarlos aquí, con él.

--¡¿Qué?! P-pero...

--Así tu lobo omega buscará al lobo alfa de mi hijo llamándolo. Es importante, joven Park. Estoy seguro que serás lo que mi hijo necesita, algo dentro de mi me lo dice. --Expresó el mayor en tono soñador. El alfa alzó la vista para mirar a su hijo con tristeza. --¿Qué edad crees que tiene mi hijo? --preguntó el señor Kim sin dejar de mirar a su descendiente.

JiMin se puso en pie y se acercó a la cama para ver al hombre en ella.

No podía describirlo bien. El hombre tenía la piel grisácea, como si la muerte llevara meses reclamándolo. Sus labios eran pronunciados, pero ligeramente azules. La piel de su rostro muy pegada a sus huesos y en general todo su cuerpo estaba casi esquelético.

--Creo que... unos... cuarenta y cinco años.

--Tiene veintiséis años, ¿lo puedes creer? --El alfa se ponía en pie. --Estaba comprometido con una bonita omega de clase alta. Faltaban solo seis meses para la boda. Él la amaba profundamente. Ahora ella está casada con otro alfa. Eligió abandonarlo, maldita perra sin corazón. Ella debería estar aquí con él... --escupió el alfa con rabia.

El mayor se puso en pie y tomó una fotografía que colgaba de una de las paredes blancas. --Mira esto, fue hace dos años. --el hombre le extendió el marco negro con la imagen de su joven hijo al omega y este creyó que no podía ser cierto.

--Es... bastante guapo. Parece un modelo o alguien famoso. --JiMin volteó su vista hacia el hombre que yacía en la cama y volvió a mirar la fotografía incrédulo. No podía ser cierto que ese alfa rebosante de vitalidad, juventud y virilidad, fuera el mismo que estaba al borde de la muerte.

--Así es. Te lo dije. Los omegas, incluso algunas betas, morían por él. Mi hijo era muy guapo. Ahora no es ni la sombra de lo que fue hace un año. --confesó con nostalgia.

JiMin miró al alfa y vio su desesperación como padre. No es lo mismo perder a un retoño que perder a un progenitor. Ningún padre está listo para ver partir a su cachorro, en cambio la vida te enseña con dolor y resignación que tus padres algún día deberán partir.

Mientras él estaba intentando salvar a su madre, ese alfa estaba haciendo hasta lo imposible por salvar a su hijo.

--Señor Kim. Lo voy a ayudar con todo lo que pueda. Lo juro. No dejaré que muera, buscaré la manera de salvarlo, se lo aseguro. Gracias por confiarme a su hijo. --Prometió el omega con los ojos cristalizados.

--Gracias a ti, pequeño. --el mayor suspiraba y se alejaba un poco. --Muy bien. Volvamos a mi oficina. Firmarás el contrato y te daré tus horarios. Oh, disculpa por haberte hecho desnudar antes, pero hace unos meses vino un omega a visitar a mi hijo y dentro de sus ropas traía implementos para tomar muestras de sangre. Espero que entiendas que me he vuelto un poco paranoico al respecto. --Explicó el mayor y el rubio asintió comprendiendo. --Y lo último. Nadie más entrará a esta habitación. Nadie. Solo tú y yo. --El omega volvió a asentir.

Salieron de la habitación, pero antes JiMin volvió a mirar la fotografía del joven alfa que el señor Kim con cuidado había vuelto a poner en su lugar.

--Lo siento mucho, eomma. Ya me conoces, sabías que iba a hacer algo de todas maneras.

--Eres un irresponsable, pudo haberte pasado algo-

--Pero no ocurrió. Estoy bien. Trabajaré todo el día, pero tendré un día libre a la semana. Además tengo un techo donde dormir y comida. No me puedo quejar, pudo ser peor.

--¿Y tus estudios? ¿Qué va a pasar con tu carrera?

--Yo... ya arreglé ese asunto en la universidad. Tendré que volver el próximo año. Solo se retrasará un año, pero al menos te tendré conmigo. Eomma, te amo. Eres lo más importante para mí, por favor inténtalo una vez más.

JiMin oía un largo suspiro desde el otro lado de la línea. --Está bien. Pelearé con este cáncer de mierda con todas mis fuerzas, te lo prometo, cachorro.

--Es lo único que te pido, eomma. Te amo. Debo colgar. Tengo mucho trabajo. Cuídate y dale mis saludos a todos por allá.

--En tu nombre, cachorro. Adiós.

--Adiós. --cortaba. Se estiraba en la cama y miraba a su lado.

Para su fortuna la cama en la que debía dormir era bastante amplia, ¿lo malo? Debía compartirla con un alfa moribundo y esas malditas máquinas que no dejaban de sonar jamás. Toda la noche sonaba un pitido agudo que indicaba que el hombre a su lado estaba estable y que seguía aferrado a la colita de la vida.

Tomó su teléfono y vio que eran cerca de las 6:30 de la mañana y volvió a dejar el aparato en la mesita de luz a su lado. Esta vez se acercó un poco al alfa y alcanzó su fría mano, tomándola entre las suyas.

--Buenos días, joven SeokJin--ssi. Espero que cuando despierte entienda todo y no me odie. No es mi culpa haber sido comprado para esto. Pero lo voy a cuidar bien y prometo tratarlo con dignidad y respeto. Dijo su padre que mi lobo podría ayudar al suyo, así que daré mi mayor esfuerzo y tomaré cualquier consejo sensato para que eso ocurra y vuelva a abrir los ojos. --Soltó la mano del alfa y la guardó entre las sábanas para que guardara calor.

Se puso en pie y se dirigió al baño que estaba dentro de la habitación.

Luego de una buena ducha y un lavado de dientes estaba como nuevo, o algo así. Salió de la habitación vestido de manera ligera y notó que había una bandeja de comida en la mesita de luz y que una omega estaba junto a la cama del joven.

--Buenos días.

--Oh, mi Luna, me asustó. --dijo la chica tocándose el pecho.

--Disculpe. ¿Quién es usted? --preguntó JiMin, olisqueando en el aire el aroma a miel que la omega desprendía.

--Buenos días joven, mi nombre es Lee ChaeYi. Trabajo aquí, pero además soy amiga del joven.

--Comprendo. Soy Park JiMin. Me haré cargo del joven Kim desde ahora y por órdenes del señor Kim nadie puede entrar en esta habitación, solo él y yo.

--Oh. No se preocupe. El señor Kim no está en casa. --Dijo la chica agitando su mano en un ademán despreocupado.

--Aún así, no quiero tener problemas, espero que entienda. --Explicó con amabilidad. --Si gusta puede hablarlo con el señor y así venir a ver a su amigo, es solo que no quiero tener problemas con el señor, si usted me entiende.

--Está bien. Hablaré con el señor para que me permita verlo. Dejé su desayuno por ahí. A las 8 vendrán dos personas a bañar al joven y cambiarlo. Que tenga un buen día, señor Park. --Dijo la chica, inclinándose para salir y antes de hacerlo dio una mirada al hombre en la cama y salió.

JiMin por instinto aseguró la puerta con llave y se acercó al hombre en la cama. Buscó por todas partes algún indicio de... Ni él sabía lo que buscaba y afortunadamente no encontró nada raro. Aún así esa misma mañana se iba a poner manos a la obra con él.

JiMin no podía comprender el nivel de abandono de ese alfa. Fue analizando cada rincón de la habitación del alfa y al ver las fotografías colgadas en los marcos de fotos sintió que su pecho se apretó. ¿Cómo era posible que ese hombre, tan lleno de virilidad y fuerza, en dónde se le apreciaba realizando distintos deportes extremos, ahora yacía grisáceo y sin vida como una flor marchita?

Porque sí. JiMin no era kinesiólogo aún y por supuesto, mucho menos un enfermero o técnico enfermero, por ende no sabía cómo realizar curaciones o nada referente a esa área, sin embargo sabía que nadie se haría cargo del joven y por ende él aprendería todo lo que pudiera.

A las 8 en punto estaban golpeando a su puerta y JiMin dio un saltito cuando ocurrió. Se levantó de la cama y abrió la puerta.

--Buenos días joven Park. Hemos venido a asear al joven y realizarle sus curaciones. Somos técnicos enfermeros. --Le saludó una beta vestida de un uniforme celeste y a su lado, un beta también vestido del mismo color. --Yo soy Kim Hana, mi compañero es Bae Siwoo

--Oh. Buenos días, adelante pasen. --Les abrió la puerta para que ingresaran.

--Nos informó el señor Kim que usted estará cuidando al joven y nos alegra mucho. Aunque necesita algunas terapias. Sus músculos se están atrofiando con rapidez. --Dijo el beta preocupado.

--Sí. Me haré cargo de eso, una vez esté limpio. --Le aseguró el rubio al beta.

--¿Es fisiatra o kinesiólogo? --preguntó con curiosidad la beta.

--Estoy en cuarto año de kinesiología. --Comentó JiMin.

--Eso es impresionante. --dijo la beta, sacando algunas esponjas, jabón y toallas de un bolso. --Bae, trae agua caliente del baño, por favor. --El beta asintió y se dirigió al baño. --Como decía, es impresionante. Es el primer omega que conozco que está a punto de graduarse como profesional de la salud.

--¿Cómo supo que soy un omega? --Preguntó JiMin, sabiendo que una beta no podría saber su casta por su falta de olfato hacia las feromonas.

--El señor Kim nos advirtió. Dijo que usted debe vigilar todo el proceso. Que le interesa que aprenda a hacerlo en caso de que nosotros no estemos. --Informó la beta. --Con mi colega venimos a cuidar al joven todas las mañanas. Lo aseamos y le hacemos curaciones. A las 10 de la mañana nos retiramos. Hoy por lo menos no parece haber problema con el joven, pero hay mañanas en las que todo es un desastre. Las sábanas mojadas y sucias. Ya sabe, es un paciente en coma, después de todo.

--Comprendo. Tuve que atender un par de pacientes postrados que ensuciaban la cama en medio de sus terapias. Algo aprendí al respecto.

--Mucho mejor, entonces.

--Aquí está el agua. --informó el beta acercando un balde a la cama.

--Bien. Ponga atención, joven Park. Para bañar a un paciente comatoso se debe descubrir la piel por partes. Es decir, comenzamos por el torso. --La mujer descubría la piel del alfa ayudada por su compañero. --Al principio era difícil hacerlo por su peso, pero ahora es como una pluma.

Una vez descubierta su piel, la mujer pasaba la esponja húmeda por el torso del alfa. Sus costillas se podían apreciar con facilidad, también sus clavículas. Luego de eso, aplicaba jabón con un guante. Volvía a aplicar agua con la esponja y finalmente secaba con la toalla.

La beta repitió el proceso en todo el cuerpo de su paciente. Limpiando muy bien cada rincón del cuerpo del joven Kim.

--Al principio usábamos sondas para sus desechos, pero se volvió un problema mantenerlo así y ahora usa pañales. Afortunadamente sus alimentos son líquidos y no es muy díficil limpiarlo. Es como un bebé. --Contó la chica con una sonrisa amable y compasiva. A JiMin le cayó en gracia la joven.

--Girémoslo. --Indicó el beta y con ayuda de JiMin lo giraron boca abajo con facilidad, como si el alfa fuera un muñeco de trapo y JiMin jadeó al ver la lesión impresa en la piel de la espalda baja del joven alfa.

--Mierda. --Expresó sin pensar.

--Sí. Es porque está siempre acostado en la misma posición. Él debería estar en movimiento todo el tiempo para que eso no ocurra. Una úlcera de decúbito no es nada agradable y totalmente evitable.

--Voy a comenzar hoy mismo. Lo mantendré en movimiento desde hoy. Verá que pronto esas escaras desaparecerán. --Aseguró Park. La mujer sonrió.

El omega no asimilaba que en tan poco tiempo el cuerpo del joven alfa estuviera tan malogrado.

No. Por su madre que estaba luchando por su vida no iba a permitir que ese joven se fuera con la madre Luna. Iba a cuidar de ese joven aunque tuviera que lidiar con el ruido de esas molestas máquinas y pasar sus celos junto a él. Lo haría.

--Recuerde no dejarlo descubierto y la temperatura de la habitación debe ser ambiente. Ni muy fría ni muy caliente. No sería muy agradable que el joven se enfermara. Usted también debe evitar enfermarse o no podrá cuidarlo. No se contacte con muchas personas en lo posible. Si uno de nosotros dos se enferma, siempre viene otro colega a ayudar. --Informó el beta y JiMin asintió ante la información brindada. --Le voy a dejar mi número de contacto en caso de alguna emergencia...

Una vez que el joven estuvo limpio y vestido de manera decente y acomodado de lado, la pareja de profesionales se despidió con una inclinación (gesto que les fue devuelto) y salieron de la habitación.

--Ya vio, joven Kim. Con la ayuda de ellos lo haré regresar. Haré mi mejor esfuerzo. --JiMin sostenía la mano del alfa. --Saldremos de esta.

Ya era la hora del almuerzo y JiMin decidió que era momento de pedir la comida del joven, aunque aun era algo temprano. Cerró la puerta con llave echando un amplio vistazo a la habitación antes de salir. Caminó por los pasillos de la gran casa hasta acercarse a la cocina.

--Ya le agregaste al alimento de Jin --dijo la voz de una mujer en voz baja.

--No, mañana debo ponerlo. No entiendo cómo no ha muerto ya, llevamos meses poniéndole esa cosa. --respondía la voz de otra mujer.

--Cállate idiota, alguien te puede oír... --regañaba la voz de la primera mujer susurrando con enojo.

JiMin se tapó la boca de la sorpresa y sigilosamente salió de ahí con el corazón latiendo con fuerza. De todas las cosas que podían pasarle jamás creyó que apenas el primer día descubriría el misterio. ¡Ni veinticuatro horas habían pasado y ya comprendía lo que pasaba!

Sintió miedo, terror, ¡pánico! No conocía nadie en esa casa y no confiaba ni en el padre del alfa. Una vez se alejó lo suficiente de la cocina, corrió hasta la habitación de su "paciente", abrió la puerta con manos temblorosas y se encerró ahí.

¿Quiénes eran esas mujeres que querían hacerle daño al joven? No tenía idea, en esa casa trabajaban al menos unas diez personas y del impacto no se atrevió a ver quienes eran. De repente alguien golpeó la puerta lo que le hizo dar un brinco del susto. Se volvió a tapar la boca con sus manos, tratando de calmarse. La puerta volvió a sonar y decidió respirar otro poco más hasta sentirse recompuesto, aunque su corazón corría a gran velocidad.

Abrió la puerta y un beta le sonrió.

--Buenas tardes, joven Park. Traigo su almuerzo y el del joven Kim. --Contó, ingresando a la habitación con un carrito. --Ya sabe que él solo se alimenta de esto. --Indicó, mostrándole una gran jeringa, una jarra de vidrio con agua y otra jarra con una especie de papilla verdosa. --¿Sabe cómo alimentarlo?

--S-sí... B-buenas tardes, sí. Sé cómo hacerlo. Debo limpiar la sonda con el agua y luego usar la misma jeringa para darle el alimento. --El beta asintió. --¿Cuánta cantidad debo darle?

--Son 350 ml. Tres veces al día. Esta vez debe darle 400 ml, ya que no le dimos en la mañana y luego a las 6 de la tarde le damos por última vez otros 400 ml. --Explicó el beta y JiMin no pudo saber si las cantidades eran correctas o no, pues no sabía nada sobre ese tema. Además le extrañó que simplemente se hubieran saltado el desayuno, ¿era eso algo común? Con razón el alfa estaba tan escuálido. Aunque sintió algo de alivio al saber que ese día el alfa no recibiría algo nocivo para su salud.

--¿Y Cuál es mi comida?. --preguntó el rubio tratando de sonar tranquilo.

--Oh, esta es la suya. --dijo el beta extendiéndole una bandeja con una generosa cantidad de comida y un vaso de jugo.

Tuvo miedo, ¿y si también querían envenenarlo? Negó con la cabeza para sí mismo.

--G-gracias, señor...

--Song. --dijo el beta con una inclinación.

--Señor Song, gracias por la comida. --JiMin se inclinaba y el beta se despedía antes de salir por la puerta.

El omega cerró la puerta con llave y corrió hasta la mesita de luz. Tomó su teléfono con dedos torpes. El aparato cayó a la cerámica del piso, provocando que la pantalla se trizara un poco, pero eso no importaba, seguía funcionando, menos mal.

Se sentó al borde de la cama, botó todo el aire de sus pulmones y marcó hasta que una voz contestó.

--¿Señor Park?

--Señorita Kim Hana. Necesito su ayuda. No puedo confiar en nadie más. --Explicó con la voz quebrada por el pánico.

¿En qué mierda se había metido?

***Extraño a mis muchachos. Por lo menos ya tenemos de vuelta a dos (Estoy tan feliz por Hobito).

Y además Jin ahora es embajador global de Alo. Al Seokjin solo le falta ser embajador de la tiendita de mi barrio 🤣.

18/10/2024.-

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