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Omega! Tafalgar Law x Alpha! Reader [Part. 2]

Omega! Trafalgar Law
x Alfa! Reader

Quizás no es tan malo...


Law cerró sus ojos mientras soltaba un pequeño suspiro y se recostaba en su silla mirando el techo de la habitación, estaba cohibido por el suceso de su celo, recordaba vagamente su actuar durante el celo y sabía perfectamente que se había lanzado a Stella pidiendo que le follasen hasta los sesos, pero ella utilizó su voz para intimidarlo y hacer que se mantuviera quieto mientras ella solo lo intentaba calmar con suaves canciones.

No recordaba las letras ni que hacía la mujer, solo recordaba que la alfa estaba quieta mientras él de vez en cuando acariciaba su cuerpo y se acurrucaba en este para relajar sus instintos necesitados de aparearse para tener descendencia. Ella había sido paciente mientras él estaba idiotizado por sus instintos y sabía de primera mano que su celo fue bastante fuerte, al punto que incluso las paredes especiales que recubrían su habitación para que sus feromonas no las atravesaron fueron casi en vano.

Tenía curiosidad por como la mujer aguantó ese lio de feromonas que exigían aparearse, él sabía que cualquier otro alfa -e incluso betas- se habría tirado sobre él para imponerse y violarlo, pero ella simplemente se tragó sus instintos con patatas y le intentó calmar durante esos infernales días los cuales se excedieron de sus habituales tres días a una semana.

Fue una semana tortuosa, pero Stella lo calmó tranquilamente, durante pequeños -casi nulos- espacios de tiempo ella se iba para traerle comida y hacer llevadero ese infierno, fue denigrante, pero incluso le cambió de ropa por el excesivo sudor de su cuerpo acalorado -y semen cuando su excitación alcanzaba su punto máximo-.

Las dudas inundaban su mente cada vez que recordaba lo suave y dulce que era Stella con él, incluso siendo una Alfa no había sucumbido a sus instintos y había actuado muy bien a su alrededor, tampoco era arrogante como las mierdas de alfa que había conocido con anterioridad e incluso estaba feliz de bajar la cabeza por cualquier cosa que él dijese, demonios, si él le dijese que ella saltara de un acantilado estaba seguro que ella ni siquiera lo cuestionaría y lo haría con una sonrisa tonta.

Si ella estaba tan dispuesta a hacer cualquier cosa por él, ¿Por qué nunca pareció afectada por sus feromonas? Aunque odiaba ser un omega, se sentía un poco ofendido por el hecho de que la alfa no se sintiera ni un poco atraída por sus feromonas, sí, sentía como si un poco de su -gigante- orgullo se desmoronaba por ese hecho.

¿Por qué Stella parecía no afectada por sus feromonas? ¿Por qué ella era tan indiferente a él en ese sentido? Lo que más le frustraba era que incluso cuando utilizaba su Scan en ella no podía distinguir nada de su cuerpo, casi como si hubiera una pared blindada que protegiera su cuerpo y solo pudiera ver el exterior, pero no el interior, ¿Qué demonios era Stella? ¿Cuántos secretos guardaba detrás de esa tonta sonrisa y ojos de un cachorro tonto e idiota?

—¿Qué es lo que ocultas, Stella-ya? —preguntó al aire el azabache mirando el techo, sabía que si le preguntaba ella normalmente respondería cualquiera de sus preguntas, pero con respecto a su cuerpo y qué era ella desviaba el tema sutilmente hasta el punto en que, en cierto momento, se olvidaba de su pregunta y cuando terminaban de hablar recordaba cuál era su objetivo principal y terminaba frustrado.

Durante los meses siguiente, Law estuvo al pendiente de la mujer la cual estaba maravillada con el hecho de que el hombre le prestara atención e incluso le dejase abrazarlo sin soltar esos habituales gruñidos, quejas o incluso esos "te voy a matar" o "te cortará en pedazos".

Law notó varias cosas desde que se fijó directamente en la Alfa, cada vez que iban a un pueblo parecía muy atraída a las cosas brillantes y a ciertas piedras a las cuales miraba casi con hambre, cuando visitó su habitación se dio cuenta de que era una acaparadora de cosas brillantes, ¿Acaso ella hacía un nido de objetos preciosos? Era por lo menos... curioso.

Ella parecía no molestarle nada, parecía como si el mundo simplemente no le importase lo suficiente como para molestarla, había visto como de vez en cuando un bastardo le toqueteaba y ella simplemente se alejaba del hombre sin siquiera en molestarse en verlo, cuando una mujer borracha quería iniciar una pelea con ella, Stella parecía totalmente ajena a ese hecho y ni le molestó que terminara con vómito en su mono, sino que se lo quitó dejando a la vista una camisa blanca de tirantes y unos pantalones hasta la rodilla.

Tampoco parecía molestarle hacer el trabajo de alguien más cuando limpiaban el submarino, organizaban suministros, el recuento de cosas y demás, simplemente parecía indiferente a todo a pesar de la emoción que mostraba casi todo el tiempo, ¿Cómo esa chica podía levantar objetos con pesos estúpidamente pesados como si fueran hojas de papel?

¿Era una máscara? ¿Qué era real en ella?

Mientras más prestaba atención a la mujer, más se obsesionaba Law con ella. Stella parecía ser buena en la mayoría de las cosas y en la medicina era bastante mala, pero contrariamente a todo lo visto, cada vez que la atacaban ella parecía indiferente a sus heridas como si simplemente no las sintiera en absoluto, pero luego cuando él la curaba le miraba fascinada por sus habilidades y le felicitaba por atenuar su dolor.

¿Realmente sentía el dolor? ¿Por qué cuando echaba alcohol a sus heridas o la cosía sin anestesia ella ni se inmutaba? ¿Por qué cuando la mayoría de las personas se quejarían de dolores simples ella parecía indiferente a todo el dolor? -y eso que él había dejado salir un poco de su lado sádico y experimental en ella-.

Era... extraña.

Pero a pesar de todo, ella siempre estaba al cien por ciento si se trataba de él, casi cuidándolo como si fuera un niño pequeño haciendo que se molestara bastante por eso, pero luego a regañadientes aceptaba que tal vez tenía que dormir más de tres horas al día y que no podía pasar una semana sin dormir, junto con que quizás a veces se sentía agotado y necesitaba relajarse.

Y también que necesitaba comer otras cosas que no fueran onigiris junto con no saltarse las comidas por estar encimado en algo que le gusta o atrae.

Eran pequeños gestos que al final él se terminó acostumbrando y le parecían tan normales, que cuando empezó a repensar nuevamente las cosas, se dio cuenta de que estaba siendo mimado por la mujer a la cual creía que era tan dispersa y despistada.

¿Cómo era que le conocía tan bien y lo convencía de manera tan sutil de hacer las cosas a su manera? Se había dado cuenta que desde que ella llegó a su vida, su peso lentamente fue aumentando al igual que su musculatura, cosa que antes le parecía frustrante debido al hecho de que se había quedado estancado en cierta fuerza y culpaba a su condición de omega por eso.

Ella había adaptado un método de entrenamiento que incluso su clase jerárquica no pudo ignorar y se doblegó levemente para mostrar el cuerpo común de un hombre beta en vez de el suave y liso de un omega.

Dándose cuenta de todos esos pequeños detalles y el latido de su corazón, entendió que ella era la indicada para ser su pareja. Ella nunca le levantaría una mano, tampoco se impondría, no le obligaría a tener relaciones sexuales cuando le plazca, no lo mangonearía de ninguna forma y lo cuidaría de forma casi fantasma junto con mimarlo de maneras imperceptibles.

El cortejo de Stella era tan sutil que Law lo pasó por alto junto con sus propios sentimientos.

Entonces, él decidió tomar cartas en el asunto.

Stella se extrañó que el estoico de su capitán de la nada le prestara atención, mucha más atención que la que tuvo en esos últimos meses, pero no cuestionó nada, incluso cuando él en algunos momentos que estaban solos se sentaba en su regazo sin que ella le obligara o que le pidiera que cocinara de vez en cuando -estaba encantada con que el hombre se sentara en su regazo y amaba cocinarle porque se veía tan feliz comiendo algo preparado por ella-.

Oh si, también le robaba algunas ropas que eran de hombre, pero ella utilizaba debido a que eran más cómodas, chaquetas largas negras, polerones, algunas muñequeras y algunos accesorios.

Bien, aunque al principio se molestó bastante con que alguien estuviera robando sus cosas y casi mata a Shachi y Penguin en el interrogatorio, una vez que se enteró que era Law simplemente quedó desconcertada y le dejó hacer lo que él quisiera.

Si él quería su lápiz favorito que tenía un osito en la parte de arriba, adelante, compraría otro lápiz similar, ¿Qué quería alguna de sus joyas? Con el corazón sangrante, agonizante, adolorido y lloroso se la daría, no importa, luego robaría a algún idiota que la acosara o la enfrentara, ¿Él quería sus chaquetas las cuales le gustaban? Bien, que las usara -omitamos el hecho de que él se veía mejor en esas chaquetas que ella misma-.

Vamos, incluso sentía que cuando ella estaba cerca el aroma a omega del hombre aumentaba ligeramente y la envolvía sutilmente, después de ser envuelta por ese aroma se dio cuenta de que algunos omegas que si bien antes la molestaban se mantenían alejadas una vez sentía ese sutil aroma, casi con una cara de decepción o frustración, pero cuando había tipos o chicas que eran más insistentes, Law se encargaba de alejarlos.

Law se sentía cada vez más molesto, ¿Por qué Stella estaba totalmente inmune y ajena a su cortejo? ¡Que irritante! ¿Acaso no era de su agrado? ¿No era guapo o lindo? Él tenía una alta autoestima y era consciente de que su físico hacía derretir tanto a Alfas, omegas y betas, era codiciado por su rostro, su cuerpo o su aroma, ¡Pero ella era totalmente inmune! Eso hería su ego, ¿Bien? Su autoestima era bastante alta y estaba seguro de que, si se proponía cortejar a alguien, él lo tendría rogando porque siquiera le diera una mirada, pero Stella... ¡Por el amor de dios! Era exasperante, ¡Incluso si un Omega en celo se lanzase a sus brazos no reaccionaba! ¿Qué demonios era esa cara de madera tiesa? ¡Por dios, ni siquiera parpadeaba en su expresión de pez muerto!

—Stella-ya, ¿De verdad eres un alfa? —preguntó Law casi al borde de la exasperación.

—Sí, ¿Por qué? —preguntó la chica mirándolo fijamente con sus hermosos ojos, desconcertada por la repentina pregunta.

—¿Por qué no te afectan las feromonas?

—Auto control, supongo —habló extrañada la chica, pero se encogió de hombros.

—Voy a ser franco contigo. Ningún Alfa tiene ese autocontrol que tienes tú e incluso los betas, que son menos influenciados por un omega en celo, se lanzarían a uno si este se tirara a sus brazo en bandeja de plata.

—Oh... que irresponsables, ¡Si el omega no quiere o ni son cercanos como para ser amantes no deberían hacer semejante cosa! —la chica hizo una mueca de desagrado— A esos bastardos habría que castrarlos y no dejar que tengan descendencia.

—Exacto —asintió Law—. Stella-ya.

—¿Sí, Law?

—¿Estás interesada el algún omega? —preguntó directamente.

—¿No?

—¿Buscas algo en un omega?

—¿Qué me ame?

—¿Qué buscas en una pareja?

—¿Qué me quiera...?

Law suspiró mirando a la chica la cual estaba visiblemente confundida.

—¿Por qué me haces todas estas preguntas? —preguntó Stella.

—Me gustas —habló directamente Law sabiendo que los rodeos no iban con su persona y que si lo decía de otra manera ella ni cuenta se daría—. Me gustas y quiero que seas mi pareja, que me marques.

—¡L-law! —habló sobresaltada la mujer y le miró preocupada— ¿Estás seguro? ¿Yo?

—¿Qué? ¿No soy suficiente para ti? ¿Quieres un omega de mejor personalidad y más suave? —habló con brusquedad, él normalmente no reaccionaría de forma tan exaltada, pero la reacción de Stellarium era casi tan horrorizada que le ofendió e hirió, ¿Qué tenía de malo estar con él?

Sabía que no era como los otros omegas y su orgullo era bastante grande como para someterse o mover el culo como otros. Él no era suave y blando, no tenía la personalidad más buena del mundo y sinceramente era bastante grosero y burlón la mayoría de las veces, ¿Pero era tan malo eso? No quería ser una réplica de cientos de miles de omegas sumisos que ni siquiera pueden mirar a los ojos a su pareja, no quería seguir un aburrido estereotipo que es inconveniente y no le ayuda en nada a sus planes a futuro.

Él era plenamente consciente de que no era una persona fácil, su actitud era espinosa y su físico no era el adecuado para un suave y dócil omega que da a luz a cachorros fuerte y saludables, sino un omega musculoso y fornido incluso si era delgado que no tenía espacio en su mente para hijos en primer lugar -omitamos el hecho de que no sabe si sus hijos podrían heredar el síndrome plomo ámbar y eso le aterrorizaba, no quería que su hijo sufriera el miedo de ser acechado por algo casi inevitable y tampoco quería hacerle una operación a un bebé, su bebé-.

—¡No, no, no, no! —negó la chica.

—Estás sonando demasiado forzada, si no te gusto simplemente recházame, no soy tan débil como para caer en una depresión omega por un rechazo —gruñó el azabache dispuesto a salir de la habitación si no fuera porque fue abrazado por detrás por la mujer, la cual apoyó su frente en su hombro.

—¿Estás seguro que quieres estar conmigo? —habló suavemente la chica—. Law, no soy tan buena como crees... puedo llegar ser muy peligrosa, aun así... ¿Estás seguro?

Law sintió un escalofrió recorrer su espalda mientras estallaba en sudor frio, su cuerpo tembló inconscientemente sintiendo casi como si la habitación se enfriase a grados negativos y se fuera oscureciendo lentamente, él sentía... miedo, un miedo terrible y eso que ella ni siquiera estaba utilizando la intimidación de los alfas o la voz.

—... Sí —respondió después de un rato, incluso si se sentía inquieto por los escalofríos en su cuerpo—. Porque sé que nunca irás en contra de mis órdenes o mi bienestar, ¿Verdad? —Law se volteó y miró a la mujer la cual le miró sorprendida.

El azabache vio por un segundo como los ojos de la mujer eran rendijas similares a las de un reptil, pero se fue tan rápido como lo vio, ¿Qué fue eso?

—Nunca te lastimaría Law, mi vida te pertenece —habló la mujer y se arrodilló frente al hombre el cual se sonrojó levemente—. Puedes hacer lo que quieras conmigo, decirme cualquier cosa y lo haré, incluso si es imposible lo haré posible por ti. Moriré antes de ponerte una mano encima o hacer algo que no quieras.

—Bien... —sonrió el azabache y se inclinó para besar suavemente los labios de la mujer la cual se sonrojó hasta las orejas.

Desde ese día, Law conoció lo que era una verdadera persona pegajosa, a veces se preguntaba si había hecho lo correcto al confesarse a esa mujer extra cariñosa, pero luego recordaba que la amaba por todo lo que ella hacía por él, incluso sin rendirse con su actitud espinosa y sabía que ella era la correcta, no le celaba brutalmente, no le privaba de sus libertades, no lo detenía en sus decisiones y lo apoyaba incondicionalmente, incluso si de vez en cuando lo tenía que salvar en una o dos ocasiones.

Aparte de que ahora olía a Alfa y la mujer a Omega, cosa que le beneficiaba enormemente ya que no lo subestimaban debido a su jerarquía ni le acosaban u olfateaban, demonios, incluso se mantenían bastante alejado de él pensando que era peligroso evitando así escenas molestas.

Law se hace el difícil no más, pero si no le dan bola se frustra xD

Y sí, después de un milenio, volví a actualizar esta historia hahahaha ¿Me extrañaron por estos rumbos?

No he actualizado exactamente en esta historia desde el 15 de mayo xD /le tiran mierda por el retraso
/Se escapa gaymente y feliz porque puede que mañana reciba aritos de Zoro y vaya a comprarse ropita que le gusta 

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