Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 27

—¿Qué es todo eso de Ashes, Olympus, el sótano, las carreras? — comienzo queriéndome volver loca por todo.

—Es tarde ya... tal vez durmiendo aclares un poco tus ideas... — propone Rebecka.

—No necesito dormir, necesito respuestas.

—Pues mira, volviéndote loca aquí en esta habitación no las vas a conseguir. Por qué no mejor intentas relajarte y pensamos cómo conseguir la información — pide Artemis.

—De acuerdo. Pensemos. Dejando de lado las cosas que no entendemos, hablemos de lo poco que sí. Tu hermano hace carreras, y dado que las motocicletas están ahí, es probable que ahí mismo sean. Hablaron sobre el viernes, por lo que entiendo será este viernes, ahora, solo tenemos que saber que harán el viernes para poder investigar.

—Yo me encargo de eso — decide —, mañana vendré a verte, hoy investigaré todo lo que mi hermano y sus amigos se traen y te lo diré.

—Está bien.

Alguien toca la puerta y las tres nos callamos al instante.

Esta vez soy yo la que va y abre.

—Hola — saluda Eros sonriente y bastante amigable —, siento que sea tan tarde, he venido por mi hermana.

—Ya voy — responde ésta y camina a donde estamos.

—Espero que se haya comportado.

—Todo ha salido bien, no te preocupes.

—Gracias por cuidarla.

—No es nada.

Artemis me da un beso en la mejilla y sale al pasillo, Eros se queda recargado en el marco de la puerta y ve como su hermana se aleja un poco.

El chico se endereza y da un paso hasta queda rosándome. Me mira a los ojos y se queda así un momento hasta sentir que toma una de mis manos.

—Te veo mañana — se despide y da la vuelta.

Alzo la mano para ver lo que me ha dado y termino poniendo los ojos en blanco cuando veo un dulce.

Sí, un chocolate.

Cierro la puerta y regreso a mi cama, comienzo a desvestirme y a ponerme la pijama.

Una fugaz idea me pasa por la mente, pero decido pasar esta noche sin atormentarme, sin ver expedientes ni nada que tenga que ver con ellos.

—¿Te dormirás ya? — pregunta Rebecka cuando ve que comienzo a acostarme.

—Así es — acepto abriendo el chocolate y dándole una mordida —, quiero olvidarme de que ellos existen por unas cuantas horas antes de seguir con mi camino hacia la muerte.

(...)

Me acomodo el uniforme y termino de meter mis cosas a la maleta deportiva. Me la cuelgo en el hombro y salgo del vestidor.

Becka ha aprovechado su caída de la mañana para no entrar al entrenamiento, ya que terminó torciéndose el tobillo y anda cojeando para todas partes. Ha venido a hacerme compañía y acto de presencia, aún cuando fue nuestro propio entrenador el que le atendió en la enfermería.

Dejo la maleta junto al resto en el piso y me sigo de largo a donde todos se reúnen.

El profesor hace sonar el silbato y sin necesidad de dirigir a nadie, todos comenzamos la carrera alrededor del lugar.

Ubico a Ares de prisa para no toparme con él, y cuando voy buscando a Becka en las gradas veo a los otros seis dioses.

Troto a una velocidad media y termino emparejándome con Eliot.

—Hola — le saludo rápidamente.

—Hola, California — responde con un amplia sonrisa.

—Me preguntaba si podía entrenar hoy contigo — eso mismo, deseo ser molida por él y no de la forma que todas quisieran —, Rebecka se lastimó un tobillo y no me fío de los demás. Algo me dice que serás considerado a la hora de partirme a la mitad. Hmm, sonó ligeramente turbio, pero me refiero completamente al entrenamiento.

Eliot suelta esa risa fuerte y linda que tiene y asiente.

—También de esa forma sería considerado contigo. Pero en efecto, volviendo al tema original, por supuesto que puedes entrenar conmigo.

El silbato vuelve a sonar y giramos sobre nosotros mismos cambiando de dirección.

Luego de unas cuantas vueltas más el entrenador nos ordena juntarnos en parejas y ambos nos alejamos del resto.

—Dejaré que me tires — acepta Eliot —, no pondré resistencia.

—¿Cuál sería el caso? No sería solo darme una victoria ficticia.

—Bueno, quiero ver si logras hacerlo, tampoco me meteré el pie por ti.

Me acomodo y espero unos segundos antes de lanzarme.

Como lo dijo, no forcejea conmigo, ni intenta tirarme. Pero tampoco logro tirarlo.

Jalo una de sus piernas y apenas logro moverlo ligeramente.

Quiero creer en esa frase que dice lo de la mañana y la fuerza, pero por otro lado comienzo a pensar que debes tener una fuerza equivalente para que la maña funcione.

Quien sabe.

Eliot de un solo movimiento me tira, aunque no me deja llegar al piso realmente.

—¿Sabes algo? — pregunto —, creo que elegí el deporte equivocado. Posiblemente en algo como Kick Boxing dejaría de estar en piso.

—No es eso, yo te veo bastante potencial, lo único que te hace falta es práctica y experiencia, cuando yo empecé no me mantenía de pie más de diez segundos.

—Se honesto, ¿crees que algún día logre tirar a alguien?

—Por supuesto, algún día vas a lograr tirarme, no tengo dudas.

—Jamas me sentí tan liviana como cuando entré aquí. Tirarme es tan fácil como tirar un niño.

—Sabes, no es cuestión de peso. Obviamente influye, pero, cuando aprendas a pararte bien y conozcas los puntos débiles de una persona todo será diferente.

—¿Puedo hacerte una pregunta un tanto indiscreta?

—Claro, dime.

—¿Cuánto pesas?

—¿Cuánto crees que peso? — pregunta bastante divertido.

—Hmm... quisiera creer que unos noventa kilos, pero sé que estoy equivocada y pesas más que eso.

—Ciento quince — responde.

—Eso es tan increíble...

—Pues verás, genéticamente soy una persona grande. Mi padre es alemán y mi madre rusa aunque nació en Estados Unidos. Ella pasa del uno setenta y mi padre casi llega al uno noventa. Así que el producto de eso fue un niño que tiene un metro noventa y cinco de distancia entre la cabeza y el piso.

—Esto es abrumador — confieso —, ¿no has pensado en ser actor? Con ese tamaño seguro serías buen candidato para un papel en Marvel.

—Posiblemente, aunque he pensado dedicarme a artes marciales mixtas.

—¿Y llegar a la UFC?

—Sería genial — admite —, sabes, a veces hay momentos en la vida que te hacen tomar una decisión crucial.

—¿Cuál fue ese momento en tu vida?

—Cuando toda la gente que me hacía Bulliyng pensó que sería divertido unirse para jugarme una broma. Un niño gordo normalmente no es bien recibido en la sociedad.

—¿Eso crees?

—Bueno, eso me enseñaron todos. Imagina llegar un día a la escuela y que la chica que te gusta te diga que le gustas. Muy ilusionado le confiesas tus sentimientos y al final resulta que todos estaban escuchándote para luego reírse de ti. Para terminar agregaremos unos detalles ingeniosos que tienen que ver con pastel de chocolate esparcido por tu cara para que luego todos griten "bruce" como si de Matilda se tratase. Luego de algo así, sólo tienes tres opciones. Te suicidas, sigues siendo Bruce, o cambias el pastel por pesas y haces que esa chica se arrepienta de haberte hecho una broma.

—¿Por qué después de eso sigues siendo un chico tan lindo?

—Bueno, lo que menos quieres es convertirte en lo que alguna vez te lastimó, además es una pieza clave para demostrar tu madurez.

—¿Nunca has querido volver a ver a todos esos que te jugaron la broma?

—Lo he hecho — afirma —, todos los días — dice con tono más serio y la mirada fija en alguien más.

Volteo y noto la mirada conectada de Ares y Eliot.

Lo que me hace encajar una pieza nueva del rompecabezas.

—Era Hera — descubro —, estabas enamorado de ella.

__________________
Siguiente actualización, viernes 19 de febrero. 💞

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro