Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Tres: ¡Despierta o estalla!

Laura estaba justo ahí, ¿con un chico? Bueno, no importa. Ella estaba sentada esperando el vuelo con cara de agobiada. ¿Me extrañaría? ¿O ya me habría olvidado? Había pasado poco tiempo (en teoría) sin haberla visto, pero para mí fue muchísimo tiempo, una eternidad. Laura había desaparecido de la nada y había vuelto hacia mí al fin, me sentía muy nervioso al saber lo que podría responder. Una parte de mí sabía que había una gran posibilidad de que no volviera y todo este viaje habría sido una gran pérdida del tiempo. ¡Vaya agobio! Ya estaba temblando.

¿Por qué había tanta gente en el aeropuerto? ¿Estaban regalando los tickets o algo por el estilo? Sentía que Laura se iba justo cuando llegaba ahí, ¿y si me desmayaba justo ahí? ¿Y si me moría de la impresión cuando llegaba a Lauch? ¿Qué era lo que me estaba pasando? Bueno, era hora de ir hacia el objetivo de siempre, solo pedía que nadie lo impidiera, suficiente hizo el destino.

Revisé una vez más las cámaras y todo se miraba bien, Lauch se miraba más agotada y cansada, pero seguía siendo mi Lauch. Me acerqué y tardé en poder acercarme al avión de Lauch, sí que había muchísima gente en el aeropuerto. No sería fácil acercarme rápidamente y para variar, Maya me había escrito algo que me hizo odiarla por un momento, ¿no tenía otra cosa que hacer?

Maya: Pete, sé que quieres a Lauch. No la busques, y olvídala.

¿Qué era lo que hacía que Maya dijera eso? ¿Acaso, Lauch sabe que la estoy buscando? Si es así, estoy perdido. Lauch es muy estratégica, por eso siempre me ganaba en ajedrez. Lauch haría cualquier cosa antes que enfrentarme, prefería actuar desde afuera para ganar en vez de ganar en la cara, simplemente le interesaba ganar. Y lo peor era que... siempre le funcionaba.

Me sentía raro yendo hacia el lado donde Lauch estaba y poco a poco me estaba acercando. Iba muy, pero muy rápido, así que una oficial me paró y me miró de una manera muy sospechosa. Luego, de escanearme un poco, con su cara de sospecha gigante me dijo:

—Senhor, você está bem? Você não pode correr por aqui. Há algo com que você deve se preocupar? Venha comigo! 

No supe qué contestar, no me culpen, sabía inglés, español y francés, pero, no portugués. ¿Qué se supone que me había dicho? Yo tenía una cara de tonto que no entendía nada como un niño chiquito y tenía miedo de que lo que escuché fuera algo muy malo. Tiempo después, finalmente supe que me había dicho: Señor, ¿está bien? No puede correr por aquí. ¿Hay algo de lo que deba preocuparse? ¡Venga conmigo!

—No sé hablar portugués. Não portugués. Do you speak English? ¿Sabe hablar español? Pouvez-vous parler français?

—Tenho um suspeito que não fala português. Seu nome é Peter Carrasco e, de acordo com sua identificação, é espanhol. (Tengo un sospechoso que no habla portugués. Su nombre es Peter Carrasco y de acuerdo a su identificación, es de procedencia española.)

Nunca me había sentido tan tonto, estaban hablando de todo y no tenía idea de lo que estaba pasando. ¿Había hecho algo para que una oficial me estuviera siguiendo? ¿Qué era lo que había hecho? Si no me apuraba en este proceso, lo más seguro es que perdería a Lauch otra vez. Y cuando más necesitaba a mi guía turística y traductora, se desaparecía.

—Venha comigo, por favor!

Me llevaron a una cabina donde me revisaron y escanearon. Por algún motivo, estaba en una prueba médica y de más. Ahora entiendo lo que Cora decía, por mostrarme nervioso, era tomado como un sospechoso. Finalmente, llegó un traductor y tuve que explicarle todo de pies a cabeza para que me dejaran ir, nunca había matado ni a una mosca, y ahora era cuestionado por la policía de otro país. Ahora sí que terminé odiando la visita a Brasil.

El policía me dijo que debía calmarme, pero yo ya estaba cabreado y ofendido. De seguro que en lo que me revisaban, se les había escapado un verdadero criminal. Fue algo completamente horrible, recuerdo como revisaban cada parte de mi equipaje y me hacían preguntas por doquier.

De pronto, sentí que todo estaba temblando y no podía ver nada con claridad. Simplemente, sabía que ya era tarde para ir a Lauch. Todo por ir corriendo y sudando, que la policía me cuestionó e investigó. ¿Acaso tenía algún tipo de antecedente o cara de delincuente?

Cada cosa que pasaba, me decía que Lauch no regresaría y me ponía cada vez más inestable. ¿Por qué el destino me daba algo, me lo afirmaba, me hace disfrutarlo, después me pega con el puño, casi me mata y ahora me quita lo que me dio? ¿No existía aquel dicho de los regalos no se piden de vuelta? ¿O algo así? El destino y yo debíamos charlar.

Fue una sensación horrible, cuando de pronto escuché que la lluvia inició y oí una bulla en la puerta del frente. Todo se me hacía confuso, hasta que oí una voz que me gritaba:

—¡Señor Carrasco! ¡Señor Carrasco! ¡Despierta, tío!

Sin duda alguna, ese había sido el sueño más movido que había tenido en toda mi vida. Había sentido toda la adrenalina y el estrés en mí. ¿Qué rayos me pasaba? ¿Cómo qué acceso a las cámaras y luego, interrogado por la policía brasileña? ¿Qué había comido la noche anterior? Menos mal, Cora usó sus gritos en el momento más indicado para hacerlo. ¡Al fin sirvió!

¿Cómo que la policía? ¡Qué horror! Eso solo fue un sueño, pero se sintió como la realidad completamente presente. Estaba terriblemente alterado y tenía miedo de continuar. ¿Y si pasaba algo igual de malo por perseguir a Lauch? ¿Y si Maya le alertaba? Además, en el sueño podía correr como chita, y eso ni siquiera antes de quedar en coma, menos ahora. La esperanza es lo último que se pierde, ¿no? Si es así, ya no me queda nada. Y Cora tenía los ojos de ¿qué rayos soñaste para estar así? ¿Por qué rayos había soñado todo eso? ¿Por qué?

—Debería relajarse, Peter —saludó Cora.

Cora era muy intuitiva y predecía perfectamente que algo me pasaba, algo que ocultar que la pondría en peligro. Eso era un tanto exagerado, al menos si no pasaba algo de lo del sueño. Pensándolo ahora, no era tan descabellado el revisar las cámaras. Podría poner en marcha un plan, pero ahí sí que la policía tendría excusas, y por ningún motivo quiero vivir eso en la vida real. Definitivamente que no, señor, eso sí que no. ¿Habrá algo como esto en el libro?

Volví a leer y si mis cálculos no fallaban, Laura iría a São Paulo a tomar fotografías al evento de robots que harían. Lauch amaba los robots, y el segundo paso de Alba era ir a fotografiar lo que más le gustaba en la ciudad que estaba, y en la que creía que se quedaría permanentemente. Eso me da un punto a favor, y uno en contra. El a favor es que sabría a dónde iría, y el en contra es que conociendo a Lauch, ella también se quedaría en la ciudad y seguiría viajando antes que volver a su ciudad, y a su pasado: España. 

A Alba, Colombia le trae malos recuerdos y por eso, no quiere volver. Al pensar en Colombia, solo podía recordar su casa derrumbándose y las constantes guerras del lugar. Al principio, me costaba pensar en algo que le hiciera sentir así a Lauch, luego recordé el incidente donde me rompí casi todo y casi moría. ¿Y si Lauch no quería volver a eso? ¿Y si la espera la lastimó y prefirió huir de eso? Lo que ella no sabía es que eso pasaba en todo el mundo, no solo en España. Tenía mucho de que hablar con ella, y mucho de que reflexionar, también. 

Cora me guió hacia el aeropuerto y fuimos hacia São Paulo. Por lo que entendí, había que inscribirse para entrar a la exhibición, ya que había cupo limitado. Busqué su nombre, y ahí estaba la única e inigualable Laura Martín. Me inscribí justo en el siguiente horario que ella, para llegar cuando ella estuviera saliera, y así no tener que buscarla adentro. Más bien, quería encontrarla justo cuando saliera del lugar, de esta manera, no podría escapar y tendría que afrontar el problema cara a cara. Si me veía adentro del evento, simplemente se iría. Estaba seguro que podría convencerla y hacerla sentir mejor, ¿verdad? ¿Mi plan tenía lógica? Mucha, ¿no es así? Eso esperaba, pues era mi esperanza.

Ya en São Paulo, me instalé en un hotel muy bonito y sofisticado. Me encantaba la arquitectura de cada uno de los hoteles de Brasil, se nota que los arquitectos se tomaban muy en serio su trabajo. ¡Vaya que sí! Me encantaba mi cuarto, estaba completamente equipado, a pesar de que solo estaría en él un par de días, o incluso horas.

Cora estaba emocionada por ir a visitar el museo donde se expondrían los robots, la pobre no tenía idea de que yo no quería ver los robots sino alcanzar a mi chica. (Aclaro que me encantan los robots y su mecanismo, pero no era a lo que iba. Mi misión era otra.)

El día había llegado y no había dormido ni un poco. Bajé a las mesas del hotel y ordené mi desayuno. Comí bastante más de lo que estaba acostumbrado, supongo que estaba muy ansioso. Comí quizás el doble de lo usual, nunca tenía tanta hambre, aunque más bien era ansiedad y no hambre.

Estaba desayunando tranquilamente hasta que Cora llegó a atosigarme con sus relatos de Brasil y un chico que conoció allí. De hecho, estaba ansiosa y animada de ir a São Paulo, pues lo volvería a ver. En sí, ella me contó su historia perfecta de verano, aunque tuvo que despedirse de ella y del chico por el trabajo. El chico no soportaba una relación distante y la olvidó, y al parecer Cora también, pero seguía ansiosa por verlo. ¿Por qué no podía ser una persona normal de olvido rápido? ¿O al menos de alivio rápido?

Me arreglé y me puse una camisa azul marino lisa y unos jeans. Decidí agarrar mi cinturón, un gorro y unos lentes, para que Lauch no me reconociera de lejos. Este era un respaldo al plan, pues en esta ocasión como milagro, no se me ocurrió ningún plan B.

Entramos al estacionamiento y Cora casi me exige que me inscribiera a una rifa para ganar algún premio, un muy buen premio a su parecer. Supuestamente era una "sorpresa". No tuve otra que aceptar, e ingresé mi nombre. Al parecer, debían tener personas inscritas para poder llevar a cabo la rifa, no sé por qué Cora insistía tanto.

Me dirigí a la galería y Cora entró entusiasmada a ver a los robots y a su ex-chico rápidamente que casi sacude el planeta entero. Mientras tanto, yo estaba esperando a que la chica en cuestión saliera con su cabello largo hacia el lugar de espera.

Y allí estaba ella, pero esta vez no era un sueño, esta vez era la Lauch con pies y cabeza. ¿Otra vez con un chico? ¡Basta los celos Peter, en serio! La vi saludando a alguien y tomándose fotos con los robots. Era todo bastante interesante, me parecía increíble. Ya entendía por qué Cora estaba tan entusiasmada y Lauch escogió esto para sus fotografías especiales. A pesar, de que estaba siguiendo el camino escrito, se me hacía difícil, muy difícil predecirlo y seguirlo.

—¡Lauch!—exclamé.

Lauch estaba saliendo del foro, y al fin podría hablarle y saludarla de nuevo. ¡Al fin! Era casi un año sin verla para mí, aunque 8 meses no estaban tan lejos del año. ¡Había sido una eternidad, una eternidad dormida!

Lauch estaba saliendo del foro, cuando de la nada escuché en la bocina del foro: "Peter Carrasco se necesita su presencia en el escenario. ¡Ha ganado el premio de la rifa!". ¡Tonta rifa! Jamás me había sentido tan enojado de ganar algo, eso significaba que Laura había escuchado eso y mi plan se había arruinado. Cuando me de quién había organizado la rifa, estallé como un globo. Y veía como el globo de Lauch y Pete se me escapaba de las manos, salía volando y estallaba junto a mí. ¡Gracias Cora, te lo agradezco! En el momento menos oportuno, la alerta a Lauch llegó.

¡Hola, familia de Wattpad! ¡Llegamos al 3! ¿Cómo creen que Laura reaccionará al escuchar "Peter Carrasco". en el foro? ¿Qué harían ustedes? ¿Lo enfrentarían, idearían otro plan o saldrían corriendo? ¡Gracias por leer! No olviden votar, comentar y compartir. ¡Gracias a todos! ¡Descansen bien!


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro