Por fin llegue a casa, aquel día había sido interesante, aunque ya era algo tarde, mañana hablaría con Cray sobre lo que paso y le pediría una disculpa; cuando entre a mi casa ahí estaban mis padres y mi hermano, yo les salude y entre a mi habitación, seguidamente de eso, cerré la puerta con seguro.

Abrí mi armario y saque de ahí dos  mancuernas de 45 kilogramos, empece a ejercitarme, veía fijamente a la pared con una mirada seria, no dejaría que me volvieran a tratar mal, golpear o cualquier cosa de aquel tipo, no... ya no mas.

Practique por unas tres horas, en eso, ya había caído la noche, volví a guardar las mancuernas hasta el fondo de mi armario, también quite el seguro de mi puerta, tendí mi cama y me eche en esta misma; cerré mis cuencas sin dormirme aun, por mi mente pasaban muchos recuerdos, recuerdos de como vivía con Rurik, como cambio... en eso, logre escuchar que abrían mi puerta, yo mantuve mis ojos cerrados, ya si pasaba algo grave los abriría, en eso, siento un peso a mi lado, una mano paso por mi rostro acariciando mi pómulo, seguidamente un pequeño beso en el mismo lugar, luego oí un "Te amo", el cual estaba lleno de amor y dulzura, reconocí esa voz al instante, luego, cuando el se fue, un calor en mis pómulos apareció, al mismo tiempo que una sonrisa.

No se como hizo eso el idiota pero... de cierto modo me alegra... "Yo también te amo... Rurik", dije al aire, para luego caer dormido.

Atte: Lotus