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Capítulo 4


JungKook POV.


Mi madre había tenido dificultades para pagar algunas deudas en casa hace más de nueve meses, por lo que busque en varias partes un trabajo de medio tiempo. En todos los lugares a los que iba, me respondían de la misma manera: eres menor de edad, no nos sirves. Hasta cierta noche, había ido a conseguirle dinero a TaeHyung, quien se había vuelto en mi prestamista más importante. Una señora, en ese entonces creí que lo era, se me acerco y comenzó a hablarme de un lugar donde necesitaban personas, me miró, examino completamente de arriba abajo, haciendo un gesto de aprobación, me llevo a su local y dijo que era un nuevo caballero de compañía, hablando en español, un prostituto, un puto. Al principio quise negarme, pues creí tendría que acostarme con mujeres y eso me desagrado, pero luego me dijeron que era un prostíbulo gay, donde había transformistas, y otros que no, por lo que acepte, sin tener más opciones. Mi padre había muerto hace tres años atrás, en un accidente, un tipo lo atropelló y huyó. Mi madre estuvo un año en depresión, durante ese tiempo nos mantuvimos económicamente gracias al seguro de vida de él, pero no duró mucho. Al empezar a recuperarse de su depresión logro establecerse y encontró un trabajo de camarera en el bar de su amiga de la secundaria. No era el mejor sitio, pero era eso o nada. Mi sueño y meta son terminar mis estudios y poder trabajar para responsabilizarme de todo en casa y que ella dejara ese trabajo.

¿Cómo supo Tae sobre mi trabajo? Simple ¿no? Una noche llego como cliente, al reconocerme pidió que yo lo atendiera, me comentó que había peleado con Ho Seok ese día y que andaba caliente, que necesitaba desahogarse, por lo que terminamos teniendo sexo, pues en eso trabajo y él pagaría una buena cantidad, le regrese la propina ya que le debía dinero, y aún le debo una cierta cantidad. Al principio me resultaba asqueroso tener que acostarme con tantos tipos, pero no tenía opción, a pesar de tener el miedo de agarrar una infección o alguna enfermedad, lo seguía haciendo. Las propinas no eran tan malas, había logrado quedar al día con el arriendo del departamento donde vivimos con mi madre. Le compre una tv donde pudiera ver a color, una radio nueva, una cama ya que le hacía falta, pues algunos alambres, tablas comenzaban a asomarse y había comenzado a romperse el género, por lo que le regale una nueva de dos plazas. Ella sabía que estaba trabajando, le había mentido, y eso era lo que más odiábamos, pero no podía decirle que trabajo de puto, sería mucho para ella. Ya le bastaba con tener que soportar a su hijo marica, porque si, le había confesado que me gustan los niños y no las niñas. Pero su respuesta me sorprendió, pues ella me apoyo y me dijo que me iba a seguir queriendo, aunque sea homosexual, que eso realmente no importa.

—¿Qué clase de servicio le entregaba Judith? —le pregunte al cliente que más la frecuentaba todas las noches, un hombre de unos cincuenta años, con algunas canas, la frente arrugada, un poco más alto que yo, robusto y grandes brazos, tenía un rostro serio, casi daba miedo—. ¿algún juego o algo?

—Judith siempre me ha tratado bien, hace unas cosas maravillosas con su boca —sentí asco al escuchar eso—.

—Espere un momento —lo detuve enseguida—. Solo necesito saber si le hace orales o solo el sexo normal.

—Siempre comienza con orales y termina con un muy buen sexo anal —mordió su labio inferior—.

—¿Quiere lo mismo?

—Solo dejo que Judith me lo meta por atrás, prefiero solo un oral —se comenzó a bajar la cremallera de su pantalón—. Pagaré lo mismo de siempre, tú solo hazme uno bueno.

—Está bien.

Para cuando termine de decir "está bien", él ya se había bajado los pantalones y su calzoncillo color negro, lo que veía era algo que veía cada noche, muchos de los miembros que había visto eran como este que tenía en frente, uno con pequeñas arrugas, vello púbico, con un sentimiento de rechazo con solo mirarlo, un pene que ya tenía su edad y su uso, sentí asqueadas al imaginarme chupando eso, algo que estaba por hacer. Pude ver en la mirada del señor que estaba impacientándose, por lo que me arrodillé frente a él, visualizando frente a mí al miembro de Jimin, solo así las ganas de vomitar desaparecieron.

Después de unos minutos de mamársela, escuchando sus gemidos y jadeos, los cuales hasta me parecieron repulsivos, me detuve cuando me soltó que estaba por descargar todo su líquido, por lo que rápidamente me levanté, viendo la cara de satisfacción que tenía.

—Puede que...te visite otra vez —me dijo mientras limpiaba el líquido que quedo en la punta de su miembro—.

—Será un gusto —dije con todo el desagrado que sentía en ese momento hacia él—.

—Si necesitas algo referente a alguna enfermedad, puedes visitarme —saco una tarjeta del bolsillo de su chaqueta y me la entregó—. Soy médico general, puedo hacerte una rebaja, Judith me visita cada mes.

—Lo tendré presente, gracias —quizás podía servirme, mi madre suele enfermarse mucho y podría pedirle que la viera—. Lo visitaré en cualquier momento.

—Por supuesto —termino de arreglar su ropa, sacó un fango de billetes y lo dejó sobre la cama—. Eso es para ti, ya le pagué por adelantado a Robert, así que eso es tuyo.

—Muchas gracias —le regalé una sonrisa, pues era mucho de lo que me esperaba de propina—.

Salió de la habitación y enseguida entro otro, era algo de cada noche. Terminaba con uno y ya había dos esperando. Desde que llegue a trabajar, me hice notar, a muchos les gustaba el hecho de que fuera menor de edad, sí, cada cliente con el que me metía sabía mi edad, y poco les importaba, con tal de que fuera bueno en la cama, mi edad era lo de menos.

Esa noche tuve que atender a más de lo normal, por algo eran los clientes de Judith, el travesti más popular del prostíbulo, quien tenía un precio diferente a los demás, quien cobraba más caro que cualquier otro. Muchos llegaban a pelear por sus servicios, por esa razón podía darse los gustos que quisiera, llegar más tarde al trabajo, tomarse una semana de descanso si quería, tenía todas las preferencias que quisiera, por algo es "la princesa Judith", muchos lo llamaban así.

Al prostíbulo llegaban todo tipo de hombres, médicos, abogados, oficinistas, ingenieros, arquitectos, hasta oficiales, diputados y gente de más poder, solo entregábamos nuestro servicio a gente importante y principalmente con mucho dinero. En raras ocasiones atendíamos a extranjeros japoneses, de los cuales no teníamos información, ni los nombres.

A las tres de la madrugada termine al fin, estaba cansado y quería dormir. Uno de mis compañeros me fue a dejar hasta mi casa, el que más me cuidaba en el local. Es dos años mayor que yo, teniendo la misma edad de Jimin. El primero en hacerse cercano a mí.

—Gracias por el aventón, Hyuk —ese era su apodo, no sabía su verdadero nombre, era algo de lo que no le gustaba hablar, ni de su vida ni pasado—. Nos vemos mañana en la noche.

—Hasta mañana entonces —se despidió agitando su mano derecha y subió a su auto, marchándose—.

Entré a mi casa tratando de no hacer mucho ruido, me saque las zapatillas y las deje en la entrada, camine hacia la habitación de mi madre, quien estaba dormida, al principio solía esperarme despierta, pero le dije que ya no lo hiciera, ella cree que trabajo de guardia en un centro comercial, esa había sido la mentira con la que me excuse. Fui a la cocina y había un plato con algunas papas fritas con dos salchichas, pero por ser tan tarde preferí solo toma una leche e ir a dormir. Dejé mi celular sobre el mueble de noche y lo sentí vibrar, había sido un mensaje de texto, vi y era de TaeHyung.

"Ya dejé a Jimin en casa de Ho Seok, me costó un golpe en el labio, me lo debes"

Lo había golpeado, de seguro luego, en clases me reclamaría con creces, tenía entendido que los golpes de Jimin eran fuertes, aunque, no lo he visto pelear. Lo mejor era dejar de pensar en él por un momento y dormir, en tres horas más tenía que asistir a clases.



Jimin POV.


No sé cómo llegue a casa de Ho Seok, aunque de seguro él tuvo que haberme traído junto con TaeHyung, me dolía la cabeza, pero sobre todo el labio y mi mejilla derecha, me acerque al baño para lavarme la cara e ir a clases, no podía seguir faltando o me cancelarían la matricula. Al verme en el espejo pude ver claramente una herida en la comisura de mi labio inferior y otra en mi mejilla, recordando que fue ahí donde me golpeo el desgraciado por el que me cambio Yoon Gi. Al ser más alto que yo, le fue sencillo golpear, pero no se la llevo tan fácil, logre darle algunos golpes también, no me quedaría quieto ante sus puñetazos.

—Jimin, voy a entrar —escuche a mi amigo fuera de mi habitación, abrió la puerta y entro—. ¿Cómo estás? ¿resaca?

—No mucha, solo me duele el labio y un poco la mejilla —le respondí desde el baño, lavándome la cara—. ¿Bebí mucho anoche?

—Más o menos, armaste otro espectáculo en el club —se acercó al baño, afirmándose en el marco de la puerta, mirándome a través del espejo pegado en la pared, arriba del lavamanos—. Una más y no nos dejaran entrar por tu culpa.

—No fue del todo mi culpa, ese malnacido lo beso —recordé por qué comenzó la pelea—.

—Deberías aceptar que Yoon Gi te dejo por otro.

—El volverá conmigo, ya lo verás —salí molesto del baño, busqué mi uniforme en el mueble—. Me voy a cambiar, vete.

—Antes —camino hacia mí con rapidez y me dio un puñetazo justo donde ya tenía el labio herido—. Eso es por Tae, te espero abajo —y abandono la habitación sin más, de seguro tuve que a ver golpeado a TaeHyung mientras estaba ebrio, si no, Ho no me habría golpeado—.

—Maldición Ho —me queje, mientras limpiaba la sangre que comenzaba a asomarse en mi labio—. Golpeas fuerte.

Mientras desayunábamos, la nana de Ho Seok le informaba que sus padres regresarían en un mes más, ya que un nuevo negocio había sido iniciado con unos empresarios tailandeses. Ho era un amigo que conocí en uno de los eventos de nuestros padres hace unos seis años atrás, desde entonces nos entendimos e iniciamos la amistad que tenemos. A través de él, conocí a TaeHyung, siendo mi diario de vida, pues él sabe todo de mí, desde lo más sano hasta lo más perverso que he hecho desde que nos conocemos. Podría hasta decir que son como mis mejores amigos, claro, si tuviera que ponerle un nombre a nuestra "amistad".

—Creí que regresarían en tres meses —me soltó mientras conducía a casa de Tae para después ir a la escuela—. Me sorprende que regresen tan pronto.

—Este año han viajado menos que años anteriores —sí, Ho Seok había sido criado prácticamente por su nana—.

—Solo espero que se vayan pronto, me incomoda pasar más de un mes con ellos —dijo con indiferencia, pues no tenían la mejor relación de todas—. Al menos me depositan dinero siempre que lo necesito.

—Por supuesto, mientras sigas estudiando, de lo contrario olvídate de todo ese dinero que te dan —sus padres habían decidido enviarlo a vivir con la hermana mayor de su mamá, pues ellos no podían estar siempre con él, pero prometió seguir estudiando a cambio que lo dejaran quedarse, desde ese entonces vivo con él, hace ya dos años—. Mira que gracias a eso nos alimentamos.

—¿Tus padres siguen sin darte dinero?

—Ya sabes cómo son, si no hago lo que ellos quieren no veré nada de su fortuna —mis padres querían que me fuera a estudiar al extranjero, me negué rotundamente y al cumplir mi mayoría de edad abandone mi casa, desde entonces no he hablado con ellos—. Jamás me dejare manejar por ellos, que sigan soñando con eso.

Llegamos a casa de TaeHyung, quien nos esperaba afuera. Ho se detuvo frente a él y se subió en el asiento del copiloto, lugar que solo le pertenecía a él. Ho solo me dejaba subir en ese asiento cuando salíamos solos, sin Tae, cosa que ocurría cuando discuten.

Cuando íbamos a una cuadra de acercarnos al colegio le pedí a Ho que me dejara bajar, pues me gustaba caminar desde ese lugar, así esos tendrían su tiempo a solas, por suerte Tae no me reclamo por el golpe que le di, de seguro vio la reciente herida en mi labio, sabiendo que fue venganza de Ho por él.

Cada vez que caminaba por la calle donde me encontraba, recordaba el primer beso que nos dimos con Yoon Gi, donde minutos después me pidió que fuera su novio, recordaba ese momento como su hubiera ocurrido el día anterior, aún tenía la foto que nos sacamos ese día con mi celular para tenerlo como recuerdo, en ese entonces él tenía el cabello negro, ahora lo tiene rubio, lo cual lo hace ver más hermoso y blanco, casi pálido. Seguía siendo el chico más hermoso, el único que logro sacar mi lado tierno, cariñoso, amable, agradable, quien cautivo mi frío corazón, pero ahora, miro a mi lado y ya no camina junto a mí, y eso era lo que más me lastimaba.

—Anda marica, te pagare —escuche a un tipo alto, con un tono un tanto molesto, hablándole a otro que mantenía la cabeza fija en el piso—. Necesitas el dinero, no te puedes negar.

—No puedo, tengo mis propios trabajos —se negó, levantando la mirada, reconociéndolo. El ex de TaeHyung, con el que había follado la noche anterior en el baño del club—. Lo siento, pero no puedo —se quiso ir, pero el tipo que tenía enfrente lo agarro del brazo con brusquedad—. ¿Qué? ¿ahora me vas a golpear?

—Si no me queda de otra, lo haré —alzó la mano, empuñándola para golpearlo—. Anda, has mi trabajo, es la última vez que te lo pido de buena manera.

—No lo haré, es la última vez que te lo digo de buena manera, luego no te quejes —debía reconocer que el ex de Tae tiene su temperamento—. Ahora déjame ir, que mi clase está por empezar.

—No digas que no te lo advertí —lo iba a golpear, su mano se veía que se dirigía con fuerza al rostro del menor, de seguro le dañaría el rostro dejándole un notorio moretón—.

—Y yo te digo por única vez que si lo golpeas tendrás que soportar que yo te golpee —el mismo chico que se lo llevo en el almuerzo salió a defenderlo, ¿acaso es su novio?, siempre anda detrás de él—. Y te lo advierto de buena manera.

—Jin —el menor lo miro y el que lo amenazaba lo soltó—.

—Olvídalo Jeon, lo haré yo mismo —enfurecido se alejó dejándolos solos—.



JungKook POV.


Kang Su siempre, desde que estábamos en primaria me ha pagado para que le hiciera sus trabajos, al principio aceptaba, pero ya en secundaria comenzó a cambiar por sus amistades, ahora era un tipo arrogante, frívolo, un engreído, peleando con otros compañeros por estupideces. Ya no me preguntaba si podía hacerle los trabajos, solo me lo ordenaba y al finalizar la semana me pagaba, aunque necesito el dinero, hace unas semanas decidí dejar de hacerle sus trabajos, llevándome uno que otro golpe, nada que no haya recibido antes por parte de otros compañeros. Jin, gracias a él me había evitado algunos golpes, pues siempre llegaba justo en el momento indicado, aunque otras veces llegaba cuando ya había sido golpeado.

—Te deberías aprender a defender, Kookie —solo a él se le ocurriría llamarme de esa manera—. Si no, seguirán aprovechándose de ti.

—Sabes que no me gusta la violencia —arregle mi ropa—. Gracias por lo de antes —de pronto sentí una mirada sobre mí, busqué de donde provenía aquella mirada y me encontré con la suya, sin evitar sonrojarme al recordar lo de la noche anterior—. Este, hablamos luego Jin —rápidamente me aleje de Jin para encaminarme hacia Jimin, quien siguió su camino, aun así, logre alcanzarlo—. Buenos días, Jimin.

—Oh, hola —me saludó desganado, hasta indiferente—.

—Lo siento por lo de anoche, me tuve que ir enseguida y te dejé solo....

—No te tienes que disculpar, no me importa —siguió su camino, dejándome con una amargura en los labios—.

Preferí no seguirlo, quizás estaba afectado por la pelea que tuvo, después de todo Nam Joon, el novio de Yoon Gi golpea muy fuerte y eso lo sé, porque una vez me golpeo, por error choque con él y me lleve un fuerte golpe en el rostro, la herida me duró una semana completa. Cuando llegue TaeHyung estaba una vez más en mi asiento, al verme me sonrió, saludándome animadamente con su mano derecha.

—Hasta que al fin llegas —me dijo sin levantarse de mi asiento—. Sabes que me debes el golpe de Jimin ¿cierto?

—Él te golpeó, reclámale a él —agarre su brazo y lo levante para sacarlo de mi asiento—.

—Ho Seok ya se encargó de eso —lo miré un poco confundido, luego supe a que se refería—. pero luego te lo cobro —se sentó en mi mesa—. Anoche... ¿aun sigues trabajando en ese lugar?

—Sabes que necesito el dinero —deje mi mochila en el piso—. No estoy para rechazarlo, fue en el único lugar que me aceptaron siendo menor de edad.

—Sabes que puedes pedirme dinero prestado, JungKook —puso su mano izquierda sobre mi cabeza, ya que me encontraba sentado en la silla—. Deja ese lugar y acepta mi ayuda.

—Ya te debo mucho Tae, no puedo endeudarme más contigo —baje la mirada, él seguía con su mano sobre mi cabeza—. El otro mes te pagare otro poco, no será mucho, pero te pagare.

—No te he cobrado.

—Aun así, te pagare —lo mire—. Ahora, ¿me haríasel favor de bajar de mi mesa? Quiero estudiar un poco.

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