Capítulo 3
Jimin POV.
Desde un principio sabía que el aceptar la idea de salir con Tae y Ho sería un error, esos siempre me dejaban solo cuando salíamos, se iban por ahí hacer travesuras en algún baño, no se conformaron con la follada en casa de Ho, la cual tuvo para largo, sus gritos llegaron hasta mi habitación, poniendo nervioso y ansioso a mi compañero insistente. JungKook...él era algo extraño, tan insistente que me molestaba más de lo que me imaginaba, su presencia me ponía nervioso de cierta manera, era todo lo contrario a Yoon Gi, siempre era yo quien le rogaba por un abrazo, un beso, su atención, siempre era yo. Eso era lo que me molestaba en JungKook desde que me confesó sus sentimientos, me recordaba...a mí. Tratando de tener mi atención, mi cariño, mi todo, cuando esto le pertenece a otro.
Como no quería volver a la mesa, le propuse que fuéramos a la barra y ahí seguir bebiendo, acepto enseguida. Pedimos algo más fuerte, ron puro, deje la botella para no tener que pedir tantas veces otro vaso. Comencé a observar a mi alrededor, viéndolo. Él estaba en una esquina, se había teñido el pelo, rubio, se veía tan hermoso, su piel pálida, un poco de delineado en sus ojos, siempre que se trataba de él, mi vista se volvía en una cámara fotográfica, podía ver cada detalle de su bello rostro, pero no estaba solo, un cuerpo extraño se interpuso entre él y mi campo de visión, se giró y pude ver de quien se trataba, Nam Joon, con quien me engaño la primera vez, para luego terminar conmigo e irse con él.
Olvidé donde estaba, con quién, y qué hacía, mi mirada se fijó en él, viendo cómo se dejaba abrazar y besaba con el idiota ese. Llorar y gritar, eso era lo que quería, salir corriendo hacia ellos y golpear a Nam Joon por besar los labios que me pertenecían desde siempre. Todo se borró por un momento y solo pude sentir los labios de alguien, besándome de una forma extraña. Reaccione viendo de quien se trataba, JungKook estaba frente a mí, sus ojos cerrados, besándome de forma extraña a mi parecer, pues jamás me habían besado de esa manera, eran besos suaves, delicados, con lentitud, como si tratara de guardar cada detalle de ello en sus labios, mire hacia Yoon Gi, quien nos miraba, ¿estaba celosos?, pues claramente ese era el rostro que colocaba cuando algún chico me hablaba, por lo que decidí agarrar de la cintura a JungKook, acercándolo más a mí, lleve una mano a su cabeza y profundice más el beso, si esto molestaba a Yoon Gi, pues podría hacerlo más seguido y así el volvería conmigo. De pronto mis manos tomaron vida propia, tocando el cuerpo del menor, tratando de acercar más a mi si eso era posible, llevando mis manos a su nuca, el beso había comenzado a ser largo, húmedo, apasionado, salvaje, el chico besaba deliciosamente bien, tenía experiencia y eso me gustó. Acerqué mi rodilla a su entrepierna, abriéndome paso en ello, froté mi rodilla y me gané un exquisito gemido en los labios, en medio del beso. Su gemido había sido con una mezcla de placer, un poco de dolor, ya que frote con brusquedad.
—Eso...repítelo —me pidió entre besos—. Hazlo otra vez...por favor —nos dejamos de besar para tomar aire y recuperar el aliento—.
—Que goloso —me burle, limpiando mi boca con la manga de mi polerón—. ¿te gustó?
—Mucho —me miró fijamente—.
—¿Quieres seguir? —olvide a Yoon Gi por un momento, de pronto las ganas de ver hasta donde podíamos llegar me ganaron—.
—Creo... —de seguro no se esperaba eso de mi parte—.
—Ven conmigo —agarré su brazo con brusquedad, guiándolo hasta el baño donde habíamos estado anteriormente—.
No hablamos, no hizo falta, pues enseguida continuamos con lo que hacíamos, sus besos eran tan excitantes, tan deliciosos que, si no se detenía, me lo follaba ahí mismo.
Y así fue, sus besos habían subido de tono, tanto que me era difícil poder controlar la situación, este chico tiene una experiencia besando, excitando con solo unas tocadas que ni Yoon Gi podían ponerme duro con solo dos minutos, pero este chico sí. No podía dejarme ganar por la basura que tenía frente a mí, porque si, para mí, él era eso, jamás podría compararse con mi amor, pero eso no me quitaba las ganas de querer metérselo ya, de una vez por todas.
—Bien, terminemos rápido —me separe de sus besos con gran dificultad y nos miramos fijamente—. Bájate el pantalón, ahora —le ordene, esperando que lo hiciera—.
—Jimin....
—¡Rápido! —le medio grite, me dolía el pene por lo duro que estaba, tenía que metérselo de una vez, no seguía aguantando el dolor—. Mierda, date prisa.
Mientras él se preparaba para hacer lo que le ordene, saque un sobre plateado del bolsillo de mi pantalón, baje hasta mis rodillas mi pantalón y bóxer, abrí el sobre, sacando el preservativo, no me podía confiar. Me lo puse. Y rápidamente se bajó la cremallera y su pantalón, me miro como queriendo que yo le bajara el bóxer celeste que llevaba puesto, lo mire furioso y supo que no lo haría, por lo que se los bajo él mismo. En un movimiento rápido y brusco, lo voltee, este afirmó sus manos en el lavamanos del baño, bajo el rostro, esperando a que lo embistiera, preparándose. Deje que se distrajera por un momento y cuando ya no sabía en qué momento lo penetraría, lo hice, soltó un fuerte grito de dolor, pues se lo metí con tanta fuerza, que hasta a mí me dolió. No esperé a que se acostumbrara y empecé mis embestidas fuertes, siendo rápidas. Los pequeños jadeos, mezclados con gemidos y gritos sordos de dolor se podían escuchar por el baño. Levantó la mirada, cruzándose con la mía, pero la quite enseguida, cerrando los ojos, haciendo más fuertes las embestidas. Pude ver como apretaba la cerámica del lavamos con fuerza, le dolía, de eso estaba seguro.
JungKook POV.
Jamás había sentido tanto dolor. Ni las veces que ya no recuerdo del todo, en las que folle con TaeHyung había sentido un dolor parecido al que sentía ahora. Mis piernas comenzaron a temblarme, era una mezcla de sensaciones. Placer, dolor, gozo, lo disfrutaba, pero me dolía. No le importaba, él solo me penetraba sin tener cuidado conmigo. No solo sentía dolor por detrás, por las fuertes penetraciones, mi pene se había puesto tan duro que aumentaba todo. Jimin lo noto, esperaba a que me ayudara con eso, pero en su lugar solo se burló y me dejo sufriendo. Note que estaba llegando a su límite, o quizá era producto de la fuerza que estaba ejerciendo.
—Aahh....Jimin ...más lento —le pedí, sentía que iba a estallar si él seguía—. Jimin...por favor....
—Cállate —soltó entre dientes—. ¿no querías que te follara? Pues te aguantas —enojado, me embistió con furia, aun le quedaban fuerzas—.
Me embistió tres veces más, con todas las fuerzas que le quedaban. Me sudaba todo, de seguro a él también. Así como entro rápido, salió de la misma manera. Casi perdí el equilibrio, evité caer de rodillas al piso.
—Parece que Tae era más cuidadoso —note su tono burlón en sus palabras—.
—Sí, demasiado —logre estar estable, me voltee, viendo como limpiaba su líquido y la punta de su pene, en mis sueños más sucios me lo había imaginado, pero verlo en vivo y en directo, era mucho mejor—. ¿te...gustó? —pregunte con un poco de vergüenza—.
—¿Gustarme? —su mirada fue burlesca en todo momento—. Solo fue un polvo, rápido, decepcionante, aburrido, pero ¿Qué se le va a hacer?
—Pero...Jimin...yo creí —¿humillado?, no, me sentía triste, había esperado mucho por ese momento, esperaba que sea algo más romántico, único, esperanzado, pero la realidad fue una muy diferente—.
—Bueno, ya terminado el polvo, me marcho —una vez que termino de subirse el bóxer y su pantalón, camino hacia la puerta—. Aunque puedo decir que tus besos no son tan malos —y abandono el baño—.
Me quede en el baño al menos unos treinta minutos, aún me sentía triste, con ganas de querer llorar, pero me lave la cara muchas veces, evitando hacerlo. Ya más calmado, decidí abandonar el lugar, encontrándome con mi amigo/exnovio Tae, quien al parecer me buscaba.
—¿Dónde demonios te metiste, JungKook? —pude ver lo preocupado que estaba—. Te busque mucho rato.
—Pues en el baño, ¿acaso no me viste salir de ahí? —algo molesto—. ¿para qué me buscabas?
—En realidad, para bailar —agarro mi mano derecha, entrelazándola con la de él, lo que menos quería en ese momento era bailar—.
—Tienes a Ho Seok, Tae —quise soltarme, pero no me dejo—. Tae déjame, no tengo ganas de bailar.
—Pero yo sí —intentó hacer un puchero, pero le tape la boca—.
—Ok, solo una canción —al final decidí acceder ante su petición—.
No había mucho espacio en la pista, por lo que estuvimos muy apretados, pegados el uno con el otro. Tae estaba bastante tomado, podía sentir su aliento a alcohol, una mezcla de cerveza y ron. Bailamos unas tres canciones seguidas, aunque a la segunda ya quería detenerme, pero no me dejo. Ya había notado a Ho Seok mirándonos, enojado, celoso, furioso, aunque yo solo buscaba a Jimin, a quien había perdido de vista. Bailamos unas dos canciones más, logrando que desistiera de bailar.
—Oye TaeHyung, ¿has visto a Jimin? —seguí observando a mi alrededor—.
—Hace rato lo vi rondando cerca de Yoon Gi —soltó antes de beber otro vaso de cerveza—. Él es un idiota, Yoon Gi ya no quiere nada con él, pero sigue como perro rondándolo.
—¿Cuánto tiempo duró su relación? —aunque sabia más o menos cuanto, quise preguntar—.
—Dos años y cinco meses si no mal recuerdo —termino su vaso de cerveza—. Oye JungKook, iré a buscar a Ho, mira que si lo descuido se tira a algún marica para enfadarme.
—¿Y para que lo dejas solo entonces?
—Porque recordé lo bien que bailas —me regalo una sonrisa traviesa—. Ya, mejor me voy o te besaré.
—Vete idiota —lo empuje para que se fuera—.
Narrador omnisciente
El menor se quedó solo en la barra, viendo como su amigo/ exnovio se coqueteaba con su casi novio, se sonreían, bromeaban, tocaban y acariciaban, sintiendo envidia. Estaba tan concentrado observando a su amigo que no había notado el pequeño conflicto, que comenzaba a hacerse más y más grande en el fondo del club. Unos tipos estaban peleando, la gente comenzó a rodearlos. De curioso se acercó, al principio no pudo ver bien, pero ya después de empujar a algunas personas, quedo con una excelente vista.
—¡Deja de golpearlo! —grito el menor, metiéndose en medio, recibiendo el golpe que era para la persona que defendió, directo en la mejilla—. Mierda —se quejó—.
—No interfieras —lo agarró del cuello el más grande, tirándolo hacia un lado—. Y tú —miro al que había sido protegido por el menor—. Deja de molestar a mi novio, entiende, ¡ahora es mío!
—Yoon Gi —sí, Jimin era parte del conflicto—. Vuelve conmigo, te amo —quiso acercarse al nombrado, pero el más grande lo empujo, tirándolo al piso—.
—Déjalo —JungKook volvió a meterse en medio, evitando otro golpe para Jimin, quien seguía en el piso—.
—Mejor llévatelo, antes de que lo mate a golpes —amenazó el mayor al menor—.
—Nam, vamos —Yoon Gi se acercó a su novio, entrelazo sus manos—. Deja a este idiota, no merece que pierdas tiempo en el —le dio una mirada rápida a Jimin, quien tenía el labio herido, con sangre—.
Yoon Gi comenzó a abandonar el club con su novio, quien aún iba molesto por la situación, cansado de tener que pelearse con Jimin cada vez que insistía con quitarle al ahora su novio, Yoon Gi. El menor se acercó a Jimin, ayudándolo a levantarse, una vez equilibrado, lo empujo, alejándolo de él y caminó hacia la barra, pidió un vaso doble de ron cargado, puro.
—Jimin...tu labio —trato de limpiar la sangre con su dedo del medio, pero el mayor golpeó su mano, evitándolo—. Está sangrando, deja que te limpie.
—Déjame solo marica —con tono molesto, cabreado—. Al que menos quiero ver ahora es a ti, vete.
—No te dejaré solo, no en ese estado —se sentó a su lado, observándolo—.
Sin reclamarle más, Jimin prefirió seguir bebiendo la botella de ron que pidió después del vaso, JungKook se ganó un golpe en el estómago al querer arrebatarle la botella, por lo que al final solo se quedó cuidándolo. A las doce de la media noche, su celular comenzó a sonar.
—Tienes que venir ahora —una voz ronca, fuerte, al parecer la persona que lo llamaba estaba molesto—.
—Es mi noche libre —se quejó el menor—. Y ahora estoy ocupado, no puedo ir.
—Ven o estas despedido —dijo firme—. Te pagaré horas extras y podrás quedarte con el cincuenta por ciento de las propinas.
—Está bien, llego en quince minutos —terminó la llamada, busco a TaeHyung, al encontrarlo lo llamó con un gesto de la mano, enseguida se acercó junto con Ho Seok—. Me tengo que ir, te lo encargo, está ebrio.
—¿A dónde vas? —preguntó Tae, sospechando a donde se dirigía—.
—Ya sabes —respondió con una forzada y triste sonrisa—. Nos vemos mañana, adiós.
Abandonó el club nocturno para ir a su trabajo, su jefe lo había vuelto a llamar, diciéndole que se apurara. Al llegar, no alcanzo ni a cambiarse, cuando tuvo que comenzar enseguida.
—Aquí está JungKook—hablo una mujer, quien al verla de cerca se podía saber que era un hombre transformista, llevaba un vestido ajustado a su cuerpo, una peluca rubia, los labios pintados rojos. A los ojos del menor, le parecía asqueroso—. JungKook, el cliente te espera, ve a la habitación de siempre.
—Esta bien, Robert —era el nombre del dueño del local—. ¿A quién reemplazo esta vez?
—A Judith —nombre de un transformista—. Tenía dolor muscular, en la tarde tuvo una despedida de soltero y al parecer se divirtió más de la cuenta.
—De seguro le dieron por delante y por atrás —hablo otro, quien no era transformista, pero si trabajaba ahí—. Siempre hace más de lo que debe.
—¿Es el único o hay más clientes? —pregunto el menor a Robert—.
—Son los que frecuentan a Judith, tendrás que cubrirla toda la noche.
—Está bien —se dirigió a su nuevo cliente—. sígame, esta noche yo lo atenderé.
—Espero no pagar de gusto —soltó de mal humor el cliente—.
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