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Capítulo 2


JungKook POV.

—Así que eres el ex de TaeHyung —me habló de pronto Jimin, sin mirarme, pues mantenía su mirada en su plato—. Y yo que te creía un chico virgen.

—Pues las apariencias engañan —fui capaz de responder—.

—Sí, eso veo —dirigió su mirada a mí, mirándome fijamente, como si tratara de leer mis pensamientos a través de mis ojos—. Y es cierto eso de que tiraron muchas veces ¿o solo lo hizo para dárselas de campeón?

—Tae es muy activo, cachondo, todo un calenturiento —bajé la mirada a mi comida, no era del todo grato hablar de mi vida sexual que tuve con Tae, sobre todo con el—.

—Entonces si tiraron varias veces —una vez más, esa sonrisa burlona que me hacía sentir humillado, como si no fuera lo bastante bueno para tirar con un chico varias veces—. Debes ser bueno en la cama-

—No lo sé —levante mi vista, cruzándome con la de él—.

—JungKook —escuche mi nombre a unos dos metros alejado de mí, gire un poco mi cabeza viendo al responsable de esa voz—. Sabía que estarías almorzado.

—Es obvio, es la hora de almorzar —lo mire—. ¿Qué quieres?

—Ayúdame —agarro mi mano, tirando de ella para que me levantara—. No puedo solo con la limpieza del laboratorio, ayúdame.

—¿Por qué yo? Busca a alguno de tus amigos —me negué enseguida, pero él era más fuerte que yo—.

—Quiero que tú me ayudes —me jalo hacia su cuerpo—. Lo siento, te robaré a JungKook.

—Me da igual —su tono de voz al decir eso me lastimó, con indiferencia, como si realmente no le importara, pero así era, no le importaba nada, ni siquiera me miro al ver que me alejaban de l—.

Abandonamos el comedor para dirigirnos al laboratorio, la culpa era mía, por no negarme. Jin se había acostumbrado a pedirme ayuda para todo, era al único al que no le decía que no, me caía bien y no era malo conmigo hasta podría decir que se preocupaba por mí y me cuida, a pesar de que no somos amigos cercanos.

—Ya puedes soltarme —le dije al ver que ya dentro del laboratorio, seguía abrazándome—.

—Okey —me soltó, alejándose de mi—. Por cierto, ¿Qué hacías con Jimin?, hasta donde yo sé, ustedes no son amigos, ni siquiera han hablado antes.

—No te metas, mejor démonos prisa con esto —comencé a ordenar, algunos instrumentos estaban sucios, rotos o en el lugar equivocado—.

—No seas tan cercano a él —agarró una caja con basura y la acercó al basurero del laboratorio—. Jimin no es amistad para un chico como tú, son totalmente diferentes, él es muy oscuro y tu muy puro.

—¿Quieres que te ayude o no? sigue hablando de él y me iré —amenace molesto, odio que se metan en mi vida—.

—Solo decía —y dejó el asunto de Jimin—.

Nos llevó más tiempo del que esperaba, el laboratorio estaba hecho un desastre, lleno de polvo, cajas vacías, instrumentos rotos, tuvimos que pedir permiso cada uno a su profesor para terminar el aseo, no me gustaba dejar las cosas a media.

Ansiaba en que las clases terminarán al fin, salir e ir a mi casa a cambiarme para la noche, no iba a desaprovechar semejante oportunidad, un club, alcohol, música fuerte, oscuridad, solo las luces de colores iluminarán el lugar, perfecto para estar con Jimin.

—¿A qué hora llegarás? —mi madre como siempre tan preocupada, al punto de ser metiche a tal extremo que me molesta—. Porque supongo que llegarás a dormir.

—No lo sé aún, quizás duerma en casa de Tae —me terminé de amarrar las zapatillas, me había puesto un jean negro, rajado en las rodillas, casi todos mis pantalones estaban rajados en ese lugar, una sudadera gris y mi chaqueta delgada negra—. De todas formas, igual iré a clases mañana.

—Te cuidas y no bebas mucho —se acercó y besó mi mejilla—. Lleva tu llave entonces, dejaré todo cerrado.

—Está bien —esperaría a Tae fuera de casa, no quería que se viera con mi madre, esos me volvían loco cuando se juntaban, él era el único que podía hacer reír a carcajadas a mi señora madre—. Adiós, te quiero.

—También te quiero —y salí de casa, me senté en el pasto del pequeño jardín de mi mamá—.

TaeHyung no tardó mucho en llegar, ya eran las ocho de la noche, de seguro primero iríamos por la previa alguna casa de sus amigos y ya más tarde nos dirigiríamos al club. Solo Tae podía conducir de aquella forma extraña, su auto era color rojo, me gustaba, lo único malo en ello, era los recuerdos de las veces que follamos en él.

—Mi princesa, su príncipe ha llegado por ti —me dijo desde el asiento del piloto—. Sube, iremos a casa de Ho Seok por la previa.

—Si se hace muy tarde dormiré en tu casa —una vez ya en el asiento del copiloto, me puse el cinturón de seguridad—. Mamá ya sabe, así que está todo bien.

—Okey, solo si llegamos a casa, esta noche tengo pensado emborracharme y follar mucho —arrancó, camino hacia la casa de Ho Seok—. Tienes que hacer lo mismo JungKook, beber mucho, bailar mucho y sobre todo pegarte una buena sacudida con algún tipo guapo.

—Tú y tus pensamientos de cachondeo —lo mire de reojo y volví mi vista a la ventana, aunque quizás no estaba tan equivocado, y algo de diversión no me haría del todo mal—.

Llegamos a casa de Ho Seok, de seguro me miraría de mala forma y hasta me diría alguna mala palabra, no le caigo del todo bien, mucho menos después de que TaeHyung dijeran que fuimos novios y follamos muchas veces, de seguro ahora me odia, si es que ya no lo hacía desde antes.

—Al fin, TaeHyung.... —lo sabía, esa mirada de odio y desprecio, definitivamente me detesta—. Creí que vendrías solo, no con este.

—Ho Seok no empieces —lo hizo a un lado, agarro mi mano y me arrastró hasta el interior de la casa—. Bebe todo lo que quieras —agarro una lata de cerveza y se sentó en el sofá grande—. ¿todavía no llegan los demás? —Ho Seok me miraba con odio, pero su mirada se borró cuando TaeHyung agarró su mano y lo obligó a sentarse a su lado—. Deja de mirarlo así ¿quieres?

—No debiste traerlo —seguía molesto—.

—Iré al baño mejor —busque con la mirada, tratando de encontrar el baño—.

—Ve al de arriba, es la segunda puerta a la derecha —seguí las instrucciones de Tae y me dirigí a la escalera, gire para ver a esos dos y estaban besándose apasionadamente, lo mejor era que me demorara o vería porno gay en vivo y no quería unirme para formar un trio, conociendo a Tae era capaz de pedirme eso y más—.

—Podrían haberse ido a una habitación —bufé buscando el baño—. Par de calentones, ni siquiera se miden por el hecho de que esté con ellos.

—Cuando ellos están juntos, es mejor dejarlos —di un pequeño salto del susto que me dio al escuchar aquella voz, la voz que tanto me encanta—. El baño es el que está ahí —me señalo la puerta que seguía junto a la de la que él salía—. Cuando termines vienes, esos estarán al menos una hora o quizás dos, ocupados —me guiño el ojo maliciosamente y volvió a entrar por donde salió—.

—Está bien —caminé rápidamente hacia el baño, me metí dentro y la cerré enseguida—. ¿estaré con Jimin a solas? ¿en una habitación?, mientras esos dos están montándose el uno al otro, dios...como que siento calor —abrí la llave del lavamanos y me mojé la cara—.

Al terminar con mi urgencia, me lave las manos, salí del baño y me detuve frente a la puerta donde estaba Jimin, esperándome, mentiría si dijera que no estaba nervioso. Tome valor y abrí la puerta, él estaba completamente tendido en la cama, boca abajo, dejándome una hermosa vista de su trasero bien formado, algún día le tocaría ese trasero que me dejaba bobo siempre que las veía.

—Pasa y cierra, no quiero escuchar sus ruidos —enseguida cerré la puerta, quedándome de pie ahí, sin acercarme a la cama o adentrarme más en la habitación—. ¿Te quedarás ahí? —giró su cabeza para observarme—. Acércate y siéntate, no estarás una hora de pie.

—Estoy bien así —lentamente me acerque a la cama, contradiciendo mis propias palabras, idiota—. ¿llevas mucho tiempo aquí?

—Por supuesto, vivo aquí —¿vive aquí? ¿Cómo? ¿Por qué? —. Así que no sabes todo de mí.

—¿Por qué vives aquí? —me senté a orillas de la cama—. Digo... ¿y tu casa?

—No tengo —giró su cabeza hacia el lado contrario de mi—.

—¿Por qué vives aquí? —tenía muchas más ganas de querer saber sobre el—. Entonces vives con Ho Seok.

—Sí —bostezo—. Voy a dormir un poco, trata de no hacer mucho ruido

—Lo siento, no quise molestar —me levanté de la cama y me senté en el piso—. Te despertaré cuando ellos hayan terminado.

—Ok.

Me sentía nervioso, estar a solas con Jimin en una habitación...espera JungKook, estas en una habitación a solas con Jimin, dijo que vive aquí, eso quiere decir que... ¡estás en su habitación! —me puse de pie enseguida— esta es su habitación —comencé a ver alrededor— no es tan desordenado como imagine, no tiene ropa tirada en el piso, sus zapatillas están ordenadas, su escritorio está limpio, con sus cuadernos acomodados. Y eso.... —me acerqué al mueble que tenía enfrente, eran unos cuadros —me acerque más y....no debí fijar mi vista en ese maldito mueble, eran fotos de Jimin y Yoon Gi juntos, abrazados, besándose, sonriendo— se veía tan feliz, solía sonreír mucho.

—Es de mala educación chismear las cosas de los demás —escuche su voz, muy cerca de mí, hasta podía sentir su respiración en mi cuello—. No me gusta que husmeen en mis cosas.

—Lo siento —no podía moverme, pues el tenerlo tan cerca me había dejado paralizado—. Nunca te había visto sonreír de esa manera.

—Nunca hemos sido cercanos para que me veas sonreír —dijo con tono molesto—.

—Podríamos serlo —me voltee, quedando frente a frente, a centímetros—. Acepta mis sentimientos y verás que puedo hacer que sonrías.

—Eres insistente —sonrió de lado—. Y me molesta —se alejó, tirándose a su cama una vez más boca abajo—.

Una vez que llegamos al club nocturno, TaeHyung me presento muchos amigos y una que otra chica. Pedimos unas cervezas en la barra y nos fuimos a sentar a una mesa desocupada. El centro de la pista estaba lleno, mucha gente y se lograba ver poco, no me gustaba, pero si quería lograr mi objetivo con Jimin, no me quedaba otra que aguantarme. Ho Seok agarró la mano de Tae llevándoselo a la pista de baile, me quede solo con Jimin, bueno y los amigos de Tae, pero no los conocía y para mí, solo existía él en ese momento.

Él estaba algo ido, fuera de sí, inmerso en sus pensamientos, quise hablarle y decirle que fuéramos a bailar, pero uno de los amigos de TaeHyung me lo impidió, hablándome.

—Hola, ¿Cómo te llamas?

—Me llamo JungKook —mire de reojo a Jimin, el seguía en su mundo—. ¿y tú?

—Jonghyun, un gusto —me sonrió de forma coqueta—. No te había visto por aquí, ¿es la primera vez que vienes?

—Sí, no me agradan mucho estos lugares —volví a mirar de reojo a Jimin, seguía en su mundo—. ¿vienes muy seguido?

—Prácticamente en mi segunda casa —volvió a sonreír—. ¿Vamos a bailar? Para eso viniste ¿o no?, hay que pasarlo bien mientras se pueda.

—Bueno...en realidad yo......—no me dejo continuar, agarró mi mano y me levanto con fuerza arrastrándome a la pista, hasta ese momento Jimin recién me miró, para enseguida voltear su rostro—.

Jonghyun era bueno bailando, se movía de una forma liberal, sin problemas, hasta sensual, por un momento quise volver con Jimin, pero él estaba entretenido coqueteándole a un tipo, amigo de TaeHyung, por lo que preferí seguir bailando. Mi compañero de baile, repentinamente me agarró de la cintura, acercándose a su cuerpo, me sorprendí tanto que casi me caí, pero él me sujeto, evitando una fea y vergonzosa caída. Podía sentir su respiración en mi mejilla derecha, me sentí nervioso, pues hace mucho no tenía a un chico tan cerca. Mire una vez más a Jimin y para mi sorpresa nos estaba observando, observaba detenidamente, cada movimiento que hacíamos mientras bailábamos.

—¿Es tu novio? —eso era lo que más quería, pero no, volví mi mirada a Jonghyun—.

—No, para nada —negué desganado—.

—Genial —me confundí por un momento, pero no le di importancia—. Eso es bueno, pero malo a la vez.

—¿Por qué?

—Bueno para alguien que te quiera cortejar y malo porque eres muy hermoso como para no tener novio —el tono en que lo dijo me hizo creer que me estaba coqueteando, aunque no era para nada feo—. ¿Quieres más cerveza?

—Sí —se separó de mí por un momento, acercándose a la mesa donde estábamos, agarro nuestros vasos y volvió, entregándome el mío—.

—Brindemos —soltó de pronto—.

—¿Por qué brindamos?

—Por el comienzo de nuestra amistad —chocamos con cuidado nuestros vasos y bebimos todo el contenido de un tiro—.

Seguimos bebiendo y bailando, a pesar de que me dolían los pies, pero quería seguir ahí, bailando con Jonghyun, me estaba divirtiendo a pesar de que había ido a otra cosa. Tuve que detenerme por las enormes ganas de orinar que sentí, el efecto de la cerveza apareció, por lo que salí casi corriendo hacia el baño, Jonghyun se quedó bailando, esperando por mí.

—Qué alivio —solté mientras sacudía mi miembro, dejando salir las últimas gotas de orina—. Tenía mucho que liberar —metí mi miembro dentro de mi bóxer y subí mi pantalón, cerré la cremallera y me dirigí al lavamanos—.

—¿Te diviertes? —me sorprendí al verlo salir de uno de los cubículos, cerrando la puerta detrás de él—.

—Creo que si —lave mis manos—. ¿y tú te diviertes?

—No mucho, en realidad comienzo a molestarme —se acercó al lavamanos, quedando junto a mí, me miró a través del espejo—. El tipo de allá quiere metérmelo, me negué, pues no tengo ganas de follar con nadie.

—Ya veo —seque mis manos en mi ropa—. ¿Qué harás entonces?

—Baila conmigo —agarro mi brazo—. Tae está con Ho Seok por ahí, me dejaron solo y esos tipos me molestan, son como una patada en las bolas.

—No debería desagradarte mucho eso.

—Prefiero que me las acaricien o algo mejor —eso fue con doble intensión, me hizo temblar—. Anda, vamos que comienzo a aburrirme —me sacó a tirones del baño, llevándome de vuelta a la pista, Jonghyun nos quedó mirando, como para acercarse, pero Jimin lo intimido con la mirada y se alejó—. Ese chico, quiere contigo.

—Puede ser que si —nos movíamos al compás de la música—. pero yo no quiero nada con él.

—¿Con quién quieres algo, entonces?

—Contigo —me acerque un poco más a él—. Ya te lo había dicho antes, me gustas y mucho, sé que puedo...

—Ya basta de esa mierda —dijo fastidiado—. En serio me cabrea tu insistencia, jamás me gustaras, ya tengo a quien amar.

—Pero esa persona no te ama —su rostro cambió drásticamente, si las miradas asesinaran, para ese entonces estaría muerto, siendo asesinado por quien amo—.

—¿Quieres que te golpee? —me pregunto enojado—. Porque con mucho gusto lo haría,

—Lo siento.

Luego el seguir bailando con él se me hizo eterno, había querido ese momento hace mucho tiempo, lo había anhelado, pero no de esa manera, él enojado por mi comentario, queriendo alejarse, pero no lo hacía porque el tipo de hace rato esperaba el momento para estar solos y metérselo. Yo solo quería pasar un rato inolvidable con él, a su lado, juntos.

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