No hay vuelta atrás.
Saúl va por la bebida energética sabe que lo mejor es no pelear por el momento, así que de camino al minisuper hace la llamada la cual transcurrirá mientras pide la bebida.
—Mario... ya sabes aquí a las cuatro.
—A las cuatro, esta bien ¿Cómo va el plan?
—Tuvo ligeros cambios.
—¿Qué tan ligeros?
—Como no la encontrábamos porque precisamente hoy decidió cambiarse de color de su ropa, David dio con ella y empezaron a tomar.
—Ay no, ¿Qué tan tomado está?
—Creo que ya esta perdido, de hecho solo nos ayudará a subirla al carro porque se quedará en el baño para fingir su catatónico estado y nadie sospeche.
—Y ¿Dónde estás?
—Vine por una bebida energética.
—Pero tú no puedes...
—Es para él.
—Ay no, espero que salga bien, dile que no debe tomar más, después de la bebida.
—Después de eso nos vamos.
—Esta bien, los veo allá.
La llamada se termina y Saúl se dirige de regreso al antro, en la puerta se atraviesa con dos tipos que llevan cargando a una chica aparentemente pasada de copas, entra al baño y encuentra a David lavándose la cara, le da la bebida y se larga hacia la barra. David da un suspiro, se mira en el espejo, abre la lata y se la bebé casi de un trago, para quien no sepa porqué se compro la bebida es por el hecho de que la cantidad de cafeína que tienen estas es tanta que puede contrarrestar o impedir los efectos de inhibición del alcohol, con el simple costo de una posible arritmia cardiaca, pero esto solo si ambas se toman en exceso, hasta el momento es solo una borrachera ¿Cierto?. Tira la lata al suelo, agita un poco su cabeza y para probar que el mareo se ha ido, al salir del baño trata de enfocar su mirada en algo que pareciera importante y logra avistar un tipo que parece buscar algo o alguien, al comprobar aquello se va con Jella.
—¿Donde estabas? Te tardaste.
—Es que encontré a un amigo.
—Y ¿Dónde está?
—Ya se fue, que mañana se levanta temprano.
—Ok.
—Vamos por otra bebida.
—Vamos.
Al dirigirse a la barra Saúl ya ha preparado la bebida para dársela, aunque su disolución es bastante inmediata casi no produce efervescencia debido al alcohol, la mayoría de los somníferos de hecho, con sus vasos en la mano llegan a la barra, David procuro que Jella le diera la espalda a Saúl así este no tendría problema en cambiar el vaso de manera discreta, piden otras cervezas y en lo que el barman cambia los vasos, Jella pregunta.
—¿A quién dices que te encontraste?
—A Saúl, no se si lo conozcas.
—Creo que me hablaste de el en algún momento.
—Amm, creo que no pues cuando íbamos a la escuela todavía no lo conocía.
—Creo que si me hablaste de él alguna vez— En este momento el barman hace entrega de los vasos y vuelve a la bodega.
—Creo que no... mira, esta allá—Señala David con el dedo hacia la salida, en ese momento Saul hace el cambio de vasos y listo, solo queda que se tome la bebida.
—¿Dónde?
—Nah, ni lo ibas a reconocer ya estaba de espaldas.
—Ja, te pasas— Dijo Jella tomando su vaso, David solo podía ver como consumía aquella sustancia, a pesar de que la sonrisa se le borró del rostro, no podía dejar de ver sus labios y el como su bilet dejaba una marca rosa en este. Tras el trago David se recargo en la barra, viendo hacia abajo y mostrando una clara preocupación lo que hizo que Jella preguntara:
—¿Qué pasa?
—Nada, es solo que, ya casi se acaba la noche y tal vez no sepa de ti en un buen rato.
—Nah, tú tranqulo, te paso mi número, dame tu teléfono.
—Ok... ten.
—¿Mica Blanca?
—Si, así se me hace más cómoda.
—Ok...
Jella se quedó viendo el teléfono pero sin pulsar nada, la droga estaba empezando a hacer efecto, primero un mareo en el cual con un gesto de cerrar los ojos fuertemente hizo que David se percatará que esta a menos de dos minutos de colapsar.
—Oye no me siento bien.
—¿Enserio? ¿Qué tienes?
—Me siento mareada.
—Vamos afuera a tomar el aire—Dijo David mientras le quita su teléfono y pone sus manos en los hombros de Jella le da la vuelta para que Saúl pueda cargarla junto con David dirigiéndose a la puerta trasera de la bodega.
—¿A donde vamos?—Preguntó con una voz tenue y desvaneciéndose de poco a poco.
—Vamos a la salida.
—Pero... la salida está... atrás—Colgándose más de los hombros de David y Saúl.
—No, si estamos yendo a la salida ¿Qué ves? No te duermas.
—Veo... manchas...
—¿De que color?
—...Ne... Negras...
—No te duermas por favor, no te duermas.—Dijo abriendo la puerta de la bodega y claro que el tiempo estaba tan bien medido que justo en ese momento pasa Mario.
—...No... me... tú...—Dijo Jella antes de caer desmayada.
Nada más abrir la puerta del carro, Saúl sube con Jella, Mario se recarga de la ventana y dice:
—Ya sabes que hacer Mario.
—Si David.
El carro avanza, David suspira y empieza dirigirse a las puertas del baño para ahí poder dormir y fingir que se quedó ahí toda la noche y si alguien sospecha del desaparecimiento nadie lo culparía a él por la versión de los encargados del antro, solo es cosa de entrar al baño, desabrocharse el pantalón y dormir, dormir será fácil, se siente perdido, cansado, pero feliz ansioso por saborear aquel final tan deseado.
6:48 de la mañana, los encargados han abierto la puerta del baño, intentan despertar a David moviéndolo hasta que lo logran.
—Hey, hey, despierta.— Decía un encargado mientras lo agitaba de los hombros.
—Ah ¿Qué pasa?— Contesta David algo despistado por levantarse pero en todo momento sabiendo que paso.
—Tienes que irte amigo, ya vamos a cerrar.
—ah, claro.
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