Casi.
Los encargados se fueron del baño, David se levantó, abrochó su pantalón, se dirigió al lavabo y lavó su cara y sin mirarse al espejo más bien evitándole se fue del antro. Nada más salir, queriendo tomar un taxi o esperar a que pasará un autobús se da cuenta que no tiene su cartera, tal vez la perdió y a pesar de no llevar nada valor se molesta pues alguien tuvo que haberle robado la cartera y ahora debe irse caminando a casa, un viaje de hora y media, caminando por aquellas calles alumbrada por las farolas, pero destacando el cielo gris de madrugada, que empieza a pintar el inicio de este día, es domingo por lo que los jóvenes que llevan mochilas no van a la escuela, más bien se dirigen a su trabajo, los automóviles empiezan a ser de manera pasiva más frecuentes, muy poca gente en las calles pues casi nadie sale los domingos, algunas personas hacen ejercicio y los puestos callejeros se empiezan a preparar, el camino es largo y a mitad del viaje una duda empezó a sonar 《Y ¿si todo es producto de tu imaginación?》 Al principio suena como un chiste, pero su frecuencia se hace cada vez más y más persistente, una duda latente que empieza a preocupar la mente de Mario, hasta que llega el momento en el que se siente como una realidad, por lo que empieza a correr a casa, no trotar, no avanzar el paso, correr, de manera desesperada en busca de esa respuesta que podría marcar su vida pues no puede volver a ser un sueño como aquel en el que le invitaba un helado o aquel en el que iban a fiesta en moto o aquel en el que simplemente le enseñaba Inglés en un parque, todos esos sueños tienen algo en común, se sintieron reales, aliviantes, como la despedida que tanto anhelan, una conversación, solo una conversación, no son sueños manchados por sexo pues la atracción es más sentimental que sexual al grado de decir que no es para nada sexual, solo una charla, no puede quedar solo en otro sueño, no ahora, corre David, corre sin importar tu dolor de cabeza, corre a pesar de que todo el cuerpo pesa, corre para callar esa duda, corre, corre hasta quedarte sin aliento a tal grado que hiciste de un viaje hora y media, solo de 43 minutos.
—Por favor, dime que no fue un sueño—Pide David después de abrir la puerta bruscamente y dirigirse a la mesa donde estaba Saúl.
Saúl intrigado solo asiente—No fue un sueño. Esta donde debe de estar.
David suspira y dice— Uff, menos mal, crei que seria como todas aquellas veces.
—Si claro.
David tomó la caja de cereal y se preparó aquel desayuno mientras le decía a Saúl—Ves te dije que funcionaría.
—Pero cambio mucho el plan.
—Al final no tanto, lo logramos.
—Si viva—Dijo Saúl con un tono sarcástico.
—¿Por qué ese tono?
—Casi se jode el plan.
—Hey, pero no lo hizo, ya cálmate.
—Pff, como digas.
—Ya sabes que hacer, vas a ir a hablar con ella y tratar de calmarla.
—Sí, ya sé.
Después del pequeño desayuno David se dirige al lavadero, deja su plato y dice —Me voy a descansar un rato, a ver si puedo.— Saúl espero a que David le diera totalmente la espalda, entonces le golpeó moderadamente fuerte en el brazo izquierdo, lo que hizo que David se volteara, tomara de la camisa a Saúl y le preguntara:
—¿Por qué hiciste eso?
—Adelante, golpeame para que te empiece a doler más la cabeza, maldito borracho.
—Vaya al parecer alguien está de rebelde, pero tienes razón, ya me duele bastante la cabeza, estaré al cien para ir por Isabella, tú no te preocupes.
—Eso espero.
—Ahora si, me largo.
David se dirigió a su cama, se sentó, se quitó los zapatos, los pantalones y la camisa, se tapó e intentó dormir.
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