Si fuera un gigante, quizás podría recorrer el mundo sin temor a perderlo todo; pero si lo inalcanzable ya no es más un reto, ¿qué gano al llegar ahí?

La vida es corta y hermosa, así que dedico esta historia a las personas que ahora mismo viven en una densa bruma que les impide disfrutar del milagro de estar vivos.

Tengo fé en que sus ojos se adaptarán a la oscuridad hasta que llegue el sol.