—Toma, esta es la lista de lo debes comprar, no te tardes tanto y no hables con extraños, ¿entendiste hijo? —Dijo la señora, dándole una bolsa y dos billetes junto al trozo de papel con la lista de lo que debería comprar en las manos de su hijo mayor.

—Claro mamá, me voy a apurar a comprar todo, en un momento vuelvo —Menciono mientras cruzaba la puerta y cerraba su suéter, hacia frio y habia corrientes de viento afuera a pesar de que el cielo estaba casi completamente despejado por lo que alcanzaban Acer desde ahi.

Dio la vuelta en la esquina de su casa, percatandoce que el cielo despejado que se lograba apreciar desde su casa no era exactamente eso, pues viéndolo desde ese lado, tenía unas grandes nubes de un tono gris muy fuerte, combinado con ráfagas de viento aún más grandes.

—Se ve que va a llover, debería apurarme —Se dijo a sí mismo, metiendo su mano con la lista y el dinero a uno de sus bolsillos, mientras en la otra cargaba la bolsa que le dio su mamá, empezando a caminar mas rápido.

Sintió una repentina ráfaga de viento y polvo pasar a su costado velozmente, levantando así unas bolsas, un poco de basura pequeña y muchas hojas que se encontraban esparcidas en la calle, al ver eso, acelero su paso, pensando en que si el viento hiba tan rápido más pronto que tarde la tormenta le alcanzaría.

Paso al lado de una cancha de tierra, en la cual se tuvo que cubrir los ojos ya que el puerte viento había levantado bastante de la tierra de ese lugar, cruzo  rápidamente por hay, mientras veía a las pocas, casi nulas personas afuera caminar en dirección contraria a donde hiba.

Sintió un pequeño impulso de seguirlas, veía las nubes cada ves más cerca, sentía en su mano la lista y el dinero. —Sí regreso ahora mismo a la casa ¿Qué le diré a mamá? —Se cuestiono a si mismo, la lista era larga, tardaría bastante y tal ves la lluvia lo alcance antes de que compre todo. —Tengo examenes mañana, la mayoria de maestras no perdonan nada, no puedo faltar —Siguió divagando en ese tema, en verdad empezaba a preocuparse, quería apurarse, la tienda aun quebada lejos, las nubes se acercaban, el viento se hacia más fuerte y  arrastraba aún más basura y polvo con el.

—Ya casi llego, solo una cuadra más —su casa era una de las más lejanas del pueblo, y la tienda más cercana en verdad les quedaba un poco lejos.

Llego a la ultima calle que lo separaba de la tienda, sintió un fuerte alivio al cruzar la calle, estaba a mitad del trayecto, si se apuraba lograría tenerlo todo y tal ves la lluvia no lo llege a alcanzar así.

Entro al establecimiento, saludando a los dueñoa de la misma al pasar frente al mostrador y se dirigió a la zona donde compraría los primeros productos.

Así, apurandose lo más que puedo agarro todo lo de la lista,lo llevo al mostrador, donde le cobraron y devolvieron el respectivo cambio de la compra, por lo cual apurado y ya con todo lo que le habían encargado, salió de la tienda con todo ya en una bolsa, miró al cielo, las nubes prácticamente estaban encima suya, eso le causo un poco de pánico, necesitaba apurarse, subió el gorro de su suéter, cubriendo un poco su cabeza, sintió el frío tanto en sus manos como en sus piernas, a pesar de que estas estén resguardadas tras la capa de tela de su ropa.

Ya no había nadie en las calles, era tan silencio pues tampoco muchos carros solían pasar frecuentemente por esa zona.

Camino casi corriendo, sintiendo como si estuviera contra reloj, pues así era, su cuerpo se llenaba lentamente de adrenalina, bastante adrenalina, sintió como su mente se vaciaba y sólo podía pensar en la inminente lluvia detrás de él.

Era un sentimiento de temor inmenso, casi desesperación por todo lo que podría causar que en ese justo momento le lloviera encima, no tenía paraguas, solo el gorro de su suéter que no cubría mucho, se sentía sumamente desprotegido.

Sintió algo caer en su cabeza,  sabía muy bien que era, sintió sus emociones explotar, su corazón acelerarse y si cuerpo empezar a correr, empezaba a chispiar y en poco tiempo eso podría convertirse en un fuerte aguacero, la adrenalina ya se había apoderado en su totalidad de su cuerpo.

Las gotas caían con más frecuencia, el ya había pasado el campo de tierra, sintiendo como el viento lo acompañaba en su desesperada carrera.

Su mente se nublaba con  sus pensamientos, corría como podía con la pesada bolsa de compras en su mano.

Estava ya en la esquina de su casa, un fuerte sentimiento de alivio recorrió su cuerpo, parando lentamente su correr, sintiendo su corazón calmarse dentro suyo, aún cubriéndose de gotas de agua cada vez más grandes, logró llegar a la puerta de su casa, siendo recibido por su cariñosa madre, quien la miraba con preocupación.

al cruzar la puerta, un suave olor a comida recién preparada inundó sus fosas nasales, haciéndolo olvidarse de la lluvia.

—Hijo, estas bien, no me di cuenta que hiba a llover, si no te hubiera dado al menos un paraguas, no te mojaste demasiado ¿verdad? —Pregunto con preocupación la madre a su hijo, agarrando la bolsa con las compras y dejándola sobre la mesa.

—No fue mucho mamá, estoy bien —Dijo, quitándose el suéter mojado.

Y así, toda esa adrenalina desapareció por completo, dejando ese momento tan ordinario y lleno de emociones como un simple y olvidable recuerdo.

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947 palabras

Hola, si, estoy vive.

No pregunten como de solamente escribir esto salieron casi mil palabras.

Y eso fue todo.

Bye!