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𝖢𝖺𝗉𝗂́𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗍𝗋𝖾𝗂𝗇𝗍𝖺 𝗒 𝖼𝗎𝖺𝗍𝗋𝗈 | 𝖥𝗂𝗇𝖺𝗅

Los amigos de Hyunjin se habían reunido en su casa, estaban todos nerviosos, pero sabían que debían controlar sus nervios o el alfa terminaría desmayándose ahí mismo.

Habían pasado siete meses desde que Jeongin y Hyunjin habían decidido casarse. Les quedaba poco para terminar la carrera y con el apoyo de sus padres podrían cumplir sus sueños.

Por fin el padre omega de Jeongin empezaba a aceptarlo, no del todo porque aún le hacía mala cara cuando intentaba bromear o decirle algo halagador. Aunque bueno, tampoco es como que hiciera gracia decirle "Que bueno que inscribió a Jeongin en clases de baile, no sabe lo bien que se mueve, y en el escenario también".

Un pequeño descuido cualquiera lo tenía, ¿No? Bueno, sus padres casi lo aniquilan luego de haberles contado ese día porqué llegó a casa sin un zapato y la marca de una chancla en la camisa blanca, fue una pequeñez.

Todo había pasado tan rápido que ese día había despertado sin creer que fuera el día de su boda. Hoy oficialmente reclamaría a Jeongin como su omega ante la ley y le sacaría la lengua a su suegro en señal de victoria. Ya había planeado su hermoso discurso llamado: "Dos razones para estar feliz de casarme con Jeongin". La primera era para burlarse de su suegro, y la segunda porque Jeongin era el amor de su vida y se mataría si pierde su amor.

─ ¿Seguro estás bien? Te ves más pálido de lo normal. - Minho trataba de ponerle el ventilador cerca cuando vio como de la frente de su amigo empezó a escurrir una gota de sudor, seguida de otras más.

─ ¿Hace calor o solo soy yo? ─Preguntó Hyunjin mirando a todos sus amigos, estaba nervioso y no podía ocultarlo.

─Mira, si te arrepientes, yo te puedo ayudar a huir, ¿Sí? Tú solo gritas mi nombre y entro al rescate. ─Dongpyo abrazó al alfa preocupado.

─No, él se lo buscó y ahora debe afrontar las cosas. ─Hyeongjun cerró la revista que había tomado del estante de un lado.─ Tú querías esto, Jeongin es tu rayo de luz. Es normal tener nervios, pero debes tranquilizarte o vas a arruinar el que se supone debe ser el mejor día de tu vida.

Tres toques en la puerta hicieron que los 5 voltearan a ver, Dongpyo fue directo a abrir la puerta encontrándose con Youngjae; el novio de Seungmin.

─Ya es hora de que salgan, el novio no tarda en venir. ─Sonrió antes de alejarse y desaparecer por el pasillo.

Jisung esperó a que Youngjae estuviera lo suficientemente lejos para hablar. ─ ¿Tu papá aún lo odia?

─No lo odia, solo gruñe cada vez que le toma la mano a Seungmin, o le da un beso en la mejilla, o le sonríe, o le habla, o se acerca a él. ─Hyunjin se encogió de hombros.

─ ¿Es porque es omega? ─Minho se metió a la conversación.

─No, es porque Seungmin estaba pegado a papá casi todo el tiempo, ahora llora porque ya no tiene con quién compartir sus gustos o jugar fútbol. Junsung intenta hacerlo, pero siempre terminan peleando porque sus personalidades chocan, en cambio, Yechan prefiere salir con mamá, y ni hablar de Yeji, anda detrás de la alfa que trabaja en la cafetería del señor Jaejoong. ─Explicó con total calma el alfa, se arregló su saco, se dio una última mirada al espejo y salió armado de valor.

─Pobre señor Hwang, su hijo lo cambia por un alfa. Le voy a decir que me adopte. ─Habló Hyeongjun bromeando.

Dongpyo, Jisung y Minho solo se rieron de él. Luego los cuatro fueron detrás de Hyunjin para darle todo el apoyo moral que necesitara.

Al salir a la recepción se dieron cuenta que había muchas personas. Sentados en el área familiar de Jeongin estaban unos policías, Felix, Changbin y Chan junto a sus padres. Otros familiares que no conocían aparte de los padres y hermanos del castaño.

Del lado de Hyunjin había muchas más personas, es como si estuvieran curiosos de ver si realmente ese marihuano se iba a casar.

Hwang estaba ya en el altar, esperando a que por esa puerta entrara Jeongin.

Miraba a los invitados hasta que logró ver a Seonwoo legando de la mano con Jongseong. Sonrió al ver su vientre un poco abultado, luego le pediría ser padrino de su bebé.

Los nervios aumentaban y el sudor de sus manos también, intentó secarse el sudor en el pantalón, pero lo iban a juzgar con la mirada así que solo se quedó ahí quieto sin moverse mucho. Luego de unos diez minutos que para él fueron los más eternos, la música de viento empezó a sonar y por esa gran puerta venía entrando Jeongin, su omega.

Se veía tan hermoso con su traje blanco, ambos iban del mismo color, pero a él parecía quedarle aún más divino. Así, cuando llegó al altar y tomó la mano del alfa, soltó una risita baja; sus manos estaban muy húmedas.

─ ¿Nervioso, Hwang? ─Murmuró bajo para que solo él lo escuchara.

─Para nada, futuro señor Hwang. ─Le sonrió Hyunjin, una sonrisa tan pura e inocente que Jeongin cayó aún más enamorado de él.

Cualquiera que los viera ahí podría decir que tenían una historia tan hermosa de cómo se conocieron, incluso podrían deducir que nunca tuvieron problemas o que todo había sido perfecto. Nadie que no fuera cercano a ellos conocían que todo había iniciado con un Hyunjin marihuano queriéndose robar a Jeongin por su aroma.

Toda la ceremonia fue perfecta, había salido como lo planearon, aunque Hyunjin casi se desmaya al ver que su papá gruñó con fuerza siendo escuchado por todos cuando Youngjae por accidente le tocó el trasero a Seungmin.

La fiesta era un salón grande donde todos podían bailar, tomar y divertirse, pero los novios ya se habían aburrido de estar ahí, querían estar solos 5 minutos sin tener que saludar a los invitados y tomarse fotos con ellos.

Con ayuda de Seonwoo y Jongseong fue que lograron escaparse un rato. Fueron hasta el estacionamiento y se sentaron en una banca que estaba ahí, como adolescentes escapando se habían escurrido hasta llegar ahí. Ambos ya estaban aturdidos por todo el ruido y se les había acabado su pila social, como solían decir.

─Jeongin. ─Hyunjin entrelazó sus manos y besó los nudillos ajenos.

─ ¿Mande? ─Respondió el omega embelesado cuando sus miradas conectaron.

─Hoy por las prisas y todo el evento no he podido decirte cuánto te amo y lo feliz que haces por darme la dicha de unirme a ti de esta manera, espero nunca nos separemos. ─Con la otra mano libre le acarició la mejilla dejando un beso en sus labios, tomándose su tiempo antes de apartarse. ─Además, el divorcio sale caro.

─Gracias, acabas de arruinar un bello momento. ─Gruñó Jeongin soltándose de su agarre. Olvidaba que su ahora esposo era malo en esos momentos, siempre tenía que decir algo estúpido que matara la magia.

─Me gustaría remendar el daño que acabo de causarte, ¿Hay alguna manera de hacerlo? ─Preguntó Hyunjin con pena. Justo hoy tenía que seguir diciendo cosas sin sentido, ni siendo el día más importante de toda su vida podía cambiar eso, seguramente Jeongin ya estaba arrepintiéndose de haberse casado con él, era un-

─Dame un beso y te perdono. ─Jeongin lo sacó de sus pensamientos al ver los gestos que, hacia su esposo, era tan transparente que podía verlo regañarse mentalmente.

─Te daré tres y si quieres. ─Bromeó acercándose a sus labios para darle tres cortos besitos. Lo abrazó con fuerza mientras se restregaba contra él, queriendo marcar aún más su territorio.

─Así que aquí estaban, yo buscándolos como loca y ustedes muy melosos acá. ─La hermana de Jeongin llegó hasta donde ellos con el cabello alborotado y el vestido medio roto.

─ ¿Qué pasó?, ¿Estás bien? ─El omega se levantó preocupado por su hermana, temía porque algo malo pasara en la fiesta.

─Sí, todo bien, solo que tuve una pequeña pelea con Yeji y Keeho. Ahora si me permiten, nos vemos.─ Sunhye les sonrió apenada antes de salir corriendo con algo entre las manos.

A los pocos segundos que ella huyó de ahí, aparecieron los otros dos alfas corriendo detrás suyo.

─ ¡Vuelve acá, ese era mi centro de mesa! ─Keeho se había sacado el zapato para lanzárselo a su hermana hasta que Yeji le dio un empujón que lo mandó al suelo.

─Yo lo vi primero, es mío. ─La hermana alfa de Hyunjin siguió corriendo, dejando a los esposos atónitos.

Jeongin y Hyunjin se miraron sin entender mucho la situación, tan solo se dispusieron a reír y seguir dándose amor. Estaban tan felices que no les importó que sus hermanos estuvieran peleando por un recuerdo de bodas; ajenos a lo que acontecía a su alrededor, solo existían ellos dos en ese momento.

─Tan bello mi marihuano, digo... muchacho. ─La mamá de Hyunjin soltó un suspiro abrazando al omega Yang, ya se habían hecho amigos así que ya se soportaban más.

─Quién iba a decir que vería a mi hijo casarse con el amor de su vida, solo espero sean felices y Jeongin ya no viva preocupado por su aroma. ─El papá del castaño soltó un suspiro nostálgico, recordando lo que su hijo había sufrido durante toda su vida solo por tener ese olor a marihuana. 




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