Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

SOMOS TOP 1 RUWIGETTA!!!! ESPECIAL

Lo sé lo sé lo sé. Me dijisteis que descansara...

CÓMO SI SOMOS TOP 1????!!!!!!!! *panic screams*

TOMAD UN RUWIGETTA PARA CELEBRAR EL RUWIGETTA!!!

+18 muy cochino

-¿Lo tienes Rub?

Willy lo recibió con su típica sonrisa, esa con un toque de pillería que le cerraba los ojos haciendo que su carita de ángel fuera menos benigna. Rubius le mostró el pañuelo morado que había logrado encontrar.

-Luzu tenía uno.

-¿Le has dicho algo?

-No... creo que no ha hecho falta -le miró con desconfianza- ¿Qué escondes ahí detrás Willy?

El albino sonrió aún más, enseñándole lo que sus manos escondían tras su espalda. Unas esposas. Rubius empezó a hacer sonidos indescifrables.

-Se las he tomado prestadas a Fargan.

-¡Willy! ¿'tas bobo o qué? ¡Que es una cita romántica con Vegetta no una misión de la Hermandad Oscura!

-Solo quiero asegurarme de que no haga trampas, es Vegetta.

Willy reía por dentro al ver como los ojos de Rubius se perdían en las esposas, su cara se sonrosaba con ternura y agitaba las orejitas nervioso. Se hacía el chico bueno, pero Rubius no era para nada lo que aparentaba, y eso a Willy le divertía, mejor aún, le excitaba poder ver esa otra faceta del tierno osito.

-Ahí viene. ¡Esconde eso!

Rápidamente los dos escondieron a la espalda la tela uno y las esposas el otro, mirando con normalidad a Vegetta acercarse.

-Pero bueno... Esas caras... ¿que estáis haciendo par de cochinos?

-Siempre mal pensando, Vegetta.

-¿De ti Willy compañero? Ni el día que me muera.

Se detuvo ante ellos, mirándolos de brazos cruzados sobre el pecho desnudo, sonriéndoles prepotente.

-¡Te hemos preparado una sorpresa Vegetita! -soltó emocionado Rubius.

-¿Ah sí? -Vegeta alzó una ceja sonriendo aún más al ver al oso casi brincar hasta él.

Rubius se puso a su espalda, desenrollando el lazo morado sobre la cabeza del pelinegro. Vegetta intentó apartarse de la venda, pero sintió curiosidad por esa sorpresa y la cara de ratas que tenían, así que relajó los brazos y se dejó vendar los ojos por Rubius.

-¿Y ahora qué tontitos?

-Ahora te vienes con nosotros a ver la sorpresa -Rubius lo empujaba de los hombros todo feliz.

-¿Está muy lejos? -no podía evitar sonreír por la felicidad que el oso le contagiaba.

-Nosotros te llevamos en caballo Vegetita.

Sintió la mano de Willy agarrándole el brazo, deteniéndolos a él y a Rubius.

-Espera un momento Rub, estábamos hablando de que Vegetta no puede hacer trampas.

El pelinegro oyó el ruido metálico antes de que Willy le tomara una mano y encerrará la primera muñeca en el metal, sonrió ladino dejándose esposar a la espalda. Vegetta seguía los movimientos de Willy como si no estuviera cegado por la venda y sonreían como si pudiesen verse las caras el uno al otro. A Rubius aún le chocaba la comunicación invisible entre ellos dos.

-¿Y quién me va a llevar en el caballo?

Algo en el tono de voz de Vegetta, tan sugerente, hizo que Rubius se sonrojara sin saber muy bien por qué, aunque algo de culpa tenía el ver a Willy esposando a Vegetta, desnudo de cintura para arriba. Willy acercó sus labios al oído de Vegetta.

-Rubius.

-Mmmmh.

La sonrisa ladina de Vegetta se hizo inolvidable, Rubius tenía la piel ardiendo, como un tomate, si fuera posible, podría asegurar que esos dos estaban tramando algo a través de su extraña telepatía.

-Vamos chiqui. Quiero ver esa sorpresa.

Willy sonrió a Rubius dejándole a Vegetta a él, subiéndose a su propio caballo.

-...Si... ven, Tupac está aquí. Esto...

Pronto se dio cuenta de que Vegetta sin ver y sin manos, no podía subir a la montura. Extendió las manos a punto de tomar a Vegetta de la cintura para subirlo a la silla de montar, sus ojos se perdieron en la espalda, en las manos esposadas, en su trabajada cintura, en su trasero, la boca se le hizo agua.

-¿Chiqui? -si hubiera visto la sonrisa lasciva de Vegetta en ese momento lo hubiera entendido todo.

-Déjale Vegetta, aún tiene que pensarlo.

Los dos se rieron de él.

-¡Ya vale! -gritó enfadado mientras la pareja seguía riéndose.

Tomó a Vegetta de la cintura y lo levantó hasta la silla, él solo se acomodó sobre Tupac, dejando sitio a Rubius tras él. El oso tomó las riendas abrazando a Vegetta por el estómago y emprendieron la marcha con cuidado.

-¿Estás cómodo osito?

-Eso tengo que preguntarlo yo ¿no? -intentado imitar el tono de voz coqueto del omega se pegó a él, abriendo las manos sobre su estómago para acariciar los marcados abdominales a la vez que sujetaba la rienda, luego le susurró al oído- ¿Estás cómodo Vegetita?

Pobre oso, quiso jugar a un juego que había perdido de antemano, si tan solo hubiera visto a Vegetta sonreír en ese momento... el omega se mordió el labio. Las manos esposadas del pelinegro quedaban en la posición perfecta para deslizar un suave roce entre las piernas abiertas de Rubius, detallando con interés una parte de su cuerpo que no tardó en responder al roce. El cuerpo del alfa se tensó como una cuerda de guitarra, jadeó escondiéndose en el hombro del omega arrimándose más hacia sus manos para darle más acceso.

Sintió en las palmas de su mano como el cuerpo de Vegetta se calentaba con él, que comenzó a respirar abriendo provocativamente sus labios, arqueó su cuerpo hacia las manos de Rubius, y el movimiento del caballo, que los mecía al uno contra el otro. El alfa se perdió por un segundo mirando esa boca entreabierta por suspiros, el musculado cuerpo acomodándose entre sus brazos, acarició con apenas unas cosquillas su abdomen, las tiras de cuero de las riendas caían sobre su vientre, bajando juguetonas hasta la erección de Vegetta que se marcaba en sus ajustados pantalones morados haciéndolo gemir.

-Que sensible eres Vegetita -le susurró muy bajo al oído, haciendo que el pelinegro se mordiera el labio.

Rubius arrastró las cuerdas sobre su piel dejándolas caer poco a poco a lo largo del miembro de Vegetta, obteniendo un gemido como premio y que el pelinegro tomase su erección a través del pantalón provocando en el oso un gruñido.

-¡Eh! Se supone que no veníamos a eso ¿No podéis esperaros?

Vegetta se rio y Rubius miró a Willy mientras saboreaba la piel del hombro del omega. El albino estaba justo al lado, a solo unos metros, mirándolos con esos ojos chinos prácticamente cerrados y los labios fruncidos en una línea recta.

-No te hagas el inocente ahora Willy.

Vegetta rompió a carcajadas ante el comentario de Rubius y la sonrisa malvada de Willy no tardó en aparecer.

-Willy tiene razón chiqui. Si no paras ahora, ninguno vais a llegar muy lejos.

-¿Nos amenazas Vegetita? -se burló el alfa en su oído- ¿Sabes que estás esposado, no?

-Lo dices como si eso fuera un problema.

Esta vez fue Willy quien se rió a carcajadas.

-Ya llegamos.

El albino fue el primero en bajar del caballo yendo hasta donde estaban los otros dos para ayudar a baja a Vegetta, pero Rubius se abrazaba a Vegetta con fuerza, apretándolo envuelto entre sus brazos, con la cara escondida en el cuello del omega.

-Rubius os ayudo -Willy levantó los brazos indicándole que le diera a Vegetta, Rubius le miró con esa carita tímida y las orejas blandas, sus ojos oscurecidos, Willy se sonrió, le encantaba verlo así, y más si era él quien lo provocaba- Rub, dame a Vegetta -el oso gruñó suavito hundiendo las uñas en la piel de Vegetta que se arqueó gimiendo al sentirlo- Alfa~.

Aquel tono de voz de Willy regañando a un alfa que era como un niño hizo reír a Vegetta que solo podía imaginarse la situación, pero su risa logró que Rubius aflojara y Vegetta pudiera pasar la pierna al otro lado, siendo Willy quien lo pilló al vuelo para llevarlo hasta el suelo. El beta lo condujo mientras Rubius se calmaba atando los caballos, olía flores y sabía que pisaba hierba, oía a los pájaros y no debían estar demasiado lejos de casa de Rubius.

-Te quitaré las botas, levanta un pie.

-Si ya hemos llegado ¿Por qué no me quitas ya la venda cabezón?

Dejó que lo descalzara y luego lo guió amorosamente sobre una manta en el prado. Willy juntó su cuerpo al de él, puso su mano en la cintura del pelinegro con una caricia más que provocativa.

-A Rubius le gusta verte con las esposas.

-Eres un sucio Willy, ¿ahora me vas a decir que a ti no? ¿eh chiqui?

El albino le apretó contra él, dejó caer la mano hasta su trasero y se acercó al punto de casi unir sus labios.

-Me parece a mi que hay alguien que lo está disfrutando aún más.

-Jijijijiji. -Vegetta hizo el primer intento de besarlo pero el albino retrocedió sonriendo con malicia- Willy...

-Aquí ya no mandas tú Vegetta.

Le dio un suave beso en la mandíbula, casi en el cuello, los dedos de Willy hicieron camino en la curva de su cintura. Un suspiró lleno de deseo no tardó en abandonar los pulmones de Vegetta según Willy dejaba cariñosos besos en su cuello.

-¿Dónde está el tontito?

-Mirando Vegetta, sabes que el cerebro se le bloquea cuando tiene que pensar.

-Joder macho, ¿no lo hace nunca y tiene que ponerse a pensar justo ahora?

Willy rió en su piel. Y es que si Vegetta pudiera ver el rostro de Rubius estaría más que encantado.

-Vegetta.

-Dime chiqui -tuvo que forzar la respiración para poder hablar.

-Quiero probar algo esta vez.

-¿Si? -la sonrisa lasciva de Vegetta era inmensa.

Willy le hizo arrodillarse, se colocó tras él separándole las piernas para caer entre ellas, atrayendo la espalda de Vegetta sobre él, tomando su cintura con las manos y el cuello con los labios.

El oso ataba a ciegas las riendas de los caballos, puesto que la mirada la tenía fija en ellos, y no lograba atar un simple nudo. Solo el ver a Willy pasando su mano por el torso desnudo de Vegetta le estaba volviendo loco, no dejaba de mirar los labios del albino recorrer el cuello del omega, como la garganta de Vegetta respiraba bajo los besos Willy, los jadeos que salían de sus labios enviándolos al cielo, soñaba con poder respirarlos con su boca. El albino abrió sus labios un poco más, para pasar su lengua por la tráquea de Vegetta, a Rubius la boca se le hizo agua, pero cuando Willy le susurró algo al oído y cada uno de los músculos del pelinegro se tensaron, marcándose en su piel, lanzando un gemido bien alto, aquello, le hizo tirar las riendas gritando palabrotas para caminar a prisa hacia la pareja.

-Aquí lo tienes Vegetta. No digas nada.

-¡Vegetta siempre me lo cuenta todo! ¿A que si Veg? ¿Qué es lo que no tienes que decirme?

Sin embargo Vegetta se sonrió como siempre, mientras le entregaba su cuello a los besos de Willy. El oso resopló dispuesto a rogarle por esa información pero cuando intentó poner sus manos sobre el omega, el albino se lo impidió acaparando a Vegetta con fuerza solo para él.

-Tú ya le has tenido en el caballo, ahora te toca mirar a ti.

Las orejas del oso cayeron sobre el pelo poniendo una cara de enfado que no dejaba de ser graciosa.

-Willy~

El nombrado levantó la barbilla de Vegetta extendiendo su cuello y su cuerpo atado, lamió largo y lento el músculo más marcado de su cuello. Bajaba la mano por el centro de los abdominales del pelinegro haciendo que su respiración fuese un desastre, pasando de largo la cintura del pantalón para frotar con los dedos la dureza que se marcaba enorme en los pantalones.

-Ah... ah...

Le besó delicado el cuello mientras Vegetta gemía y se arqueaba en busca de mayor contacto con aquella mano, enviando una mirada a Rubius digna del señor del mal. El oso respiraba fuerte, mordiéndose el labio, apretando entre sus puños su propia ropa con tal de agarrarse a algo. Miraba hambriento cada movimiento de las manos de Willy como si estuviera viendo pintar un hermoso lienzo, pero los gemidos, casi gritos contenidos de Vegetta, le estaban enfermando, ver como su dureza se marcaba bajo la mano de Willy le tenía hipnotizado, quería saltar sobre ellos y al mismo tiempo, no podía dejar de disfrutar mirando a esos hermosos hombres.

-Rub. Abre su pantalón.

Eso hizo que Vegetta emitiera una pequeña queja pero a Rubius le encantó la idea. Con cuidado, tratando de hacerlo lento para que Vegetta pudiera sentir como lo desabrochaba, obedeció a Willy. Se mordió con fuerza el labio al ver como el albino colaba la mano por debajo del bóxer negro, que ya tenía una mancha húmeda y agarraba el miembro de Vegetta moviendo la mano de arriba abajo. Willy acarició los labios de Vegetta y su lengua salió a recibirlos, lamiéndolos entre jadeos sin dejar de mover sus caderas para Willy. Rubius rugió alto y fuerte, como todo un alfa y sus chicos gimieron al oírlo.

-Entendido entendido -se rió Willy sonrosado, levantando las manos en señal de paz, Vegetta cayó doblado sobre sí mismo jadeando al soltarlo- todo tuyo.

Rubius lo miró fijamente, sus ojos estaban oscurecidos, fijos en los verdes de Willy. El oso comenzó a quitarse la ropa que no lo dejaba respirar sin apartar la vista del travieso albino que hacía lo mismo, que se acercó al oído del omega, para hablarle sonriendo.

-Vegetta, nuestro alfa está listo.

Oír aquellas palabras dejó a Rubius casi fuera de juego, su corazón lo martilleó en el pecho dejándole con la playera a medio pecho del bloqueo de la impresión. Vegetta levantó su vista cegada hacia él, con los labios hinchados aún exhalando deseo en cálidos jadeos.

-Alfa.

Lo llamó, a él y solo a él. Tiró su ropa como pudo y se arrojó a devorar esos suspiros, cazando la nuca de Willy para traerlo hacia ellos y devorar sus palabras con otro beso para él. Levantaron a Vegetta para quitarle la poca ropa que conservaba haciendo que se sonriera por las prisas de ambos chicos, cosa que Willy no tardó en notar, sonrió como solo él puede, rozó con labios son la oreja del pelinegro, acariciándole el bajo vientre provocando.

-¿Eres un buen omega?

Rubius lo miró intrigado, sabía que Vegetta no llevaba bien que se lo recordaran pero ahí estaba el de ojos morados, con la boca cerrada aguantando la respiración y por primera vez que Rubius viera, sonrojado como las fresas a las que olía todo el lugar repentinamente.

-Vaya... ¿Vegetita~?

-Cállate cabezón.

Los dos se rieron de lo rojo que se había puesto el pelinegro. Willy pasaba la mano por el brillo resbaladizo que goteaba por los muslos del omega.

-No disimules Vegetta, te has mojado solo de pensar en lo que te dije que quería hacerte.

Vegetta se puso aún más rojo, aguantando la respiración y escondiendo la cara agachándose entre ellos. Rubius movía su cola solo de verlo tan vulnerable poniendo toda su atención en él.

-Se un buen omega y dile a nuestro alfa que es lo que te ha gustado tanto -siguió murmurando Willy.

Levantó el rostro vendado de Vegetta para poder ver su linda cara de excitación. Apretaba los labios dispuesto a llevarse el secreto a la tumba. Rubius sonrió enseñando los colmillos.

-Omega, cuéntale a alfa.

Vegetta hizo uso de toda su fuerza, mordiéndose los labios, para resistir la voz de mando, las caricias de Willy sobre su piel lo estaban haciendo quebrarse, temblaba y contenía los gemidos que las manos del beta le estaban provocando calentando la piel de su pecho, en sus pezones, pero fue a peor cuando las manos de Rubius se posaron en sus costados, bajando por la curva de sus caderas, apretando su trasero, bajando más, explorando sus muslos cubiertos de lubricante. las uñas del híbrido se clavaron en el interior de sus muslos creando una oleada de cosquillas por todas sus piernas que lo partió en miles de pedazos.

-Omega~ -gruñó el alfa mientras Willy reía.

Rubius lo pegó a él haciéndole notar lo duro que estaba contra su estómago.

-Quiero... quiero -los chicos sonrieron esperando- os quiero a los dos dentro a la vez.

-Buen omega -lo felicitó Willy.

El alfa y el beta cruzaron las miradas

-Se puede hacer -sonrió Rubius asintiendo a la mirada de reto de Willy.

El albino giró a Vegetta para atraerlo sobre él mientra se acomodaba en la manta del suelo, sujetó las caderas del pelinegro ayudándolo a colocarse sobre él aún esposado, besó su cuello, calmando sus intensos jadeos con suaves palabras que se perdían en su piel. Rubius abrió las piernas de Willy para unir su cuerpo al de Vegetta, tomándolo de la mandíbula para besar su cuello y pasar sus dientes lentamente por donde algún día pondría su marca. Willy masajeaba sus erecciones juntas haciéndole temblar como una florecilla, Rubius dibujó con sus dedos la línea de la espalda del omega, bajando hasta perderse dentro de sus glúteos, entrando en él sin hacerse de rogar. El grito de placer que Vegetta lanzó al aire los incendió.

Willy no esperó más, hundió su erección en Vegetta uniéndose a los dos dedos del oso, que cuando lo frotaron dentro de la estrechez de Vegetta consiguieron sacarle su primer gemido, obligándole a quedarse quieto para no estallar solo con eso. Vegetta temblaba aún más haciendo todo lo posible por mantenerse sobre sus rodillas, el albino lo abrazó.

-Está bien, todo está bien Vegetta.

-Si...

Pero Rubius no tenía pensado dejarles tan fácil, empezó a mover los dedos dentro, rozando la vena hinchada de Willy al hacerlo haciéndolo gritar y agarrarse más fuerte al omega que se escondió en el cuello de Willy y apunto estuvo de sacárselos de dentro de no ser porque Rubius le agarró de la cadera con fuerza gruñendo, notó como aquello le puso la piel de gallina. Retiró los dedos dejándoles descansar mientras tomaba postura tras ellos, acarició sus cadera un par de veces dejando que fuera Willy quien tumbara a Vegetta sobre él.

-¿Listo? -le preguntó el albino al oído.

-No -se rió el pelinegro.

Notó como Rubius lo agarraba con fuerza presionándose contra ellos. Para el oso nunca hubo algo mejor que aquel momento, en el que ninguno pudo resistirse a soltar altos gemidos, el sentir las pieles de ambos acogiéndolo en aquel ardiente y prieto trasero, como los cuerpos de sus dos chicos se tensaron al recibirlo y temblaban por él. casi no había sitio, y moverse fue difícil, pero maravilloso, sintiendo como la polla de Willy se presionaba contra la suya sacándole fuertes gemidos cada vez que rozaba su glande contra el suyo.

Vegetta jadeaba su aliento sobre el pecho de Willy, el alfa le acarició la espalda intentando calmarlo mientras seguía moviéndose dentro de él todo lo suave que le permitía el poco sentido que le quedaba, era demasiado, sentirlos a ambos, sentir tanto... Apenas podía contener los impulsos de su bestia, agarró la cadena de las muñecas de Vegetta y tiró de ellas hacia si deteniéndose en el momento en el que aquel tirón hizo que él y Willy se hundieran un poco más en él.

-¿Estás bien Vegetta? -preguntó Rubius en un momento de lucidez.

El chico intentaba respirar, Willy lo besó en la frente, mientras el mismo temblaba y hacía enormes esfuerzos por no mover las caderas.

-Es... ah... -Willy no pudo evitar moverse, al hacerlo, las uñas de Rubius se clavaron en la piel de las caderas de Vegetta- es... como tener el nudo. Sigue.

Pero el albino detuvo a Rubius acariciándole el antebrazo, se miraron a sus rostros ardiendo.

-Que siga él.

-Eso Vegetita, ¿No eres nuestro gran líder? Da ejemplo.

Vegetta gruñó y los chicos se sonrieron. Aún así, movió sus caderas bailando para ellos, enterrándolos más dentro dejando salir un gemido que sonó como el de un pequeño lobito muriendo de mimos, Willy suspiró al oírlo y Rubius pegó otro tirón de las esposas, estaba claro que lo habían oído y se puso rojo hasta las orejas. A otro tirón de las cadenas le siguió una nalgada fuerte de parte del híbrido que le hizo gritar desesperado, su propia erección se frotaba dura contra el vientre de Willy cada vez que se movía y aquel azote lo había hecho perderse.

Las manos de Willy lo agarraron abriéndolo aún más, los movimientos de su cadera consiguieron desesperar al oso embistiendo dentro de él y sobre Willy, que con un grito entre dientes terminó derramándose dentro de Vegetta, arqueándose para estar más dentro rozó tan deliciosamente la erección de Vegetta, y empujó de tal forma el miembro de Rubius, que el pelinegro se vino en su piel y con solo dos estocadas más Rubius se hundió llenándolo por completo.

Evitaron el nudo en el último segundo y tras recuperar el aire, Willy tomó las llaves de las esposas soltando las muñecas de Vegetta que no tardó en quitarse la venda de los ojos.

A su alrededor el claro del bosque estaba sembrado de flores violetas hasta el punto de que apenas se veía el verde del prado. Sobre él los chicos habían colocado guirnaldas y pequeñas bombillas que destellaban aun a pesar de ser pleno día. El picnic estaba listo junto a dos botellas de vinito de Luzu refrescándose en una cubitera. No tenía palabras.

Los dos chicos le dejaron un beso en cada mejilla al mismo tiempo.

-Feliz cumpleaños Vegetita -le sonrió Rubius.

-Faltan dos semanas para mi cumpleaños tontitos -se rió, lleno de emoción y alegría, con las lágrimas a punto de caer de sus ojos, aún sintiendo el orgasmo correr por su cuerpo y la emoción de lo que le habían preparado.

-Si esperamos a tu cumpleaños no hubiera sido una sorpresa -se rió Willy.

Vegetta sonrió de oreja a oreja.

-Gracias... princesos.

EXTRA

Semanas más tarde...

Vegetta los miraba a los dos serio, con las manos unidas frente a él intentando recoger paciencia. Willy lo miraba de brazos cruzados con esa expresión en la que los ojos verdes no se le llegaban a ver y su dulce boca era una línea recta de molestia. Rubius resoplaba con las manos dentro de la sudadera, esperando inquieto y molesto a que el pelinegro empezase a hablar. Vegetta se veía muy enfadado, seguro que les iba a reñir por alguna ilegalidad y no entendía por qué se tomaba tanto tiempo para calmarse si al final les iba gritar igual.

Vegetta respiró destensando el fruncido de sus ojos, señalándoles con los dedos de las manos unidas.

-Estoy embarazado.

El silencio les estalló en los oídos, los ojos de ambos abiertos como platos de repente sus poses de chicos malos se disolvieron como la gelatina más estúpida. Vegetta se echó a reír volviéndose hacia los arbustos tras él.

-¿Lo tienes Luzu?

Luzu, con la capucha puesta y las gafas de sol, se asomó con la cámara de fotos en la mano y el pulgar en alto.

Un golpe contra el suelo lo hizo girarse de nuevo.

-¡¡Pero Rubius!! ¡¡Que era bromita que era bromita!! ¡Ay que se me muere el tontito! ¡Por dios!

TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1 TOP 1

*Dabry baila feliz*

SOMOS TOP 1 BICHOS!!!!

Os amo, tenedlo claro, besos besos besos y mas besos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro