La marca III Parte, Especial 2k
Nunca pensó en ser capaz de arrepentirse tan rápido de algo. Llevaba ya tres días dando tumbos por el jodido desierto, no había sido culpa de las indicaciones de Alexby, y confiaba en él. Había sido por culpa de tres zombies, un esqueleto arquero, y una araña chetada. Se había perdido nada más pisar el bioma del desierto. No sólo eso, las noches se habían vuelto una maldita tortura. Lo mismo despertaba en el agujero donde dormía buscando a Frederick como un loco, golpeándose la nariz con algo, por culpa de no recordar donde estaba, que lo mismo se despertaba empapado en lágrimas con la imagen de Rubius y Lolito en mente, o la espalda de Vegetta alejándose.
Pero la pesadilla de la tercera noche, ni siquiera podía llamarla pesadilla. Veía a Luzu consumido por la oscuridad, mirándole de perfil ante aquel altar de traición. Simplemente eso, nada más. Despertó abriendo los ojos como cualquier día, pero sin ser capaz de levantarse del saco de dormir, miraba al techo alumbrado por la antorcha y pasó así lo que pudo ser una hora. Todo él se sentía completamente vacío. Sabía la causa, su espíritu lican, no estaba, dentro de él sólo quedaba el silencio.
Y ahora estaba allí, en mitad del desierto, en mitad de la nada, tomándose un respiro en un río que acababa de encontrar, para su suerte, que aún iba cambiar mucho más, porque a los Dioses de Karmaland, les gusta el salseo.
Una flecha cruzó justo por encima de su hombro casi rozándole la mejilla.
-¡Fallé! -un grito, una risa estrambótica.
-¡Ahí vooooooooooooooy!
Como ataque sorpresa no fue gran cosa, Auron tuvo tiempo de levantarse con la Saqueadora en la mano para parar la que se le venía encima, no estaba dispuesto a morir por dos ladrones idiotas en mitad de la nada, sin que nadie supiera de él. El bandido llevaba una máscara amarilla con una expresión de lo más estúpida, que le dejó tonto por un segundo. Sin compasión hundió la Saqueadora en el cuerpo del inútil.
-¡Herny!
Esperaba oír gritos de horror, lamentos, insultos, maldiciones, pero nunca... risas.
-¡Cúbreme Arsilex!
Apenas pudo esquivar la flecha, sorprendido por otro hombre de máscara de tomate, que se tiró a lo loco sobre él, para Auron, ex héroe de Karmaland, fue demasiado fácil ensartarlo. El enmascarado murió a sus pies, y solo escucho... ¿Más risas?
-¡¿Quien esta ahi?! ¡Sal wacho cagón!
-¡¡¿Pero si habla?!! -gritó una voz chillona y de pronunciación rara.
-¡¿Que puta mierda está pasando aquí?!
Un niño, un bebé, salió de las rocas mostrándose frente a él. Auron lo miró sin saber cómo reaccionar.
-Esto no va enserio...
-¡Pues si! ¡Muy en serio!
-¡Hola otra vez!
El de la máscara amarilla se lanzó sobre él tirándolo en el suelo y esta vez Auron tuvo problemas para resistirlo, lo iban a matar esos dos idiotas.
-¡Para Herny para que habla!
-¡¿Cómo que habla Arsilex?! ¡Los mobs no hablan!
-¡¿Quién os ha dicho que soy un mob?! ¡Espera! ¡Tú eres el mismo de antes! ¿Respawn?
Herny y Arsilex intercambiaron miradas a la cual más idiota.
-¡Qué no es un mob Arsilex!
-¡Te lo estaba diciendo!
-¡Ya llegué! ¿Tenemos la espada del mob? -apareció el de la cabeza de tomate.
-¡¡Que no soy un puto mob cerdos!!
-Que dice que no es un mob Lexosi.
-No jodas jajajajajaja, ¿Pero habla?
-Claro que hablo mamones. ¡Quítate de encima puerco! -Auron le dio una patada en el culo a Herny tirándolo al suelo- ¡¿Cómo mierda es que estáis haciendo respawn puercos?!
Auron se levantó de un salto, su mechón de slime se transformó en lava y empezó a arder. Herny le tocó la llama antes de que pudiera hacer nada gritando al instante, con la mano agarrada y corriendo en círculos como un loco, todos sus compañeros riendo.
-¿Se pueden asar salchichas?
Tenía al bebé pegado a él, mirándole con su cara babosa sus partes de mob.
-Qué me castiguen los dioses, ¡yo me vuelvo a Karmaland! ¡Lolito allá voy cariño!
-¡¡Espera espera espera!! ¿Karmaland? ¿Vienes de Karmaland? -el tomate evitó que Auron se alejara.
-¡Conoces a Vegetta y a Alexby! -el bebé, lo tenía otra vez pegado.
-¿Que se cuentan esos gandules?
Auron tuvo que parpadear varias veces.
-Estáis de broma... ¿Vosotros también sois héroes? -dijo incrédulo al ver el cristal, tal parecido al que él tuvo, en las pequeñas manos de Arsilex.
-Siento mucho que esos idiotas te hayan asustado Auron.
-¡¿Asustar?! Elyas... esos gorrinos no asustan a nadie... -paró un momento su caminata para observar cómo el bebé Arsilex corría riendo por medio Wakanda huyendo de Herny, que gritaba algo sobre que no era su alcalde- Es como estar otra vez en Karmaland, rodeado de puercos. Al menos hay alguien normal.
-No hables muy alto -Jesús a su otro lado rió poniéndolo en duda.
-Aquí eres bienvenido, puedes usar la casa de Alexby hasta que decidas qué quieres hacer. Pero nos alegraría mucho que te quedaras con nosotros, siempre hacen falta héroes elegidos por los Dioses, y si es un héroe de Karmaland, mejor.
Auron miraba a su alrededor, el estómago se le encogía al ver la firma de Vegetta en la inmensa mayoría de los edificios, la prueba de que ya estaba loco antes de Karmaland, no como él les gritaba.
-Lo siento mucho, pero yo ya no soy ningún héroe, no os seré de ayuda. Pero que oye, que si me dejáis quedarme...
-¡Claro! -se apresuró a contestar Jesús- el tiempo que haga falta.
Y ese tiempo fue agradable, a ratos. Dormir en la casa de Alexby era raro, sentía a su compañero por todas partes, y aunque nunca había tenido una relación muy estrecha con él, empezaba a extrañarlo sobremanera. Luego estaban todos los edificios que Vegetta construyó, para él parecían tener ojos, unos ojos morados que lo miraban desde una altura moral que le ponía realmente incómodo.
Durante el día intentaba ayudar en lo que podía, si ayudar significaba poner en la cabeza de Arsilex y Lexosi las ideas más locas y absurdas posibles. No era como conseguir que Fargan o Lolito volviesen loco a Vegetta, pero se le acercaba bastante. Elyas tenía demasiada paciencia, incluso más que el mismísimo Luzu, por lo que a veces, en vez de sentirse culpable, era atacado por la culpa, la misma culpa que lo arrastraba al infierno cada noche.
Evitaba dormir por encima de cualquier cosa, por qué sabía lo que vería si lo hacía. Durante los sueños, dicen, tu espíritu abandona tu cuerpo para vagar por el mundo y eso son tus sueños. Pues bien, Auron solo soñaba con una cosa, y al despertar sentía que su espíritu, o lo que fuese, había luchado por no regresar a su cuerpo.
Luzu. Siempre era Luzu. Volvía a él y lo perdonaba, lo abrazaba y le decía que todo estaba bien que no había nada que no pudieran solucionar. Algunas noches Luzu le besaba, y por algo que decía no entender, despertaba en un mar de lágrimas, tan inmerso en esas aguas que no podía tomar aire. Otras, las manos de Luzu estaban en su cuerpo, con sus besos le robaba el aliento y sus caricias lo endurecían tanto que sus propios gemidos lo despertaban.
Las noches eran una tortura, despertar era aún peor. Porque podía arrepentirse de muchas cosas, y de lo único que se lamentaba era de no sentir jamás lo que sería sentir esas manos sobre su piel humana, si sería igual que sus sueños, si él volvería para perdonarlo, o sus dioses solo se entretenían atormentándolo con la peor de las torturas, la esperanza.
Apenas era ya él mismo pero no se dejaría vencer, seguía sonriendo,por que si ese día llegaba, Luzu debía poder verlo sonreir.
Luzu, Luzu, Luzu, Luzu, Luzu. Sin quererlo, su rostro, su aroma, su sonrisa, todo eso, era lo único con valor que se había llevado de Karmaland, eso, y un inmenso dolor.
Las campanas de Wakanda sonaron rompiendo la noche, todos los aldeanos corrieron a resguardarse mientras Auron intentaba ir a contra corriente. Subió a la muralla para reunirse con Elyas y lo vió.
-¡Auron! ¡Vuelve rápido a casa de Alexby! No debes estar aquí.
-¿Qué mierda es todo esto?
-Una invasión. Nosotros somos la primera linea de defensa de Karmaland, así que esto sucede muy a menudo -le palmeó el hombro- Vegetta diseñó las murallas, son las mejores. No podrán con nosotros.
-Me quedo.
-Auron, sin el dispositivo no puedes volver de la muerte. Nosotros nos encargamos.
Miró a su alrededor encontrando a los locos héroes de aquel lugar gritando y haciendo estupideces ante la amenaza de aquel ejército ante ellos y se sintió como debía sentirse Vegetta con ellos. Estuvo a punto de vomitar al sentir a la muerte mirarlo a los ojos. Sus pies retrocedieron solos, llamó a Luzu en silencio, vio las caras de sus amigos una última vez, deseando haberlos cuidado a todos y cada uno, jamás tuvo nada tan valioso como lo que le dio Karmaland, como todo lo que le dieron los Dioses. Amigos que llamar familia, amigos que lo necesitaban y él a ellos, una vida un mundo una causa, y a su destinado.
Y todo caería si ese ejército no era frenado por la diminuta Wakanda y sus héroes payasos.
-¡Espera! ¡¡AURON NO!!
No podía, él era un héroe, los dioses no le habían elegido por capricho, él era un héroe, se sentía un héroe, y vivía siendo un héroe, ese era el último sentido de su vida, la cual ya no tenía ninguno, no podía seguir siendo una pantomima de sí mismo más tiempo, sentado en una silla con las viejas y los niños temerosos, esperando a Luzu. Joder, él era un héroe.
Saqueadora en mano, desde lo más alto de la muralla de Wakanda, saltó hacia las huestes invasoras, buscando ser un héroe y finalizar su absurda vida como tal, moriría siendo un héroe. En su mente estaban las lágrimas de Lolito cuando se negó a tomar de vuelta la saqueadora, las garras del oso estúpido amarradas a su tobillo para detenerlo, la espalda de Luzu, aquella última noche, cuando le dio un espejo en el que mirarse. Con todo aquello amontonándose en sus ojos y en su alma, las flechas no se hundían los suficiente, el fuego no quemaba lo suficiente, las espadas no le robaban sangre suficiente.
Ahora lo entendía, entendía algo peor que las palabras de Luzu, entendía que la única persona que había amado se había equivocado con él. Y ahora, agotado por la batalla, tras dejar una docena de cadáveres a su espalda, respirando con fuerza, su mechón de slime y su ojo maldito ardiendo hacia las alturas, volvía a ser un héroe ante aquel colosal devastador sobre el que montaba el jefe de los saqueadores.
-Luzu mi niño -dijo para sí con voz tenue, con su respiración entrecortada- te equivocaste, -alzó la saqueadora dispuesto.
SI TENGO CORAZÓN.
Dispuesto a morir como un héroe.
Batalla injusta donde las hubiera, el devastador cargó contra un Auron, la Saqueadora cayó al suelo mientras desde la muralla los gritos desesperados de sus amigos suplicaban por él, porque se apartarse a tiempo, porque Elyas y Jesús llegaran a tiempo, por que el devastador no hiciera honor a su nombre. La oscuridad invisibilizó todos los ruegos con una silenciosa negación. Auron cayó, y no como un héroe.
Ups! pues van a ser 4... JAJAJAJAJAJAJA
El cuarto está en corrección babys.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro