59: El Primer Amanecer, II Parte
-Aaaaah...
Vegetta infló los pulmones a la luz del día. El sol había salido y se alzaba por encima de las copas de los árboles. Deslizó el brazo fuera de los hombros de Fargan y Alexby y se sentó en el muro del pozo de estrellas, dejando que el sol le besase la cara y le llenase los ojos, respiró hasta la saciedad, mientras Lolito y Auron dejaban a Willy sentado a su lado, todos en silencio, sin palabras, después de tanto en una sola e interminable noche, pero con todos los ojos puestos sobre una única cosa, la marca en el hombro de Vegetta, y aún así, nadie se atrevía a decir nada ante la sonrisa angelical del pelinegro, como si nada hubiera ocurrido nunca.
-¿Qué pasará con Karmaland? -preguntó incómodo Alexby, mirando la hondonada rocosa que quedaba a su alrededor para distraerse.
-Que lo hagan los dioses, yo no pienso reconstruir nada.
Todos abrieron los ojos y se quedaron asombrados mirando al de ojos morados.
-¡¡Rápido!! ¡¡Vegetta sigue poseído!! ¡¡Luzu dónde está el gusano!! -Fargan sacudía a Luzu.
-Fargan... -Vegetta se quejó disimulando la risa, levantó los brazos hacia el cielo estirando su cuerpo- Pienso dormir una semana entera, y ni dioses, ni misiones, ni leches.
Cuando bajó los brazos, su mano se posó casi rozando la de Willy. Era algo normal, estaban el uno al lado del otro, pero para Rubius, sus manos estaban significativamente cerca, aún sin tocarse, lo hacían.
Nunca se había dado cuenta, y ahora lo veía, sus cuerpos eran dos imanes, destinados a estar juntos, algo perfecto, hermoso, y él se veía como una mancha, miserable, pequeño e inutil, que se había atrevido a tomar una de esas manos y ensuciarla entre las suyas. Se sintió ruin y miserable, sobre todo al levantar los ojos y ver los morados mirando a Willy con ese brillo que a veces creyó tener para él, ese brillo que lo había enamorado hasta cambiar todo su mundo. Y no solo eso, ahora veía todo lo que iluminaba la sonrisa de Willy bajo la mirada amatista, una sonrisa radiante de sinceridad, una sonrisa hermosa, que él nunca obtuvo.
Era un imbécil que se había creído con derecho a vivir una magia que solo fue suya en su imaginación. Se encogió en sí mismo, escondiéndose entre sus brazos, entre su negra ropa, con las voces y las risas de sus amigos sonando lejanas para él.
-¡¿Pero qué haces tú aquí?!
Vegetta se puso en pie al grito, listo para recibir con los brazos abiertos a Lobo Plateado, apareciendo a carrera hasta él pelinegro para lamerle como loco la cara. La sonrisa pícara de varios de ellos delataron los pensamientos que escondían al ver a la mascota de Lobo Nocturno correr hacia Vegetta como un loco, más concretamente, Fargan y Auron sonrieron socarrones ante el descubrimiento, pero Vegetta, no tenía intenciones de disimular su alegría de estar vivo, de volver a ver a algo tan querido.
Coringa levantó la mano de Rubius para exigir una caricia y anunciar que él también había llegado, y Rubius dio gracias por tener a alguien al que abrazar en ese momento.
-Esto... -la voz de Alexby sonó incómoda- ¿Rubius?
El híbrido levantó la mirada del abrazo a su lobo para atender a Alexby, que le señaló a su espalda con la cabeza. Al mirar atrás, Nieves se acercaba lentamente, caminando de forma pesada, sus ondulados cabellos rojizos moviéndose con el aire, abrazándose los antebrazos, como alguien perdido en una ventisca de nieve. Dudando, Rubius se puso en pie, sin saber si podría recibirla, o si los chicos lo harían por él, de una manera muy distinta a la que le gustaría admitir.
-¿Pasa algo con Nieves?
Oyó susurrar tras él a Luzu. Nadie contestó, pero casi podía sentir la tensión del resto de sus amigos tras él, como fieras dispuestas a lanzarse. La piel de su nuca se erizó hasta doler.
-No parece estar bien ... -comentó Lolito.
-Deberías ir a ver, Rubius.
Aquella voz, le paralizó el corazón, no solo por lo fría que sonó, ni por el tinte de ira que se apreciaba en el fondo, si no por quién la pronunció. Tuvo que volverse para ver la expresión seria de Vegetta clavada en él. Sólo pudo asentir, obediente como nunca lo había sido, acobardado como el mayor miserable.
Cabeza baja y paso poco firme anduvo hacia ella, y Nieves se acercaba de forma casi idéntica, pero Rubius poco a poco encontraba el valor, más bien el rencor, por todo lo sucedido. Se quedaron frente a frente, ella mirando sus manos, cubiertas de cristal de hielo hasta los codos, tímida, como si fuera la dueña del corazón más dulce. Rubius abrió la boca dispuesto a ser cruel, o quizá...
-¿Todos están bien?
La dulce voz de su niña le pilló por sorpresa.
-Eh... si, todos están bien, ¡Pero Nieves...!
-¿Vegetta también?
-Eh... si, Vegetta también.
-Entonces... -Nieves apretó los labios, casi en un puchero, una queja silenciosa de no saber que decir- lo siento, -sin atreverse a mirar a Rubius a la cara, solo se dio media vuelta y comenzó a alejarse.
-¡Espera! ¿Nieves? -casi fue por instinto, tomarla del hombro y detenerla, girarla para verla la cara, triste y avergonzada, muerta de miedo- ¿Dónde vas? ¿Estás bien...? -Rubius tragó saliva al notar en la punta de la lengua las palabras "mi niña" queriendo salir, estaba protegiéndola, cuando ninguno de los chicos se merecía que lo hiciera, pero, la quería, no era algo que pudiera borrar, por mucho que le doliera, por justo que quisiera ser, por enfadado que estuviera, quería a su niña- Deberías... Tienes que pedirles disculpas tú misma.
Rubius se puso firme y trató de sonar serio, un aspecto que cuadraba tampoco en él que Nieves alzó la mirada sorprendida con un interrogante atascado en la boca.
-Ya me has oído -estiró un brazo señalándolos a todos- Pide disculpas.
Sólo dos segundos más tarde Rubius se puso colorado bajo la mirada de Nieves.
-"Joder que no es Coringa, imbécil" -le ridiculizó su oso- "¿Y qué coño quieres que haga?" -pensó para sí- "Llévala de la mano, también es tú culpa, es nuestra cachorrita"
Se oyó a Rubius resoplar como todo un oso y Nieves saltó en su sitio asustada, pero sin motivo, porque el alfa bajó el brazo para tomar su mano. Nieves intentó retirarse, pero Rubius insistió hasta agarrar sus dedos.
-¡Ah!
-¡¡RUBIUS!!
El oso sacudía su mano, su piel se había quemado al contacto con las manos de Nieves que lo miraba aterrada, a él y a los chicos, que corrían hacia ellos para defenderlo, y en el rostro de Nieves había tanto pánico, tanto terror mirando a sus amigos, que no pudo hacer otra cosa. Su oso tenía razón, era su cachorrita, su hermana pequeña, la única persona que se había quedado con él, sin juzgarlo, cuando él era una mierda.
-¡¡QUIETOS!! -se puso entre ellos y Nieves- ¡Calma joder...!
En segundos, ni lo vio venir.
Alexby y Vegetta estaban a solo unos pasos de ellos cuando Nieves se hizo a un lado, empujando a Rubius con el hombro. Ella puso sus manos frente a los chicos, cerró los ojos con fuerza, porque la magia que quedaba en ella la necesitaba entera, hasta la última gota, y la soltó de golpe abriendo los ojos con Alexby reflejado en ellos.
El impresionante sonido de una detonación los dejó fuera de sitio, algunos salieron volando sin saber cómo, el sonido del vapor surgiendo era continuo, todo estaba cubierto por una espesa nube que goteaba sobre sus cuerpos, y en toda esa confusión el grito de un hombre, una voz tan desfigurada que no sabían de quién podía venir, un gorgojeo horrible de alguien que se ahoga en su propia sangre.
Luzu se levantaba del suelo al lado de Auron mirando a todos lados. Lo primero que hizo Auron fue buscar desesperado a Lolito con la mirada, él era el único capaz de matar de una forma tan atroz, pero lo encontró a pocos metros, caído igual que él, devolviéndole la mirada, una mirada tanto de asombro cómo de no entender nada.
-¡¡¿TÍOS?!! -gritó el pelirrojo con todas las ganas.
-¡¡Willy y yo estamos bien!! -gritó Fargan desde algún lugar- ¡¡¿Alexby?!! ¡¡ALEXBY!!
La nube caía haciéndose menos espesa dejándoles ver cada vez un poco más lejos, distinguiendo a Fargan correr hacia dónde debía estar Alexby, pero todos pudieron verlo sin problemas cuando el rocío se posó en la roca.
Rubius de rodillas en el suelo, sostenía a Nieves entre sus brazos cuidándola de no caer, débil y temblorosa, frente a ellos, Vegetta y Alexby estaban en el suelo, el de ojos morados había tirado al más bajo y aún tenía su cuerpo sobre su espalda, cubriéndolo, sorprendidos, aún, recuperándose del susto, sin poder quitar la mirada de una de las vistas más gores y repugnantes que jamás habían visto, que sucedía a sus espaldas.
Un hombre con máscara en forma de cráneo dejaba caer una vara mágica al suelo, agonizando en las garras de un zombie que se tomó su tiempo en arrancarle la garganta de un bocado, escurriendo la sangre del líder de los rapiitori como un torrente hasta el suelo, vaciando sus ojos de toda vida, dejando en ellos solo la incapacidad de comprender su fracaso, con un interrogante tan grande como el de su existencia.
-¡¡MI NIÑA!!
Lolito se levantó de un salto tan feliz como enamorado y a su su grito, el zombie dejó caer el cuerpo como un despojo, orientando sus ojos vacíos hacia el sonido de la voz que lo llamaba.
-Lo... ¡LOLITO!
El grito de Auron no sirvió de mucho, Lolito se arrojó riendo, lleno de alegría, a los brazos del zombie, hartando de besos el rostro verde y desgarrado, colocándolo cariñoso las gafas. Y el zombie, no hizo absolutamente nada, solo se dejó hacer por el pelirrojo henchido de felicidad.
-Man... ¿Mangel?
Al fin Alexby fue capaz de pronunciar una palabra.
-No jodas -Fargan no salía de su asombro, pero pronto cayó en ir con su omega, acurrucado junto a Vegetta tras un espeso muro de transparente hielo que se derretía evaporándose directamente- ¿Pero qué ha pasado aquí? -preguntó intentando sacar a Alexby de allí abajo.
-¿Estáis todos bien? -Willy se acercó, preguntando a Rubius directamente, antes de ayudar a Vegetta a levantarse.
Rubius no daba crédito a lo que estaba pasando a su alrededor, pero Alexby se arrodilló rápido frente a Nieves.
-Si...eh... el rapiitori... ha disparado... ¡JODER PERO QUE PUTAS A SIDO ESO MANGEL CÓMETE A ESE CABRÓN HIJO DE PUTA MAL PARIDO QUE QUIERO PISARLO Y ESCUPIRLO CUANDO LO VOMITES!
-Esa boquita... fue una vara del Nether -concluyó Vegetta- ¡¡¿De dónde leches sacó una vara del Nether ese rata?!!
-Ilegalísimo Vegetta, ¡A por él! -bromeó Auron.
-¡Nieves! ¡Gracias! -Alexby fue a tomarla de las manos pero ella las retiró enseguida para evitar hacerle daño, sus brazos, casi todo su cuerpo bajo la ropa, se estaba convirtiendo en Nieve, y solo el oso aguantaba a duras penas el frío que la quemaba- ¿Por qué lo has hecho?
Nieves le miró dulce, intentando lo mejor para poner una gran sonrisa.
-Tú me protegiste.
-Nieves...
-¿Qué le pasa, Rubius? ¿Está bien? -fue una pregunta de Vegetta, preocupado.
El oso abrazó a la niña con fuerza, escondiéndose en su cabello.
-Es la maldición del muñeco de nieve, está volviendo -comentó Auron acercándose por su espalda.
-Lo siento -Luzu se dirigió a ella con una mirada tan dulce, tan sincera, que Nieves sonrió.
-Es el karma -se encogió de hombros con esa adorable sonrisa, los chicos notaron como Rubius empezaba a llorar en ese momento y Vegetta le frotó la espalda.
-Nieves... gracias -volvió a decir Alexby, realmente conmovido por su último acto.
-Si, gracias Nieves -Fargan se arrodilló con ellos, también queriendo agradecer a la golem el sacrificio que hizo por Alexby.
-^¿Saben que tenemos los dispositivos y que no hubiera pasado nada verdad?^ -susurró Auron, cruzado de brazos, a Luzu a su lado, que le chistó rápido clavándole el codo en las costillas sacándole un grito.
-Osito, todo va a estar bien -Rubius levantó la mirada solo un poco para ver sus ojos oceánicos- va a estar bien, estás con ellos. Solo quédate con ellos, son tu familia. Lo entendí. -miró a todos los chicos, reunidos delante de ellos, sus lágrimas bajaron por sus azules mejillas- lo entendí. Familia. Yo, yo también, quería, una familia.
-Pero Nieves... -Vegetta se arrodilló frente a ella muy cerca- tú ya eres nuestra familia.
Ella se sorprendió mirando a los ojos de Vegetta, sus lágrimas se secaron, recordando esos ojos mirándola, sosteniendo su mano en la carrera, riendo, haciendo travesuras juntos, miró a Willy, en pie justo tras el pelinegro, ofreciendo unas galletas, enseñándola el huerto, Alexby, abriendo su casa para ella, Fargan recibiéndola con una sonrisa gritando su nombre cada vez que la veía, Auron, riéndose de sus propios chistes los cuales ella nunca entendió, pero rio porque le gustaba verlo intentar hacerla reír, Luzu, que siempre había sido generoso y atento, quizá el más cercano de todos, y Lolito, quien la prometió que Mangel jamás la volvería ha hacer daño.
Los miró a todos, antes de caer en un vacío lleno de un pulcro blanco.
Ah, pues serán 3 partes XD
Nota: una persona me escribió un mensaje algo... indignada, porque escribo mal "rapiitori", así que voy a aclararlo por si alguien le interesa y no se atreve a señalarlo.
Siempre suelo echar un vistazo a cosas que voy a usar y desconozco, por miedo a meter la pata por demás, así lo hice con Mawu, porque dudaba mucho de que los dioses de Karmaland se lo hubieran sacado de la manga, y obviamente resultó que si que existe un dios llamado Mawu, así pues, cuando fui a ojear que carajo eran los rapiitori, pensando que podía ser una mafia o yo que se qué, me encontré con que no había nada, o casi nada, acerca de ese nombre (parece ser que es un pez¯\_(ಠ_ಠ)_/¯ ). El caso es que me di cuenta de que había tan pocos resultados, que si yo ponía bien el nombre, las arañas de google ficharían antes mi fic que los videos de los chicos, donde está bien escrito rapiitori, así pues, doble la primera "i" por que los dioses de Karmaland, duplicaron la segunda, posiblemente, por el mismo motivo que el mío. Esa es mi triste historia XD.
En un rato más!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro