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47: Alexby

                  

                  

-No no no ¡esto no puede estar pasando! ¿Y yo ahora que hago?

Se asomó desde el resguardo de un árbol. A su alrededor los zombies se movían sin rumbo, avanzando, sin razón ni cerebro, pero la horda de rapiitori muertos eran suficientes para rodearlo, aunque ninguno de ellos echaba la vista atrás para poder verlo, así que los veía continuar hacia delante sin demasiada preocupación.

Se sentó en el suelo, intentando pasar aún un poco más desapercibido, pues el problema real se le venía por la espalda. Estaban esos otros rapiitori, los que sabía que no podían estar muertos por que la última vez que los vio solo recibieron un golpe o caminaban tranquilamente por sí mismos, pero ahora, desde que esa pútrida niebla los había contaminado, se movían como sabuesos de caza, olfateando el aire y buscandolo con aquellos ojos tan rojos como la peor de las versiones de Evil-Luzu. Su primer impulso al ver a varios de ellos acertar con la dirección hacia él, fue comprobar que el traje chetado de la Hermandad Oscura aún cubría su aroma, el cual sabía que tenía que estar descontrolado. Se ajustó la máscara, y planchó con las manos la tela sobre la herida en su hombro, conteniendo el grito entre los dientes.

Subir por la pendiente del cráter que era ahora Karmaland, le había costado varios golpes en las rodillas, de cada vez que aquellas criaturas intentaron tirarlo de vuelta, y ahora dolían a rabiar. Los dedos de sus manos estaban dormidos, de la fuerza con la que se había agarrado a cualquier cosa para no caer y poder patear las caras de esas asquerosas... cosas. Los muertos le agarraban, tiraban de sus tobillos. Los vivos saltaban sobre él, a mordiscos y zarpazos. Su espada había caído pendiente abajo casi alcanzando la cima a causa de un tirón en sus pantorrillas que le hizo besar el suelo. Solo pudo ver como la hoja de diamante caía golpeándose con cada saliente del camino, hasta alcanzar con su mirada la de Willy, parado en el fondo del cráter, mirándole inquietantemente calmado, sin expresión, pero con aquellos ojos verdes bien clavados en él.

Y ahora estaba allí, escondido, esperando, sin saber a qué.

No tenía armas. Estaba solo. Como aquel día.

-¡Willy para! ¡El portal! ¡Staxx sigue dentro! ¡Para!

Gritó, y hasta él se hizo daño de lo herida que sonó su voz. Todos sus amigos sangrando, Luzu intentando reanimar a Vegetta desplomado en el suelo, él apenas conteniendo las lágrimas provocadas por el caos y la ira, Willy destruyendo el portal del End, sin importarle que aún no estuvieran todos.

-¡Staxx está muerto Alexby!

-¡He dicho que pares Willy!

Con todas sus fuerzas, unas que ni tuvo que reunir porque todo lo que sentía estaba a flor de piel, golpeó a Willy con en puño en toda la cara. El albino cayó al suelo casi rebotando, pero él no se detuvo a ver a su compañero, no, saltó de vuelta al pozo de estrellas. Joder, Staxx aún seguía dentro.

Era Staxx.

En cuanto estuvo de vuelta en el End, el sonido del vacío inmenso de aquella dimensión hizo que los oídos le dolieran mientras sus ojos se acostumbraban a la oscuridad del cielo purpura y a la clara arena. Dos ender pearls en una mano, y esa que debía de sujetar una espada estaba vacía, pero no había tiempo para pensar nada, tenía que correr, encontrar a Staxx, una ender pearl para cada uno, eso bastaba, eso debía bastar.

Corrió siguiendo el recuerdo en su reciente memoria el camino que habían seguido hasta la tumba del dragón del End. Casi podía oír los gritos arrastrados de los endermans, los derrumbes provocados por el dragón en el cruento combate, el sonido de la risa de Staxx, llamándolo para celebrar su impresionante victoria. Alexby sonrió mientras corría, porque sabía, muy en el fondo, aunque no quisiera creerlo, que aquellos sonidos solo estaban en su imaginación.

El despertar de su ilusión fue tan solitario como la llanura donde todos habían intentado sobrevivir unos minutos antes. Las marcas de la batalla aún recientes en la arena, ni la suave brisa había tenido tiempo de emborronarlas. El esqueleto del dragón, como una cruel broma, arrojado sobre la arena tan muerto como las piedras de a su alrededor. La carne y piel que habían empezado a cubrirlo, ondeaba seca a girones sobre los blancos huesos.

Era una broma, una maldita broma, que allí no hubiera nada de todo lo que sufrieron, ni las decenas de endermans enloquecidos, ni aquel dragón encolerizado. Solo un erial lleno de huellas, que paso a paso siguió, hasta el borde de la isla de arena, donde las huellas de Staxx se perdían, dejando caer la mirada hacia el interminable abismo amatista siguiendo las cascadas de arena que caían en él, cada vez más abajo, inevitables, caían grano a grano, siguiendo a Staxx, hacia la inmensidad oscura, un paso más, un grano de arena más, una lágrima que dejaba un corazón demasiado pesado, otro paso más.

-¡¡ALEXBY!!

Los brazos lo envolvieron con una fuerza desesperada, casi levantándolo del suelo, apartándolo del abismo y de sus pensamientos. Lo agarraron con tanta fuerza que agradeció no poder respirar.

-Staco...

Willy no dijo nada, no quiso completar la frase de Alexby con la imagen que aún le quemaba en las retinas.

Un rapiitori de ojos rojos le dio el susto de su vida apareciendo sigiloso a un lado suyo, mostrándole los caninos dispuesto a morderlo y hacerlo pedazos, pero lo único que el rapiitori mordió fue un doloroso puñetazo estupendamente encajado en su cara. Los zombies automáticamente se voltearon ante el ruido, todos los ojos cayeron sobre Alexby.

-Ay mamá... ¡Ay ay ay ay ay! -salió disparado sin saber muy bien a dónde corría- ¡Pero dónde mierda están todos!

Fue decirlo y como si de una mala invocación se tratase, Willy estaba ante él, cortándole el paso. No tenía que preguntar, ni imaginar nada, lo estaba viendo, lo veía en cada paso decidido, marcial, que daba hacia él.

-Will, Will, eh tío, no sé que te ha pasado pero ya no es gracioso. Vamos a hablarlo, como personas civilizadas, ¿Vale? -Alexby retrocedía por cada paso que Willy daba, pero el albino se llevó las manos al hacha en su cinto, agarrándola de una forma sobradamente amenazante- Will~... -levantó el hacha- ¡¡WILLY!! -y la hizo volar hacia la cabeza de Alexby que la esquivó de milagro o más bien gracias a un zombie, que la encajó por él- ¡JODER!

Los lentos zombies solo giraron las cabezas siguiendo la dirección de su carrera, como bobos, sin hacer nada más que eso, pero tres de los ojos rojos saltaron hacia él como auténticas fieras corriendo incluso más rápido que él, pero por suerte, supo el lugar exacto donde se encontraba.

Apretó el paso, dispuesto a hacer saltar por los aires a esos infelices con las minas de Willy, si es que alguna había quedado por estallar, tenía que reunir suerte para encontrarla a la primera, y eso para el chico sin suerte, no era nada fácil.

Aguantó un grito de protesta, o ruego, por sabía que ningún dios iba a escucharlo, así que simplemente fijó la vista en el boquete de la anterior explosión, lanzándose contra ella a toda velocidad, clavó el talón en el suelo para saltar con tanta fuerza y tan lejos como la adrenalina le permitiese, despegándose del suelo con las garras enemigas a centímetros de acariciarlo.

Un doloroso golpe en su espalda, como partiéndolo por la mitad, lo ayudó a cruzar al otro lado junto al estallido de una no tan gran explosión. Tendido en el suelo, sin poder mover el brazo izquierdo, arrastrándose lejos de la lluvia de tierra, rocas y pequeños trozos de carne, pudo ver la figura de Willy, aclarándose al disolverse la nube de polvo. En seguida vio como Willy alcanzaba a tomar del cinto su segunda hacha, y es que la primera, estaba dejando un reguero de sangre clavada a fondo en su espalda.

Holaaaaa, como prometí, el capítulo en su fecha!! jajaja. Para ser sincera me he sentado hace poco más de una hora sin idea alguna de que escribir jajajajajajajaja.

Vale, se que es corto, sorry, pero a partir de aquí necesito organizar a los 9 y se complica un poco la cosa para mi, también se hace más divertido!!

Gracias a todos!!!

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