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43: Pequeño titán



-¿Nieves?

Ella lo miraba, asustada, las manos nerviosas, el labio inquieto sin encontrar las palabras o el sollozo que necesitaban.

-No puedes volver. Ellos... ellos...

-¿Qué...?

-¡Vámonos de Karmaland! ¡Lejos! Tú y yo, como siempre debió ser. Lejos... lejos de ellos, de todo. Nadie tiene por qué saber... podemos ser felices.

-¿Qué estás diciendo Nieves?

-Tú y yo, formaremos una familia, como querías. Yo te esperaré en casa, hornearé pasteles, me ocuparé de los cultivos. Cómo planeaste.

-Nieves...

-Nuestros hijos jugarán en el jardín sin miedo. No más batallas, ni explosiones. Llegarás de la mina y estaremos esperándote en casa. Tu familia. Tus hijos.

Nieves le tomó de las mejillas y Rubius la miraba sin entender, sin saber qué decir, mientras ella le mostraba toda su dulzura. Él la miró a los ojos, imaginándose ese dulce futuro, un futuro con el que siempre había soñado, sumergido en esos ojos oceánicos amables y suplicantes, tan preocupados por él, llenos de sueños ciegos y esperanzas descompuestas, nadie nunca lo había mirado de esa forma, nadie nunca le había suplicado tanto amor, suplicando parar la locura, y vivir su sueño.

-Seremos felices...

Parar y vivir.

-Tu, yo...

Por fin.

-Nuestra familia...

Su sueño.

-¿No quieres eso?

Abandonar todo.

Rubius retrocedió un paso, con las sonrisas de todos sus compañeros en mente e incapaz de ver la suya propia, en ese futuro, sin ellos.

-No, yo... Nieves, era un juego ¿Lo sabes no?

Ella lo miró atónita, casi como si su corazón se acabara de romper.

-Pero, por fin será real -volvió a sonreír.

Los nervios de Rubius se pusieron de punta, sin saber como convencerla sin herirla.

-Tengo que volver. Los chicos...

-Olvídalos.

-¡Son nuestros amigos!

-No, no lo son -Nieves alcanzó las manos de Rubius- ellos solo te utilizan osito. ¡Eres el único que no lo ve! ¡Estás mejor así! ¡Sin ellos!

-Vegetta... -le temblaba la voz, temeroso de lo que estaba viendo- Vegetta quiso enseñarte a nadar, ¿recuerdas? -rió forzado, intentado sonar feliz aún a pesar del miedo- Yo no le dejé porque creí que quería ahogarte, ¿Y cuando os escapabais juntos para cabrearme?... Luzu, nos invitó a ese restaurante cuando abrió... ¡Y Willy! Él fue quien te enseñó a cultivar y Mangel... Bueno ya sé que él no...

-¡Están muertos! ¡Todos! ¡Mawu los ha condenado!

Nieves cerró los ojos con furia al gritar, empuñando la rabia en sus manos firmemente cerradas. Las manos de Rubius se posaron en sus hombros, queriendo detener lo que ella estaba gritando.

-Quién es Mawu -la chica se dio cuenta de que habló de más en el instante que tuvo que mirar a su osito a los ojos, viendo que de su rostro se había esfumado toda ternura- Nieves, dime lo que sabes, ahora.

-No -negó nerviosa, intentando retroceder, con miedo de que Rubius entendiera.

-No me importa cómo lo sabes, ni lo que has hecho, pero dímelo. Tienes treinta segundos, o todo terminó entre nosotros.

Las palabras fueron un mazo que la golpeó con dura realidad en el pecho.

-Es... un dios antiguo... han sido los rapiitori... lo han invocado para destruir Karmaland, y a todos los héroes. ¡Por eso tenemos que irnos! ¡Van a matarte! ¡Tenemos que irnos!

Nieves tiró de él sin poder arrastrarlo ni un centímetro, clavado al suelo. Las manos de Rubius temblaban sobre su piel y cuando lo miró a los ojos, su tez era oscura y pesada.

-Nieves... el hielo donde Mangel... ¿Tú...?

Los dos lobos pasaron corriendo a su lado, a toda velocidad hacia su espalda, pero ello no evitó que una flecha se clavara en el hombro del híbrido por la espalda.

Vegetta no podía apartar la vista del pozo en el suelo, las puertas de uno de los peores recuerdos de su vida. Los gritos empezaban a amontonarse en su oído desde las más desterradas memorias, el dolor que le infligían las garras que se negaban a soltarlo, los esfuerzos de sus compañeros por huir y a la vez llevarlo con ellos, resistiéndose con uñas y dientes. El momento en el que Staxx se quedó atrás, el momento en el que Willy retrocedió en su busca, y el día siguiente, cuando despertó con el peor de los vacíos en su pecho, sin necesitar las palabras de sus compañeros para entender lo que significaba ese enorme agujero en su corazón.

Y ahí estaba otra vez, un lugar que prometieron enterrar en el olvido y bajo la mismísima Karmaland, con ayuda de los Dioses, tras soportar el castigo por su desobediencia. Solo una ender pearl, y el pozo de estrellas volvió a inundarse para dar entrada a los terrores, a los recuerdos, y a los secretos no confesados. Vegetta, con las manos atadas a la espalda, solo tenía la mirada fija en el portal al End, un empujón le hizo casi caer en esa oscura inmensidad estrellada, y las risas corearon su traspié.

Tomó aire, Mangel se acercó calmado por su espalda, sin ruido, casi como si fuera el verdadero Mangel, pero el olor a cadáver y podredumbre que respiraba de él, le recordaba obsesivamente cual era la realidad.

-Pronto descansarás, junto a tus compañeros. Pero antes, devolveréis lo que robasteis -la voz de Mangel fue demasiado apacible y arrastrada para ser de él, aunque lo parecía.

-Créeme, ninguno de nosotros descansará, hasta patearos el trasero de vuelta al infierno, sucias ratas.

Mawu y Vegetta se sostuvieron las miradas un segundo.

-El primero de tus compañeros ha caído, y no pudiste hacer nada. Tu podrás ser el siguiente, ahora mismo.

Dos rapiitori sostuvieron a Vegetta de los hombros empujándolo con fuerza hacia el pozo, pero Vegetta se resistía con todas sus fuerzas y gritando lo peor de sí. Primero un codazo desde su espalda a uno de ellos, luego haciendo fuerza con las piernas sobre el pozo para evitar que lo lanzasen dentro, un tercer hombre tuvo que unirse al forcejeó para someter al pelinegro, llevándose otro codazo en la nariz. A pesar de las manos atadas a la espalda, del cuerpo magullado y del hambre, Vegetta había conseguido herir a dos hombres y no se daba por vencido, así que otros rapiitori acudieron frustrados a intentar someterlo.

-¡Soltadme cerdos!

-¡Esperad! -el líder de los rapiitori sonreía tras detenerlos, Vegetta le miró por encima del hombro, tan atónito como sus hombres, mientras se acercaba a todos ardiendo de felicidad- Ya no va a necesitar las piernas.

Desenfundó una espada de hierro, mellada y llena de oxido, exhibiendo sus intenciones ante Vegetta, cuyos ojos se entrecerraron con odio a pesar de que sus pulmones respiraron terror, acto seguido,los otros rapiitori lo obligaron a arrodillarse de espaldas a su capitán, que ya balanceaba la espada saboreando la carnicería.

-Cuánto he esperado por esto... ¿Alguien más quiere un trozo?

Los rapiitori allí parados rieron, asintieron a la oferta de su capitán empezando a nombrar partes del cuerpo que cercenar. Vegetta sintió un escalofrío por su cuerpo, escuchando como los sicarios discutían qué parte del cuerpo amputarle y quién lo haría. Sin saber por qué, buscó la mirada de Mawu, quizá por que le había protegido la vez anterior, quizá porque para él, aún era Mangel, pero aquellos ojos eran aún más fríos que de costumbre, y atendían lejos, a otro lugar.

Lo que Mawu miraba era a un esbirro rapiitori que corría hacia ellos, directo hacia su capitán gritando por su atención inmediata. Llegó justo hasta el mayor de los rapiitori cuando este ya sostenía la espada lista en alto contra Vegetta, dispuesto a crear el mayor daño en el cuerpo del de ojos amatistas, que no dejaba de amenazarlos a todos a base de gritos.

El rostro del líder rapiitori cambió a uno de molestia al ser interrumpido, luego a uno de seriedad mientras el subordinado hablaba para él por debajo de los gritos de Vegetta. Otra vez, el líder rapiitori sonrió sádico.

-¿Y está vivo? -El recién llegado asintió jadeando por la carrera- ¿Y el otro?

Todos oyeron esta vez lo que él le hablaba, ya que hasta Vegetta dejó de gritarlos.

-Consiguió huir, pero estaba herido, se desangraba, lo encontraran pronto.

-Llévate a todos los hombres disponibles, también lo quiero vivo. Quiero oir a esos hermanos oscuros gritar como cerdos en su matanza. ¡Parece que has tenido suerte después de todo Vegetta! -dijo con burla, se hizo a un lado, para dejar que los ojos morados alcanzasen a ver cómo arrastraban a un miembro de la Hermandad Oscura, inconsciente, hasta ellos- ¡Estaba deseando poder arrancar con mis manos esas alas!

-¿Fargan? -Vegetta intentó ponerse en pie, aterrado y sin hilo de voz, al ver al de la máscara blanca ser cargado como un trapo viejo, arrastrado hasta ellos.

-¿Te apetece mirar como despedazamos a uno de tus compañeros?

El capitán rapiitori fue hasta el inconsciente, pavoneándose victorioso, con la espada levantada. Pero para los ojos de Vegetta algo no iba bien, algo se veía extraño, y es que él, que había luchado espalda contra espalda con cada uno de sus compañeros, podía ver el error de los rapiitori.

-Por fin -levantó la espada- decoraré mi trono con tus alas de pajarraco.

Una repentina cadena de fuertes explosiones en el bosque, sobre sus cabezas, hizo que todos los presentes, levantaran la vista hacia el lugar en llamas, y en ese momento en el que todos bajaron la guardia, las manos del hermano oscuro se cerraron sobre los brazos de los dos hombres que lo cargaban. El oscuro clavó sus pies al suelo alzándose en pie ante ellos y con fuerza chocó a los hombres que lo retenían uno contra el otro, haciendo que lo soltaran cuando sus cabezas rebotaron una contra otra. Una risa especial rompió el sombrío ambiente.

Aquella risa, aquella fuerza. Vegetta sonrió. Solo un pequeño titán valía para causar estragos.

-¡Volved a intentarlo hijos de puta!

-¡¡ALEXBY!!

Vegetta sintió recuperar toda la vida perdida cuando el pequeño héroe derribó de un puñetazo al líder de los rapiitori, sin importarle la espada. Alexby miró a Vegetta y él lo sintió sonreír bajo la máscara, ambos con la victoria en los labios.

La esperanza, se renovaba.

Ea, a gusto quedo de no haceros esperar, es más, el siguiente capítulo esta casi a punto y el siguiente a ese ya tiene su esquema, se puede decir que salte sobre el bloqueo, espero que sea de vuestro agrado. Por favor!! sin pena ni vergüenza de comentar.

Si necesitáis historias que leer estos días, recordad que Tofumxfu- ha organizado los premios Karmaland 2020 y podéis encontrar un montón de historias que leer, solo haced click en su nombre para verlo. Votad las que os gusten!!! Yo ya lo he hecho, y si tenéis recomendaciones (incluso de vuestras propias historias) pasádmelas! No vais a encontrar esta jejejeje me daba cosa, hay que ser honesta, tengo mal perder.

OLE TOFUNXFU APOYAD SU INICIATIVA!!! 

Besotes!

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