41: Destrucción
-Qué no hay manera, no están por ningún lado, las ratas se han ido.
-Lolito ¿Tú has visto algo?
El pelirrojo, que se les unía en ese momento, negó con una expresión seria. Luzu bajó la mirada al suelo mordiéndose el labio, no podía creerse que dos de sus compañeros habían desaparecido a su cuidado, había puesto demasiada fe sobre esas sopas de veneno.
-Yo perdí el rastro de Rubius cerca de casa de Willy. Seguro que están juntos Luza.
-Fargan volando es tan rápido como la calva tóxica, seguro que las tres ratas están juntas.
Luzu miró a Auron, desde luego que el que esos tres estuvieran juntos, no era algo que lo consolara en este momento, pero Willy había demostrado tener algo de liderazgo y cabeza fría bajo la manga, quizás esta vez sí...
-Está bien. Merlon está evacuando a los aldeanos hacia los bunkers. Auron, tú has estado en el mio, ¿Puedes ir a ayudar por allí? -Auron asintió- Lolito acompáñalo por favor. Es el bunker más cercano a Karmaland, si algo ocurre, será allí.
-Entendido.
-¿Y tú qué harás mi niño?
Luzu suspiró al aire.
-Vegetta me mostró su bunker hace tiempo. Es el más grande, así que Merlon llevará a mucha más gente allí. Hay entradas escondidas, la evacuación será más rápida si las conocen todas.
-Tiene sentido, ten cuidado -Auron le miró serio, preocupado, el alfa desprendía un olor algo agrio, el estrés le pasaba demasiada factura a alguien tan bueno como él.
-Si nos necesitas, reviéntale la casa a triple siete. Iremos al rescate.
Luzu no pudo evitar reír ante las palabras de Lolito.
-Si vosotros me necesitáis a mi, por favor, no voléis mi casa para llamarme hijos de puta.
-AAAAAAAAAH ¡¿Y cómo te llamamos?! Así no Luzu, así no.
-Jajajaja Auroncito... Yo sabré si te sucede algo.
La intensa mirada del alfa sobre él le hizo sonrojarse de pies a cabeza.
-Anda, tirando, tortolitos.
Lolito agarró el brazo de Auron, arrastrándolo hacia el destino, sin conseguir que la pareja despegase las miradas el uno del otro, sonriendo pícaro por ello.
-Estúpido y sensual Luzu... -murmuró Auron por lo bajo, algo que hizo sonreír a Luzu.
En cuanto Luzu se dejó ver por la nerviosa gente que caminaba hacia la imponente casa del líder de los héroes, el ambiente pareció relajarse. Su sola presencia allí alivió el sentimiento de miedo de los aldeanos, los niños dejaron de llorar para mirarlo, los hombres y mujeres ganaron valor. Varios guardias de armadura dorada acudieron al encuentro del héroe.
-Si abrís hueco justo ahí delante, encontraréis un pasillo directo a la entrada del bunker, -varios guardias asintieron al mandado del héroe sin un solo sonido, obedeciendo a Luzu en el acto- que usen esa entrada los que no puedan subir hasta el ascensor o usar las escaleras -otros dos guardias asintieron con aire marcial, apresurándose a recorrer la fila de aldeanos para reconducir a la gente- ¿Y Merlon?
-En casa del héroe Luzu.
Luzu asintió, aliviado de tener a Merlon para controlar a Auron y a Lolito en su casa. Nunca se sabía qué cosas podían surgir de esos dos juntos.
-¡Ey viejo! -gritó Auron llamando la atención del pobre Merlon.
-Yeeeepa menuda fiesta tienes aquí Merlon cabrón.
El desfile de gente que intentaba alejarse lo máximo posible de la lava de las escaleras se volvió con rostros aterrados para mirarlos a ambos.
-¡Héroes! Estáis aquí, es un alivio. Al veros ausentes temí lo peor.
Auron se detuvo junto a él, mientras Lolito subió hasta lo alto de las escaleras, dando saltos y haciendo equilibrios innecesarios sobre las piedras que retenían la lava. Los niños se quedaron mirando asombrados las gracietas del ágil pelirrojo.
-A VER GENTE -gritó desde lo alto- LA LAVA NO HACE NADA SI NO OS DAIS UN BAÑO, TODOS DE A UNO Y DESFILANDO A CASA DE LUZU.
Los aldeanos se miraron unos a otros un poco más calmados por la presencia de los héroes y las palabras confiadas del ex alcalde.
-Héroe Auron...
-Dime viejo.
-Parece que la lava no es a lo único que la gente teme...
-Aaaaaaaaaaa si ya sé que me dices. Luzu es un poco especial decorando -Merlon rió tímidamente, sin querer insultar a uno de los mejores héroes- ¡EL QUE NO ENTRE LO METO A PALOS! YA ME HABÉIS OÍDO GORRINOS.
-AURON TÍO -el tono de voz de Lolito no escondía la risa que se le escapaba.
-Y no encontramos la entrada al búnker -se apresuró a añadir Merlón.
-¿CÓOOOOMO? ¡Vamos! Qué si no lo hago yo no lo hace nadie, bien bien. ¡Lolo! que vayan entrando, Luzu cubrió la entrada del búnker.
-Oído mano derecha.
Mawu miró al omega a su lado cuando este cayó exhausto de rodillas junto a él. Vegetta había arrastrado los pies en el último tramo hasta llegar allí, su piel estaba tan pálida que se transparentaba, sus ojeras eran casi tan moradas como el del apagado iris de sus ojos. Parecía que se estaba asfixiando, o que lo intentaba con todas sus fuerzas.
-Deja de resistirte líder de los héroes. El sufrimiento no es necesario, puedes acabar con esto pronto. Solo lleva a tu alfa al portal.
Vegetta levantó la mirada, agotado, pero procurando que fuera una mirada lo suficiente afilada para que sirviera de respuesta.
-Ni mi alfa, ni mis huevos.
Jadeó, a falta de poder tener aire con el que pronunciar las palabras, y aún así, Mawu entendió el mensaje más potente, el de sus ojos afilados. Solo un ligero gesto en los labios fruncidos de Mawu, antes de mirar al líder de los rapiitori, ocupado dirigiendo la invasión.
-¿Dónde están los habitantes de Karmaland, líder de los héroes?
Vegetta resopló aire.
-¿Cómo voy a saberlo, si me habéis tenido encerrado? Tontitos -una oleada de orgullo le recorrió el alma, no era su propio orgullo, era el que sentía por sus tontitos, por fin habían hecho algo bien.
Le aguantó la mirada, algo que no fue fácil, pues las ganas que tenía de matar a quien estaba delante, colisionaban con la mirada asesina y fría de Mangel. Eso no podía estar sucediendo, no podía estar pasando, y sin embargo, el veneno de alfa que alteraba su cuerpo le decía todo lo contrario, todo su mundo se estaba desmoronando, y haber perdido a su amigo ante sus ojos era una cruel muestra. Al fin, tuvo que bajar la vista al suelo, pero fue por poco tiempo. El capitán rapiitori avanzó rápidamente hacia él, agarrándolo con rabia del pelo, dándole un fuerte tirón al que le siguió una patada en el estómago.
-No nos hagas perder más el tiempo -lo levantó arrastrandolo del pelo para golpear con la rodilla otra vez en su vientre, doblando a aquel fuerte hombre, ahogándolo- ¿Dónde está todo el mundo? -esperó a que tomara una bocanada de aire y en cuanto Vegetta inhaló, él le pateó el estómago una vez más- ¿Dónde está el portal?
Iba a repetir la misma acción de permitirle tomar una bocanada y patearlo para otra pregunta más, pero la mano de Mawu lo detuvo con un gesto solemne, ordenándole que se detuviera. El rapiitori tiró a Vegetta al suelo de un fuerte empujón.
-Si no estuviera atado, -su voz apenas tenía fuerza, pero se ladeó en el suelo lo suficiente como para dirigir su mirada al de la máscara de acero- ibas a saber lo que es bueno, tú, basura.
La mirada violeta de Vegetta se incendió en ese momento lo suficiente para iluminar sus ojos en la oscuridad, algo que hizo temblar al rapiitori, y desandar un paso. Sintiéndose humillado por haber retrocedido solo con ver la mirada de Vegeta, el capitán apretó los dientes.
-¿Basura? -dio un paso dispuesto a patearle la cabeza pero Vegetta escondió la cara para protegerse, y eso hizo reír al rapiitori- Cuando encontremos al resto de los héroes, ¿Quieres que les demos un mensaje de tu parte? Si, eso es Vegetta. Cuando eso pase tú ya estarás muerto. Pero te garantizo una cosa, todas sus extremidades, serán tratadas con el debido respeto, claro que... por separado. Pondremos especial cariño en ese molesto híbrido de oso, ya hay quien ha pagado por quedarse con sus orejas -la cara de odio que Vegetta le envió mereció la pena- Y en cuanto al omega enano al que tanto quereis, él... bueno, digamos que cotiza más vivo que muerto entre mis hombres.
-¡Hijo de tu madre! -cuando Vegetta se levantó sobre sus rodillas incendiado de ira el rapiitori rápidamente le pateó la cara con tanta fuerza que Vegetta rodó por el suelo.
-Innecesario.
-Perdone Mawu -se colocó la ropa- esté mierda me saca de lugar. Dígame que puedo hacer.
-¿Dónde está mi esposa?
-La chica de hielo estaba vigilando a los héroes, pero todos han desaparecido y ella no ha contactado. He enviado hombres a buscarla -Mawu asintió vehemente-. Karmaland está completamente vacío mi señor, ¿Qué quiere que les ordene a mis hombres, Señor?
Mawu señaló a Vegetta en el suelo y el líder de los rapiitori fue hasta él para levantarlo y llevarlo en pie ante Mawu, obligándolo a mirar al dios frente a frente.
-Mi omega, dime dónde están los habitantes de Karmaland.
Vegetta mordió fuerte, se hubiera mordido la lengua de haber podido, pero a pesar de toda la fuerza con la que bloqueó los músculos de su mandíbula, su boca se abrió tan fácil como seguir respirando.
-En un búnker secreto bajo mi casa y la de Luzu.
El débil hilo de voz que salió de su garganta le sorprendió incluso a él, el miedo le paralizó la expresión de su rostro, su piel se llenó de sudor, no era capaz de creerse lo que acababa de decir.
-Mi omega, dime dónde está el portal al End.
Lo intentó, lo intentó con todas su fuerzas, pero sus ojos se movieron señalando a la misma Karmaland.
-¡Por fin! ¡Lo tenemos!
El rapiitori soltó a Vegetta que casi cae al suelo, pero después de trastabillar, quedó en pie a duras penas.
-Perdeis el tiempo. Los dioses de Karmaland protegen cada palmo de tierra de Karmaland. No podréis hundir la pala en ninguna parte, mierdas secas, olvidaos del portal.
-Je... -rió el rapiitori- tus dioses ya no están, ¿Quieres una prueba?
Sin embargo fue Mawu, quien ajeno a la conversación y a las palabras de Vegetta, levantó la palma de la mano hacia el cielo. Ambos miraron a lo que el dios encarnado hacia y pronto vieron el cielo arder en llamas, las nubes desaparecieron, desvaneciéndose en un perfecto círculo de ascuas que crecía cada vez más, para servir de entrada a una estrella traída del cielo.
Su enorme masa los empujaba lejos, expulsando materiales y desechos, haciéndolos volar en la poderosa corriente de aire abrasador, que provocaba fuegos al contacto de sus caricias. Los árboles que no fueron arrancados ardieron, las casas que quedaron en pie bajo la roca estelar, suspendida en el aire, terminaron por colapsar, enmudecidas por un sonido mayor. Mawu cerró su puño con violencia y la roca empequeñeció hasta el tamaño de un agujero negro titilante, que empezó a crecer, al mismo ritmo que Karmaland era devorada.
Las lecturas han caido en picado pero las estellitas han aumentado!!! Sois el 90% de las razones por las que si o si voy a seguir, no voy a abandonar.
El otro 10 es que soy muy cabezona jajaja.
Si algo no os gusta, si os interesa ver algo, decidlo!!!
Os quiero!!!!
Apoyad a todos los escritores!! Es algo que puede marcar una diferencia enorme, quien sabe si el próximo escritor de exito está en vuestra lista de lectura!! Cuando votais, un michi-Willy hace roró!!!
Muak!!
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