39: Oso dorado
Una enorme zarpa se plantó de golpe ante su cara. Una pata marrón, tan gruesa como el tronco de un árbol, barrió su cuerpo con una fuerza descomunal, lanzándolo varios metros, haciendo que su cabeza golpease contra un roble.
Willy tosió cuando sus pulmones lograron volver a funcionar. Algo venía hacia él, algo que golpeaba la tierra apisonándola en su avance, casi podía sentir como la tierra temblaba y se hundía con cada zancada, sonando más fuerte según la distancia se recortaba. Lo único que pudo ver fue un gigantesco borrón oscuro cayendo sobre él, interponiendo a tiempo la espada por puro reflejo. Sus ojos se abrieron de golpe al encontrarse a centímetros de unas monstruosas fauces que trataban de triturarlo, rugiente y babeante de rabia, con dientes del tamaño de la cabeza de un hacha, intentando masticar su cabeza, que de no ser por la hoja de diamante, estaría completamente dentro de su boca.
El oso hacía tronar con furia enloquecida el aire, gracias a los Dioses, el animal era tan grande, que Willy pudo escapar de sus zarpas simplemente encogiéndose hacia el árbol, bajo la protección de la espada. Pero cuando el descomunal oso de reflejos dorados se irguió en sus terroríficos cuatro metros, la respiración de Willy se congeló en los pulmones. No sobreviviría a esa carga, lo supo.
-¡¡RUBIUS!!
Alexby intentó interrumpir tirándose sobre el oso que se giró para mirarlo con un gruñido rabioso que escupió babas en su dirección. Su brazo barrió violentamente al pequeño héroe, lanzándolo contra la casa de Fargan como si fuera una muñeca de trapo rota. Cuando el oso volvió a buscar a su primera presa, Willy había aprovechado para intentar correr, pero sin el tiempo suficiente para huir, la imponente criatura lo alcanzó de dos saltos, aplastándolo contra el suelo con sus enormes patas, igual que un gato apresando a un ratoncito.
Willy tosió ahogado, sintiendo perfectamente como sus costillas se quebraban bajo el peso de la bestia. Oía como Alexby gritaba a Rubius desesperado por que se detuviera, como si le hablase al oso que hacía que el aire vibraba con aquel interminable gruñido tan pegado a su espalda, el aliento animal humedeciendo su nuca con cada ruidosa respiración sobre él, amenazando con aplastar su cuello de una dentellada, pero en vez de terminarlo ahí, le dio una patada haciéndole rodar por el suelo, como un simple juguete. Willy logró levantarse sobre su codo, lo mínimo para ver a la criatura acercarse a él sin dejar de barritar y gruñir, agitando su cabeza, preparándose para despedazarlo a golpes, su rabia goteando de la boca y su furia hirviente, saliendo como un geiser de su nariz, con un escalofriante sonido cada vez que resoplaba, vio a Alexby levantarse del suelo con la misma dificultad que él, sin dejar de gritar a Rubius, rompiéndose la garganta.
De nada sirvió que intentase retroceder lejos del gigante, arrastrándose por el suelo aterrado, miró al enorme oso sobre él, encontrando los ojos de vetas verdes que tan bien había memorizado durante los momentos más valiosos de su vida, ojos que tanto había adorado y le habían hecho sonreír. Ahora se cernían sobre él con puro instinto asesino. Sus fauces se abrieron, rugiendo con todas sus fuerzas, una de sus garras escarbó en su cuerpo, desgarrando armadura, piel y músculos. Willy gritó y al mismo tiempo el sonido de una alarma comenzó a sonar alrededor de ellos.
Volaba desesperado en ninguna dirección concreta, lo único que buscaba era algún rastro de su omega. Su olor desaparecía en casa de Rubius y ahora maldecía a su alfa por tener un olfato terrible. Solo le quedaba confiar en su inigualable visión o audición, ofrenda de su parte búho, pero ni eso lo ayudaba en algo, y estaba empezando a perder el control de sus nervios, no podía soportar perder a Alexby de forma tan absurda, él no era uno más, él era su omega, lo necesitaba.
Y en ese momento, como si algún dios aún pudiera escucharlo, pudo oír un sonido demasiado familiar, tan familiar, que estaba seguro venía de su propia casa.
-¡Alexby!
Agitó las alas con fuerza lanzándose en esa dirección. Estaba seguro, por alguna razón estaba seguro de que quien había pulsado aquel estúpido y molesto botón, tenía que ser el bravo pelinegro.
Según se acercaba, podía sentir como sus fosas nasales ardían al respirar y su corazón y cuerpo se tensaban advirtiéndole, de que cerca, había una criatura que olía a muerte y fuego. Conocía aquel olor, aquella misma tarde lo había respirado. Algo andaba mal, y sus alas no daban más de lo que él ya exigía, sintiéndose dentro de una pesadilla en la que por más rápido que corría, no conseguía avanzar, ya masticaba su propio corazón.
La escena que se encontró en su casa era irreal. Un colosal oso de brillante pelo aplastaba bajo una de sus patas a Willy, sobre un charco de su propia sangre, retorciéndose y peleando para escapar. El brazo derecho del animal era apresado por una cuerda de la que Alexby estaba tirando, dejándose piel y huesos, para evitar que la zarpa ensangrentada hiriese al albino, forcejeando para alejarlo.
-¡¡ALEXBY!! ¡¡¿Pero qué está pasando aquí?!! ¡¡Willy!!
-¡¡Ayuda aquí Fargan!!
Fargan se apresuró a sostener la cuerda con Alexby y tirar con todas sus fuerzas, lo que funcionó haciendo que la bestia se tambalease hacia ellos. El enorme oso, al verse arrastrado lejos de su presa, que ya salía de su agarre, dio un fuerte tirón de vuelta, haciendo caer a los dos chicos de morros al suelo.
Libre de los tirones molestos, miró al albino, pisoteándolo una vez más con sus inmensa zarpa, arrinconando contra el suelo, abrió la boca con intención de arrancarle la cabeza de un solo mordisco. Pero gracias al miedo y al instinto, Willy tuvo los reflejos y el aguante suficiente para, a pesar de sus heridas, encogerse un poco, apartarse lo necesario para que las mandíbulas se cerrasen en su hombro y no le arrancase el cuello. Los dientes como puñales, se hundieron en su brazo y por la mitad de su pecho y espalda.
Un grito de dolor se ahogó en su garganta, casi como si su alma intentase aferrarse ahí para no abandonarse, un golpe de adrenalina lo hizo aferrarse al puño del hacha en su cinturón. El instinto de supervivencia le obligaba a sacarla y clavarla en el cráneo de las mandíbulas que lo estaban triturando, pero por suerte...
-¡¡SUÉLTALO!!
La voz de mando del mayor alfa entre todos ellos surtió efecto, en él. La mano de Willy se abrió soltando el mango del hacha, sin poder oponerse a la voz del alfa, sentía como la presión mortal aumentaba, cada diente que lo perforaba en el pecho y en la espalda, que aplastaba los huesos de su hombro hasta romperlos, como si fuese una nuez, perdía el sentido de todo y a la vez su alrededor estaba demasiado claro, notando como el oso lo arrastraba en su boca, y es que Rubius, se había vuelto con él colgando de su boca, para mirar a Fargan tras el grito.
Los ojos de la bestia miraron al otro híbrido, volviéndose de golpe casi dulces, como los de un peluche, su barrito fue un ronroneo, casi una pregunta. Fargan se levantó del suelo ayudando al magullado Alexby, sin desprender sus ojos de la bestia. Con voz calma, agachándose ligeramente para tranquilizar al oso y haciendo suaves gestos hacia el suelo, Fargan intentó llegar a él.
-Suéltalo, vamos.
-Rubius es Willy, suéltalo -Alexby dejó que sus feromonas llenasen el ambiente, intentando que eso tranquilizase al alfa.
-Fargan...
-Ya voy Willy, aguanta. ¡Eh oso gordo! ¡Suéltalo de una vez!
Y las fauces de Rubius dejaron caer el cuerpo de un mal herido Willy al suelo. Un rugidito como de osito bueno se escuchó y con expresión de peluche comenzó a avanzar hacia ellos.
-Fargaaaaan... -Alexby tiró del búho desconfiando del instinto salvaje de Rubius, que por desgracia, ya conocía de antemano.
-Todo controlado Alexby. ¿Willy? ¿Sigues con nosotros?
-¡Willy puto contesta!
No querían acercarse, el oso estaba entre ellos y el albino tirado en el suelo, pero al ver como se volvía boca abajo sobre el suelo intentando levantarse respiraron aliviados al unísono. El oso seguía avanzando hacia ellos y Alexby tiraba de Fargan en dirección contraria, apartándose.
-Vale, Rubius, escucha. Vas a ser un buen oso y...
Un rugido ensordecedor que goteó y escupió la sangre de Willy de entre sus dientes interrumpió a Fargan. Casi sin pensar, el búho agarró a Alexby entre sus brazos y batió sus alas con toda la fuerza de la que fue capaz, para apartarse ambos de la embestida enloquecida de la bestia.
-¡¡¿Pero ahora por qué?!!
-¡¡Le has retado a una pelea de alfas idiota!!
-¡¡Pero Alexby!! Que yo no quería...
-Al menos ha soltado a Willy.
-Bueno... eso si es verdad. Espera... ¡¡WILLY!!
Willy supo al instante el porqué de aquel grito de Fargan. Incluso el temblor y los golpes en el suelo le advirtieron mucho antes que el búho. El monstruoso híbrido volvía a la carga, aún más furioso. Agarró el hacha con fuerza y chistó derrotado por la duda.
El tiempo se detuvo dentro de su mente, no podía, no podía hundir ese hacha en el cráneo de ese oso, no podía matar a Rubius, su mano tembló, aflojando el agarre. Era Rubius, no podía no podía hacer algo así, no a quien le había salvado a él, no a quien amaba. Pero Vegetta... Agarró el hacha con fuerza.
El oso estaba casi sobre él cuando lo miró de reojo, aún arrodillado en el suelo, de nuevo abría la boca y exhibía aquellos enormes dientes llenos de sangre abalanzándose sobre él. Willy tragó todo el aire que le dejaron sus pulmones heridos.
LO SIENTO.
Trazó un arco con el hacha que dio de lleno en la cabeza de Rubius.
El oso cayó desplomado, se escucharon los gritos desgarradores de Nieves corriendo hasta él. El golpe de Fargan y Alexby cayendo al suelo por el shock. Willy tosía, se levantó a duras penas escupiendo la sangre que lo ahogaba, y echó a correr dirección norte, sin mirar atrás.
-Pero... pero.... -Alexby temblaba, las palabras no salían de su boca.
Fargan estaba en pie mirando al oso con la cara pálida y rogando en silencio. No podía ser, Willy nunca le haría daño a Rubius, Willy...
El oso comenzó a levantarse del suelo al recibir el contacto de Nieves sobre él, que le levantaba la cabeza buscando la fatal herida y él se quejaba como un bebé osezno. Los amigos rieron al oír sus estúpidas quejas, realmente, cayeron de rodillas al suelo, incluso Alexby rompió en lágrimas agarrándose el cabello, aliviado.
Willy había golpeado con la parte roma del hacha.
El oso se levantó aturdido, tambaleándose y dando vueltas como un borracho, y tanto Fargan como Alexby rieron al verlo, cosa que hizo que los ojitos verdes y tiernos del oso se fijasen en ellos. Aún dando vueltas, al verlos, el oso gritó un lamento enorme, y salió huyendo, con Nieves corriendo a su espalda.
-¡¡PERO POR QUÉ CORRE AHORA EL DESGRACIADO ESTE!!
-Terrible. Alexby... te das cuenta de que nos hemos salvado por un pelo ¿no?
-¿Y la rata de Willy? -Alexby se levantó a duras penas apoyándose en Fargan- ¿A dónde fue ese impresentable si estaba hecho mierda?
-¿Cómo tú, dices?
-Cállate Fargan.
-Tenemos que ir por Rubius Alexby.
-Estará bien~ en cuanto se le pase volverá a su forma humana y Nieves está con él.
-Precisamente por eso Alexby -el pelinegro le miró a los ojos dejando de bromear al ver la mirada de su alfa- Nieves es la que está detrás de todo esto.
-Miiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiierda.
Se quedaron pensando sin moverse hasta que por fin suspiraron en voz alta y a la vez.
-¿Tú a por el imbécil y yo a por la rata? -ofreció Alexby mirando a ningún sitio.
Fargan lo miró a él, era fácil ver que estaba herido, intentaba disimular el impulso de sujetarse las costillas, en esas condiciones Alexby nunca alcanzaría a Rubius y sabía que Willy llevaba con él una poción. Era lo más sensato. Asintió, desplegó las alas y salió disparado hacia el cielo nocturno.
AAAAAAAAAh no me lloréis que esta vez he sido buena, que os podía haber cortado el capitulo justo después del hachazo en la cabeza... a no, que Nieves está con Rub...
Uis
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Siento mucho no poder publicar como tenía pensado, en plan maratón los capítulos finales. Pero las cosas tristes se me atragantan un poco (no no hablo de que el final vaya a ser triste, digo que terminarla me pone triste, serenaos...) y apenas estoy escribiendo. Por vosotros, daré mi mejor esfuerzo (inserte niñita super kawai aquí jajaja).
Os amoooo, y ey!, a los nuevos enganchados, bienvenidos!!!
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