-No os preocupéis tanto, el dragón está muerto, ¡Sus restos nos esperan! JAJAJAJAJAJA.

-Ya, ¿Cómo estás tan seguro Staco? -Alexby se cruzaba de brazos.

-¡Venga hombre! ¡No es posible que no sepáis lo que pasó aquí antes de Karmaland!

-Cuéntanos -sonrió Luzu.

-Staxx... no -amenazó Vegetta.

-Yo os lo cuento -Staxx ignoró al pelinegro, quien agarró la mano del albino- Antes de Karmaland, héroes de todas partes venían aquí, a este portal, para vencer al dragón del End. Pocos regresaban y si lo hacían, era para volver tarde o temprano, porque el dragón renacía una y otra vez. Hasta que alguien tuvo una idea: pedir a un dios que le quitase el poder de renacer. Ese dios aceptó, pero la verdad era que no tenía tanto poder, así que pidió un recipiente donde encerrar la magia del Ender Dragon por siempre, lejos del End, y así el dragón no podría volver jamás.

Alexby resopló molesto.

-Venga ya...

-¿No te lo crees enano? Pues sígueme y verás.

Staxx saltó al pozo de estrellas.

-¡Está loco!

-Bueno Alexbitas... ahora somos inmortales, así que... ¡Al turrón!

Luzu saltó tras Staxx.

-¡Pero Luzu! Tíos... ¿vosotros lo veis serio? Es el puto End, lo tenemos prohibido.

-Vamos Alexby, ellos ya están ahí. Que no somos unos parguelas hombre -Willy sonrió a Vegetta antes de subirse al borde del pozo.

-Pues también es verdad ¡Vamos! Hahahahaha.

-¡Willy!

No le hizo caso, los dos chicos saltaron al pozo, dejándolo solo. Se talló los ojos respirando enfadado.

-Son tontitos. ¡QUE ES ILEGALÍSIMO!

Pero qué iba a hacer, eran sus tontitos...

Dentro del End la quietud era agónica, se apresuró a reunirse con ellos.

-¡No miréis a los endermans!

-Lo sabemos Vegetoide, cálmate un poco -Luzu estaba pendiente de todos, como el mayor de ellos.

Vegetta tomó la espada en la mano.

-No tenéis ni idea de lo que hacéis.

-Relaaaajate Vegetta...

-¡No me digas que me relaje Willy! ¡Vosotros dónde creéis que vais!

-A ver los restos del Ender Dragon -gritó Staxx a todo pulmón con Alexby riendo a su lado.

-¡Yo quiero subirme encima!

-Por favor Alexby... no lo hagas.

-¿Y qué más te da a ti Willy?

-¿Por qué a mi? ¿Que he hecho yo para merecer tanto tontito?

-Y lo que nos quieres Vegetta - se burló Willy.

-Ais... si... que le voy ha hacer... ¡Soy tontito! Pues soy tontito.

Se detuvieron ante los enormes restos de un gigantesco dragón. Todo lo que habían dicho que harían al encontrarlo, murió en el absorbente silencio del End, se quedaron mirando su colosal tamaño, nunca imaginaron algo tan gigantesco. Todos ellos juntos, podían montar una cena con baile dentro del cráneo de la criatura, y ese fue un pensamiento que todos compartieron en silencio, como buenos hermanos tontitos que eran.

-¿Seguro que no va a renacer? Es como si fuera a hacerlo en cualquier momento.

-No lo hará Luzu, puedes confiar en mí -aseguró Staxx.

-¿Y entonces ya está? ¿Lo encerraron en una botella y se acabó el dragón? -se quejó Alexby.

-Venga chavales, ya lo habéis visto, la salida está ahí, vámonos -los empujó Vegetta.

-¿Pillamos unas ender pearls o algo no? Ya que estamos aquí... -sugirió Alexby.

-¿Y una armadura de dragón? -sonrió Luzu.

-Que asco -se quejó Willy a su lado.

-Yo pensaba en báculos mágicos para todos, ¿Os imagináis? JAJAJAJAJA -Staxx estaba en su salsa.

-¡No!

-Vegetta aguafiestas -Alexby se reía seguido de Luzu.

-Si encontramos donde está encerrado el poder del dragón... Podríamos utilizarlo para proteger Karmaland.

-Buena idea Lusu.

Staxx se rió de Luzu y Alexby.

-¡He dicho que no! ¡¿Queríais verlo?! ¡Pues ya lo tenéis visto! Vámonos -Vegetta estaba cada vez más nervioso.

-Chavales, la magia del dragón no la encerraron en un frasco -comentó Staxx ignorando a Vegetta.

-¿A no?

-Fue en...

-¡Staxx! -gritó Vegetta intentando interrumpirle.

-Un niño.

El puño de Willy le acertó en toda la cara.

No hubo tiempo de sorpresa, porque ninguno pudo reaccionar al puñetazo de Willy a Staxx. Con el grito de Vegetta, todo el aire a su alrededor comenzó a temblar, el lamento arrastrado y tortuoso de los enderman se comió todos sus sentidos encerrándolos en un vacío aterrador. Las siluetas negras de ojos violetas los rodearon en masa, apareciendo ante ellos con ese horrible sonido de cuando rompían el mismo espacio. Sus gritos, aterradores, iniciaban el crescendo. Las largas y negras manos, envolvieron a Vegetta.

Todo, sucedió en segundos. Segundos que cambiaron sus vidas para siempre.

La luz del día le quemó los ojos cuando le sacaron de la celda hacia el aire libre. Llevaba las muñecas esposadas con cadenas pesadas, así que apenas pudo levantar las manos para protegerse de la luz. Cuando sus ojos se acostumbraron a la claridad de la naturaleza, la revelación de donde estaba, de donde había estado cautivo todo este tiempo, fue un mazazo desesperanzador.

Estaba tan solo a unos minutos de camino hacia Karmaland, incluso podía ver la silueta difusa de su propio hogar en el cielo. De inmediato pensó en sus compañeros, por un segundo sintió rabia de tenerlos tan cerca y que no lo hubieran encontrado. Tragó aire y con ello esa rabia, que se le atragantó con las lágrimas que no iba a derramar mientras lo arrastraban bajo aquel enorme árbol de ciénaga.

Todo iba mal, demasiado mal. En su mente nombró uno a uno a todos sus amigos, arrepentido de sus propios pensamientos, despidiéndose, deseando que Luzu no dejara de sonreír, que Fargan no dejase de ser tan loco, que Alexby siguiera siendo tan leal y cómplice como siempre, a Auron le dejaría romper todas sus puertas si cuidaba de todos, de Lolito querría que conservase sus ganas tan intensas de vivirlo todo... pero de Willy y Rubius... de ellos solo quería, que lo encontrasen, aunque fuera por un último segundo, poder verlos ante él, aunque fuera egoísta, tenerlos delante y poder hablarlos, poder despedirse, que sus ojos se cerrasen con la imagen de ellos tras sus párpados. Pero debía ser realista, debía pedir que permanecieran lejos, muy lejos, porque tenía claro que la suerte se le había terminado.

Lo llevaron frente a los postes que rodeaban a Mangel, en pie, encadenado como ofrenda en el centro de un ritual bañado en sangre. Sus miradas se cruzaron y Vegetta fue golpeado para arrodillarse allí mismo frente a todo, y ni así, él y Mangel, perdieron el contacto de sus miradas, hablándose entre ellos, disculpándose mutuamente por no poder hacer nada.

El dolor se le agarró al pecho. ¿Desde cuando necesitaba suerte? ¿Desde cuando esperaba que los tontitos de sus compañeros hicieran algo bien? Se rió dejando escapar el aire de sus labios. No, vencerlo a él no podía ser tan fácil.

El jefe se acercó a Vegetta, mientras la bruja comenzaba a gritar un encantamiento moviéndose alrededor de un nervioso y asustado Mangel.

-¿Preparado para recibir a tu nuevo dios, líder de los héroes? -se burló, pero Vegetta ni lo miró, fijo en Mangel, solo torció la mueca de sus labios- Tu amigo será un gran recipiente para Mawu, el fin de todo lo que conocéis, de vuestros seres queridos...

-Cierra esa asquerosa boca.

-Él tomará todo el poder del End y someterá al ingeniero de tus Dioses, nosotros lo tendremos TODO. Despídete, Vegetta, de todo lo que conoces y amas.

-Despídete tú de tu porquería de planes.

El jefe rió orgulloso de verlo arrodillado y encadenado ante él, tan arrogante, que jamás imaginó que Vegetta tuviera suficiente fuerza como para ponerse en pie aun sin la poción de debilidad. Y lo hizo, de tal forma que el cabezazo que le dio bajo la barbilla le tiró al suelo redondo con los ojos en blanco. Al otro hombre a su lado le clavó el codo en el estómago con un golpe decidido, y otro más en la cara con las manos unidas. El otro hombre restante de los que le habían arrastrado hasta allí lo apresó por la espalda, llevándose otro cabezazo más, esta vez en la nariz, y al caer a los pies de Vegetta, este pudo usar las cadenas en sus muñecas para estrangularlo, aplastándolo en el suelo con una rodilla en su espalda, hasta dejarlo inconsciente.

El canto ininteligible de la bruja se hizo más fuerte, hasta convertirse en un grito casi insoportable. Un ruido escalofriante rasgaba el cielo encapotado que empezaba a brillar como si se estuviera haciendo de día, anunciando lo que se dirigía hacia ellos. No tuvo mucho tiempo para pensar, corrió hacia Mangel olvidándose de su debilidad, sacando fuerzas de donde no las había. Agarró con fiereza las cadenas que retenían a Mangel en el suelo y juntos tiraron hasta hacer ceder el anclaje.

El rayo se abría paso entre las nubes. Mangel quedó estático. Vegetta se tiró contra él para apartarlo. La luz colisionó con violencia sobre el suelo, rompiendo el aire, incendiando y consumiendo todo, cayó cegando por completo la visión del mundo.

El silencio que siguió fue terrorífico, irreal. Vegetta respiraba agotado sobre Mangel que lo abrazaba tras haberlo tirado al suelo para apartarlo, y Mangel lo abrazó más y más fuerte, hundiendo su rostro en la curva de su hombro.

-Salgamos de aquí Mangel...

Una punzada.

Una puñalada en el alma.

Su mundo entero consumiéndose en sí mismo, marchitándose.

El corazón de Vegetta se detuvo de forma cruel, mientras las gotas de sangre resbalaron por su pecho, los dientes dolorosamente clavados en su cuello le impedían moverse, ni siquiera respirar.

Una lágrima solitaria cayó de uno de sus ojos al partirse su corazón.

Aquel no era Mangel, y él, ya no volvería a ser dueño de sí mismo.

Jjajajajajajajaja que os pensasteis que se libraba de una marca a la fuerza!!!!! Jajajajajajajaja Nup. TOMA MARCA A TRAICIÓN. Parece una puta ley de los omegaverse, si, caí en el cliché de las marcas forzadas, pero fue por fastidiar!!

Ya veis por donde va la trama del End? jiji

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