25: Tú no
-¡¿Qué significa esto?!
Alexby le entregó su dispositivo a Merlon para que lo examinarse, ante la inquieta mirada de todos los héroes. Tras un buen rato de análisis por parte del anciano, al fin les informó.
-Esto es muy grave jóvenes héroes. Un dios extraño ha contaminado el regalo de los Dioses de Karmaland. Un Dios oscuro.
Al unísono y en absoluto silencio, ni ensayado, todos miraron a Luzu, que saltó levantando las manos en inocencia con cara de agobio.
-Yo no he sido esta vez, lo juro. No hago pactos con Dioses oscuros desde lo del dispositivo de Auron.
-¿Nos fiamos? -Fargan no perdía el humor nunca.
-¡Luzu ha estado conmigo todo el tiempo! Y anoche los cristales estaban tan transparentes como siempre. Ni se os ocurra culparlo a él, gorrinos.
-Esta vez parece grave, ¿Que hacemos Merlon? -Alexby recobró su cristal de manos del viejo.
-Joven Rubius, por favor, intente pedirle a los Dioses que liberen a Luzu y Auron. Podría ser peligroso usar los dispositivos.
-Si, eso, y de paso les preguntas que qué mierdas están haciendo.
-¡Loli! -Alexby era demasiado formal en presencia de Merlon.
-¡¡DIOSES!! ¡¡SOY YO OTRA VEZ!!
-¿Y podría ser en voz baja? -Fargan.
-¡¡Cállate un mes!! ¡¡¿Quién es el cura aquí?!!
-Parece que todo funciona bien -Mangel probaba a retirar y guardar objetos en su inventario.
-El chat no, ¿Habéis probado? -Auron escribía letras sin sentido dando a enviar continuamente.
Todos intentaron, acompañados de los gritos de Rubius mientras hablaba con los Dioses. Las letras que tecleaban en el holograma de sus cristales aparecían emborronadas en el chat y luego desaparecían deshaciéndose en la nada.
Willy no escribía, era el único que solo miraba la pantalla, el mapa parecía confuso, y los tags de sus compañeros estaban invertidos, el de Vegetta ni aparecía. Si Luzu no había sido, y tenía que ser verdad, porque no habría podido salir de la cárcel para ir hasta su altar de venganza, y el último mensaje enviado había sido el de Vegetta, que él mismo ignoró, lo que fuera que ocurrió, podría tener que ver con Vegetta. Miró a Rubius de reojo, quien seguía gritando al cielo a pleno pulmón ajeno a sus compañeros, hasta que cansado de gritar se volvió hacia ellos.
No podía ser. Era imposible. De ninguna manera iba a pensar así de Rubius.
ÉL NO.
-Los Dioses quieren que os quedéis en la cárcel -se rió el oso, aunque incluso él notaba rara la ausencia de respuesta, intentaba ocultar su preocupación, puede que estuvieran enfadados con él.
-¡No pienso quedarme aquí! ¡Ni hablar puercos! -sacó el pico, todos comenzaron a gritar a Auron que no lo hiciera- Aparta mi niño, que de aquí salimos.
-¡Pero Auron que haces loco! Alexby saltó sobre los barrotes para pararlo- que son bloques prote....
No debía ocurrir, pero fue lo que pasó, el lugar donde Auron clavó el pico cayó como un trozo de material cualquiera. Todos guardaron silencio, hasta que comenzaron los gritos otra vez, está, culpando a Auron de alguna ilegalidad mientras seguía picando para salir de la prisión.
-Chavales escuchadme.
La voz de Willy se hizo oír por encima de las demás, al mismo tiempo, Luzu, Auron y Rubius se unían al resto de sus compañeros.
-Algo está ocurriendo aquí. El no poder comunicarnos entre nosotros puede ser un problema, sobre todo si vamos a enfrentarnos a otro dios, no puede pillarnos desprevenidos. Vamos a tomarnoslo como una amenaza y a estar preparados, nadie se va a quedar solo. Auron, tu casa está demasiado lejos, te quedarás en la casa de Luzu. Alexby, tu iras con Fargan, entre los dos cubrireis el flanco de Auron. Lolito y Mangel, os quedaréis en casa de Rubius, todos sois novatos pero su casa es de las más seguras.
-¡¿Quién ha nombrado jefe a Willy?!
-Lolito, no soy ningún jefe, expongo lo obvio.
-Estoy de acuerdo con Willy -se apresuró Luzu- es lo más razonable sin saber lo que está pasando y no podemos descuidar el proteger los límites de Karmaland. Podemos recoger lo necesario de las otras casas, las mascotas y provisiones antes de acomodarnos.
-¿Por qué yo con Fargan?
-Como que no te gusta ratón.
-Porque tú eres uno de los veteranos y Fargan sigue siendo un novato -aclaró Willy.
-Te haré de cenar todos los días Alexby, -la sonrisa de depredador de Fargan era enorme- todos-los-días.
Alexby le miraba fijamente, muy muy tenso, gracias al casco nadie podía ver que estaba como un tomate.
-Me huele a gorrinos.
Como siempre, Lolito se rió de la broma de Auron, entendiendo la indirecta.
-¿Celoso Auron? -Fargan desbordó toda su coquetería para él.
-Chicos, deberíamos tomar las armas más chetas y sacarlas del inventario, por si va a peor.
-Buena idea Mangel.
Rubius se acercó disimulado a su mejor amigo, susurrándole algo en el oído que Lolito intentó escuchar. El de gafas asintió seriamente y el oso se alejó furtivo, sin llamar la atención de nadie.
-Merlon, estaría bien que intentaras escuchar si los Dioses te dicen algo.
En ese momento Willy pudo ver a Rubius alejarse en dirección de la casa de Vegetta, tuvo que resoplar enfadado, acababa de decirles a todos que no se quedasen solos y como no, el oso no perdía el tiempo, en hacer todo lo contrario.
Rubius No había corrido tanto en su vida, ni siendo perseguido por una horda de mobs, pero podría seguir corriendo más y más rápido, igual era culpa de la adrenalina, de saber que algo iba realmente mal, de saber que todo su mundo podía estar yéndose a la mierda, saltó la primera muralla de casa de Vegetta encontrándose con el aldeano que Merlon había enviado, y que por su mirada negando supo que Vegetta no había aparecido. Entró en el ascensor casi a punto de pasárselo de largo, y subió hasta la casa principal. Allí gritó el nombre del omega, aún más fuerte que la noche anterior, e igual que aquella vez, no tuvo respuesta.
Miró por todos lados, la muralla estaba intacta, las torretas activadas, igual que lo estaban las veces anteriores, no había sangre ni señales de peleas con mobs, el dispositivo no mostraba el tag del de ojos morados ni había marcado ningún otro aviso después de su mensaje para Willy, empezaba a desesperarse, hasta que algo llamó su atención al volver la vista al interior del faro. Había algo tirado en el suelo, se acercó desconfiado a tomarlo. Se trataba de un taser, no uno cualquiera, Willy los había shockeado con ese mismo aparato a todos. Pero no podía ser, él estuvo allí esa noche y no había nada en el suelo, lo hubiera visto porque Lobo Plateado no dejaba de buscar un rastro allí mismo, y en ese momento no había nada.
Tembló, se sintió el ser más miserable del universo. Lobo Plateado se lo había estado diciendo. Algo le había sucedido a Vegetta en ese mismo lugar.
-Teníamos que haberlo marcado, nuestro omega.
Últimamente coincidía demasiado con su oso, estaba desquiciado, rugiendo en su interior, loco de ira y también compartía ese sentimiento. Sus ojos toparon con Willy, hablando con el aldeano en la parte de abajo. Miró el taser. No, Willy no haría eso, no a Vegetta, tampoco tuvo tanto tiempo desde que se separaron hasta que Rubius llegó a la fortaleza. Aunque tampoco recordaba cuánto tiempo había gastado compadeciéndose como un tonto en mitad del bosque. Oyó el ruido del ascensor, inmediatamente se guardó el taser en su inventario.
NO, WILLY, TÚ NO.
Y al instante, el albino estaba frente a él, con cara de pocos amigos, mirándolo fijamente.
-Willy.
Pareció transcurrir una eternidad hasta que lo miró a él.
-¿Es que no has oído lo que hemos hablado oso estúpido?
-¡Pero Vegetta...!
-Solo nos haces perder el tiempo a todos.
-Oye, -Rubius se le enfrentó mostrando sus dientes- basta ya de hablarme así...
-O qué. ¿Iras llorando a Lobo Nocturno? Vegetta no está aquí para justificar tus tonterías.
La mirada de Willy... lo supo, él sabía lo de Lobo Nocturno, pero aun así...
-Willy... ¿Tú no... tú no le harías nada a Vegetta?
La expresión de Willy era la de siempre, fría, calmada, angelical, absolutamente neutra.
-¿Importa lo que yo diga?
Willy se encaró a las torretas de Vegetta.
-¡Espera Willy loco!
Como un maestro, corrió directo a la puerta, esquivó cada bala como si siempre hubieran estado ahí. Solo había visto esquivar disparos de torretas a Vegetta, mientras se reía y chuleaba, pero Willy, fue limpio, robótico, una exhibición de baile del que no puedes apartar la vista. Rubius lo miraba embobado hasta que sacó el pico y rompió la muralla de Vegetta.
-Quédate ahí.
-¡Ni hablar Willy! ¡Yo he llegado primero!
Tomó aire, sabía que iba a doler porque él no podría esquivar las balas de todas aquellas torretas y corrió tanto como pudo, haciendo su mejor esfuerzo en evitar balazos. Un golpe, luego otro, con el siguiente cayó al suelo, de no ser porque Willy se lanzó a cubrirlo con un escudo todo hubiera sido muy distinto. Rubius agarró al albino de la cintura, sacando otro escudo para cubrirle la espalda y así llegar ambos al punto ciego de las torretas, allí el oso respiró y se ganó un buen golpe en la cabeza por parte del beta.
-¡Willy cabrón!
Se rascó el golpe que más dolió, el de Willy.
-Imposible que te quedes más tonto. Quédate aquí si no quieres ganarte otro golpe.
Con las manos en los bolsillos y aire casual, Willy lo dejó sentado en el suelo mientras iba hacia la mansión. Rubius se frotaba la cabeza lanzándole una horrible mirada que el albino jamás vería.
La casa estaba iluminada como si su dueño estuviera presente, pero el gato que protegía el hogar de los creepers, corrió a recibir a Willy de inmediato, frotándose en sus piernas. Willy exhaló aire abatido. Era claro que Vegetta llevaba tiempo ausente, el suficiente como para que su mascota le pidiera comida a él. Alimentó al agradecido animal y comenzó a explorar la casa en busca de otras respuestas. Nadie había usado la cocina después de que ellos comieran antes de ir a reconstruir el ayuntamiento, así que Vegetta no había vuelto a casa en ningún momento tras aquello, algo que solo confirmaba sus sospechas sobre Lobo Nocturno, pero ahora, no venía buscando pruebas de que su ex por fin había sacado una idea traviesa de él.
Subió a la habitación. Si en algún momento Vegetta hubiera llegado a casa, su obsesión por la perfección y la pulcritud tenían que haberse manifestado en ese lugar antes que en ningún otro, pero no, las sábanas, la cama en sí, la habitación entera, estaba hecha un desastre, tal y como la dejaron. Se quedó allí parado en mitad de la estancia, sin sacar las manos de los bolsillos, mirando la ropa de la cama revuelta, recordando brevemente cómo habían logrado que quedara así. Cerró los ojos y respiró hondo, podía oler el aroma de Vegetta aún impregnado en el lugar. Todavía se preguntaba cómo era capaz de percibir el olor de su destinado con tanta claridad siendo un beta, siempre le tranquilizó, era como tener una pieza donde encajar, que le diera sentido a su propia forma, anclándolo a un lugar dentro del puzzle.
Y el olor a café llegó fuerte a su garganta, demasiado fuerte, casi tanto como la brusquedad con la que fue arrojado sobre la cama.
Siiiiiiiiii ya sé, ni es el día de actualización ni la hora ni nada, pero necesitaba publicar algo y lo he hecho, encerradme! Además que la gente se me quejó de lo cortito que fue el anterior, pues para esa gente va este capítulo, no os quiero tristes!!! También estoy pensando en retomar la publicación cada tres días en vez de cuatro, lo decidiré según me cueste escribir los próximos capítulos, ¿por qué? por que se me ha liao, he decidido meter más historia, que espero genere un drama un poquito más... largo? intenso? iré viendo, tengo hasta el 31, que se titula Staxx.... jejejeje, no no no no, "de momento" sigue muerto, no os pongáis a saltar, "de momento", que si se me cruza la pinza...
Vale, según termina este capítulo que creéis que pasará en el siguiente... horny? not horny? dependiendo de vuestros comentarios puede que el próximo sea una cosa u otra!!
Luv u so much, besostes!
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