22: A cenar
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CAPÍTULO DEDICADO A MI DULCE DULCE corazinkawai34
Que me pidió poner a Alexby en una mesa en los comentarios del cap 16
-Willy, ¡Eh! ¡Willy rata espera! ¿Me vas a decir que ha sido eso?
-Fargan, tú lo has visto igual que yo. Rubius protege a Lobo Nocturno, no es nuestro hermano.
-Pero tú y Rubius...
Willy lo agarró de la pechera estrellándolo contra un tronco, en plena oscuridad. Sintió como el cuerpo de su amigo temblaba descontrolado mientras lo amenazaba.
-¿Qué es lo que vas a decir, Fargan?
Llevaban la máscara, y aun así podía oír esas palabras salir pronunciadas con ira y dolor de entre unos dientes fuertemente apretados. Y lo entendió. No acababa de ver una expulsión, había visto una ruptura, su corazón se ablandó tanto que podría haber llorado él en lugar de Willy.
-Nada Willy -se compadeció- ni yo sé que iba a decir -intentó bromear.
Era su hermano, era aún más que un hermano, y tenía que ver cómo su corazón era destrozado por segunda vez. Y no pediría ayuda.
-Pues cierra la boca y vete a casa.
-¿Y si vamos a casa de Auron y le ponemos unas minas? Seguro que Alexby lo va a tener ocupado. Puede que esta vez hasta se atreva a arrestarlo.
-Eres idiota Fargan. Eres el que más cerca vive del pueblo, Alexby no tardará en llamarte.
Como siendo invocado, el dispositivo vibró en los bolsillos de ambos, pero ninguno miró. Realmente Fargan no tenía ni idea de qué hacer en ese momento, a parte de mirar como su más gran amigo se iba dejando un mundo mucho más oscuro y deprimente a su paso.
Quizá sí que debía volver a casa, aunque era lo último que quería, porque su única familia, acababa de desmoronarse.
Gracias al cielo en Karmaland parecía estar todo controlado, aún así evitó acercarse demasiado y así entrar sin ser visto en una casa que, inexplicablemente, era demasiado fría y silenciosa. Apático, se dejó caer en un asiento y solo se le ocurrió mirar el dispositivo, quizá... No, solo un mensaje de Vegetta llamando a Willy, bueno, igual él lo animaba, y después el aviso de que Luzu y Auron habían sido encarcelados una infinidad de tiempo, ¿el motivo? "Liantes"
Se rió. Alexby podía ser demasiado adorable si lo enfadabas lo justo. Poder reírse le hizo ver lo que quería, no estar solo ahora mismo, pero no quería la compañía de cualquiera, necesitaba sonreír.
El timbre de la puerta interrumpió a Alexby en la cocina. Antes de responder le dio un último vistazo a las chuletas para asegurarse de que no se churruscarían, distraído aún cuando abrió la puerta.
-¡¡Alexby!!
Al pobre se le detuvo el corazón.
MALDITA SONRISA DE DEPREDADOR.
-Hoooola Fargan, compa y ñeeero. ¿Cómo tú por aquí tan tarde?
-Es que sabía que me echabas de menos.
La risa de Alexby llenó la noche de sol. Sonrió aún más, porque había acertado, él era lo que necesitaba.
-Pasa, pasa a mi casica. ¡Bienvenido!
-¿Has visto Karmaland? Terrible.
-Aaaaas, nada Fargan. Evil-Luzu y el liante de Auron, pero bueno, casi mejor me lo cuentas tú, ¿Eh Fargan?
El casco, ese casco que no dejaba ver la sonrisa que sabía que le estaba dedicando.
-¿Yo Alexby? Yo no sé nada. Estaba con Willy y Rubius -sonrisa enorme.
-Ya. ¿Te crees que no reconozco a mi compañero? Te he cubierto la espalda miles de veces Fargan, sé cómo te mueves, como respiras. Un traje negro y una máscara no pueden esconderte.
¡Espera, espera! ¿Fargan acababa de sonrojarse? ¡¿Pero qué he dicho?!
Carraspeó.
-Quiero decir, que pasamos mucho tiempo trabajando juntos. Ya sé que eres de la Hermandad, ¡Que somos policía Fargan!
Volvió esa sonrisa de depredador, mirándolo con deleite, no solo le hizo sonrojarse, le temblaron hasta las ideas.
-No sé de qué me hablas ratón.
-Ya, claro Fargan, ¡¿Para qué vas a confiar en tu compañero?! Si solo soy el que te salva el culo todos los días.
Lo siguió hasta la cocina, donde Alexby atendía las chuletas.
-Nooooo~ Alexby~, no te pongas así -reía, porque el segundo deporte más popular en Karmaland era hacerse la víctima y ellos eran muy buenos- ¡Si ya sabes que yo te quiero!
-No, no, no. Está bien Fargan, está bien. Ya me pedirás algo.
-¿La cena por ejemplo? ¿Que tengo para cenar Alexby?
-A mi -murmuró bajito.
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SILENCIO ABSOLUTO.
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¿Es que había dicho eso en voz muy alta? Es decir, estaba de broma y le salió solo. ¿Fargan lo había oído? Dios, dios, dios... Se rió, con esa risa nerviosa de delfín, porque no escuchaba a Fargan, no se atrevía a mirar detrás suyo. Siempre bromeaban pero esta vez las palabras que se le escaparon no lo eran, era rabia y frustración. No había sonado a broma, y de ahí que el silencio pudiera abofetearles.
Siguió a lo suyo con las chuletas cuando se dio cuenta de que Fargan revolvía por todos los muebles de la cocina, lo que indignó al pequeño cocinero.
-¿Pero qué haces loco? ¡Que me lo desordenas todo!
-¡Pongo la mesa Alexby!
-¡Pues los platos no están ahí así que para!
Fargan tomó algo que no le dio tiempo a ver porque se lo llevó corriendo a la mesa. Respiró aliviado, menos mal, no le había oído, y al instante de pensar eso, también pensó que debió haber hablado más alto.
Entonces la mano de Fargan se posó sobre su hombro, llamando su atención.
-Ya termino, ya, esta es la última chuleta, vamos a cenar.
Fargan le dio la vuelta para ponerlo frente a frente. Y esa puta sonrisa otra vez...
-Genial. Porque ya he puesto la mesa.
Alexby se asomó hacia un lado de Fargan para ver, pero en la mesa solo había un botecito de chocolate.
-¡¡¿Pero qué dices?!! ¡Si no has hecho nada! Anda Fargan, quítate de en medio.
Fargan lo paró agarrándolo de ambos hombros, mostrando esos largos caninos en su sonrisa maligna.
-Es que faltas tú ratón.
Lo agarró de la cintura como si no pesara nada, y bueno, así era, porque apenas le llegaba a la barbilla. Lo sentó sobre la mesa, justo al lado del bote de chocolate.
-Fargan...
-Esto molesta Alexby.
Le quitó el casco de forma suave haciéndolo a un lado. Alexby se lo agradeció, porque ahí dentro le estaba faltando el aire, pero por otra parte no, porque tenía que estar como un tomate y no era capaz de sacarse esa cara de pánico que tenía que estar poniendo.
Los pies le colgaban muy lejos del suelo, se agarró inconscientemente y con fuerza al borde de la mesa mirando a Fargan, con esa carita, temiendo que realmente fuera a comérselo y el búho acarició su cuello, avanzando la mano tras su nuca, enredando los dedos en el corto y brillante pelo azabache, haciendo que se recostara un poco. Con la otra mano, Fargan abrió el bote, sonriendo perverso a Alexby al oír el click del tapón. Si Alexby hubiera tenido un mínimo más de fuerza, el borde de la mesa se hubiera roto en sus manos.
Fargan colocó el chocolate boca abajo justo sobre él, derramando un continuo hilo que cayó en su clavícula, en su pecho y ombligo, dio varias vueltas, cortándole el aliento a Alexby, que lo miraba atónito sin atreverse a decir nada. Su respiración se agitaba cada vez más conforme los hilos de chocolate se dibujaban por todo su cuerpo desnudo. La mano en su nuca se deslizó sobre su hombro, y Alexby miró el camino que recorría por su costado, bajando, dejando un único dedo colarse bajo el traje de baño azul, tiró con suavidad separándolo de la piel, y vació gran parte del bote colando un hilo de chocolate entre medias de la ropa y la sensible piel.
Alexby estaba a punto de perder el juicio.
Eso, o prenderse fuego de lo rojo que estaba, pero no fue eso lo que hizo a Fargan reír, fue la adorable expresión de sus ojos abiertos de par en par, su deliciosa boca entre abierta sin atreverse a pronunciar palabra, él como esos ojos índigos lo miraba suplicando. Cómo no reírse.
COMO NO COMÉRSELO.
Se inclinó hacia él, acercando sus labios a los sonrosados, pero el pequeño omega lo detuvo parándolo con una mano extendida sobre el pecho del búho. Fargan lo miró con la sonrisa torcida preguntándole que pasaba.
-Esto... yo... -que decir que decir que decir- YO TAMBIÉN QUIERO CHOCOLATE.
La estupidez sonó con tanta decisión que Fargan se carcajeaba, mientras Alexby tomaba furioso el bote y se lo vaciaba en la boca. Miró a Fargan decidido, o enfadado, o ambos, con un golpe seco Alexby posó el bote en la mesa, y como si fuera una señal de salida, ambos se lanzaron a por los labios del otro, un beso un tanto brusco al principio, que pronto se convirtió en largas caricias de sus labios, roces de lenguas y el sabor del chocolate entre medias, que junto con la saliva hizo del beso algo demasiado húmedo y maravilloso.
Fargan limpió con su lengua el sirope que había escurrido de los labios de Alexby, lo agarraba fuerte de la nuca, el pequeño se agarraba a él de la ropa para evitar caer sobre la mesa, pero poco importó eso cuando la lengua de Fargan bajó persiguiendo más y más chocolate, limpiándolo con devoción, hasta dejar la piel del omega rosa y sensible.
Alexby le ofrecía todo su cuerpo para que siguiera, jadeando sin ni siquiera pensar en contenerse, su respiración era un desastre, se tumbó sobre su codo para enredar su mano entre el pelo y las plumas del guardián de sus más secretos deseos. Ya nada le importaba, salvo dejarse llevar por el aroma del alfa, el calor de sus manos y la tibieza que dejaba su lengua al vagar por su piel.
Gritó apretando los dientes, quejándose a los Dioses por que Fargan había mordido demasiado fuerte uno de sus pezones y encima reía, reía porque vistiendo únicamente un slip, fue perfectamente visible lo que ese mordisco provocó en el pequeño, por eso mismo, Fargan lo repitió en el otro pezón, y Alexby volvió a gritar, esta vez más alto, esta vez, su nombre.
Fue lo último que necesitó Fargan para sacarse la ropa como si ardiese, lanzándose seguido a comerse a besos el vientre de Alexby, dejándole una caricia sobre la mínima prenda azul. Alexby cayó sobre la mesa jadeando con fuerza, de verdad que necesitaba eso, de verdad que necesitaba a Fargan y no veía el momento de confesarse, y ahora por un estúpido error, lo tenía entre las piernas, retirando la solitaria prenda de ropa que vestía, y lamiendo ávidamente un reguero de frío chocolate por toda su ingle. Todo le daba vueltas.
-Mmmmm chocolate con arándanos...
Alexby abrió los ojos espantado, su agitada respiración se cortó en el acto. No podía ser. Fargan se rió ante el nerviosismo del omega, cruzando las miradas un segundo, lo que tardó Alexby en caer su cabeza sobre la mesa, muerto de vergüenza. Y es que era cierto, solo aquellos besos le habían hecho mojarse como si estuviera en celo. Hasta su dignidad se moría de ganas por Fargan.
Iba a lloriquear de vergüenza cuando sintió un calor húmedo rodeándolo y lamiéndolo, la impresión lo hizo saltar, lo hizo gritar, le hizo patear, le hizo gemir el nombre del búho tantas veces como las pasadas de la punta de la lengua de Fargan jugando con su erección.
Se introdujo toda su longitud en la boca y chupó, abrió con fuerza las piernas del pequeño que respiraba tan agitado que parecía morir. Chupó aún más buscando esos dulces gemidos que se habían convertido en la segunda cosa más hermosa del mundo, porque la primera era poder ver el pecho de Alexby subir y bajar frenético, su precioso rostro sonrojado, retorciéndose de deseo por él, sus labios entreabiertos esperando recibir los suyos. Sus ojos azules se abrieron buscándolo a él todo su cuerpo tembló con la imagen de los ojos dorados fijos en él, y su miembro dentro de la ardiente y suave boca del híbrido.
-Fargan, Fargan...
El búho se puso en pie, sonrió lascivo encerrando en su mano el miembro del omega.
-¿Que ocurre ratón? ¿No ves que estoy cenando y tengo la boca llena?
Sonrió a lo grande mostrando todos sus dientes, sus alas aparecieron a su espalda y si cabe, eso le hizo verse más diabólico. Comenzó a mover su mano rápido, arriba y abajo, rotando en su punta, Alexby no podía contenerse, se agarraba a los bordes de la mesa como si fuera un naufrago, con los ojos bien cerrados, encadenando gemido tras gemido, suplicando.
-Alexby -la voz de Fargan era todo lo contrario a lo que le hacía a su cuerpo, sin tregua, sonó baja, tranquila y dulce.- Alexby, mírame.
Alexby tragó la saliva que le ahogaba, no quería, no quería ver aquello con lo que tanto tiempo había fantaseado, pero abrió un ojo y lo miró de lado.
TODO EN ÉL ESTALLÓ.
Fargan lo acarició pasando la palma de la mano por el vientre, dándole tiempo a Alexby a recuperar el aire y el ritmo de su corazón. Lentamente, se atrevió a volver a mirarlo, y como si Fargan hubiera estado esperando justamente eso, lo miró fijamente, abriendo la boca con esos sensuales dientes asomándose entre sus labios, y se chupó el dedo gordo de su mano, manchado con cierta sustancia blanca.
-¡Joder Fargan!
Fargan rió, y es que tanto el color del rostro de Alexby como su cuerpo, habían vuelto a delatar cuanto le había gustado ver eso. Levantó los talones de Alexby hasta dejarlos sobre la mesa, con las piernas muy muy abiertas, Alexby se sintió tremendamente expuesto, hiperventiló varias veces antes de volver a atreverse a mirar al alfa, quien estaba ocupándose de su propio pantalón. Alexby rezó, pero lo hizo bajito para que ni los Dioses le escuchasen.
La mirada dorada se clavó en la suya, las manos de Fargan se hicieron con su cadera acercándolo a él. Fargan siempre tenía ese aspecto salvaje pero cuidado, su pelo arreglado, sus plumas perfectamente colocadas entre el cabello, esa coleta atando en lo alto de la nuca la mitad de su cabello, para evitar que el pelo le fuera a la cara, pero ahora, con sus alas detrás de él, era aún más arrebatador, y había pensado que sería imposible.
Se apoyó en sus codos para levantarse y poder verlo, tenía que echar un vistazo, no iba a ser tan tímido como para no ver desnudo al hombre con el que llevaba meses fantaseando. Sacó valor, y... demasiado poco, había imaginado demasiado poco porque lo que estaba entre sus piernas, rozando su entrada, era mucho mayor de lo que jamás pensó.
-¡Espera Fargan espera! -joder si se había asustado que hasta el búho lo miró preocupado- Yo... hace mucho que no...
-Alexby, mírame Alexby -lo hizo, le miró a los ojos y Fargan casi muere de ternura- Puedes hacerlo Alexby, necesito que puedas ¿Me has oído? -le atrajo hasta él, juntando sus frentes a la vez que introducía dos dedos en él y el omega jadeó largo y gustoso, agarrándose a los hombros de Fargan- NECESITO que puedas.
Alexby asintió porque no podía hablar, los dedos de Fargan dentro de él eran maravillosos, y joder, que él también lo necesitaba dentro. Jadeaban juntos, las frentes tocándose, cruzaban las miradas tímidamente, de vez en cuando. Fargan pasó el pulgar por la línea azul que cruzaba todo su rostro y Alexby sonrió.
-Dioses que bonito eres Alexby.
-¡¿Pero?! ¡Fargan!
El alfa rió, si que había sonado demasiado tonto para él, pero él también tenía derecho a que se le escaparan tonterías, ¿No?
DESEABA AQUELLO DESDE HACE TANTO.
Y Alexby ni siquiera dejaba ver su cara, todo el día con el casco, pero ahora.
ERA SUYO.
Entró en él, gruñó al hacerlo porque Alexby era demasiado pequeño y se sentía demasiado bien, y el omega se agarraba a él, gimiendo, quejándose bajito, no tardando en moverse para decirle que empezara.
-Alexby... es un poco tarde pero... ¿Puedes decirlo?
El pelinegro intentaba controlar la respiración, intentaba mirarlo sin parecer tan caliente como estaba, suplicando no ser tan vulnerable como debía de verse con los labios húmedos e hinchados esperando por el alfa.
-Fóllame Fargan.
Otro gruñido y las garras del alfa se clavaron en su cadera. Fargan entró en él una vez más y luego otra, entre jadeos y suspiros se besaban o mordían su labios. Sus aromas se mezclaron llamándose y los gemidos de ambos se hicieron más fuertes, más intensos con cada estocada. Fargan ya podía sentir el nudo formándose y a Alexby tensándose, era demasiado. Demasiado placer, un chico demasiado hermoso, un omega al que amaba demasiado.
MI OMEGA.
Al sentir a su bestia interior reclamándolo intentó salir de Alexby antes de que el nudo los uniese, no quería exponerlo a algo así. Pero Alexby lo supo, notó su preocupación, así que enredó sus piernas en él, haciéndole estar aún más dentro, deslizando el nudo. Fargan reaccionó rápido a sus instintos y empujó a Alexby contra la mesa, con tal de alejar su perfecto cuello de sus dientes y disfrutó de lo que su amado le ofreció. Ambos gritaron a la vez por el orgasmo más intenso de sus vidas. O uno de tantos.
Respiraron, Fargan acarició el cuerpo más lindo que había visto, Alexby lo amó con la mirada.
-Tengo hambre.
-Fargan, déjame descansar un poco ¿no?
-¡De comida enano!
-¡¿A QUIÉN LLAMAS ENANO?!¡¡QUE TE REVIENTO!!
Alexby se arrojó sobre él con tanta fuerza que hizo caer a Fargan al suelo, con él a horcajadas encima, anudados.
Rieron, pura felicidad.
QUE DEBERÍAN HABER ATESORADO CON MÁS ESMERO.
Notita curiosa/feliz: ¿Por qué Fargan se asusta cuando está a punto de anudarse a Alexby? ¿Alguien se habrá dado cuenta de un detalle? Vuelve arriba y mira bien como está escrito "mi omega".
En negrita y en... cursiva! ¿Por qué? Porque es la bestia interior de Fargan quien lo dice, es la primera vez que la escucha hablar y se debe a que son destinados, como para no paniquear.
F for Paco. Aquí no man, aqui somos Fargexby.
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