4. Repitelo
Con una expresión preocupada, NamJoon mantenía su vista sobre la ventana viendo la lluvia caer a cántaros. Normalmente estaría tranquilo y feliz de ver la lluvia, pero justo en ese momento SeokJin se dirigía a su casa para darle una tutoría de química. Minutos después de que el mayor le indicó que ya saldría de su casa, la lluvia comenzó a caer sin misericordia y no sabía si SeokJin llevaba consigo algún paraguas.
Miró a su celular sin recibir respuesta del pelinegro, después de su encuentro con este y que lo haya llevado a su hogar, ambos intercambiaron números comunicándose así durante los últimos dos días.
En el momento en que NamJoon se había decidido en ir a buscarlo, el timbre suena y apresurado se acerca a la puerta abriendola. SeokJin se encuentra al otro lado de esta, su cabello estaba mojado y parte de su ropa, pero la mayoría estaba seca— Estoy seguro que la lluvia tiene algo contra mí.
—¡Hyung! —el menor jala al pelinegro hasta el interior de la casa, buscando rápidamente una toalla para poder secar el cabello empapado.
Encantado, SeokJin se deja hacer por los cuidados del menor, quien lo sienta en el sofá para ir a buscar una toalla y comenzar a secar su cabello con total cuidado y delicadeza; su lobo mueve la cola encantado por los mimos, más al percibir el aroma del menor en la tela.
—Recuerda salir con un paraguas, hyung, la lluvia aquí es casi impredecible.
El mayor asiente y no pasa mucho para que las hebras negras sequen casi a totalidad— Gracias —dice el alfa, una vez que el omega se aleja.
NamJoon asiente para tomar la mano del mayor y dirigirlo hacía su habitación para comenzar la tutoría. El alfa se olvidó completamente de que trata la materia al ver el contraste de tamaño entre su mano y la del omega, quería chillar por lo adorable que se ve.
Entrando por primera vez a la habitación del menor, SeokJin se fija en las paredes pintadas de un tono verdoso azulado oscuro con madera oscura en su piso, hacía gran contraste con la propia que era de tonos claros, pero sentía que ese relajante tono era parecido al menor, tranquilo y reconfortante, se sentía así no solo por el aroma del menor que lo inundaba de una manera deliciosa, en la esquina divisó un estudio de pintura improvisado con varios lienzos y un poco de pintura. Frente a la cama se encontraba una ventana doble que daba vista a un bello paisaje de árboles, y bajo esta un escritorio de madera con tonos oscuros junto a dos asientos.
—Honestamente me sorprende que seas malo en química —se sincera el mayor, sentándose en uno de los asientos.
—Soy más del área de artes —pucherea el omega, para después ver con una mueca de disgusto al libro frente a él. No es como si fuera malo al nivel de reprobar la clase, pero igual ayuda extra no le vendría más; más si es del atractivo alfa.
Este toma el libro en sus manos y hace una mueca parecida a la del omega recordando todo lo que desearía olvidar de los estudios— Déjame darle una rápida leída y te explico ¿Sí?
NamJoon asiente dejando al alfa comenzar con su repaso. Toma una pluma que inevitablemente lleva a sus labios, buscando en qué distraerse mientras espera al mayor. De forma automática su concentración se posa en el alfa y su expresión sería y concentrada, con su ceño fruncido levemente, el castaño que cree es la primera vez que lo ve de esa manera, usualmente el alfa parece inquieto o balbucea, cuando toma confianza en un tema habla sin parar, es muy animado hasta que algo lo pone tímido. Él es contrario, usualmente permanece callado, en vez de hablar, escucha atento a lo que otros dicen, no es que no tenga sus momentos dónde hable hasta por los codos, pero prefiere escuchar a su acompañante.
El hilo de sus pensamientos llegan desde la personalidad hasta la apariencia del alfa, sus ojos detallan el atractivo perfil de este, sus labios gruesos, su marcada mandíbula hasta sus amplios hombros sintiendo la repentina necesidad de posar su cabeza sobre estos.
—Si me sigues viendo así te besaré —la voz del mayor lo saca de su ensoñación, volviéndole a preguntar qué ha dicho ya que no entendió bien— que si te podré explicar bien.
Aturdido el castaño asiente, regañando a su mente al cambiar las palabras del mayor. Mientras que SeokJin siente la necesidad de besar las mejillas sonrojadas del omega, pero se conforma con sentir tan cerca el aroma contrario.
Dos largas horas pasaron, en dónde NamJoon logró enfocarse en lo que enseñaba su mayor y que este, a su vez, agradece poder explicarle sin problema al menor. Ambos terminaron hartos de tanto estudio por lo que dieron por terminado el estudio y se dirigieron a tomar algo en la cocina.
NamJoon sirvió un plato con varias galletas de chocolate y, en dos vasos, sirvió leche fría. El alfa sonrió reconociendo dos de los sabores pertenecientes al omega.
Mientras degustaban las galletas se mantuvieron en silencio disfrutando ese momento, solo el sonido de la lluvia los rodeaba y el de sus corazones agitados, aunque de este último solo los dueños de estos podían darse cuenta.
Las galletas sobre el plato se acabaron y muy a pesar de que ambos era momento de despedirse, sin ganas de hacerlo, NamJoon acompañó al alfa hasta la puerta principal tomando uno de los paraguas para entregárselo— Ya no te mojes, hyung.
El mayor sonríe, pero logra captar un toque de tristeza que se posa en el aroma del menor además de que su expresión se nota un poco apagada— ¿Sucede algo, Nam? —pregunta cauteloso. El omega niega intentando controlar su aroma y ve al mayor abrir el paraguas dando unos pasos hasta quedar bajo la lluvia— ¿estás seguro?
El castaño no sabe que decir, el alfa lo atrapó en su momento de decepción al saber que se iría. Mordió sus labios y dando un fuerte suspiro caminó hasta quedar frente al alfa que por instinto lo resguardo de la lluvia, este le miraba confundido hasta que sintió las manos del menor rodear su cuello sosteniéndolo, mientras se ponía de puntillas logrando unir los labios de ambos. Un segundo tardó SeokJin en reaccionar a lo que sucedía, cerró sus ojos sintiendo la máxima felicidad por el suave y cariñoso toque de los labios contrarios.
Varios segundos pasaron, en dónde ambos movían sus labios tímidamente y de manera cariñosa y dulce, siendo el primer beso entre ambos y tan anhelado, sus corazones se agitaron y sus lobos aullaban contentos.
Separándose del mayor, el pequeño momento de valentía de NamJoon había terminado, sintiéndose completamente tímido, corrió de nuevo a su hogar y cerró la puerta apoyándose en esta. SeokJin terminaba de procesar lo sucedido y sonrió feliz; el adorable omega NamJoon lo había besado.
Río levemente al darse cuenta de la huida del menor— ¡Nam! —gritó solo para que el menor lo escuchara— ¡No se que sucedió! ¡¿Podrías repetirlo?!
Dentro del hogar, el castaño tapó su sonrojado rostro pero no evitó reír por las ocurrencias del alfa. Aunque sintiéndose tímido, no se arrepentía de lo que había hecho puesto que podría jurar que nunca lo habían besado con tanta dulzura.
Sintiéndose pleno, SeokJin comenzó su camino a su hogar sin dejar de sonreír y anhelando volver a sentir los labios de NamJoon muchas veces más.
Que te guste tanto tu propia historia debería ser ilegal aaa
ESO NAAAAAAM bckskdjajd
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