OO3|森と雨:𝘈𝘭𝘨𝘰𝘥ó𝘯 𝘥𝘦 𝘢𝘻ú𝘤𝘢𝘳
Ese día las nubes permitieron que las personas pudieran hacer sus deberes sin el temor de alguna lluvia, eso sí, no se movieron del cielo tapando los rayos del sol.
―¿Has probado esto Chaengie?
La rubia levanta su rostro del libro que se encuentra leyendo y mira a su amiga que mantiene su mano elevada con una golosina con envoltura de fuertes colores y nombre extraño. Chaeyoung niega mientras que la alfa se debate si se atreve a probar el desconocido dulce.
Se encontraban en una tienda de conveniencia que no perdía el toque rústico del resto del pueblo, hace rato habían salido del instituto y como de costumbre buscaron algo que comer o hacer, por ello se encontraban con su uniforme acompañado de unas bufandas y guantes; el frío aumentaba con los días.
―Si muero al probarlo, te dejo mi herencia.― Indica la alfa yendo a pagar por las golosinas que comprarán. Chaeyoung ríe yendo detrás de ella.
―Como si tuvieras alguna herencia.
Lalisa la mira ofendida aunque no puede negar que es cierto―¿No quieres algo más?
La rubia lo piensa y regresa en sus pasos, tomando en sus manos un algodón con azúcar que hace días probó y le gustó mucho.
―¿Chaeyoung?― La nombrada capta el olor característico de Jisoo y al ver a su lado se encuentra con ésta viéndola.
―Hola unnie.― Saluda suave, característico de ella. Ambas se ven, pero no saben exactamente qué decir o hacer.
―¡Chaengie rápido!
En ese momento Chaeyoung recuerda que se encuentra haciendo en ese lugar y hace una venida para la mayor, antes de apresurarse dónde su amiga la espera para poder pagar.―Esto quiero.
La alfa a su lado asiente, añadiendo el algodón de azúcar a las cosas que ya habían elegido. Chaeyoung voltea hacía atrás intentando ver en dónde se encuentra la mayor, no la ve porque deduce que ha seguido con sus compras.
Cuando las cosas son pagadas, las amigas salen para sentarse en una de las mesas que la tienda tiene.―¿Por qué tardaste tanto por el algodón?
―¿Recuerdas lo que te mencioné sobre la alfa que me encontré?― Al ser una de sus mejores amigas, Chaeyoung no dudó en contarle a Lalisa lo sucedido hace ya varios días. La alfa asiente mientras saca una botella con leche de fresa.―Me la encontré dentro de la tienda.
―Oh.― La alfa le tiende la botella de leche a Chaeyoung quien rápidamente da un sorbo, mientras toma otra para sí misma.―¿Y por eso tus mejillas sonrojadas?
Un golpe sin fuerza es dado en el hombro de la alfa mientras que ésta ríe de la cara refunfuñada de su amiga.―¡Tú no ayudas!
―Y tus golpes no duelen.― Se burla la pelinegra, volteando hacia la tienda sin lograr ver a la alfa que su amiga mencionó.―¿Debería retarla a ver sí es una alfa decente para ti?
Más golpes son dados a Lalisa, que solo ríe de la vergüenza de la omega rubia; no era un secreto para ella que Chaeyoung tenía interés en la alfa de Busan.―Lalisa Manoban, tú en serio.
―Ya pues, ya, sólo bromeo.― Pasando su brazo por sobre los hombros de la omega, Lalisa intenta calmarla, más porque parece que el rostro de Chaeyoung explotará.―Sólo quiero ver si mi futura cuñada es digna.
Sin guardarse fuerza, la omega golpea el estómago de su amiga ya no soportando la pena que siente.―¡Le diré a Jennie que te gusta!
Olvidándose de su dolor, la pelinegra mira a su amiga en alerta y comienza a rogarle por su perdón para evitar que su amor filial desde la infancia sea revelado a ésta. En la entrada de la tienda, Jisoo ríe viendo la escena de las dos amigas que le dan la espalda.
A paso tranquilo, Chaeyoung camina hacía la parada del autobús mientras saluda a uno que otro conocido que se encuentra en el camino. En su mano lleva el algodón de azúcar que hace rato compró en compañía de Lalisa. Aunque ama la lluvia, disfrutaba del día despejado de esta.
Faltaban unos cuantos metros para llegar a la parada, pero un auto se detuvo a la par suya en la calle y la bocina sonó.―Hola de nuevo, Chaeyoung.
Tímida como solo ella, Chaeyoung saluda otra vez a Jisoo quién se encuentra conduciendo una camioneta negra.―Hola unnie, lamento lo de hace un rato, mi amiga me esperaba.
La alfa asiente sonriendo.―No te preocupes, igualmente yo debía apurarme.― De hecho, después de encontrarse con la menor en la tienda, a la alfa le tocó ir a hacer algunas compras que su madre le había pedido. Apretó un botón quitando la seguridad de la puerta de acompañante.―Entra, te llevaré a tu casa.
Chaeyoung duda un segundo, pero no logra resistirse y entra con cuidado junto a la alfa en su vehículo. Una vez cómoda, inhala el aroma de la mayor que se encuentra atrapado en el interior.
―Chaeyoung.― Le llama la mayor, confundida, la omega la mira sin comprender.
En un movimiento rápido, Jisoo se posiciona sobre ella, haciendo que la rubia aguante la respiración al tener el rostro de la alfa tan cerca de ella. Unos segundos pasan, los cuáles le parecieron eternos, hasta que ve lo que la alfa intentaba hacer, ésta le estaba abrochando el cinturón de seguridad.
Una vez Jisoo vuelve a su asiento, nota como las mejillas de la menor se tiñen de rojo al igual que sus orejas. Muerde su labio ante la adorable imagen y comienza a conducir de nuevo.
Después de calmar su pena, Chaeyoung continúa comiendo lo que queda del algodón de azúcar mientras intenta que su lobo deje de mover la cola con tanto ánimo.
―¿Qué tal el instituto?
―Bien, pronto entraremos a finales.― Arrugando la nariz, Chaeyoung recuerda que pronto deberá pasar incontables horas frente a los libros, le gusta leer pero no obligada. Jisoo hace una mueca recordando sus días al enfrentar eso.
Junto a sus conversaciones, Jisoo se dió cuenta que solo tenía un año de diferencia con la menor. Ella se había graduado el año pasado y justo ahora se encontraba tomando un año sabático después de haber quedado aturdida con tanto estudio.
La plática de ambas se enfocó en ello, en los días de estudio de Jisoo y en Chaeyoung plantando la idea de si podía darle tutoría en ciertas cosas que por suerte la mayor había visto.
Aún faltaban unos diez minutos para llegar a la casa de la menor, el lobo de la alfa se encontraba inquieto con algo desde hace un buen rato. Por lo que en un semáforo en rojo, se estiró hacía los asientos de atrás tomando su abrigo y colocándolo sobre la omega que la miraba atenta y confundida.
―La calefacción no funciona bien, te puedes enfermar.
Aunque en parte era cierto, ya que la calefacción no estaba calentando como debería, la verdad es que se sentía disgustada sintiendo el aroma de otra alfa sobre la menor, sabía que era el aroma de su amiga y también que entre la alfa y Chaeyoung no sucedía nada, puesto que llegó a escuchar desde que la menor amenazó a la otra con revelar su amor filial.
No llegó a escuchar lo anterior por suerte de la menor, quién no objeto el acto de la mayor ya que tanto ella cómo su omega se sentía feliz al ser envueltos, prácticamente, por el aroma de la mayor.
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