americano
Hyunjin se aseguró de llegar temprano a la cafetería, sintiendo una mezcla de nerviosismo y emoción por su primer día. Al entrar, se encontró con Jeongin, quien estaba colocándose su delantal.
-¿Listo para comenzar? -le preguntó Jeongin con una sonrisa.
-Creo... -respondió Hyunjin, dudando un poco.
Jeongin le lanzó el delantal con un gesto juguetón. -Perfecto, porque los clientes empezarán a llegar a las 9:30.
Hyunjin asintió mientras Jeongin le entregaba un pañuelo.
-¿Y esto para qué es? -preguntó Hyunjin, mirando el trapo con desconfianza.
-Para que limpies las ventanas, por supuesto -dijo Jeongin, riendo.
Hyunjin comenzó a reírse también. -¿Has visto mis manos? Jamás limpiaré eso.
-No me importa -replicó Jeongin con una sonrisa burlona-. ¡Ahora a limpiar!
Hyunjin miró el trapo con asco, pero finalmente lo tomó y se dirigió hacia la puerta de vidrio. Comenzó a frotar, pero no pudo evitar quejarse mientras lo hacía. "Esto es asqueroso", pensó mientras limpiaba.
Cuando casi había terminado, levantó el pañuelo y, al quitarlo, se encontró con Minho de pie allí, sonriendo. Por alguna razón, su corazón se aceleró y sus mejillas se sonrojaron. Se apartó de la puerta rápidamente para darle espacio.
-¡Buenos días! -saludó Minho con su voz profunda.
-¡Buenos días! -respondió Jeongin, devolviendo la sonrisa.
Minho miró a Jeongin y preguntó: -¿Cómo va Hyunjin?
-Bien, pero ahora empieza el verdadero trabajo -le dijo Jeongin mientras le guiñaba un ojo a Hyunjin.
Hyunjin sintió un escalofrío de nervios en su estómago cuando Minho se acercó para observarlo. Jeongin comenzó a explicarle cómo funcionaba la máquina de pedidos, señalando los diferentes botones y funciones.
-Así que solo presionas aquí para seleccionar el café que el cliente quiere -dijo Jeongin-. Es sencillo, ¿verdad?
Hyunjin asintió, intentando comprender, pero en su mente se agolpaban los nombres de los cafés, batidos y postres del menú. "¿Cómo voy a recordar todo esto?" pensó, sintiendo que la presión aumentaba.
Afortunadamente, no tuvo mucho tiempo para preocuparse porque en cuestión de minutos comenzaron a llegar clientes. Sin embargo, su primer intento fue un completo desastre. Se confundió al tomar las órdenes y hubo un cliente que le dijo que estaba bastante guapo.
-Te agradecería, pero no acepto cumplidos de alfas recesivos y menos con ese pésimo gusto en moda... -respondió Hyunjin de mala manera.
Jeongin lo miró con desaprobación. -No deberías responder así. Recuerda que estamos aquí para servir a los clientes.
Frustrado y sintiendo que no podía hacer nada bien, Jeongin decidió cambiar de táctica. -Vamos a enseñarte a preparar café -dijo, llevándolo a la máquina.
Hyunjin observó atentamente mientras beta le mostraba paso a paso cómo funcionaba la cafetera. Sin embargo, para él era la cosa más compleja del mundo. Era un Omega que jamás había trabajado en algo así. Al final del proceso, terminó dañando varias piezas de la máquina.
Minho apareció en ese momento y sonrió al ver el caos. -Tal vez deberías llevar los pedidos en lugar de intentar hacer café -sugirió con amabilidad.
Sin embargo, eso tampoco salió bien. Mientras llevaba una bandeja con cafés hacia una mesa, terminó derramando café sobre una señora que lo miraba con incredulidad.
-Lo siento mucho -se disculpó Hyunjin rápidamente, sintiendo que la vergüenza lo consumía.
Al final del turno, Hyunjin salió de la cafetería sintiéndose completamente inútil. Al llegar a su departamento, una lágrima corrió por su mejilla mientras tomaba una foto de él con su madre en la mesa.
-Desearía que estuvieras aquí... -murmuró en voz baja.
Sin embargo, se secó las lágrimas y se levantó con determinación. -No me rendiré tan fácil -se dijo a sí mismo-. Ahora tengo que ponerme en marcha.
A la mañana siguiente llegó más temprano que nunca. Al entrar, solo encontró a Minho en la cocina.
-¡Buenos días! -saludó Hyunjin con una sonrisa.
-¡Buenos días! -respondió Minho con una sonrisa genuina.
-¿Estás horneando? -preguntó Hyunjin curioso.
-Sí, pero con una mano es difícil -dijo Minho, señalando su brazo inmovilizado por el yeso.
Hyunjin mordió su labio y observó el yeso antes de acercarse. -¿Necesitas ayuda?
Minho asintió agradecido. Hyunjin se puso manos a la obra rociando harina en un bol mientras Minho trabajaba en otra parte de la receta.
-Eso es suficiente -dijo Minho con una sonrisa-. En el cajón de abajo hay un bol más pequeño.
Mientras Minho se daba la vuelta para lavarse las manos, Hyunjin se agachó para buscar el bol. Sin embargo, cuando Minho se giró nuevamente, chocó contra el trasero de Hyunjin quedándose inmóvil por un momento, Hyunjin no se había dado cuenta hasta que retrocedió un poco chocando contra Minho, así que rápidamente se enderezó.
El Omega decidió retroceder rápidamente, chocando contra algunas cosas en la mesa de Minho. Se levantó rápidamente y se dio la vuelta con las mejillas sonrojadas. Para su sorpresa, Minho también estaba algo sonrojado.
-¡Buenos días! -gritó Jeongin desde la entrada, haciendo que ambos se alejaran rápidamente el uno del otro mientras él sonreía divertido ante la escena.
El resto del día fue bastante interesante y tranquilo. Aunque Hyunjin no había llegado a ser un experto, sí se sentía más aplicado y confiado en sus tareas. El tiempo pasó volando mientras trabajaban juntos y compartían algunas risas casuales.
Sin embargo, al finalizar la jornada, sus pensamientos volvieron a centrarse en Minho. No podía evitarlo; había algo en él que lo atraía cada vez más.
Mientras limpiaba algunas mesas antes de irse, notó a una niña sola en una de las mesas. Se acercó cuidadosamente.
-Oye, niña, ¿dónde están tus padres? -preguntó Hyunjin con voz suave.
La niña le sacó la lengua como respuesta. Hyunjin alzó una ceja; si ya tenía poca tolerancia con los adultos, con los niños era aún peor.
La pequeña salió corriendo hacia la cocina y Hyunjin la siguió rápidamente. -¡No puedes entrar ahí! -gritó mientras trataba de alcanzarla.
Minho estaba hablando por teléfono cuando la niña le metió una patada a Hyunjin en la espinilla.
-¡Ay! -exclamó Hyunjin mientras se agachaba por el dolor.
Minho cortó su conversación y miró hacia ellos con preocupación. La niña comenzó a reírse mientras Hyunjin intentaba recuperarse del golpe.
-¿Todo bien? -preguntó Minho entre risas, disfrutando del espectáculo.
Hyunjin sonrió débilmente mientras intentaba mantenerse serio. La situación era ridícula; aquí estaba él, un Omega adulto lidiando con una niña traviesa y un Alfa que lo miraba divertido.
-Sí... todo bajo control... solo un pequeño incidente -respondió Hyunjin mientras se levantaba lentamente.
-Yeji, pídele perdón...
-Pero el empezó
-no me importa, no puedes ir pateando omegas por ahí.
-pero...
-yejii
-Perdon, igual estás muy feo.
-Maldita mocosa de mierda -Se quejó Hyunjin.
-¿Viste como me dijo papi?
-Si hablaré con el -Minho sonrió ampliamente y le lanzó una mirada cómplice. En ese momento, Hyunjin sintió que su corazón latía más rápido nuevamente. Era como si cada interacción con Minho lo dejara más confundido pero también emocionado al mismo tiempo.
-¿Papi?¿Es tu hija?
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