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22

Jungkook estaba petrificado. No. Maravillado. Si, esa era la palabra para definirlo justo ahora. Mientras veía a Park Jimin caminar hacía su auto.

El pelo ahora negro del chico se balanceaba con una delicadeza increíble en el aire. Simplemente Park Jimin no parecía ser real. Su cabello oscuro contrastaba perfectamente con su piel clara resaltando aún más sus hermosos rasgos. Dios incluso sus labios ahora parecían más carnosos. Más rosados. Más atrayentes.

-Buenas tardes señor Jeon-- Saludo educadamente sentándose en el lado del copiloto.

Y Jungkook no lo soporto más. Desabrocho el cinturón de seguridad que lo mantenía en su lugar y se abalanzó sobre el chico. Sus labios se encontraron con desesperación ambos moviendo sus cuerpos en busca de la posición más cómoda en ese estrecho espacio.
Sus bocas encajaban tan bien. Sus lenguas se sabían los movimientos de la contraria atrayéndose mutuamente.

Finalmente sus cuerpos les hicieron recordar que necesitaban respirar logrando que se separen mirándose ambos con sonrisas brillantes en la cara.

-Debería saludarme así a partir de ahora Jungkook.

-Créeme Jimin. Lo voy a hacer. Y no solo para saludarte.

Si. Definitivamente esa cita había comenzado de la mejor forma posible.

[...]

Jimin estaba aterrado. Nunca se había sentido así de bien junto a alguien. Y honestamente no sabía de donde venía ese sentimiento que le recorría el cuerpo y lo hacía sentir lleno. Completo.

Solo había pasado aproximadamente una hora desde que salieron de su casa. La conversación entre ellos fluía como una cascada. Estaban caminando por un parque completamente alumbrado. Donde había lo que parecía ser una feria ambulante. En cuánto la vieron al pasar en el coche decidieron que tenían que recorrer el lugar.

Y el solo hecho de estar haciendo eso. Caminar con sus manos entrelazadas. Hablando de sus vida o de cosas aleatorias que llamaban su atención. Los hacía sentir que lo que sea que estaba pasando entre ellos en ese momento era algo especial. Muy especial.

-¿Es una broma?

-Te prometo que no-- Agrega el adulto riendo-- Me lo olvide en la bañera. 10 minutos después recordé que tenía un hijo y se había quedado dormido en el balde-- Cuenta Jungkook recordando aquello con nostalgia.

Ambos reían escandalosamente. Se estaban conociendo. Y eso les encantaba.

-¿Entonces haces algo más aparte de estudiar?-- Pregunto el adulto completamente interesado.

-Me gusta mucho bailar. De hecho voy a un estudio de danza hace 10 años.

-Me gustaría verte bailar-- Responde el adulto completamente interesado.

-Apuesto que si-- Jimin rio mirando a su acompañante.

Jungkook decidió soltar la mano de Park y pararse detrás suyo para después abrazarlo por la espalda.

-Sos bastante arrogante verdad-- Afirma el adulto riendo entre tropezones.

A vista de cualquiera eran una pareja más del montón disfrutando de la fría y estrellada noche. Disfrutándose ellos mismos.

Disfrutando de estar juntos.

Finalmente después de horas recorriendo el lugar decidieron por comer cosas variadas de los puestos del lugar.

¿Para que elegir si podías comer de todo un poco?

Eso hicieron. Y una vez que estuvieron satisfechos se dirigieron a ese lugar por el cuál los ojos de Jungkook empezaron a brillar como si de un niño pequeño se tratara. Ah~ Jimin sintió como la ternura se apoderaba de su corazón y su expresión solo decía una cosa "Me tiene re enganchado" y no mentía.

-¿Podemos ir a la montaña rusa?-- Pregunto el adulto mirando con ilusión al ahora peli negro.

-Si podemos Kookie.

Mierda.

-¿Kookie?

-Disculpa. Yo no pude evitarlo ense-

Jungkook lo callo de un beso. Un beso completamente diferente a los que se habían dado hasta ahora. No había desesperación ni lujuria. Era un beso de ternura y sentimientos que explotaban en el pecho de ambos.

-Me gusta como suena Kookie.

-Entonces te voy a llamar así cuando estemos solos.

-Me parece genial. Pero entonces yo te voy a decir Ángel.

-¿Realmente piensa que soy un Ángel?

-No lo pienso. Lo aseguro.

Y sus labios volvieron a unirse en forma de sonrisas. Realmente era una muy buena noche.

[...]

Se subieron a todos los juegos habidos y por haber. Probaron todas las golosinas del lugar incluso Jungkook gano un oso de peluche para Jimin.

Ahora se encontraban en el auto camino a la casa de los Jeon.

-Ángel ¿Puedo decirte algo?-- Pregunto el adulto serio logrando que el menor se de cuenta de que era un asunto importante.

-Claro Kookie--Una de las manos del adulto acaricio el fino pelo de Park.

-Yo. Honestamente no se a donde estamos yendo con esto. Este "Nosotros". Pero realmente quiero averiguarlo. Juntos. Así que voy a ser directo ¿Queres salir conmigo? Como algo exclusivo. Solo vos y yo. ¿Y averiguar junto a dónde vamos?

-Por supuesto que quiero Kookie.

El coche se detuvo. Estaban frente a su casa. Se miraron y sus ojos se dijeron todo.

Y por milésima vez en la noche sus bocas volvieron a unirse dulcemente.

[...]

Creo que no es necesario explicar la manera en que sus cuerpos se pegaron como imanes ni bien cruzaron la entrada de la casa.
La forma en la que se besaron. La forma en la que se tocaron. Suavemente. Lentamente. Descubriéndose. Sintiéndose.

Jungkook se había quedado maravillado observando el cuerpo desnudo del menor acostado en su cama siendo alumbrado únicamente por la luz de la luna mientras él lo recorría a besos por completo. Sus lunares más ocultos. Sus zonas más sensibles. Sus curvas que parecían hechas por un mismísimo Dios.

Jimin por otro lado nunca se había sentido tan protegido en los brazos de alguien. Tan atesorado. Tan especial. Y es que con cada beso que Jungkook le daba en una zona de su cuerpo ese sentimiento crecía. Lo hacia estremecerse. No se cansaba de recorrer y rasguñar la espalda del adulto. De sentir como sus músculos se contraían bajo su toque. De escuchar los jadeos y gemidos roncos en su oído. Mientras el no podía evitar lágrimas y sonidos de placer saliendo de su cuerpo.

Cada movimiento. Cada caricia. Cada susurro. Cada jadeo. Cada gemido. Había sido muchísimo más intimo. Intenso.

Y luego del acto solo pudieron quedarse abrazados. Hablando como si no hubiesen estado hablando durante todo el día. Besándose y dándose cariños como si no lo hubiesen estado haciendo hasta ese momento.

Finalmente ambos se quedaron completamente dormidos. Ambos abrazados. Y ambos sin ganas de soltarse por un muy largo tiempo.

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