5
Habían pasado dos días y los chicos estaban seguros de varias cosas, primero que Cheetah le pisaba los talones; Segundo que sin BaekHo habían muerto hace dos días y que la herida del lobo se curaba a una velocidad impresionante, tercero es que la carne cruda no empezaba a saber tan mal, aunque eran mejor las plantas que lograba recolectar Seonho en el camino para borrar aquel sabor de sus bocas y también alimentarlos. En aquellos momentos estaban en un gran charco de lodo bañándose en el para ocultarse mejor y además que ayudaba contra el sol. De apoco Seonho, Guanlin y BaekHo se habían vuelto un equipo que hacían lo que podían para sobrevivir a aquella cacería, Seonho con sus conocimientos de la comida y sus escasos conocimientos de primeros auxilios era de gran ayuda, Guanlin improvisada planes en segundo para su supervivencia que los había salvado el pellejo más de una vez y BaekHo era el guía y el sustento de comida. ¿A donde iban? No sabían, pero no importaba, ¿Cuanto más soportaría? No sabían pero harían lo necesario para que sea lo suficiente, ¿Cuando volverían? No tenían ni idea. No había tiempo para aquello, solo correr, esconderse y darse un pequeño tiempo para comer y descansar al mismo tiempo.
El miedo intenso de ser ellos cazados también hacia desastres con ellos, eran unos simples chicos y ahora corrían como fugitivos por el bosque verde y caluroso. Pero no se dejaban caer por aquello, no querían morir y sus instintos de supervivencia eran fuertes que los hacían luchar fuertemente.
En ese momento estaban en un río de una corriente mediana, con unas lanzas improvisadas de ramas y afiladas en la punta con una piedra que habían encontrado en el río que tenía un poquito de filo habia capturado unos peces después de rato de estar intentándolo, bueno al menos eso había logrado Seonho, Guanlin seguía intentándolo mientras el menor quitaba las espinas para darle la carne del pescado al lobo.
— Acepta de una vez tu derrota y recoge tu dignidad del río para irnos — Seonho solo sonreía al verlo fallar de nuevo.
— En el siguiente río lo lograré, te lo apuesto. — dijó para salir del río sacudiendose su cabello oscuro mojado.
— Bueno en ese caso yo atrapará más — dijó para levantarse y ofrecerle un poco de pescado — piensa que es sushi y pasa, ve quitandole las espinas tiene muchas.
Guanlin vio que sólo quedaba ese pez de los 7 que había atrapado, conociendolo el se había comido 3 haciéndole competencia a BaekHo, agradecía aquello el pescado crudo para él no se veía apetitoso. Comió tirando las espinas al agua ya que iban siguiendo el camino del río caminado dentro del agua para que sus huellas no se quedará grabadas en la tierra. Se había dado cuenta que BaekHo era tan inteligente como un humano promedio y tan exigente como una princesa, no comió pollo, comía los pescados si Seonho le sacaba las espinas por él y aparte era gruñón y algo dramático con su herida casi curada cada vez que el menor la revisaba. Aquellos ojos rojos siempre los seguía sin perderlos de vista y era una mirada fuerte la mayoría de veces que al paso de los días se iba acostumbrando, la única vez que le vieron una mirada furiosa fue al día 5. Se habían quedado dormido por el cansancio de los días y uno de los hombres de Cheetah que iba a delante los había conseguido, había logrado herir a Seonho con un cuchillo en el brazo, un corte que por suerte no toco ninguna vena. BaekHo se lanzó al hombre y solo los chicos cerraron sus ojos, los gritos tan pronto como empezaron acabaron y el pelaje del lobo se lleno un poco de sangre.
El mayor ayudo al menor a curar su herida con el alcohol y las pocas vendas que quedaban, una infección en ese herida era algo que no se podían permitir, comieron en silencio las frutas que habían relectado del día anterior. Pero a los chicos no les importo dormir juntos al pelaje negro que todavía olía a sangre, se pegaron más al lobo aquella noche y Guanlin paso un brazo por encima de Seonho con cuidado que no lo pusiera encima de su brazo, no estaban preparados para que algo le pasara a los otros.
Al día siguiente se pararon antes del amanecer y aceleraron el paso, sus pies estaban que no podían más pero los chicos seguía caminando, su cambio de alimentación y el estrés constante los tenía en un punto de quiebre que lograban controlar de a poco.
— ¿Nos estarán buscando? — se atrevió a preguntar esta tarde del día 6 mientras subían una empinada colina y Guanlin le ofreció un brazo para ayudarlo a subir que rápido agarro.
— Espero que no, mejor que nos den por muertos. Alguien peligrosa nos está siguiendo y sería fácil que atrapará a alguien que nos importa — suspira cansado y miraba atrás del menor asegurándose de que no los siguieran cerca.
— Desearía que nos dejara, no creo que valemos tanto para hacer la mega búsqueda que está haciendo — también estaba cansado y su brazo le dolió para no paraba de subir.
— Nosotros no valemos tanto, pero BaekHo que ella cree que esta herido si lo vale — miró al lobo que no se había alejado de ellos desde que lo había rescatado.
— Lobo tonto, puedes ser libre y alejarte de esa bruja, pero sigues aquí con nosotros. — Seonho pasó su mano por atrás de la oreja de BaekHo haciéndole cariño.
Antes del atardecer habían llegado a lo alto de la colina y vieron lo cerca que estaban del pueblo que se sorprendieron. Seonho hasta pudo divisar uno de los ríos que estaba cerca de su casa, el camino estaba a un día o tal vez menos, aquella noche en la oscuridad se abrazaron al lobo con fuerza y se despidieron casi entre lagrimas. Habían comprendido todo, ellos salvaron la vida del lobo y este había devuelto el favor llevándolos a casa seguros, la lengua del lobo pasó esa noche por la cara de los chicos y luego por el brazo de Seonho quien al día siguiente ya no tenia ni una Cicatriz. Habían despertado abrazados, pero sin BaekHo a su lado; aquello había sido más doloroso de lo que pensaron y se distrajeron diciendo que era lo que iban hacer cuando llegara a sus casas.
Por el camino se había dado cuenta de que no habían presentado muchos problemas con otros animales gracias a BaekHo quien los mantenía alejados, se habían encontrado con una pequeño tigrillo de rocas otro animal en peligro del parque que por suerte solo estaba siendo territorial y sólo lanzó gruñidos hacia ellos mientras se alejaban.
Cuando por fin llegaron al río que estaba a una hora de su casa, jugaron unos minutos en el río lanzándose agua y pensando en lo raro que sería llegar al pueblo los dos medio desnudos, sin zapatos y un bolso militar. Cuando terminaron de pasar y Guanlin le ofreció una mano para salir del agua agarro su mano con una sonrisa, pero al sostener la mano del mayor un dolor si instalo en su pecho y el sonido de un disparo saco a los lirios de sus nidos, el agua se sintió helada y la cara del mayor horrorizada al sentir que su agarre se hacía débil del menor.
Pudo verla del otro lado del río a Cheetah con dos de sus hombres y en su mano el arma que había herido Seonho, ella no dudo y disparo otra vez dando justo en el estómago del mayor, los dos chicos cayeron a la orilla del río. Su sangre empezó a mezclarse con el agua y aún tenían sus manos juntas.
— Hyung.. — dijo con un hilo de voz y sus miradas se encontraron. — Lo siento.
— Why? — el dolor en su estómago no se comparaba al que sentía en el pecho al ver al menor que también estaba tan mal como él.
— Todo fue mi culpa, yo te dije que había más campamentos — empezó a tocer sangre mientras su pulmón izquierdo se llenaba de sangre.
— Todo esta bien.... ayudamos a BaekHo. — ignoraba la voz de la mujer que gritaba miles de cosas mientras cruzaba el río, con sus últimas fuerzas se arrimo más al menor — Has sido un gran amigo, Seonho.
Quería decirle al menor que no cerrará los ojos, pero él también quería hacerlo. Le había dicho a Seonho que no iban hacer nada si morían, pero habían salvado a BaekHo y realmente no cambiaría aquello, en ese momento a los chicos le llego ese momento cuando la vida pasaba por sus ojos. No querían morir, realmente no querían morir. Cada uno pensaba en sus familias, en sus amigos, en él otro mientras ponían sus últimas fuerzas para sostener sus manos y también en BaekHo, aquel lobo de ojos rojos.
Seonho no era idiota sabia que iba a morir, pero al menos quería que el río se llevara aquella mujer que estaba seguro que después de tirar sus cuerpos a un lugar para desaparecerlos, iría por BaekHo y no quería que eso pasara. Lo deseaba, tener al de más fuerza y luego acabar con ella para morir en paz. Hacerla pagar por el dolor que no sólo había hecho pagar a ellos, si no a todos los animales que había cazado antes solo para hacer una cartera o una alfombra.
Todo se volvió rojo para los chicos en aquel momento, una ira los lleno y también unas ganas de protegerse que nunca habían tenido. El dolor se esparció a todos su cuerpo y pensaron que por fin todo había llegado a su final.
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Espero que les guste y nos vemos la siguiente semana, los comentarios también ayudan a inspirar a las escritoras.
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