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Los cambios en la vida nunca son bien recibidos al principio y más si son abruptos. Guanlin ya ni sabia si culpar a la luna de eso o al mismo, había querido tanto antes de morir, una venganza y más tiempo para vivir que ahora tenía más del que podría contar o recordar. Ese era el precio de su deseo... de no morir... Ella le dio lo que pidió y ahora estaba en deuda con ella, con la luna y ser un lobo era su pago, proteger su querido bosque. Que ahora sería su hogar.
Volvió al lugar seguro de siempre, la cueva detrás de la cascada. Suponía que ahora ese sería su hogar, ya no podría volver al suyo; había ido demasiado lejos, casi se convierte en el monstruo que evitaba ser con los que amaba. Casi lastimaba a su madre y eso nunca se le perdonaría.
Se lamentaba acostado en el suelo frío y húmedo de la cueva que ahora se le hacia tan confortable. ¿Qué podría hacer ahora? No quería ir al centro del bosque con los demás lobos y dejar a Seonho y su madre atrás, pero tampoco podía volver atrás para dar explicaciones y mentiras que ya no le salían por su boca, que ya no podía ocultar; además no podía pedirle a Seonho dejar todo atrás, a su familia y vida atrás. ¿Qué tan egoísta podría ser?
Un minuto sus sentidos se alertaron, alguien se acercaba. Casi se levanta para hacer lo necesario, pero ese olor familiar le llegó a sus fosas nasales, solo gruño de molesto al ver a Baekho entrar a la cueva. No estaba de ánimo por esa noche para lidiar con otra persona que le recordaba cómo su mundo literalmente se caía a pedazos.
— Lo se, lo se. Esto es una mierda — Hablo el mayor transformándose en humano — Lo siento.
Lo escuchaba atentamente y no espero al otro sentarse a su lado en obvio intento de reconfortarlo. Duraron un rato así, incluso cuando los primeros rayos del sol pasaban a través del agua de la cascada.
— Hubiera deseado que ustedes nunca me hubieran sacado de esa jaula si sabia que esto iba a terminar así — dijo el mayor con arrepentimiento — Esta no es una vida que le deseo a cualquiera.
— ¿Esto es una vida? — Guanlin cambio de forma casi gruñendo sus palabras — Esto solo es un continuo deber sin fin, sin recordar y estando en soledad. Sin amor no es vida. No es una vida no poder regresar a tu casa nunca mas.
— Tu no pareces estar tan solo tienes al mas bajito
— El amor no es solo eso. También existe el amor de la familia y de los amigos. Aunque si, yo he tenido la suerte de tener a Seonho a mi lado hasta el momento... Hay noches en las que me acuesto preguntándome hasta cuando lo tendré a mi lado, porque es lo único que me queda; aunque mi nueva naturaleza un día lo va odiar y no va soportar estar con alguien. — confeso casi con lágrimas en sus ojos probablemente de tristeza y dolor
— No creas que eso es algo que a nosotros nos encanta. Será peor, uno siempre esa pequeña parte humana en nosotros que sufre por eso, pero como siempre puede más nuestro lado lobo. Tiene que ser así o más de uno ya hubiera dejado este bosque hace mucho tiempo, siguiendo a los que amamos. — hasta el mayor parecía odiar sus propias palabras, pero ya las había aceptado como suyas por no tener escapatoria de su soledad.
Eso era algo que no quería aceptar Guanlin, pero sabia que ese era su futuro y temía a eso. Temía a estar solo y dejar a la gente atrás, justo como lo hizo su padre. Seguía siendo ese chico asustadizo que apenas podía decir algunas palabras en Coreano, con ese infinito miedo de estar solo.
— ¿Cuándo lo empezare a herir a él también? Porque ya he herido a alguien que he amado y no quiero hacerlo de nuevo. Pero aun así quiero estar junto a él, el tiempo que nos quede — preguntó casi con su voz quebrada
— No lo sé, la verdad debiste hacerlo hace tanto tiempo que me sorprende que todavía sigas tan unido a él — el mayor se quedó callado unos segundos dudando de lo que iba a decir — Ustedes han sido tan diferentes a los demás, creo que es porque murieron juntos y se volvieron lobos juntos... Yo quiero creer. No, yo rezo para que su destino siga igual, juntos hasta el final.
— ¿Por qué? — pregunto confuso el menor
— Ustedes no se merecen este destino.
— Nadie se merece este destino, ni Minho se merecía este destino.
Baekho abrió más sus ojos sorprendido las palabras del menor. Siempre esos niños hacían algo maravillado por sus acciones. El lobo mayor lo negaba, pero el se preocupaba tanto por ellos que deseaba que ellos fueran tan felices como pudieran sin importar el destino que les preparaba.
— Puedes quedarte con lobo mas adentro hacia el sur; después del gran árbol de glicina, su nombre es Donghan. Tiene una cabaña y vive con su cachorro, siempre dice que tiene espacio para uno más. — Ofreció el mayor preocupado — Yo no tengo nada, siempre vago por el bosque.
— No puedo irme ahora, no todavía.
— Quieres hablar con Seonho — ni siquiera pregunto.
— No puedo, por mas que lo pienso no puedo dejarlo atrás. Ahora su familia me quiere 5 mil kilómetros lejos de él y su hermana me cree un monstruo. — Se levanto con más ánimo, tenía que hablar con Seonho.
— Sabes lo que puedes hacer... — El lobo mayor no sabia mas que decir, hacia tanto que no tenía una conversación decente que ya había olvidado que debería decir.
— Lo se.
Guanlin se transformo en lobo, sabia lo que tenia que hacer.
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Su padre tocaba la puerta con fuerza, Seonho se mantenía en una esquina abrazando a sus piernas con fuerza. Podía escuchar el llanto de Eunbi del otro lado, sabia que ella había salido en la noche y volvió con la señora Lai temprano, la chica desde que llegó sonaba aterrada. Había escuchado la conversación que tuvieron en la cocina, sus oídos mas desarrollados eran una maldición ahora.
"Es un asesino, Guanlin asesino a la cazadora y su equipo que apareció muerta hace poco. Es un monstruo"
"Creo que Seonho trato de salvar unos animales cuando se perdieron en el bosque, se metieron en problemas y Lai asesinó a los otros. Por eso siempre desaparecen, unos cazadores han estado siguiendo a su hijo..."
Seonho no pudo escuchar más. Guanlin se había culpado para dejarlo fuera de culpa a él. Aquello le caía peor, la culpa lo comía aún mas, los recuerdos cuando mordía la piel de Minho solo volvían una y otra vez enfermándolo y se ligaban con el pensamiento que Guanlin había sacrificado hasta el amor de su madre y ahora solo era un asesino delante sus ojos lo dejaba peor.
— ¡Voy a tirar la puerta! — amenazaba su padre, que seguramente había visto que si aquella historia era cierta, él nunca denunció que conocía al asesino. Su padre era demasiado correcto, lo que Seonho deseo una vez
— Papa déjalo, el no hizo nada malo — suplicaba su hermana en llanto.
— El es solo una victima mas, señor Yoo. Debe estar en pánico ahora, debió temer lo que era capaz mi hijo si asesino a alguien. — pedía la señora Lai.
— Seonho, Cariño. Lo siento tanto — Su madre lloraba también.
Cada golpe en la puerta lo alteraba mas, cada grito y llanto lo volvía loco. Clavo sus uñas en sus piernas buscando pararse y enfrentarse a ellos como debía hacerlo, como le enseñaron hacerlo, sin miedo y honestidad. Respiro fuerte mientras buscaba calmarse mientras se levantaba del piso, igual se darían cuenta cuando su padre tirara la puerta el desastre de su cuarto. Ni su cama sobrevivió, se sorprendió que sus padres no notaran el sonido o tal vez no los escucharon con sus propios gritos. Los marcas de sus garras por todos lados, el colchón hecho trizas y ni hablar de las cortinas y sus trofeos.
No iba a dejar a Guanlin solo en algo que el mismo lo metió desde que decidió abrir la jaula de Baekho. Era su deber y su responsabilidad que tomaría con la frente en alta, ya no podría ocultar mas nada.
Era tiempo de decir adiós, agarro la perilla con fuerza y la abrió encontrándose con los ojos de los demás que de inmediato se abrieron mas, debía ser por todo su desastre... No Seonho se dio cuenta que aquellas miradas iban a sus ojos, probablemente rojos.
— Creo que es momento de decir la verdad — Aspiro el olor de miedo que expendían
Agradeciendo que todavía se sentía lleno de la carne de Minho. No estaba de humor y no sabia si estaba del todo en control — Yo morí en el bosque el día antes que llegue a esta casa.
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Se que ustedes no se lo esperaban, yo tampoco. No puede ser que cuando estoy ocupada es cuando me da ganas de escribir. Tampoco se preocupen, ya tengo escrito el siguiente capítulo.
Si hay errores es que tengo tiempo que no leo el fic y no me acuerdo de los detalles, pero estoy trabajando en eso. Voy a leer de nuevo.
Como siempre gracias por leer y esperar, no me lo merezco.
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