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Cuando el reloj dio la media noche, Eunbi dio por cierto lo obvio. Seonho otra vez estaba en el bosque y probablemente volvería en días. Como ya lo había hecho tiempo atrás, como lo hacia todas las noches cuando se escapaba en silencio de su casa. La chica probablemente tuviera 14 años, pero tonta no era; conocía bien a su hermano, era casi su mejor amigo y desde que él desapareció en el bosque una semana se había creado un brecha entre ella su hermano. ¿Cómo puede ser que de la nada su hermano ni le habla a un chico y a la otra semana aparece diciendo que se escapó con el?. Seonho era responsable, con un gran sentido de lo correcto y siempre un ejemplo a seguir, su ejemplo a seguir para ser mas exactos. Su familia a eran unos ganadores con grandes metas, todos aspiraban a lo alto; para que el un día decidiera romper todo eso por un chico que apenas le decía hola en el instituto.
Todo empezó con Lai Guanlin, a quien investigo en silencio y por sus medios. Un taiwanes, su madre era una traductora que había llegado al pueblo para traducir documentos importantes de cosas que Eunbi no entendía o consideraba importante; también por su fallido matrimonio destruido y una vista diferente de las grandes ciudades taiwanesas a su humilde pueblo a orillas de un bosque. Notas nada sobresalientes de parte de Guanlin, nada interesante en su expediente escolar o méritos impresionantes. El taciturno guapo recién llegado, no tenia nada mas, nada que su hermano podría considerar asombroso para escaparse con el. Aun así decidió creerle, no parecía un mal chico, tal vez era lo guapo que atrajo a su hermano o el carro que los llevaba todas las mañanas. Eunbi se dejó llevar por las mentiras como los demás.
Claro, que empezó a dudar de muchas cosas cuando vio una noche a su hermano escapar por la ventana de su cuarto seguido de Guanlin. Eunbi era curiosa, las manchas pequeñas en la ropa de Seonho que a veces tenía, el recurrente barro en sus zapatos y los susurros entre ellos la dejaban inquieta. Una noche ella los siguió, no llegó muy lejos, eran increíblemente rápidos y se quedó en un árbol no muy alejada de la orilla del bosque esperando su regreso. No fue hasta las 3 de la mañana que llegaron entre risas y acomodándose la ropa.
Eunbi se quedó en silencio, ¿Qué podía decir? ¿Qué podía pensar cuando vio una gran mancha de sangre en su ropa?
Cuando Seonho fue atacado por los cazadores y vio al guardia Kang protegiéndolo, lo sabia. Ellos no estaban solos en lo que fuera que hacían en el bosque; luego llegó Eunwoo y Sunghyuk.
Ellos aparecieron mágicamente en la mañana como siempre, como si nada hubiera pasado. Con esa mirada tan triste y cambiada, con mentiras que ellos ni siquiera se ponían de acuerdo en decir sin importar lo fuertes que eran, los problemas que les causarían. ¿Qué sería pero que drogarse? ¿Qué sería peor que matar animales por dinero?
— Yo lo asesine, yo lo asesine — Seonho lloraba mientras se abraza a el mismo en busca de consuelo, de alejar sus miedos.
La menor escuchaba todo escandalizada, podía sentir el dolor y la verdad en esas palabras, el más crudo arrepentimiento salir de su boca mientras confesaba su verdad. Los recuerdos de sangre, de esas salidas de noche, ese alejamiento. Sintió pavor, no reconoció a la persona que estaba a pocos metros suyo.
Era un monstruo.
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Seonho fue directo a su cuarto, no habló, sus padres tampoco. Expulsado por una semana, un obvio viaje a detención todos los días y se le fue quitado su anhelado puesto de presidente de la clase. Casi sintió como si arrancaran una parte de él pero no lloro cuando la profesora Boa lo dijo, era obvio, con su último comportamiento no era adecuado para el puesto. Sentía vergüenza por él mismo, era una burla para su familia. ¿Cuándo un Yoo hacia algo de ese calibre?
Escucho a sus padres discutiendo, probablemente por la mente de su padre ya había pasado la idea de escuela militar. Se encogía mas en su sufrimiento viendo su calendario con tantos eventos organizados de la escuela, sus paredes lleno de sus muchos premios y aspiraciones a futuro.
Siempre hay un paso de la tristeza a la furia, en segundos se paro siendo atacado por sus mismos pensamientos diciendo que nada iba a volver, que él era un monstruo mas, que ya no importaba nada. Destruyó todo a su paso, sin mirar atrás. Papeles, calendarios, medallas, trofeos, fotos y pósters. Mientras Eunbi escuchaba todo desde su habitación.
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— Esta es la mierda que quieres — La señora Lai dejo su chaqueta en el sofá de mala gana apenas llegaron al departamento — ¿Yo me merezco esta mierda? ¿Realmente... Me odias tanto? Si querías irte con tu padre solo tenias que decírmelo.
— No te odio...
— ¿Entonces que? ¡No entiendo toda esta rebeldía! — la mujer estaba estresada a mas no poder, estaba en su límite — ¡Si crees que puedes volver cuando se te da la gana después de hacer quien sabe que en el bosque estas equivocado amigo, yo no estoy para soportar estos tratos; así que si pasa otra cosa, la mas mínima Lin, te me vas directo para Taiwán con tu padre!
Estaba furiosa, dolida y sobre todo angustiada, trataba de entender la situación a su hijo. Posiblemente estaba haciendo algo que lo podía llevar a la cárcel si miedo algo, tal vez eran drogas, tal vez era asesinar a un animal en protección ... Lo que sea que estuviera haciendo en el bosque no era bueno para él la mirara con esos ojos tan dolidos, parecía un niño pequeño que solo buscaba el confort de su madre.
— ¡Si pudiera decírtelo te lo diría! — Casi gritó el menor, está tan frustrado y asustado de todos los cambios, de lo que podría parar y en especial lo que había hecho — Yo no quería esto, te lo juro. Yo solo quería salir de ese maldito bosque con Seonho... Solo quería regresar a casa — Se encontraba llorando no lo podía sostener mas — Hice lo correcto, hice lo necesario y aun así la vida es una mierda y ahora soy esto...
El chico se callo antes de decir mas de lo que debia, como iba a explicar todo. Lo de ser un lobo era el menor de sus problemas, sino ser un asesino y probablemente un dia ya no volvería a casa. Su madre parecía asustada, de seguro a su mente llegaba miles de cosas y puede que llegue a la correcta. Estaba a punto de ir a su cuarto, las cosas se estaban saliendo de control, sentía la rabia y frustración correr por su cuerpo, podría hacer algo que se lamentaria por siempre por no controlarse. Se limpió las lágrimas y abrió la puerta mientras su madre desolada se sentaba en el sofá con la cara entre sus manos.
— Se lo que eres... Un monstruo asesino que arrastró a mi hermano a esto — Dijo Eunbi enseguida al abrir la puerta —!¿A quien asesinaron?! — La chica entró sin miedo y la madre del taiwanes abrió los ojos sin poder creer lo que oía. — Lo oí, claramente Seonho asesino a alguien. Lo vi en sus ropas cuando escapaban al bosque. Siempre una mancha de sangre... A veces había sangre en el cuarto de mi hermano — La voz de la chica temblaba pero no retrocedía — ¡Tu lo metiste a este mundo, lo se!
— ¿Lin dime que no es cierto?— Pidió casi en un susurro de voz, su madre.
Guanlin se sentía atrapado, destruido al ver la mirada de su madre de terror e incredulidad a tales palabras. Sentía el odio a su persona por parte de la chica, sentía su dolor al saber que Seonho no estaba bien. Nada estaba bien, ni Seonho, ni el. Ya no podían llegar más lejos, ¿Qué les hizo creer desde un principio que podían ocultar su nueva naturaleza? ¿Qué le hizo creer que esto era la mejor para todos?
Le llegaba el recuerdo a su mente, como corría por el bosque siguiendo el olor de Cheetah. Recuerda muy bien la mirada de terror de esa mujer cuando la tenia bajo de sus patas, como el odio corría por sus venas por hacerles daño, Como se atrevió a tocar un solo cabello de Seonho. Clavo sus colmillos en su estomago, se la iba a comer viva, no le iba a dar la satisfacción de una muerte rápida. Recuerda como se le unió Seonho después con su festín, como volvieron a su forma humana y devoraron todo a su paso, con una mente más animal que humana. Llenos de sangre y de odio en el medio del bosque.
Cada segundo se salía más de control el mismo, apretó los puños con furia y miro a la menor con cierta rabia.
— ¡Si, la asesine! — soltó sin un arrepentimiento en su voz — Lo haria las veces necesarias, porque lo disfrute. Tu no tienes la mas minima idea de lo que pasamos tu hermano y yo en ese infierno de bosque siendo cazados por ellos. No sabes el dolor de morir, ¡NO SABES EL DOLOR DE VER A SEONHO MORIR EN TUS BRAZOS! — Sabia que probablemente sus ojos estaban rojos, le importaba tan poco en ese momento mientras las dos mujeres retrocedían — Solo quería venganza, solo quería estar un rato mas con el y ser su amigo. Solo quería regresar a la casa con mi madre. Si tuviera que asesinar a Cheetah y a todos sus bastardos otra vez, lo haría. Si tuviera el placer de asesinar a todo maldito cazador que se mete al bosque, lo haría nada más para dejar a tu hermano a salvo. El me salvo durante una semana, es lo menos que puedo hacer... es lo que debo hacer, porque irremediablemente lo amo.
Alzo sus garras y la mejor se encogió con miedo, pero su madre la abrazo protegiéndola, esperando que el zarpazo llegara a su hombro al ver las crecientes uñas de su hijo. Guanlin es serio estuvo a punto de hacer, iba a hacer con todas las ganas y probablemente desgarraría su piel profundamente. Vio el rostro lloroso de Eunbi, tan parecido al de Seonho y la espalda protectora de su madre, su amada madre. Se detuvo.
Ya no había vuelta atrás. Solo salio por la puerta para no regresar.
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Se que tarde, voy lento y a mi manera. Pero volví, pensé que no había dejado tan mal el último capítulo ya que no vi comentarios y pues resulta que alguien me mandó un mensaje de actualiza plz y yo lei el capitulo y dije... Mierda lo deje horrible.
Dejen comentarios plz. amo leer sus comentarios
espero no tardar mucho para la proxima.
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