Cuando se trata de entender cómo ven los hombres ciertas dinámicas en las relaciones, nada resulta más revelador que escucharlo directamente de ellos. Durante una conversación reciente con uno de mis chicos, abordamos un tema que siempre genera debate: las expectativas y los estándares que una mujer debería tener en una relación.

La pregunta que desató todo fue directa, casi desafiante:

"Dices lo que dices porque eres hombre. Si fueras mujer, ¿seguirías pensando igual?"

Él sonrió, respiró hondo y respondió con una convicción que me dejó pensando durante días. Aquí está su reflexión, palabra por palabra:

"Mira, si yo fuera mujer, no pagaría ni un solo céntimo en un restaurante si me invitan a cenar. Ni siquiera armaría los planes. Dejaría que fuera él quien demostrara, a través de sus acciones, lo que está dispuesto a hacer por mí.

No permitiría que ningún hombre me trate como un plato de segunda mesa o como el juguetito que saca del cajón cuando está aburrido y no tiene nada mejor que hacer.

No soy mujer, pero si lo fuera, exigiría – escúchame bien, exigiría – a cualquier hombre que tenga intenciones conmigo que me tratara como la mejor mujer que se haya cruzado en su vida, aunque existan otras mejores. Y esto lo digo con total seguridad, porque como hombre que soy, sé muy bien de lo que es capaz un buen tipo por una mujer que realmente le interesa.

Mis estándares serían tan altos e inamovibles que jamás permitiría que se acercara nadie que no esté dispuesto a brindarme el respeto, el amor y el valor que merezco."

Su tono era firme, y no se trataba solo de palabras vacías. La seguridad con la que hablaba reflejaba su experiencia y la claridad con la que entendía lo que muchos hombres están dispuestos a hacer por una mujer que consideran valiosa.

Reflexión Sobre Su Respuesta

Lo que él describía iba más allá de los gestos superficiales. No se trataba de exigir cenas caras o viajes de lujo, sino de tener estándares claros, inamovibles, y saber reconocer quién está dispuesto a cumplirlos.

"El primer paso que debería dar cualquier mujer para dejar de atraer niños y empezar a atraer hombres de verdad", dijo, "es grabar en piedra tus estándares y jamás aceptar menos que eso. El primer paso para atraer a un hombre que te trate como una reina es verte a ti misma en el espejo como una reina. Y nunca aceptar menos que eso."

Sus palabras resonaron profundamente conmigo. Cuántas veces hemos permitido que los estándares se diluyan por el miedo a estar solas o por la idea equivocada de que pedir más es "demasiado". Pero la verdad es que no puedes esperar que alguien te valore si tú misma no lo haces primero.

El Poder de Tener Estándares

Este capítulo no es solo una lección para mujeres, sino un recordatorio universal: la forma en que nos valoramos establece el tono para cómo nos tratarán los demás. Tener estándares claros no es ser exigente, es ser consciente de tu propio valor.

Y, tal como dijo él, "Nunca aceptes menos de lo que mereces."