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Capítulo XII

Ahora sí que sí.

El Barça se estaba enfrentando al Chelsea y no estaba resultando un partido muy complicado.

En los primeros minutos de partido,más concretamente,en el minuto 15,Lewandoski marcó un gol en la portería rival que le dió la ventaja al Barça y que desanimó a los jugadores del Chelsea debido a la rapidez del gol.

El partido siguió avanzando en el 1-0,aunque,conforme pasaban los minutos, el equipo rival intentaba ganar terreno atacando con más fuerza y llegando en varias ocasiones hasta la portería de Ter Stegen.

-Sira tranquila,apenas quedan unos minutos de partido- dije cogiendo la mano de la chica que estaba a mi lado.

-Es que tengo miedo por Ferri,ahora los del otro equipo están yendo a atacar,pero a nivel físico y demasiado agresivo- expuso su preocupación.

La verdad es que era entendible,yo estaba de la misma manera por Pedri.

Devolví mis ojos al campo y,cuando lo hice, observé en primera línea como un jugador del Chelsea golpeaba con dureza a Pedri en la mitad del campo, dejándolo en el suelo con una mueca de dolor en el rostro.

-Árbitro!- comencé a gritar como una loca.

El encargado de observar el juego,o sea,el árbitro, consideró que eso no era nada y ni siquiera paró el juego.

Por obligación,los jugadores del Barça tuvieron que dejar a Pedri y volver a correr hacia la pelota,la cual estaba ahora a los piés del otro equipo.

Pedri en cambio,se mantenía tunbado en el suelo,sin ser capaz de levantarse y limitándose a quejarse y hacer caras de dolor que se sentían hasta en la grada.

-Me niego a ver esto,es injusto!- me quejé levantándome de mi sitio.

-A dónde vas?- preguntó Sira viendo cómo me iba lejos de las gradas.

Con una gran impotencia recorriendo mi cuerpo, bajé hasta las vallas más cercanas al césped del campo,las salté y me puse al lado del árbitro más cercano que tenía en esos momentos.

-No ve que ese chico está tirado en el suelo muriéndose de dolor?- pregunté realmente alterada e indignada mientras unos guardias se acercaban a mí por detrás.

Me daba igual que me echasen,pero bajo ningún concepto pensaba dejar a Pedri así mientras el resto seguía jugando como si nada.

El árbitro al que le había gritado parecía haberse dado cuenta justo en ese momento de la bolita que estaba en medio del campo enrrollada y tratando de evitar el dolor,es decir, se acababa de percatar del sufrimiento de Pedri.

Casi de inmediato,el árbitro titular hizo sonar su silbato y paró por un momento el partido. Se acercó al canario y les indicó a los médicos del Barça que se acercasen para atender al chico.

Una parte de mí se relajó al ver como por fin habían podido atender a Pedri,otra en cambio se mantenía preocupada por lo que podía haberle pasado,por sus caras y gestos lo estaba pasando realmente mal y estaba muy dolorido señalando, sobretodo,su muslo derecho.

Tras un breve pero determinante análisis al muslo del futbolista,los asistentes médicos decidieron que sería bueno cambiar a Pedri y darle el relevo a otro,algo que Xavi aceptó rápidamente poniendo a Rapinha en el sitio del canario.

Si,en estas semanas me he interesado más por el club y he hablado con la mayoría de los jugadores. He pasado de ser una ignorante y renegada del fútbol a llevar una camiseta que pone "Pedri 8" en la espalda.

Volviendo al tema.
Cuando sentaron a Pedri junto al resto de jugadores en el banquillo,lo primero que hice fue deshacerme de los guardias que intentaban echarme del campo y acercarme allí.

-Pedri!- grité corriendo hacia él.

-Antonella?- preguntó viéndome confundido.

Sin darle tiempo a decir nada más,lo abracé con fuerza.

-Estoy bien,no hay de que preocuparse- dijo mientras correspondía mi abrazo y acariciaba mi espalda con mimo y cuidado.

-En el campo no parecías estar bien Pedri...- dije separándome de sus brazos y viéndolo a los ojos con preocupación.

-Has sido tú la que ha bajado del campo para parar el partido?- pregunta sonriéndome con ternura.

Asentí lentamente. En esos momentos la vergüenza me estaba comiendo y casi podía notar el calor subir por mis mejillas dejándolas de un color carmesí fuerte.

El canario río y puso su mano en mi mejilla atrayéndome un poco hacia él y acariciándola con su dedo pulgar.

Puso sus labios sobre los míos y me besó con lentitud. En ese momento parecía que los dos habíamos olvidado que,lo único que nos cubría de la vista de miles de personas,era un pequeño techo que resguardaba el banquillo donde se encontraban los jugadores.

Tras unos segundos en esa misma posición,nos separamos y no pude evitar que una sonrisa de lado a lado se formase en mi rostro.

-Te duele mucho?- preguntó el asistente médico llegando a donde estábamos nosotros.

Pedri asintió no muy convencido.

Yo sabía que su muslo le estaba provocando un dolor horrible pero que temía quedarse lesionado demasiado tiempo y perderse gran parte de la temporada por una lesión.

-Es mejor que vayas a los vestuarios,te duches y vuelvas al hotel a descansar. Mañana volvemos a Barcelona y ahí podremos evaluarte mejor.

Sin nada que objetar,Pedri se levantó y,con mucho esfuerzo,se dirigió a la entrada de los vestuarios,donde se quedó quieto y se giró para verme.

-Ven- me indicó haciéndome una señal con la cabeza a modo de "sígueme".

Asentí e hice lo que me pidió.
Lo seguí hasta las puertas del vestuario que le habían asignado a los jugadores de su equipo.

Él,sin pensarlo, entró,yo en cambio me quedé fuera sin saber si debía entrar o no.

-Anto,ven. No hay nadie- dijo asomando la cabeza por la puerta y dándome una pequeña sonrisa que logró calmar mis nervios.

Asentí y,esta vez algo más segura de mi misma, entré en el vestuario cerrando la puerta detrás de mí.

Lo que Pedri había dicho era cierto. La sala estaba totalmente desierta,las únicas dos personas que habían allí éramos él y yo.

Pedri se sentó en un banco y apoyo sus codos en sus rodillas bufando en el acto.

Fruncí el ceño y me acerqué a él,quedando justo al frente.

-Pedri... Te pondrás bien,eres fuerte y ni esta ni 100 lesiones más te van a impedir jugar al fútbol- dije sonriendo un poco.

El canario levantó la mirada y sonrió ligeramente mientras me observaba fijamente a los ojos.
Sus manos se movieron con rapidez y se situaron en mis caderas, atrayéndome más hacia él.

Viendo sus intenciones,me anticipé a sus movimientos y paré su acción.

-Pedri,no me voy a sentar encima de ti. Te acabas de hacer daño en el muslo.

El chico hizo un puchero y yo me crucé de brazos tratando de mantener la compostura ante esa carita que me derretía el corazón.

-Vaaale- dijo levantando las manos en señal de paz.

Sonreí victoriosa y di dos pasos hacia detrás,dejando una breve distancia entre nosotros.

Pedri se levantó del banco y se acercó hacia mí lentamente. Volvió a colocar sus manos a ambos lados de mi cintura y tiró de mi hasta que nuestros pechos chocaron.

-Ahora ya no estás sentada encima de mí- dijo sonriendo con picardía.

Las palabras se hicieron bola en mi garganta y me obligaron a tragar duro con una corriente eléctrica recorriéndome de piés a cabeza.

-Ve a ducharte,así podremos irnos a descansar antes- dije con apenas un hilo de voz.

-Pero- el chico iba a argumentar algo pero me adelanté a él.

-Pero nada. Te acaban de dar una ostia en el muslo y si te duele para correr también te duele para follar. A la ducha- dije apartándome,una vez más después de darle una pequeña colleja.

-Vale mamá- dijo con cierto acento isleño mientras reía.

Mi mirada lo seguía a cada paso y a cada acción,analizando sus movimientos,y él lo sabía así que,para picarme más,comenzó a sacarse toda la ropa en frente de mí hasta quedarse desnudo.

Rápidamente aparté la mirada y pensé en la biblia.

-Te veo después- dije con una voz débil y endeble.

-Vale nena- dijo riendo ligeramente antes de entrar en la ducha.

Bufé y controlé mis hormonas mientras me dirigía a la salida del parking para esperarlo y poder ir de una vez por todas al hotel.

Cuando había pasado al rededor de media hora,Pedri llegó junto a sus cosas al parking donde se encontraba el taxi que habíamos pedido para poder irnos.
Al abandonar el estadio antes,no podíamos volver junto al resto en el bus,así que era lo más cómodo.

-Estoy muerto- dijo apoyando su cabeza en mi hombro una vez que ya nos encontrábamos en la parte trasera del coche.

-En nada llegamos al hotel amor- dije acariciando su pelo con mi mano y dejando un pequeño beso cargado de cariño en su frente.

De repente,se incorporó y me miró con una sonrisa tan amplia y preciosa que podría iluminar hasta el día tan nublado que había en aquella ciudad.

-Qué pasa?- pregunté sin entender el porqué de su acción.

-Me acabas de llamar amor?- contrapreguntó mostrando su perfecta dentadura.

Mis ojos se abrieron como platos al percatarse de que lo que acababa de decir el chico era cierto.

Inconscientemente,esa palabra había salido de mi boca.

-Te quiero- dijo antes de fundir nuestros labios en un cálido y profundo beso.

"Yo también te quiero amor..."

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AYYYYYYY,NO PUEDO CON LO MONOS QUE SON🥹🥹

El vínculo de Anto y Pedri cada vez es más estrecho pero... Quién dijo que las cosas no se pueden complicar en un abrir y cerrar de ojos?

Si te ha gustado el capítulo, ya sabes que una estrellita,un comentario y un follow siempre son de gran ayuda🩷

Atte: Alma<3

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