Problemas gatunos
Magnus al no ver respuestas del hechizo se puso histérico -Vamos! Exclamó, es imposible haber fallado!
De golpe alec colapsó, magnus lo tomó entre sus brazos algo angustiado por la situación, y decidió dejarlo cuidadosamente en la cama.
No existía un mago que se acercara siquiera a la grandeza él, después de todo estamos hablando de magnus bane el gran brujo de Brooklyn. Era imposible que alguien hiciera un hechizo que magnus no pudiera romper.
Alec al contrario los días que transcurrieron desde el accidente los disfrutó muchísimo, era muy inusual. El tipo de vestimentas extrañas le parecía un sujeto agradable. Hasta se veía bien con esas cortinas escarchadas.
Una noche...
-Alexandeeer dónde estás!- gritó magnus al no verlo durante un largo rato.
-Magnuuus?!! Sacame de aquí!!- gritaba tras un sillón de cuero.
Al escuchar los quejidos de el gato, se apresuró a ir dónde se escuchaban estos. Se acercó al sillón, lo movió
Hacia atrás y vio al gato gris asfixiado entre las cortinas y el gran mueble.
-Aw pequeño! Exclamó, que estabas haciendo ahí metido?
-Aw pequeño, dijo en tono de burla.
Mira decidí tomar unas vacaciones tras el sillón.
Magnus lo tomó entre brazos, y de un momento a otro el gato pesó demasiado, casi una tonelada y ambos cayeron al suelo. Allí se encontraba nuevamente el Alexander humano, desnudo como de costumbre, entre los brazos de magnus.
-A...- respiró profundo para continuar, Alexander podrías buscar algo de ropa? Y de paso... avisar para no tenerte desnudo entre mis brazos!
-Aja si- se levantó con naturalidad y buscó una toalla en el armario
El teléfono sonó y magnus contestó cómo de costumbre, era otra de las muchas llamadas de trabajo que recibía. Ser un brujo no parecía divertido, lo llamaban en cualquier momento con situaciones urgentes.
Colgó y se dirigió al joven semidesnudo.
-Por cierto Alexander, vístete. Quiero que me acompañes a un sitio, te esperaré luego de atender este trabajo.
Él asintió y continuó buscando en el armario, todo era... pintoresco, escarchado o inusual, nada como lo que normalmente viste. Al fondo logró divisar un sueter gris, era simplemente perfecto! Sin brillo, ni estampado.
Luego de una larga ducha, se puso el suéter gris, y complementó su outfit con lo más sencillo que encontrara.
Magnus no tardó en llegar, al ver a Alexander esperándolo en la sala, observando todo como un niño desorbitado, simplemente le sonrió, él era muy guapo, cualquiera pensaría que se trata de un modelo.
Tosió intentando sacarlo de sus pensamientos -Alexander,nos vamos?-
Asintió y siguió su paso, Magnus abrió un portal con un chasquido y se adentraron en el.
Llegaron a un restaurante con mesas en el exterior, todo era hermoso, se escuchaban acordes de violines que levemente el viento arrastraba, olía a pan recién horneado y todo el lugar estaba lleno de luces. Frente al restaurante había una pequeña plaza llena de flores, a lo lejos un lago que reflejaba la luna llena y el cielo estrellado. Era maravilloso.
Se trataba de el lugar favorito de el Brujo, solía sentarse en las noches a contemplar las estrellas ese lugar, el
caffè lavena en Venecia, talvez estaba muy lejos de casa, pero era un buen sitio para olvidarse de todo.
Le dio una leve mirada a su acompañante, el cuál estaba asombrado por tanta belleza, sus ojos brillaban, parecía estar muy emocionado.
-Adelante, dijo mirándolo fijamente. Dónde quieres sentarte?
Él caminó hasta una mesa cerca de la pequeña plaza, y se sentó.
Llegó un mesero para atenderles.
-Ciao, come posso servirti?- sonreía felizmente tal como en propaganda de pasta dental.
-Carlos!!- exclamó con emoción
-Oh! se il grande magnus bane!! Certo, cosa ti porta questa bella notte al caffè?- felíz agitó la mano de magnus
-Que está pasando? Alexander estupefacto reclamó. Yo no sé hablar italiano!-
Magnus solo sonrió divertido por la situación. -una serata romantica- respondió.
El mesero lo miró, sonrió algo apenado, dejó la carta y se adentró a el lugar
Al escuchar romántica alexander se alarmó
-MAGNUS! gritó sin pensarlo dos veces. No entiendo nada de italiano, pero dijiste romántico, que estabas hablando con él!!
Histérico lo fulmino con la mirada
-Es una broma, calmate-
-porqué me invitaste aquí?-
-Quería saber más sobre ti, me interesas-
-Pues tu a mi no. Se cruzó de brazos, le intrigaba muchísimo saber que le dijo al mesero. ¿y si tiene ese tipo de gustos también? ¿lo habrá espiado mientras se duchaba? ¡Dios! Ambos dormimos juntos, y estuve muchísimas veces desnudo frente a el, que vergüenza. Pensó
-Hey. Paró en seco. Calma, debo conocerte, nunca me había topado con un caso así, y mis hechizos nunca han fallado- Talvez no le interesaba solo por el hechizo, pero era mejor evadirlo.
Luego de que sirvieran la comida el ambiente cambió, ambos reían mientras conversaban.
Hablaron de muchas cosas, Alexander le habló sobre su vida como shadow hunter y magnus parte de sus historias como Brujo.
-Y terminé en un depósito de guano, fue una locura- dijo entre carcajadas y miró a su acompañante. Su cara estaba rosada de reír y por sus mejillas recorrían pequeñas lágrimas.
Magnus se incomodó al ver esa imagen, su corazón empezó a latir desenfrenado dejándolo casi sin aliento.
Intentó calmarse, pidió la cuenta con Carlos, se acercó hacia su acompañante y le dijo -Nos vamos?-
Éste asintió y nuevamente volvieron a casa atravez del portal.
-Alexander, gracias por acompañarme esta noche- le dedicó una cálida sonrisa
-Gracias a ti, puedes decirme alec- apartó la mirada, cuando lo veía por mucho tiempo, se ponía fácilmente nervioso.
-Alec- Soltó sonriendo radiantemente
Alexander fue al baño para cambiarse y en el transcurso notó que nuevamente era un pequeño gato gris.
Continuará...
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