¡Hey! Hola de nuevo. Espero que se encuentren de ánimo porque aquí les traigo una nueva actualización.
En esta ocasión seré muy breve, ya que me encuentro enfermo y la verdad es que debería estar en cama reposando en vez de estar escribiendo pero lo prometido es deuda así que aquí me tienen.
Solo como un recordatorio para este capítulo en concreto, en el universo de Reverse Falls, McGucket nunca perdió su cordura y jamás borró sus recuerdos. En vez de eso, él siempre fue un fiel asistente de Stanley y de Stanford hasta que Pacifica y Gideon pudieron hacerle ver que se encontraba apoyando al lado equivocado. A partir de ese momento, McGucket se convirtió en un buen amigo y en una pieza fundamental para vencer a Stanford durante el Nerdmageddon.
Bueno, una vez aclarado este pequeño punto vayamos al capítulo. Espero que les guste. Nos leeremos abajo para comentarios finales. Por cierto, aún no he podido reparar mi teclado o sustituirlo y lo peor es que ahora mi laptop ya comenzó a fallar en general. Pantallazos azules a cada rato y ahora la batería ya está completamente muerta por lo que este capítulo fue escrito al extremo siendo lo único que se interpone entre tenerlo listo y perderlo todo; mi pequeño cablecito conectado a la corriente de luz. Quizá debería seguir el consejo de uno de mis lectores que me comentó de hacer algo para una colecta, abrir un Patreon o algo así. Tal vez podría hacerles dibujos a comisión a un precio realmente reducido. (No tengo el nivel para cobrar caro) No lo sé... El tiempo lo dirá. Por el momento disfruten del capítulo.
Gravity Falls Es una obra perteneciente a Disney. Todo lo escrito y expresado dentro de este Fanfic tiene como propósito principal el enriquecer al Fandom de la misma. Todos los personajes utilizados dentro de esta historia son una creación y propiedad original de la talentosísima y brillante mente e ingenio del animador estadounidense: Alex Hirsch. Nada será utilizado con fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrútenlo!
Reverse Falls Fanfic: Ojos de Demonio
Capítulo 27: "Amigo"
—¿McGucket? ¿Realmente eres tú? —Pacifica preguntó, debido a la conmoción que la espantosa pesadilla le produjo, llevándola a dudar de su percepción y haciéndola dudar sobre lo qué era real y lo que no. Sin embargo, una vez que el hombre comenzó a hablar y teniendo ahora en cuenta que ella se encontraba frente a alguien en quién podía depositar su confianza y no ante alguien peligroso, su ritmo cardiaco comenzó a restablecerse.
—Tienes una impresionante fuerza, jovencita. —Admitió, sobándose su hinchada nariz, la cual ahora parecía ser el doble de grande de lo que ya era. Ese golpe me dolió más que el primero que me diste cuando nos conocimos. ¿Lo recuerdas?
—En verdad lo siento, McGucket... Verás, estaba teniendo una pesadilla y yo...
—No tienes porque explicar nada, Pacifica. —McGucket se adelantó—. Sé perfectamente todo acerca de la pesadilla que acabas de experimentar porque fui yo quien la indujo en primer lugar.
—Q... ¿Qué tratas de decir? —Tras haber escuchado la confesión del hombre, aquella confianza restablecida empezó a degradarse poco a poco. No obstante, dada la naturaleza de Pacifica por mostrar curiosidad ante lo que acontecía en su entorno, no pudo evitar bombardear a McGucket con las primeras preguntas que se le vinieron a la mente justo después de quedar sentada con sus pies meciéndose a la orilla de la cama sobre la cual había estado reposando—. ¡Contesta! ¿Y por qué me trajiste a este lugar? ¿En dónde estamos? Lo último que se me vine a la mente antes del sueño fue que yo... —Las fugaces y poco claras imágenes del secuestro que había sufrido en la mansión regresaron a su cabeza con la velocidad de un tren fuera de control—. Entonces... ¿Fuiste tú el que me trajo aquí? ¿Tú nos atacaste en la mansión? ¿Y Dipper? ¿Y Will? ¿Qué pasó con ellos?
—Sé que tienes muchas dudas y te aseguro que todas serán respondidas en su momento, pero primero debes entender que lo que hice fue únicamente para brindarles protección. La situación por la que atravesamos en este momento es muy complicada y de nosotros depende informarles a los miembros del Tribunal Mágico del grave peligro que corremos.
—¡Espera un momento! No entiendo una sola palabra de lo que dices... —Pacifica arqueó las cejas, poniéndose a la defensiva—. ¿Darnos refugio...? Hasta donde sé, el lugar más seguro contra amenazas cósmicas y de clase mágica sobre la faz de la tierra es la mansión Gleeful.
—Tan segura que no impidió que un sujeto con limitados conocimientos en mágica como yo pudiera infiltrarse y extraer a todos sus residentes sin ninguna dificultad...
—Pero tú eres diferente. Viviste en la mansión durante mucho tiempo en compañía de Stanford y Stanley mientras elucubraban sus planes. Conoces todos sus secretos.
—Eso no quita el hecho de que Dipper y Mabel se hayan vuelto perezosos y no hayan hecho nada por colocar una barrera más poderosa. Aunque si no hubiera sido por eso, quizá no estaríamos teniendo esta conversación. El punto es que me disculpo por las desesperadas acciones que tuve que tomar. No era lo correcto, pero el tiempo se me estaba agotando. —Dio media vuelta, dirigiéndose hacia uno de los estantes ubicados en el fondo de la choza para comenzar a extraer algunos volúmenes de libros de clase desconocida, colocarlos sobre la mesa de madera del centro y así abrirlos de manera secuencial, como si estuviera tratando de encontrar algo ente las páginas de alguno de ellos mientras continuaba con su explicación—. Era muy arriesgado, considerando que el sobrino de Stanford es más hábil y mucho más diestro que yo en el arte de la mágia de naturaleza destructora. Sin mencionar que no confía en mí. Lo que quiere decir es que él tampoco me hubiera escuchado. A pesar de saber manipular la mágia, yo siempre me he considerado como un hombre de ciencia, así que un enfrentamiento directo contra el joven Dipper hubiera significado meterme en un lío tan grande del que no hubiera podido escapar fácilmente. De modo que aproveche su momento de mayor debilidad para realizar el siguiente movimiento y sacarlos de la mansión antes de que esos tipos aparecieran.
—¿Esos tipos? ¿Acaso te refieres a...?
—¡Es correcto! Los mismos sujetos que supones y los atacaron en el bosque y en el Almacén. Ese Mortem llamado La Visión y sus seguidores iban por ustedes. No sé cómo pretendían cruzar la barrera que protege la mansión, pero no podía arriesgarme a que fueran capturados. Además, debía inmiscuir en lo que estaban tramando. Y la única manera de averiguarlo era consultándolo directamente con el único sospechoso: Stanford. Lamento haberte obligado a entrar en esa pesadilla, pero desde que él posesionó tu cuerpo tú te convertiste en uno de sus recipientes. En pocas palabras, tú ahora eres un puente de enlace entre él y el mundo material.
—¿Y qué hay de Will? Stanford también estuvo dentro de su cuerpo. —Pacifica presentó su queja—. Me hubieras ahorrado el tener que agregar un incidente más a mi lista de sucesos que probablemente algún día deba discutir con un psiquiatra.
—Cuando le borramos la memoria a Will, todo indicio de que Stanford alguna vez estuvo dentro de su mente quedó completamente obliterado.
—Cierto... ¿Cómo pude olvidarme de eso? —Torció la boca.
Además, Stanford no es tan tonto como para revelarle sus planes a aquél que alguna vez fuera su sirviente. Ya deberías que tú eres en quien muestra un mayor interés, Pacifica.
—Créeme... No tienes porqué recordármelo...
—Mientras Stanford y tú se encontraban en el escape mental, yo me encontraba monitoreando y observándolo todo desde el exterior. Fue una fortuna para mí que pudieras sacarle algunas respuestas. Ahora tenemos la fiel certeza de que La Visión trabaja para él y que anda en busca de los guardianes protectores de los diez símbolos del zodiaco. Hasta este momento. La Visión ya ha capturado a Gideon, a su padre, a Robbie, a Soos, y probablemente a Wendy también. Los únicos que quedamos somos Dipper, Will, tú y yo.
—¿Y qué hay de Mabel? —Preguntó la rubia con interés.
—No lo sé. Confiaba en que ella estaría junto a ustedes dentro de la mansión. Sabiendo que esa chica es un prodigio y una de las hechiceras más fuertes de los tiempos recientes, iba preparado con un hechizo de petrificación instantánea en caso de que fuera necesario. Pero a pesar de haber utilizado un hechizo reversible de sombras para dividirme a mí mismo en cinco y actuar con mayor rapidez, por más que la busqué dentro y fuera de la mansión, no fui capaz de hallarla.
—Ella me dijo fue al bosque a buscar ingredientes para una pócima que le ayudaría a Dipper a recobrar el mana perdido. —Declaró la muchacha.
—¡Oh no...! La situación empeora a cada segundo... —Abandonó por un breve momento la enorme pila de libros que había sustraído del mueble para pensar con detenimiento el próximo movimiento a realizar—. Puede que esto suene muy arriesgado, pero debemos reorganizarnos en un equipo de búsqueda y traerla de inmediato con nosotros. No podemos dejar que sea capturada por La Visión y sus secuaces. Ni siquiera ella posee el poder suficiente para hacerle frente. Nadie en este planeta estará seguro. No mientras ese monstruo se encuentre merodeando en los alrededores.
—Comprendo... —Se mordió el labio antes de realizar la siguiente pregunta—. A propósito, ¿En dónde se encuentran Dipper y Will?
—No te preocupes, ellos se encuentran en la habitación contigua. Bueno... A Will tuve que dejarlo encerrado dentro de un artefacto mágico porque ya no aguantaba sus constantes lloriqueos. Sin embargo, Dipper aún permanece inconsciente. Tal parece que haber desgastado su gema lo ha llevado a entrar en un coma indefinido. Cuando una gema del alma presenta múltiples cuarteaduras en su superficie, la misma gema tratará de reconstruirse tomando prestado el mana de su portador aún en contra de su propia voluntad. No obstante, si el usuario no posee del mana necesario, este sucumbirá y entrará a un estado de sueño prolongado e indefinido. Ese es uno de los tantos riesgos que existen al utilizar a un Et Tenebrae en vez de un In Luminare. Sí el ser dentro de la gema de Dipper fuera de naturaleza luminosa, él estaría conversando con nosotros en este momento.
—Dipper... —Pacifica murmuró, encogiéndose de hombros.
—No te preocupes, él no morirá. Es cierto que al entrar en coma la gema continuará succionando su mana. Sin embargo, la gema al ser una entidad consciente, sabe también que si Dipper se quedara sin mana y llegara a morir a causa de ello, ella moriría junto con él. Por el momento solo podemos esperar a que la gema trate de restablecerse por sí misma. Por lo que he podido notar, las acciones de Dipper no corresponden precisamente a las que un Et Tenebrae esperaría y es por eso que la gema presenta esas cuarteaduras.
—Todo es mi culpa... —Admitió, agachando la mirada—. Si yo nunca hubiera regresado a este pueblo, Dipper no se encontraría en ese estado. Él seguiría siendo el mismo tipo engreído y mujeriego de siempre... Quise ignorarlo pero, después de haber visto a través de él y conocer finalmente a su verdadero yo, mis deseos por quedarme y ayudarlo en lo que fuera posible fueron en aumento. Accedí a que me entrenara para aumentar mis capacidades de combate y yo acepté solo porque... Yo quería estar cerca de él. De algún modo, me sentía segura y sin darnos cuenta, poco a poco, ambos comenzamos a enamoramos el uno del otro, pero sabíamos que si dábamos el siguiente paso, esa maldita gema terminaría por consumir su alma o lo que sea que llegara a pasar si esta se quebrara completamente. No lo sé... Yo solo quería ayudarlo. —Apretó los dientes—. McGucket... ¿Existe alguna forma de desvincular a Dipper de esa gema?
—Es curioso que lo preguntes, Pacifica... —El hombre sonrió, sintiéndose orgulloso de sí mismo—. Ya que eso solo confirma que mi percepción para predecir eventos futuros sigue intacta. ¡Aja! ¡Aquí está! ¡Sabía que debía estar aquí en alguna parte! —Exclamó con entusiasmo, arrancando una hoja de uno de los tantos libros que había estado revisando y consultando incansablemente—. Siempre supuse que esto nos sería de utilidad un día de estos.
—¿De qué hablas? —Pacifica alzó los ojos—. ¿Qué es eso?
—Sabía que me harías esa pregunta tarde o temprano y a juzgar por la marca en la palma de tu mano, todo indica que tu mágica elemental es de tipo invocadora. ¿Es correcto?
—Sí, lo es... —Miró su mano un poco más de cerca, colocándola a la altura de su cara, la cual reflejaba un gesto de inconformidad con sobrada claridad—. Aunque Dipper jamás me dijo que la marca iba a ser permanente.
—Se te quitará con los años. Lo importante aquí, es que no hay mejor candidata para esto que tú. —Se aproximó a la chica, otorgándole la hoja que segundos antes había obtenido de aquél grueso volumen. Al tomarla con sus manos y desenrollarla, Pacifica se percató de que lo que se encontraba plasmado en aquél pedazo de papel viejo y desgastado, era la borrosa ilustración de un par de hojas gemelas. Una de ellas coloreada con un color más oscuro que la otra.
—¿Un par de espadas?
—No son cualquier tipo de espadas, niña. La simple hoja de papel que estas sosteniendo en tus manos, es mucho más valiosa de lo que te puedas imaginar. Se han desatado guerras intergalácticas tan solo por el simple hecho de obtenerla y ni siquiera siendo poseedor de ella te da el acceso al verdadero tesoro. ¡Contempla! Las Espadas del Solsticio. —El interés de la joven creció abruptamente una vez que McGucket amplió su explicación—. Capaces de mantener el perfecto balance entre la mágia luminosa y la mágia oscura, otorgándole la capacidad al usuario de manipular ambas clases de mágia sin que su espíritu llegue a corromperse. Su bipolaridad, las convierten en el arma perfecta. Asesinas de dioses y de seres cósmicos de poder infinito. Se dice que quien las empuñe y logre dominarlas a la perfección, se convertirá en uno de los seres más poderosos del universo. Solo si logras perforar la gema de Dipper con la espada de color más claro, entonces conseguirás romper el vínculo entre ambos.
—¿Y me lo das así sin más?
—Considéralo como un regalo por ayudarme a abrir los ojos hace cuatro años y darme cuenta de que el camino que había tomado al lado de Stanley y Stanford era el equivocado. Además, solo alguien de naturaleza invocadora es capaz de realizar el llamado. Es por eso que considero que no hay persona más indicada que tú para blandirlas. —Tomó asiento junto a Pacifica—. Sin embargo, ten en cuenta que no te será nada fácil. Las Espadas del Solsticio al igual que las gemas que posee la casa Gleeful, utilizan el mana del usuario para desatar todo su poder. Mala fortuna para aquellos pocos miserables que se han atrevido a ponerles las manos encima sin haber recibido un previo y adecuado entrenamiento. En vez de adquirir poder, lo único que encontraron fue una de las más dolorosas y sanguinarias muertes jamás antes vistas. Así que antes de que pienses en intentar cualquier cosa, primero deberás incrementar tu nivel de mana. ¿De acuerdo?
—Muchas gracias, McGucket. Me alegra aún poder contar con viejos amigo en este pueblo.
En cuanto el pacto entre Pacifica y McGucket quedó sellado, ambos se dirigieron una sonrisa mutua, la cual se desvaneció en un solo instante cuando una siniestra y cavernosa sonrisa hizo eco en el interior de la pequeña choza. En ese momento, el frente de la improvisada construcción voló en mil pedazos a causa de una poderosa explosión. McGucket sin embargo, consiguió originar una barrera de energía con la cual consiguió poner a salvo a Pacifica y a sí mismo del poderoso impacto. Entonces, de entre el humo y las intensas llamaradas que envolvían al sitio, surgió aquella abominación de cuernos y huesudos dedos, señalando a la pareja de conocidos.
—Fuiste muy astuto al haberlos sacado de la mansión a tiempo antes de mi llegada. Pero creo que estás subestimándome, McGucket. Es una lástima que Stanford haya depositado su confianza en un remedo de asistente con poco cerebro.
—Yo ya dejé esa vida, Visión. Aléjate antes de que suceda algo de lo que te puedas arrepentir.
—¿En verdad? —Se mofó abiertamente—. ¿Y qué es lo que vas a hacer? Lo único que puedes hacer es crear barreras mágicas.
—¿Y quién te dijo que iba a ser yo el que haría algo al respecto? —Rápidamente, McGucket deshizo la barrera y tomó a Pacifica entre sus brazos para tirarse al suelo y así dejar pasar una concentrada columna de fuego azul, la cual provino desde su retaguardia, impactándose de lleno contra el Mortem, haciéndolo volar una considerable cantidad de metros hasta conducirlo hacia el interior del bosque, justo antes de provocar una segunda explosión.
Pacifica, al no poder comprender lo que estaba ocurriendo dentro de su entorno, decidió girar la cabeza y mirar sobre su hombro derecho para descubrir el origen de aquella llamarada, pudiendo encontrarse con Dipper, de pie y con la mano derecha levantada, indicándole que había sido el responsable de haber perpetuado semejante ataque.
—¡Aléjate de Pacifica, monstruo! —Anunció el joven Gleeful, cuando una nueva grieta se formó sobre la superficie de su gema.
Continuará...
Estoy emocionado, ya que el próximo capítulo es uno de los que más he esperado por mostrarles. Y es que se los advierto de una vez, tendrá un final realmente cardiaco. Había querido plasmar ese momento desde antes de comenzar a escribir este fic, así que ya se imaginarán. Bueno, de momento es todo y ya saben, si les gustó o no pueden dejarme sus opiniones. Gracias por acompañarme nuevamente en un capítulo más y por primera vez puedo decirles que el prometido lemon está a solo dos capítulos de distancia. (Tranquilos que Stanford no estará involucrado, hasta a mí me da repelús)
Les agradezco también todos sus votos y comentarios anteriores. Nos leemos dentro de dos semanas el día viernes 15 de septiembre (¡A tiempo para los festejos de la independencia de México, güey!) Pasen un bonito fin de semana. ¡Chao!
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