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O6

—Hola, mi amor —Yoongi murmuró con voz dulce a la bebé apenas cruzó el umbral, apresurándose hacia la cama para sostenerla. CheonMoon tenía una mueca de llanto y sus ojitos estaban llorosos—. Te has asustado con los gritos y los aromas, ¿no es así? —La acomodó contra su pecho, balanceándose de un lado a otro y dándole palmaditas.—Fuiste muy valiente, preciosa... No volverá a suceder.

Jimin ya estaba más tranquilo, los tirones de dolor no habían regresado pero seguía sintiendo algo extraño en el pecho y la marca le molestaba considerablemente. Le había ayudado a cambiarse la playera y abrió las ventanas para que el aroma agrio se fuera. No estaba seguro de que tuvieran efecto, pero Yoongi le proporcionó el medicamento básico para dolor que tenía en casa.

También había llamado a Hoseok, no faltaba mucho para que el alfa llegara. De eso habían pasado ya casi quince minutos.

Con Moonie en brazos, Yoongi se dirigió de vuelta al cuarto de a lado, llevándose en su mano libre el botiquín.

Colocó a la niña sobre la cama, al costado del menor, y del botiquín sacó un par de algodones y alcohol, tomando las manos de Jimin para limpiar los restos de sangre en sus uñas. Luego pasó a desinfectar su marca cuidadosamente.

El omega seguía débil en su puesto, sentado contra el respaldo de la cama y cubierto por la manta hasta la cintura mientras ingería lento la comida que Min le había traído del almuerzo con sus padres. Sería terrible que vomitara ahora. Distraídamente y con su mano zurda acariciaba la cabecita de Cheon, tratando de no moverse mucho por la molestia. De vez en cuando al muchacho se le entrecortaba la respiración, con los ojitos hinchados y sorbiendo por la nariz.

Se preguntaba por qué Yoongi desviaba la mirada de su cuello.

Para cuando menos se dio cuenta, Hoseok ya estaba en la habitación, revisándolo.

Había cierta aura incómoda entre ambos, el ginecólogo no le miraba a la cara y permanecía silencioso, tratando de no tocarle más tiempo del necesario. Era tan distinto, se conocían desde antes del tema del embarazo, y Jimin estaba familiarizado con su personalidad. El alfa era parlanchín, sonriente y muy amable, le generaba confianza, y ahora parecían dos extraños que no habían quedado en los mejores términos.

—Doctor...

—¿Sí? —habló Hoseok de inmediato, aún revisando su cuello.

—Míreme a la cara —El alfa apretó los labios al oírle decir eso y alejó sus manos del hematoma. Había esperado que le comentara algún malestar.

Jung titubeó un poco, con sus ojos bailando de un lado a otro mientras sus manos se apretaban entre sí antes de finalmente darle la cara.

Yoongi, en la esquina de la habitación, se hizo loco con la bebé.

Jimin no esperó ver a su ginecólogo sonrojarse mientras el rostro se le deformaba en una expresión triste y avergonzada, con los ojos acumulando lágrimas poco a poco.

—¿Está todo bien...?

A Hoseok se le escapó un pequeño sollozo cuando decidió tomar sus manos entre las suyas en inclinarse hasta tocarlas con su frente.

—Lo siento mucho, Jimin —le dijo con voz forzada, apretando los ojos—. Perdóname. Nunca debí salir de esa sala, me has dado tu confianza y no la honré, es mi culpa.

Los ojos del omega se aguaron y sonrió triste. Sin expresar más palabra por el nudo en su garganta que siempre lo asfixiaba al pensar en su cachorro, se inclinó sobre el torso ajeno y lo rodeó con su brazo izquierdo, abrazándole. Mover mucho su extremidad derecha le causaba molestia en la marca, ardía y dolía.

El ginecólogo se separó y se limpió las pequeñas lágrimas estancadas en sus ojos, más tranquilo después de expresarle sus disculpas y de entender que el menor no le tenía rencor.

—Ah, soy todo un llorón —bromeó Ho mientras soltaba una risa apenada. Yoongi se acercó y le tocó el hombro con una sonrisa.

—¿Entonces...? —habló Park para cambiar el tema, refiriéndose a su estado.

—Oh, sí, eso —balbuceó el ginecólogo, tallándose las palmas sobre la tela del pantalón—. ¿Hace cuánto fue la última renovación del lazo, Jimin?

El pelinegro abultó los labios, haciendo memoria.—Tenía tres meses y medio de embarazo, durante el celo de Deokjung —informó.

Ambos alfas frente suyo se sorprendieron, el ginecólogo menos al ya imaginárselo. Jimin bajó la cabeza, avergonzado con la idea de que le había desagradado lo suficiente a su pareja como para dejar pasar tanto tiempo.

—Hace como seis o siete meses, más o menos —Yoongi hizo cuentas.

—Bueno —Hobi tomó la palabra—, dado a que normalmente las marcas se renuevan con constancia durante el embarazo, es decir, es un instinto, tu omega lo resiente.

Jimin había escuchado algo parecido hace tiempo en quién sabe dónde, mas tenía un conocimiento de ello muy escaso. Antes no había tenido la oportunidad de que el doctor se lo mencionara, y mucho menos hubo alguien que le hablara del tema, como le había sucedido con muchas cosas más relacionadas al embarazo, el parto y la etapa de lactancia. Varias recién las aprendía por su propia experiencia, otras por lo que Hwasa le contaba, y algunas incluso por parte del pediatra.

—Lo resientes en forma de cansancio, malestares, falta o exceso de sueño, estrés, ansiedad, y tal... En general no es tan grave. Son malestares bastante comunes —continuó explicando—. Es bastante similar a cuando ocurre fuera de una etapa de embarazo; está el cansancio, la ansiedad y la irritabilidad del lobo. De nuevo, no suele ser muy grave, a menos de que exista una dependencia emocional, se trate de un caso de destinados o problemas específicos en los lobos — Meneó las manos en el aire.—Sin embargo, esto es diferente. No has tenido cercanía con tu alfa desde hace mucho tiempo y ahora que estás atravesando por una situación difícil, que es cuando más le necesitas como apoyo y bienestar, te afecta mucho más todo esto. Tu lobo está implorando por su alfa... por como es tu caso, está enfermando.

El de labios pomposos se miró las manos, luego interrumpió el silencio en la habitación con un suspiro abrumado.—Oh...

—Y a eso le sumamos el dolor de tu omega por el tema de tu cachorro— agregó el ginecólogo con cautela—. No sé si ya te echaste un ojo, Yoongi me ha dicho que cree permaneciste inconsciente desde ayer, pero hay un gran hematoma extendiéndose por la zona de la marca.

Jimin se llevó los dedos al cuello con la mirada perdida, tratando de hacerse una idea. El espejo estaba muy lejos y no podía asomarse en él.

—Siéndote honesto, no hay mucho que yo pueda hacer mas que explicártelo, Jimin —reconoció Hoseok con una mueca.

—¿Cómo que no hay mucho que puedas hacer? —saltó el pediatra a cuestionar, su ceño fruncido—¿Qué haremos con sus episodios de dolor?

Hobi cerró los ojos lento y torció los labios antes de mirarlo.—Yoongi, sí podría recetarle medicamento para relajar a su omega, pero, como sabrás, está contraindicado en personas embarazadas y en etapa de lactancia. Su omega puede rechazarlo, o bien, las sustancias le pueden hacer daño a Moonie —cambió su gesto serio de repente, sonriéndole—. ¿Me das un vaso con agua?

El peligris comprendió el mensaje implícito de su amigo y ambos salieron de la habitación hacia la cocina, dejando a Jimin pensativo.

—Explícame, ¿qué fue esa reacción? —no demoró el preguntar el ginecólogo, sorprendido por su arranque—. Yoongi, sabes que los temas lobunos no son muy manipulables por la ciencia —musitó el pelinegro en tanto se recargaba en la barra, cruzándose de brazos.—Lo que Jimin necesita es a su alfa, la renovación de su lazo.

—¡Pero si es el mismo imbécil que generó todo esto!

Jung le mostró las palmas y se encogió de hombros con una cara que le decía que él nada podía hacer.

Ese gesto hizo molestar al neonatólogo.—No, no me hagas esa cara ni ese movimiento —se quejó, señalándolo con su brazo libre, pues con el otro sostenía a Cheon. Hobi suspiró—, y tampoco ese suspirito. Tú no lo entiendes, lo vi arañarse del dolor, Hoseok, ¡arañarse!... estaba helado, se veía terrible y... —Se jaló la tela de la playera.—mira, justo aquí tengo su sangre —señaló—. No sabes lo impotente que me sentí de no poder ayudarle a parar el dolor. Así que no, no me digas que no puedes hacer nada con tanta calma.

—¿Tanta calma? Yoongi, he sido su ginecólogo desde hace cinco años, lo conocí siendo un chiquillo nervioso que asistió a su primera cita en compañía de una amiga y no su madre —exclamó con el ceño fruncido, pero aún tranquilo—. Créeme que más me encantaría poder ayudarlo, pero médicamente estoy atado de manos. Su omega empeora al rechazar el medicamento, o la bebé enferma.

—¿O sea que no hay otra forma de que lo ayudes? —Su voz era de indignación.

—Sí y lo sabes. Es una mierda. Son cosas que no controlamos —se quejó el de hoyuelos—. Aunque interrumpa la lactancia, es muy probable que su omega rechace la medicación, y eso solo hará que enferme más rápido. Sin mencionar que le afectará romper el vínculo de la lactancia, a él y a Moonie. No es algo que recomiende.

Yoon exhaló aún molesto. Por la sagrada diosa, ¿por qué todo se estaba poniendo complicado?

—Lo que puedes hacer, sin embargo —volvió a hablar el otro—, es apoyarlo, animarlo. Lo has tenido encerrado aquí desde que llegó, ¿qué esperabas que sucediera? —El peligris desvió la mirada, sabiendo que tenía razón.—Sácalo del departamento a respirar, ayúdale a reunirse con sus amistades o familia, lo que sea, pero no esperes que mejore si lo mantienes solo y encerrado aquí.

—De acuerdo... gracias, Hobi.

El mencionado sonrió y se le acercó con una pequeña sonrisa a darle unas palmadas en la mejilla para que quitara su cara de regañado.

—Jimin necesita ayuda psicológica. Háblalo con él y yo le preguntaré a Tae —sugirió—. Más tarde te daré unos medicamentos y cremas que ayudarán a Jimin con el dolor, la hinchazón y la cicatrización.

Min asintió y ambos regresaron a la habitación.

Hoseok le mencionó a Jiminalgunos medicamentos y cremas para evitar que la cicatriz de la marca se pudriera y para la molestia que esta le provocaba, lo mismo que le había dicho vagamente a Yoon antes de entrar a la habitación, pero mucho más explicado. Más allá de eso no podía hacer otra cosa.

—Bien, ya es hora de que me vaya —señaló el ginecólogo, de pie junto a Gi—. Si tienes alguna inquietud me llamas, ya conoces mi número personal —le dijo al omega en cama—. Y si llegan a necesitar ayuda con la niña o cualquier otra cosa, no duden en pedírmelo —se ofreció con una sonrisa—. Realmente espero que las cosas mejoren, Jimin. Tienes todo mi apoyo.

El de labios pomposos sonrió a la mano que se apoyaba en sus cabellos, y se despidió de su ginecólogo.

Yoongi se fue y regresó tras acompañar a su amigo a la puerta.

Jimin había escuchado considerablemente lo que ambos alfas habían estado discutiendo en la cocina, y apreciaba el interés del pediatra por su bienestar, además de haberlo acompañado en la situación anterior que esperaba no volviera a repetirse, o al menos no tan pronto.

—Gracias, sunbaenim —le dijo cuando entró a la habitación de nuevo.

Yoongi le sonrió con Moonie en brazos.—Creo que a estas alturas ya podemos cambiar a "hyung".

Y en ese momento, viendo a Jimin sentado en la cama, tan cansado y regresándole la sonrisa a pesar de todo, el alfa pensó en que debía hacer algo para ayudarle a reunirse con su cachorro.

🪁

Tráelo conmigo.

Yoon alzó la ceja al oír aquello de su padre omega a través de la videollamada. Estaba en su consultorio y tenía momento libre.

—¿Llevártelo?

¡Sí! No me hace falta gente en el negocio, pero no me vendrían mal un par de manos en la cocina. Dijiste que estuvo estudiando gastronomía, ¿no? —El alfa asintió.—Seguro le hará bien al muchacho.

Yoongi se lo pensó.

Si lo que te preocupa es la bebé, acá entre todos podemos encargarnos —propuso Hanwoo.

El pálido apretó los labios. Tampoco quería estar tan lejos de Moonie.

—Creo que podría preguntar si hay algún problema con que la traiga conmigo al trabajo —pensó en voz alta—. Le diré a Jimin, a ver si le llama la atención ir a trabajar contigo.

No tiene que ser algo permanente ni nada obligatorio, sin presiones —Han dijo animado—. Lo que importa es levantarlo y apoyarlo.

Yoongi sonrió, luego el teléfono de su escritorio sonó y pinchó el botón para escuchar la voz de una de las secretarias del piso de pediatría.

Doctor Min, la paciente Jun ha llegado.

Gracias, Hyun. Déjales pasar en cinco.

Ah —suspiró su padre en la videollamada, sonriente—. "Doctor Min"... qué bonito suena que llamen así a mi hijo, me lleno de orgullo.

El alfa rio y le dijo adiós, colgando la videollamada y preparándose para la consulta. Cuando la puerta fue tocada, indicó el pase.

—Buenas tardes —saludó con una venia a las madres que se adentraron, su vista de inmediato se fijó en la nariz de la chiquilla de un año que la beta traía cargada—. ¿Qué le sucedió a nuestra preciosa BinBin?

La alfa suspiró, preocupada.—Una araña le picó en la nariz...

🪁

—¿Qué yogurt te gusta, Jimin?

—El de manzana.

El alfa se inclinó hacia la barra helada de productos lácteos y tomó el bote de la marca que solía comprar y de dicho sabor, lanzándolo al carrito.

Estaban en un súper mercado, a Yoongi le había parecido buena idea que Park le acompañara. Ya que la marca le molestaba su extremidad diestra y su brazo zurdo se cansaba, el pálido llevaba en brazos a CheonMoon y el menor empujaba el carrito de compras.

Jimin llevaba una sudadera gris de gorro que le cubría el cuello para evitar que la gente mirara el hematoma en su piel. El clima fresco de noviembre le beneficiaba usar la prenda prestada del pediatra.

Olía bien.

—Hyung, estuve hablando con Jungkookie hace unas horas.

—¿Sí? ¿Cómo ha estado? ¿Qué tal Hyejin-ssi y Myeonjin?

—Él está bien. Hwasa noona no ha contestado mis llamadas y olvidé preguntarle sobre ella —le informó mientras le veía escoger entre los cartones de leche—. Le conté a Jungkookie que usted estaba de acuerdo en que fuera a visitarme al departamento... y él saltó con que quería ir mañana —Su voz poco a poco fue perdiendo volumen.—¿Q-qué opina? Está bien si no está de acuerdo, de verdad que no pasa nada... podríamos dejarlo para otro día...

Yoongi alzó una ceja ante la clara sumisión y nerviosismo del menor. Es decir, sí, estaban hablando de su casa, pero ya antes le había expresado que podía hacer aquello sin problemas, que nada le molestaba. No era su padre, y aunque fuera siete años menor, el pelinegro tampoco era un niño.

—Me parece perfecto —le dijo con una pequeña sonrisa, buscando inspirarle seguridad—. Podemos aprovechar para comprar algunos ingredientes y preparar algo delicioso para mañana, ¿no crees?

—¡Sí! Gracias, hyung.

Yoongi no puso más cabeza en la situación y siguieron su camino hasta llegar al área de carnes, esta era más estrecha y más personas se acumulaban ahí, por lo que le entregó a la cachorra; tantos aromas y marcas ajenas la irritarían.

—Yo iré por las carnes, lo último que falta son servilletas. ¿Puedes ir por ellas? Están en el pasillo de desechables —propuso.

—Uh, está bien.

—Okay. Nos vemos en las cajas para pagar... si quieres déjame el carrito, para que no fuerces el brazo.

Ambos asintieron y se separaron, yendo a direcciones contrarias.

Jimin acomodó a CheonMoon contra el costado zurdo de su cuello, su omega receloso de que la gente la mirara de más, y caminó por los pasillos, echándole un vistazo a cada uno. Ya que era un súper mercado alejado de la zona en la que él había vivido, tanto fuera de casa de sus padres como con su alfa, no sabía dónde quedaban los productos.

Cuando casi llegó al final de los pasillos fue que dio con el que buscaba. Se adentró en él tranquilamente, tomándose el tiempo de analizar las marcas y precios. Claramente era Yoongi quien costeaba los gastos, pero de todos modos siempre había sido un buen administrador del dinero, quizá más por necesidad que por costumbre.

—¿Tú cuál quieres llevar, Moonie? —le habló a la bebé, señalando dos paquetes que costaban casi lo mismo y tenían casi la misma cantidad de servilletas—¿Este o este? —La nena abrió en grande los ojos con el segundo paquete, entretenida por los colores y la voz dulce del omega.—Bien, azul y gris como tus ojitos.

Cuando estuvo por tomarlo, una voz a sus espaldas le detuvo.

—¿Park Jimin?

El mencionado se tensó en su sitio, esperando a que el otro hombre concluyera que no se trataba de él y se marchara, pero la mano en su hombro que le hizo girar le hizo saber que el universo no estaba de su lado en ese momento.

—¡Hola! ¡Sí eres tú! Veo que tú y Deokjung tuvieron una nena, ah —habló el alto alfa, sonriente—. ¿Dónde está ese idiota? Quiero felicitarlo. Atrapó a un omega tan hermoso como tú y su hija salió igual. 

El pelinegro movió los labios en silencio, sin poder formular palabra, apretando más cerca a la infante.

El rostro del otro cambió, uno que Jimin había aborrecido desde la primera vez que lo vio. Esa sonrisa suave y divertida, burlona, con mirada asechadora.

—Hey, ¿por qué tan nervioso, uh? —Su voz era risueña, pasivo-agresiva. Ese tonito con el que Jimin tuvo que lidiar desde que se presentó como omega.

La primera vez que alguien le dio ese gesto y ese tono, fue un amigo de su padre.

—¿Qué pasa, precioso? ¿Ya no te agrado? —se rio, acercándose, acorralándolo contra los estantes—. Soy amigo de tu alfa, puedes hablar conmigo, ¿no? ¿O sigue siendo un celoso de mierda?

—No tengo tiempo de hablar contigo, Seokwan... ya he terminado con las compras.

—Ow, ¿por qué tan mal educado? Me haces sentir mal —Se llevó una mano al pecho, fingiendo dolor.—Siempre fuiste así conmigo, cortante y muy serio. Creo que realmente nunca te caí bien, ¿no es así?... siempre evitándome.

—Tu relación siempre fue con Deokjung, no conmigo.

—Una pena, ¿no crees? —hizo una mueca con los labios. Luego miró a la bebé.—¿Y esta bonita de aquí cómo se llama, eh?

Jimin se echó para atrás cuando Seokwan alzó la mano para tocar a la infante, mostrándole los colmillos con un siseo defensivo, sin embargo, fue Yoongi soltando un gruñido que rebotó hasta el otro extremo del pasillo lo que le hizo detenerse.

El peligris de inmediato se interpuso entre Jimin cargando a CheonMoon y el alfa desconocido, con un gruñido aún vibrando en su garganta y potenciando su aroma con velocidad.

Seokwan retrocedió un paso con las cejas alzadas, mirando a Jimin hasta que el rostro del pálido se le atravesó en su campo de visión, mortalmente serio, evitando que volviera a ponerle el ojo encima.

—Perdona, amigo —le dijo cuando dejó de mirar al omega con sorpresa, cambiando su gesto a uno calculador y altanero—. Me retiro sin molestar más —Sonrió.—Adiós, Kim.

Jimin trató de mantenerse tranquilo a pesar del fuerte latir de su corazón desencadenado por haber sido llamado por el apellido de su alfa. Aquello le daba una terrible corazonada.

Cuando finalmente el de ojos finos observó al tipo desaparecer, se giró a mirar al menor con el ceño fruncido.

—¿Por qué tardabas tanto? ¿Por qué ibas a dejar que tocara a CheonMoon? ¿Lo conoces?

El de labios pomposos parpadeó nervioso ante el tono ligeramente duro del alfa, claramente irritado y confundido.

—Lo siento... él me encontró —dijo—. Y no iba a dejar que tocara a la niña, solo que... —guardó silencio.

—¿Solo que?

Park se relamió los labios y bajó la mirada.—Nunca me ha tomado en serio... es amigo de Deokjung.

Yoongi tradujo aquello como que aquel tipo no le respetaba. Aún eran distinguibles los caninos del menor, así que suponía se los había mostrado en una advertencia que fue ignorada. Entonces bajó un poco la guardia.

—¿Por qué no tienes un celular?

Siempre había tenido la duda, mas jamás se atrevió a saciarla. Pensaba que quizá se le había quedado en su casa el día que dio a luz a Sabyeol. No obstante, en esos momentos un celular habría sido muy útil para saber dónde estaba y por qué tardaba tanto en ir a las cajas de pago. Incluso con uno Jimin pudo haberle llamado en el instante en el que se sintiera asechado.

—No tengo desde hace tiempo... Deokjung me lo quitó.

Ahí, Yoongi terminó de enfriarse la cabeza y su lobo dejó a un lado el enojo provocado por el tipo queriendo tocar sin permiso a quien consideraba parte de su manada, su cachorra. Permaneció molesto, pero no con Jimin, sino con el asco de personas que le conocían y le irrespetaban.

Cayó en cuenta de que, si bien no era un desconocido con Jimin, no sabía casi nada de él. No sabía nada de su vida. ¿Así cómo planeaba ayudarlo?

El mayor carraspeó y señaló el carrito.—Vamos, hay que pagar para ya irnos.

» ademmmle «

Banda, a mí de chiquita una araña me mordió en la nariz😭

No lo recuerdo, pero mi amá dice que estuvo muy feo, que la piel se me comenzó a carcomer. Yo creo que por eso mi cartílago está muy aguado😂

¿Cómo están?👀

A mí de aquí a dos semanas más el tiempo me va a dar una arrastrada pero fea, tengo muchos pendientes😞

Anygays. Acabo de escribir un avance nuevo que me tiene a la expectativa pero creo que habrá que esperar unas seis o siete actualizaciones para que la lean ksksksk

Y ya no aguanto este horrible sentimiento llamado no tener Disney+🥲

En fin, eso es todo. Espero estén bien y que les haya gustado. Recuerden avisarme si ven un error uwu

¡Cuídense muchooo!💕

Adem🪁

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