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19

El cielo se veía hermoso, el contraste de colores cálidos del sol con los fríos de la noche era una obra de arte enorme que millones de personas podían admirar en ese preciso instante.

Moonie estaba siendo amamantada, y él miraba el cielo por la ventana del auto. Le daba curiosidad cuándo sería que la bebé abandonara el pecho, aún era muy pronto para eso, pero tenía curiosidad. Nunca hubo confianza, mucho menos platicas, en las que su madre le contara cosas respecto a cuando él era cachorro. Jimin no sabe cuándo es que empezó a hablar, o cuál fue su primera palabra, tampoco a qué edad abandonó la lactancia o cuándo empezó a caminar. Era de esperar que tuviera un sin fin de preguntas en su cabeza. No existía una guía con la cual pudiera medir las etapas de un bebé, tampoco existió un tercer hijo después de él como para verlo de cerca.

Por momentos se sentía realmente solo en todo lo que estaba sintiendo y viviendo, pero a su lado estaba Yoongi, Hwasa, la señora Minsung, el abogado Kim y hasta el señor Hanwoo. Eran cinco personas llenas de saber, tanto experimental como teórico, en quienes podía apoyarse.

Se sentía afortunado. Aún así, por supuesto que en un mundo perfecto le gustaría que su madre estuviera con él para compartirle sus propios tips y anécdotas, pero eso nunca pasaría. Ella no era esa clase de persona, no era esa clase de madre.

Por otra parte, se preguntaba cómo haría para atender a dos bebés al mismo tiempo de casi la misma edad, ya que Sabyeol y CheonMoon solo tenían un par de días de diferencia. Admitía que era algo que le preocupaba un montón, pero sabía que tenía apoyo y eso era calma para su mente agotada que no hacía más que imaginar e idear mil escenarios que la mayoría de las veces eran negativos.

Estaba ansioso por llegar a la comisaría, sus expectativas eran las más altas y las mejores. Su lobo estaba entusiasmado.

Para su suerte, no demoraron mucho. Su ensimismada mente ni siquiera había notado que CheonMoon dormitaba apenas alcanzando su pecho.

Como de costumbre, Yoongi le ayudó a acomodarse la ropa apenas retiró la llave del auto. Se encargó de la pañalera más pequeña que usaban en las ocasiones donde salían por poco tiempo de casa, y se apresuró a bajarse y rodear el carro para abrirle la puerta y facilitarle su descender.

Ambos se notaban de gran humor, sus aromas presentes y mezclados, en especial el de Yoon. Sonrojados y sonrientes cuando entraron a la comisaría, caminando a pasitos rápidos hacia el cubículo que era la oficina de Namjoon.

Entonces los colores del sol se perdieron en los fríos de la noche. Namjoon no se veía como siempre, tenía un gesto de derrota.

—¿Oficial Kim?

—Lo siento, Jimin-ssi —el alfa se adelantó a decir cuando leyó el desconcierto en sus caras.

—¿A qué se refiere con lo siento? —Jimin arrugó el ceño, una pequeña sonrisa disolviéndose en sus labios.—¿Qué pasó?

El oficial detective suspiró pesado en su asiento, poniéndose de pie.—Fui con mi equipo a recuperar a Sabyeol, pero simplemente ya no estaba.

—¿C-cómo que ya no estaba? —era la voz de Yoongi, confundido e inevitablemente alterado por lo que su cerebro imaginaba.

—No, no estaba. Ni el bebé ni la omega, nadie estaba en el departamento.

—¿Qué? —Jimin sintió su voz desaparecer a media pregunta.

Hacía poco que habían localizado a Choi Sangji, Jimin había estado casi brincando de la pura emoción, esperando el día en el que la policía pudiera sorprenderla y recuperar a su bebé. La vida había tenido una perspectiva más agradable desde entonces, para ahora reducirse a nada.

Nam se talló la cara, recargándose en su escritorio.—Faltaba ropa en los muebles, y algunas cosas estaban movidas en el closet. Había una pequeña habitación que suponemos era del bebé, y estaba desacomodada, le faltaban cosas. Esa mujer se escapó con algo de ropa y nada más —Se cruzó de brazos.—La señora del edificio dice que hace una semana que no sabe nada de ella, y estamos tratando de encontrarla de nuevo siguiendo grabaciones de las calles de la ciudad.

Jimin cerró con los ojos con fuerza.—Carajo —se quejó. Cuando Yoongi pensó en quitarle la bebé de los brazos para que no se reprimiera el sentir, él ya estaba caminando de un lado a otro, gruñendo por lo bajo a la nada.

El pálido simplemente bufó, también indignado por el nuevo suceso, y no molestó al omega. Le dejó ser sin interferir.

—Lamento que hayan venido hasta acá en espera de buenas noticias, pero no pensaba avisarles en una torpe llamada —Namjoon se notaba acongojado, decepcionado. Él también había esperado poder cerrar ya el caso.—El reporte ya se ha hecho como fugitiva con cachorro en su poder, todos los seguiremos buscando, lo prometo. El boletín de búsqueda en redes sociales también fue actualizado para que la gente no solo vea por tu bebé, sino también por Choi Sangji.

Ambos alfas observaron al menor apretarse el cabello con una mano, inquieto y soltando gruñidos no tan bien retenidos. No tenían ni idea de qué estaba sintiendo, pero definitivamente estaba mal, la acidez aumentando en su aroma expeliendo de forma veloz era prueba. Yoongi podía percibirlo, Jimin no le estaba llamando en busca de consuelo, él no se sentía débil o indefenso, estaba desesperado.

—Ya aparecerá, Park. La publicación en redes está teniendo mucho alcance, alguien sabrá de ellos.

Jimin regresó hacia ellos cuando el detective le dijo aquello en busca de darle un poco de calma. Se veía rabioso y, a pesar de ello, tan delicado en la forma que sostenía a CheonMoon, que aún con los gruñidos mal reteñidos permanecía en el mundo de los sueños.

—Paciencia —murmuró—. Necesito paciencia y no la tengo, debo ser paciente —dijo. Parecía más un mantra que se decía a sí mismo y no un mensaje hacia ellos.

Los tres se miraron cara a cara, estaban tan decepcionados de la situación, Jimin quería llorar y gritar de impotencia, pero sus emociones estaban bloqueadas para expresarse. No les quedaba más que esperar, seguir buscando, y esperar más. Se sentían drenados de energía, y todo el buen humor y positivismo habían desaparecido del ambiente.

Cuando el silencio se volvió denso, Namjoon pareció recordar algo.

—Oh, Jimin-ssi —llamó su atención—. Mi esposo dice que el trabajador social necesita saber urgentemente cuándo llevarán a CheonMoon al nido de cachorros huérfanos, los papeles ya están listos desde hace días.

Dentro de ese piso de la comisaría había diferentes sonidos, en su mayoría teléfonos sonando y suaves murmullos de las demás personas trabajando. A pesar de ello, cuando el moreno terminó de hablar, hubo un tremendo silencio.

Jimin sintió un golpe frío en el pecho que le heló la sangre en los talones, y palideciendo en el miedo de ser atrapado, se giró a mirar a Yoongi por instinto. El alfa pareció tardar unos instantes en entender lo que Namjoon había dicho, le había oído hablar pero no escuchó del todo lo que dijo, y con su alfa poniéndole a la defensiva con hombros tensos, miró al oficial.

Namjoon se dio cuenta de que no debió haber dicho ni una sola palabra.

—¿Trabajador social? —Su pregunta rompió el silencio como el estruendo de un relámpago en la noche.—Jimin... ¿de qué está hablando? ¿Por qué llevaríamos a la niña a un nido de huérfanos?

—Hyung... —el menor jadeó, su corazón latiendo fuerte a la realización de que todo se le estaba yendo de las manos. Su mirada inevitablemente buscó ayuda en el alfa de piel morena.

—Jimin, mírame a mí —se quejó Yoongi, su rostro abandonó cualquier rastro dulce y calmado que el omega veía día con día, y se mostró como nunca antes le había visto—. ¿De qué demonios está hablando?

Sus ojos ya no eran amables, eran filosos, sus cejas arqueadas enmarcaban el enojo y la frustración en su ser retenidos en espera de una explicación convincente. Claro que Yoongi intentaba mantener la calma, esperaba con toda su voluntad que hubiera un contexto adecuado a lo que había escuchado, pero su lobo ya estaba manifestándose a la defensiva.

El pelinegro, sintiendo un helado escalofrío en su pecho, trató de disculparse.—Hyung, t-te lo iba a decir. No...

Entonces el neonatólogo le interrumpió, indispuesto a escuchar más y seguir el tema en público, mirando al oficial Kim.—Gracias por el aviso, manténganos al tanto de cualquier cosa. Nos vamos —Su voz, por muy calmado que quiso estar, resonó grave y ronca.

—Yoongi —Por primera vez, el alfa de hoyuelos le llamaba por su nombre sin honoríficos.

No importa qué tan bien se llevasen, Namjoon siempre le llamaba por su apellido, o le decía "Doctor". El detective pareció preocupado, por un instante, de que ellos se fueran. Como si temiera de lo que fuese a pasar cuando ellos dejaran la comisaría.

El peligris, sin embargo, le ignoró, tocó el hombro de Jimin, y caminó fuera del lugar.

Jimin sintió su respiración acelerarse, y ver el rostro preocupado del oficial no ayudó de mucho. Apenas atinó a murmurarle un adiós y trotar hacia donde Min. Maquinando en su mente una forma de arreglar la situación.

—Hyung. Déjame contarte todo, sí es lo que escuchaste, ¡p-pero te juro que diferente! Hay mucho más detrás.

—Jimin, vamos a hablar esto. Súbete al coche.

—Yoon...

—No tengo paciencia para pedirte un taxi y hablar de esto en el departamento si es eso lo que quieres, lo siento —Ni siquiera le había mirado.—Por favor, súbete ya.

Yoongi nunca le había hablado tan serio, jamás en un tono tan frío. Mucho menos, Jimin no le había escuchado un gruñido retenido en medio de sus palabras hasta ese momento. Se veía tan tenso, su mandíbula estaba apretada, marcando los músculos faciales de su quijada y sienes. 

Intimidado por el repentino brillo en sus ojos grises, la potencia de su aroma y su voz grave, Jimin se subió al auto con el corazón haciéndole un salvaje ritmo en el pecho y en la nuca. Fue veloz, inconsciente del temor que de no serlo escucharía la voz de mando que tanto le erizaba la piel.

Cuando el pálido se subió al auto y arrancó, el menor respingó.

Y Yoongi fue honesto, no tuvo paciencia. No esperó ni un minuto más para continuar.

—Dime qué rayos has hecho a mis espaldas.

—Hyung, te lo iba a decir, ¡de verdad!

—Cuándo —No era pregunta, era una exigencia. Por supuesto que le creía, pero quería saber cuánto tiempo más había pensando en callar.

Salieron del estacionamiento del edificio de la comisaría en completo silencio, y Jimin apretó su agarre ansioso en el cuerpo de la bebé. Las calles comenzaron a pasar borrosas por la ventana, y él clavó sus ojos en el tablero del auto tras el volante.

—No lo sé... t-tal vez después de navidad, ¡el oficial no debía decir nada! ¡quería arreglar todo con Seokjin hyung antes de!

—¡¿Arreglar qué, Jimin?! ¡Hasta cuándo pensabas decirme! ¡No me entero si no es por Namjoon!

Con el par de gritos iniciando la discusión, el comienzo del llanto de CheonMoon se hizo notar.

—Hyung, podríamos ir a la cárcel. Yo... ¡yo solo quise arreglar esto! ¡La bebé debió estar en manos de servicios sociales desde el primer momento! ¡Ninguno de los dos se quiso hacer cargo de la niña y me abandonaron en ese refugio! ¡Yo estaba solo!

Jimin estaba asustado, sus ojos no se despejaban del tablero, de la aguja que indicaba la velocidad del vehículo, marcando una estándar aún. Sus manos temblaban, el aroma de Yoongi era potente y picante, ya no era cálido y acogedor con esa pizca de dulzor. El alfa estaba lleno de coraje, y su celo parecía estarse adelantando por ello.

Sin embargo, furioso, Yoongi no podía darse cuenta de las manos temblorosas del omega.

—¿Crees que no estoy malditamente consciente de eso? ¿Crees que no lo sé? —Su tono condescendiente era totalmente nuevo para Jimin.—¡No te abandoné, iba casi todos los putos días! Yo ya no debía ir, nunca debí visitarte y preocuparme por saber de CheonMoon y de ti, pero quise hacerlo, ¡y ahora decidiste hacer todo esto a mis espaldas! ¡¿Por qué me lo ocultaste?!

—¡Puedo encargarme de esto solo!

—Esa no es una maldita excusa válida, Park Jimin —Yoongi le señaló acusatorio, mirándole con sus ojos grises de vez a vez.—Y te recuerdo que no, la niña es una responsabilidad tan grande que no podías encargarte solo, ¡terminaron en mi departamento!

—Tú lo sugeriste.

—¡Y tú lo aceptaste! ¡¿O me equivoco?! —Jimin apretó los labios con fuerza. La voz de Yoongi cada vez era más ronca.—¡Desde que pisaste mi departamento, los dos cuidamos de ella! ¡Merezco algo de respeto, tengo derecho!

—¡Te enlazaste con Moonie, fue tu culpa que termináramos así! ¡Me arrastraste a lo mismo!

—¡Eso no es más grave que lo que tú me hiciste!

—¿Que yo te hice? —inevitablemente sonó indignado.

—Tanto como a ti, todo lo que involucre a CheonMoon me involucra a mí —Yoon se picó el pecho propio, señalándose, frustrado.—Así como te consulté cada cosa que le compraba a la niña, cada vez que me la llevé al hospital, siempre, ¡siempre lo hablé contigo!

—¡Eso tú lo decidiste! Nunca tuviste que pedirme permiso, los dos nos habíamos puesto de acuerdo para turnarnos su cuidado. ¡Hasta ahí!

—¡Ah, justo como dices! Los dos nos pusimos de acuerdo, entonces los dos tomamos decisiones, ¡así de sencillo! —Soltó una risa irónica.—No puedes un día llegar de la nada y «Hey Yoongi, vamos a dejar a la niña en un nido de huérfanos, ya todo está listo, vámonos». ¡No te la puedes llevar así como así! ¡No me la puedes...!

—¡La bebé no es tuya! —Jimin gritó, interrumpiéndole.

—¡Lo sé, carajo, lo sé!

Y ambos guardaron silencio, escuchando el fuerte llanto de CheonMoon rebotando dentro del vehículo.

Jimin, sin poder evitar volverse pequeño en su puesto, miró al alfa recargar el codo en la puerta y apretarse los labios en una forma de retener lo que sea que estuviera sintiendo.—No es tuya, tampoco mía —le murmuró. Parecía más bien un recordatorio para sí mismo.

El anterior grito del mayor hacía eco en sus oídos. En todo este rato de discusión, en todo el tiempo conociéndole, nunca había escuchado su voz tan alzada, ni siquiera aquella vez que encontraron a Hwasa refugiándose de su ex-alfa en una tienda.

—No es nuestra, hyung.

Aquello, tal vez, les dolió a ambos profundamente. Lo sabían, y siempre lo supieron.

Ninguno encontró qué más decir después de eso. Las luces del alumbrado público pasaban sobre sus rostros de vez a vez. El aroma de Yoongi potenciándose en el aire de forma poco habitual dejaba en evidencia que sí, estaba entrando en celo justo en ese instante. Posiblemente toda la situación había provocado un adelanto, en su pecho no dejaban de vibrar gruñidos molestos y su mirada seguía brillando gris.

La mirada de Jimin, en cambio, permaneció pegada al tablero del carro un largo rato, y sintió su respiración escaparse cuando notó que en lugar de subir la velocidad como tanto temía, esta fue descendiendo en lo que Yoongi se orillaba en la calle extrañamente desolada.

Cuando el carro se detuvo definitivamente, Jimin sintió que el aire se le atoraba en el pecho.

Cuando el mayor se bajó y rodeó el vehículo para llegar a su costado, la nariz le cosquilleó y las lágrimas saltaron veloces en sus ojos.

Cuando le abrió la puerta, con el gesto totalmente enojado, en definitiva ya no pudo respirar y sintió que el alma le abandonaba el cuerpo.

Sin embargo, Yoongi, con la nariz arrugada por la incomodidad del calor del celo fastidiándole el cuerpo, el remolino de sentimientos en la boca del estómago y fastidiado por el llanto de la niña, ni siquiera le miró cuando tomó a CheonMoon de sus brazos.

Jimin reparó en lo solitaria y obscura que estaba la calle cuando Min se inclinó sobre él. Creyó que le arrancaría el cinturón de seguridad, y se aferró a la tira por instinto, pero el alfa solo abrió la guantera y sacó una caja de lo que alcanzó a ver que eran supresores.

Cuando la puerta fue cerrada y el neonatólogo se quedó afuera, tratando de atender a buen tiempo el inicio de su celo y de tranquilizar a CheonMoon simultáneamente, Jimin se encogió en su lugar, y se llevó las manos a la boca, aguardando un gemido lleno de terror, con el cuerpo siendo todo temblores. Sentía que iba a vomitar, y su respiración incontrolable le hizo imposible la tarea de tranquilizarse.

Casi chilla cuando escuchó un gruñido molesto de Yoongi fuera del auto, que había aventado la caja de pastillas al suelo con frustración cuando notó que habían caducado mes y medio atrás.

Afuera, el pediatra se presentó todo un monólogo mental de lo que sentía y pensaba en esos instantes. Pensamientos atropellándose entre sí y enredándose con otros. Su atención estaba por completo desconectada, y era el estar en reacción automática lo que le hacía arrullar a CheonMoon para calmarla sin vacilar.

Había una pequeña voz en su pecho, le decía que sacara la cabeza del culo y que prestara atención a su alrededor, pero no podía escucharla en absoluto, ni siquiera la notaba. Su lobo se sentía traicionado y atacado, herido por ser Jimin el protagonista de la situación.

Podía haber sido capaz de apuntar su furia y dolor contra Namjoon o contra su esposo Seokjin, ¿pero Jimin? ¿Cómo había sido Jimin capaz de ocultarle el plan de llevar a CheonMoon a un nido de huérfanos?

«¡La bebé no es tuya!»

Su mente no pudo pensar en otra cosa. ¿Cómo podía no serlo? ¿Cómo si en ese preciso instante trataba de consolar su llanto y le pedía perdón lleno de frustración por haber gritado frente a ella?

Sencillamente, Yoongi no podía ser racional en esos momentos, su alfa no se lo permitía.

Jimin no tenía idea de cuánto tiempo el pálido estuvo fuera del auto con la bebé, pero fue lo suficiente para que él dejara de llorar lleno de terror, también para que CheonMoon fuera víctima de un sueño tan delicado que parecía estar a punto de interrumpirse con un llanto cada dos de tres.

Y todo fue malditamente silencioso, la repentina calma en el semblante de Yoongi le mantenía alerta e inquieto, anticipándolo, porque podía oler que estaba enojado, mucho más por el celo haciéndose presente. Si despegaba los ojos de la aguja de velocidades estable y decente, podía ver los puños del alfa apretando el volante. No sabría identificar si era por el enojo, o por el celo.

Cuando puso pie en el departamento, su cuerpo dejó de sentir que debía sobrevivir a lo que sea que estuviera sucediendo. Irónicamente, los aromas de ambos mezclados en el ambiente le devolvieron algo de calma.

Yoongi, en su mundo, caminó rápido y sin mirarle hacia su propio cuarto. Le había cedido a la niña por la incomodidad que arrollaba su cuerpo. Necesitaba un supresor, una ducha helada para calmar el ardor en su interior, y dormir. No quería nada más. Solo quería agua fría para la desgraciada e incómoda erección que traía encima tan inoportunamente, y caer en un sueño profundo.

Sin embargo, más tranquilo en el departamento, Jimin no quiso cederle su encierro.

—Hyung, lo siento.

—Jimin, mañana podemos seguir con esto.

—Debes entenderme.

—No. Tú debes entenderme —se quejó, dejándose caer en el sillón y sosteniéndose la cabeza, sudando y sintiendo la forma en la que su cuerpo dolía y se entumecía—. Necesito que me dejes en paz por unas horas, ni siquiera tú y la niña deberían estar aquí en este momento, ya lo habíamos hablado.

Las luces estaban apagadas, apenas algunas luces del exterior lograban filtrarse por el balcón, y a pesar de que Yoon sentía su cuerpo arder, hacía frío. Jimin necesitó abrazarse para brindar algo de calidez a su piel erizada por el frescor de la noche.

—Déjame. Mañana temprano Jungkook debe venir por ustedes.

—Yoongi... —El mayor gruñó, deseoso por encerrarse en su cuarto. Todo se le estaba juntando y cayendo encima, quería gritar al cielo—No quería que las cosas fueran así.

—Hiciste que fueran así —Se escuchaba agitado. A pesar de su estado, parecía estar de acuerdo en seguir con el tema. Tal vez reasignado, realmente.

Cansado de seguir de pie, Jimin también se dejó caer en el sillón, el que estaba frente al peligris para mantener su distancia.

—¿Cómo podré demandar a Deokjung si estoy cometiendo un delito? No quería que tú, Hoseok hyung, el oficial Kim y el hospital se vieran embarrados en esto.

El alfa entendía su punto, y aún así no podía dejar de sentirse tan traicionado.

Ante su silencio, Jimin siguió hablando.—Hyung, no he avanzado en nada —dijo—. Claro que he hecho cosas que con Deokjung no pude, pero sigo siendo dependiente de alguien. ¿Cómo podré proteger a Sabyeol si...? —Se relamió los labios, ordenando su pensar.—¿Cómo podré hacerlo si vivo en este palacio de fantasía? Hyung... Hyung, yo realmente aprecio todo en lo que me has ayudado, pero no puedo seguir así.

Mirando el suelo y aún sosteniéndose la cabeza entre las manos, lidiando con lo tonto que le hacía sentir estar en celo, Yoongi dudó.—¿A qué te refieres?

—Han pasado casi dos meses, hyung, y siento que no he hecho nada por tener a Sabyeol de vuelta.

—Estás enfermo, tu lobo está débil —le planteó.

—Esta no es mi casa.

—Tampoco lo es con Deokjung.

—No estoy diciendo que lo sea —contraatacó—. Estoy viviendo un sueño aquí, dentro de una burbuja. Todas las mañanas antes de irte haces el desayuno, nos turnamos a la niña, vamos cada quien a nuestros trabajos, salimos a comer si no hay tiempo de volver al departamento, nos turnamos la cena, y nos turnamos cuando Moonie llora en las noches.

Suspiró tembloroso, sintiéndose culpable del apego que tenía por la bebé dormida en sus brazos. Sintiéndose culpable por el apego que tenía con Yoongi.

—Sigo si ver tu punto, Jimin.

—Hyung, esta no es mi casa. Esta no es mi rutina, y esta no es mi familia —su voz se escuchó quebrar—. Yo... realmente lamento mucho decírtelo hasta ahora, pero... pero he estado revisando todo, ¿sí? No tienes nada de qué preocuparte, yo lo arreglaré.

El pálido seguía silencioso, e impulsivo como era, Jimin habló de lo que más le iba a doler.

—Por favor, no te preocupes por mí, hyung —Se talló la cara.—Es egoísta que te lo pida, después de todo es mi aroma lo que te hacer quien eres a mi alrededor.

—Jimin.

—Es cruel —dijo el omega—. Lo que hay entre nosotros, lo que creo que sientes... lo que yo siento, todo, mi aroma, mi omega enfermo, nos ha obligado a sentirlo.

Entonces, Yoongi alzó cabeza y le miró.

Herido. Eso era lo que le transmitía su mirada. Parecía que se le había detenido el corazón en dos segundos, y que le había vuelto a latir dolorosamente, quemándolo por dentro. Le miraba perdido, definitivamente sin esperarse aquellas palabras, aquellas acusaciones a sus sentimientos.

La voz de Jimin se había quebrado, se había escuchado, pero no se escuchó cómo las ilusiones de Yoongi se rompieron.

Sin embargo, lo aceptó.

Cuando le vio quitarse veloz la lágrima que se le había escapado, el menor sintió que deseaba devolver el tiempo atrás y decir otra cosa, lo que sea, menos eso.

—Dices... que tienes todo listo, que no debo preocuparme.

El pelinegro, sin encontrar su voz, solo atinó en asentir.

—Jimin, definitivamente no es lo que quiero, pero entiendo que no tengo voto en esto, y si quieres llevar a CheonMoon lo antes posible al nido y dejar el departamento, lo respeto —Por mucho que intentó sonar neutro, su voz fue débil.—No he sido coherente con mis palabras. Te había dicho que no debes pedirme permiso en nada, que ya no eres un niño, así que puedes hacer lo que te plazca.

—Hyung, es...

—Solo... solo permíteme saber que en donde sea que estés, es seguro —le interrumpió.

—Iré con la señora Minsung.

Yoongi asintió con tranquilidad, satisfecho de saber que estaría en un buen lugar.—Si los papeles están listos, y te parece bien, mañana temprano iremos a dejar a CheonMoon al nido de huérfanos y a ti con la señora Minsung.

—Yoon...

—Debe ser temprano —El alfa se puso de pie.—no quiero tomar tantos supresores, así que me gustaría que aprovecháramos el lapso de tiempo que me dará el que me tomaré antes de dormir.

Jimin se levantó rápido del sillón cuando le vio dar un paso lejos de él.—Hy-hyung...

El pediatra se regresó a darle la cara.—¿A las ocho de la mañana te parece bien? Me quedarán dos horas de efecto.

Estaba sudado, sonrojado, con un gesto que le hacía ver como un niño lleno de desilusión, con sus ojos llorosos que, a pesar de tenerle enfrente, no le miraban. Entonces, Jimin entendió que si él quería irse, Yoongi deseaba que fuera lo antes posible.

Tragó saliva antes de hablar, porque sentía que el nudo en su garganta no se lo iba a permitir, y aceptó.—A las ocho está bien.

—Buenas noches, Jimin.

Y Min se fue, caminando rápido a su habitación.

El omega se quedó de pie ahí, sin poder moverse. Escuchó el seguro ser colocado en la puerta, y unos minutos después el agua de la regadera correr en su privacidad.

Se quedó ahí en la sala, a obscuras y solo, sentado en el sillón que Yoongi había ocupado, llorando silencioso. Simplemente estuvo ahí, sin sollozar, sin quejarse, solamente las lágrimas fueron cayendo una a una por su cara. El gesto desolado del pálido estaba pegado en sus párpados. Y no lo entendía. No entendía cómo había sido posible que todo se le saliera de las manos tan rápido, ni por qué había dejado que tanto tiempo pasara.

Se arrepintió de no haber dicho nada desde antes, y de haber dejado que las ilusiones en ese palacio crecieran hasta el cielo. No había sido responsable, no solo era él, también estaba Yoongi en ese palacio, y su temor a romper la burbuja resultó en su insensibilidad a lo que todo significaba para el pediatra.

Yoongi, con el rostro enterrado en su almohada, marcando gotas de agua salada en la tela de la funda y confundido por la velocidad de los hechos recientes, observó que el reloj marcaba casi la una de la mañana cuando escuchó a Jimin finalmente entrar al cuarto de a lado.

Agotado, abrió el cajón de su buró en busca de supresores, y los ingirió con ayuda de un largo trago de agua.

Cuando entró a la habitación del hospital en la que estaba Jimin, nunca imaginó que las cosas fueran a terminar de este modo.

ademmmle

Holaa, ¿qué tal?👁️

¿Recuerdan cuando les dije que los resultados del examen salían a finales de mes?

El viernes pasado salieron las listas, ¡entré a la universidad!😭💜💜

Era algo que quería contarles lo antes posible, pero entre semestrales y mis cosas personales no tuve mucho tiempo de escribir hasta ahora.

Ya se metió el pequeño drama. Tranqui. Si se dan cuenta todo está narrado en su mayoría desde la visión de Jimin, falta leer el punto de vista de Yoon.

No tardaban en que esto sucediera, los dos estuvieron evitando la realidad por mucho tiempo🫣

Ya salí, ¡con promedio de 9.8! Ahora solo queda la graduación la próxima semana😋

En fin, ya no tengo más que contarles y solo me queda agradecerles por sus buenas vibras cuando estaba por hacer el examen de admisión 🥹💜

Eso es todo, espero se encuentren bien. Avísenme si notan un error y cuídense mucho💜

Adem🪁

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