
Capítulo 14
—Yo los declaro marido y mujer, puede besar a la novia –anunció el sacerdote
Estaban frente al altar, él con un traje entero, guapo y ella con un hermoso vestido confeccionado por una reconocida diseñadora, regalo de sus padres, sus amigos y familiares sentados en las bancas de la catedral, Aurelio se inclinó, tomó su rostro entre sus manos y entonces...
—Buenos días mi amor –dijo Regina
—Buenos días –dijo Julieta, un poco decepcionada al descubrir que todo fue un sueño
—¿Dormiste bien?
—Sí mamá, ¿y tú?
—Bien gracias –dijo besándola en la frente -¿qué quieres para desayunar?
—Lo de siempre
—Bien, voy a decirle a Mercedes que te lo prepare, mientras tanto te bañas y te vistes
—Claro mamá
—¿Y cómo vas con Anna Karenina?
—Bien, está interesante, es un poco grande pero no me importa, incluso Aurelio me prometió traerme el libro de Sherlock Holmes también en sistema braille
—Me alegra
—Ojalá lleguen pronto los resultados del examen, ya quiero ver a Aurelio y saber si es como me lo imagino
—¿Y cómo lo imaginas?
—Muy guapo, con hermosa sonrisa, ojos lindos y cabello café
—Veo que ya hiciste tu investigación respecto a Aurelio
—Sí, cuando me llevó al picnic, ¿pudiste encontrar la pelota?
—Aún no amor, hemos buscado en toda la mansión y no hay rastro de ella, pero no te preocupes, seguiremos buscando
—Sí mamá por favor, es muy importante para mí encontrar esa pelota
—Buenos días –saludó Manuel mientras entraba
—Buenos días papá, ¿cómo amaneciste?
—Bien gracias papá, ¿y tú?
—Excelente papá, perfecto, necesito que te prepares y te reúnas conmigo en el estudio
—¿Para qué?
—Ya lo sabrás –dicho esto se retiró
—Mamá, ¿para qué quiere mi papá que nos reunamos?
—No mi amor, tu papá no me dijo nada, será mejor que hagas caso a lo que dice, ¿vamos?
—Vamos
Julieta estaba segura de que su madre sabía el motivo por el cual su padre la citó pero decidió esperar y no insistir, ambas fueron al baño y ahí Regina la ayudó a bañarse como lo hacía cuando era pequeña con todo su amor de madre, después la secó, vistió para después llevarla hasta el tocador, cuando estuvieron listas, bajaron al estudio donde Manuel las esperaba con una sorpresa para Julieta
—Hola ya estamos aquí papá, ¿de qué querías hablarme?
—Ven aquí querida –dijo tomando a su hija por las manos
Manuel guio a Julieta hacia un extremo del estudio donde estaba un mueble y la hizo tocarlo, el rostro de Julieta se iluminó, no era cualquier mueble, era su piano el que había pedido hace algunos días para componer
—¡Mi piano! –dijo emocionada pasando sus manos por el instrumento –lo trajeron
—Claro que sí, tardamos algunos días pero aquí está, como lo prometimos –dijo Manuel sonriendo
—Gracias de verdad, ahora lo que necesito es comenzar a componer
—Mejor desayuna primero –recomendó Regina –el piano seguirá aquí cuando hayas terminado
—Mamá, dudo poder desayunar
—Me parece que sí podrás, yo me encargaré de eso, vamos –añadió guiando a Julieta hacia el comedor
Si no fuera por Regina, Julieta no habría comido nada pues estaba ansiosa por comenzar a componer la canción para Aurelio, pero pronto sabría que no sería fácil, cuando terminó de desayunar, Manuel y Regina la devolvieron al estudio y la sentaron frente al piano, pero solo se quedó ahí sin hacer nada
—¿Qué pasa hija? ¿No sabes qué componer? –preguntó Manuel
—No es eso, es que necesito que alguien escriba la canción en el pentagrama
—Yo me encargaré de eso –dijo Manuel sentándose a su lado, tomó unas hojas con líneas -¿cómo quieres nombrarla?
—Aurelio o Sonata para Aurelio aún no estoy segura
—Podría ser Melodía del corazón para Aurelio –sugirió Regina
—Me gusta, porque saldrá del corazón –dijo Julieta emocionada
—¿Y ya pensaste en cómo empezar?
—En algo así
Julieta levantó la tapa, cerró los ojos y respiró hondo, evocó la imagen que tenía de Aurelio y comenzó a tocar desde el fondo de su corazón, la melodía que surgió fue maravillosa, dulce y llena de sentimientos, por un momento, olvidó la ceguera y el sufrimiento que ha tenido, fue como reencontrarse con una parte olvidada, se concentró tanto que terminó la canción sin equivocarse, dejando sin palabras a sus padres, más de lo habitual
—¿Qué pasa papá, mamá? ¿Fue demasiado? –preguntó temerosa
—No, al contrario, fue hermoso, de todas las melodías que compusiste esta es la mejor, nunca te vi tocar como lo acababas de hacer amor
—¿En serio papá?
—Por supuesto, a Aurelio le encantará la canción
—Ojalá
—¿Cómo te salió tan rápido? –preguntó Regina asombrada
—Desde que ss ocurrió componerla estuve repasando en mi cabeza las notas y ya me ven me salió, solo necesito que lo escriban y que le digan a Aurelio que venga para mostrarle, ojalá le guste la música de piano
—Si no es así la amará al escucharte
—Con permiso –dijo Mercedes entrando –el joven Aurelio está aquí, necesita hablar con los señores y la señorita Julieta
—Gracias Mercedes, dile que enseguida iremos –dijo Regina
—¿Será que es por los resultados? –supuso Manuel
—Solo hay una forma de averiguarlo, vamos –dijo Regina
Manuel tomó a Julieta del brazo y los tres se dirigieron a la sala, donde Aurelio esperaba, esa mañana recibió los resultados de los exámenes de Julieta y sin esperar partió a la mansión Sampaio, mientras iba a la mansión, Aurelio pensaba en la forma de comenzar esa conversación con Julieta y sus padres era la primera vez que daría una noticia tan importante a un paciente y amigo, aunque en el fondo comenzaba a reconocer que comenzaba a verla más que una amiga y deseaba con todo su corazón que ella sintiera lo mismo, al llegar a la mansión Mercedes le abrió y pidió un momento para llamar a sus patrones, se dirigió a la puerta que daba al estudio y minutos después aparecieron Regina, Manuel y Julieta.
—Aurelio bienvenido –dijo Regina abrazándolo
—Buenos días doña Regina, señor Manuel, Julieta, lamento venir tan temprano
—Siempre serás bienvenido Aurelio –dijo Manuel
—Gracias muy amable –dijo Aurelio –hola Julieta
—Hola Aurelio
Como estaba linda ese día, Julieta usaba un vestido naranja y su pelo arreglado con horquillas, si supiera lo difícil que fue estar lejos de ella, quería saludarla con un beso pero sus padres estaban presentes. Los tres se sentaron en el sillón grande y Aurelio delante de ellos. Manuel fue quien comenzó
—¿Qué te trae por aquí?
—Necesito hablar con ustedes
—¿Es sobre...?
—Sí, ya llegaron los resultados de los exámenes
—¿Y bien? –preguntó Julieta ansiosa
—Pues, tengo buenas noticias –dijo Aurelio –la operación es factible, Julieta puede recuperar la vista con la operación
—¿En serio Aurelio? ¿No me estás engañando? –dijo Julieta con un hilo de voz
—Es en serio, puedes ir con los doctores del hospital si tienes dudas pero te darán el mismo diagnóstico
—Bendito sea Dios, tenía miedo de que no fuera posible –dijo Regina llorando –gracias Aurelio de verdad
—No tienen nada que agradecer
—¿Y cuándo sería la operación? –preguntó Manuel
—Veamos, el valle no está equipado para una intervención así por tanto será en Sao Paulo, debemos coordinar con el hospital para definir la fecha pero no demorará tanto como la última vez, lo prometo
En un impulso Julieta se levantó y avanzó hacia delante, buscando a Aurelio, él también lo hizo y compartieron un abrazo largo donde Julieta le transmitió toda su gratitud y Aurelio su cariño
—Gracias, de verdad gracias Aurelio
—De nada
—Bueno, esto amerita un brindis, no con vino como en otras ocasiones pero sí, le diré a Mercedes que prepare un café para todos y que llame a todos los empleados de la mansión, esto hay que celebrarlo –anunció Regina
Una pequeña celebración se instaló en el salón de la mansión, todos los empleados fueron convocados a un brindis para festejar la noticia de que Julieta, podría recuperar la vista, Mercedes abrazó a Julieta y agradeció a Aurelio por devolverle la vista a su niña.
Por desgracia, Aurelio debió irse pues debía seguir trabajando en el hospital, tenía muchos pacientes y los demás volvieron a sus obligaciones, quedando la familia Sampaio
—Ay mi amor ¡qué felicidad! –exclamó Manuel abrazándola fuerte
—Van a operarme –dijo Julieta emocionada –volveré a ver con el favor de Dios y gracias a Aurelio
—Sí mi amor, esos hermosos ojos no merecen estar en la oscuridad –dijo besándola en la frente
—Mi princesa, no puedo esperar a que vuelvas a verme, ojalá la fecha sea próxima –dijo emocionada
—Puedo esperar unos días más, no importa, todo a su tiempo
—¿Y la canción? Estábamos tan emocionados que no lo hiciste
—Lo pospondré para después de la cirugía, quiero ver su expresión cuando me escuche tocar, es más le haré un disco y para eso necesito comenzar a ensayar, comenzaré con algunos acordes
Aurelio trabajó todo el día, no tenía guardia nocturna, entonces volvió a casa temprano, al entrar vio a sus papás en la sala y se unió a ellos.
—Buenas noches familia –saludó Aurelio
—Buenas noches hijo –saludó Afránio -¿cómo te fue en el hospital?
—Gracias a Dios muy bien –respondió sonriente
—¿Sucedió alguna cosa? –preguntó Victoria –te veo muy feliz
—Sí, ya recibí los resultados de Julieta y sí es posible operarla
—Ay gracias a Dios –exclamó Victoria –estábamos orando para que pudieras devolverle la vista a Julieta, Regina debe estar feliz, mañana iré a verla para felicitarla
—Es una buena noticia Aurelio –dijo Afranio –todo saldrá bien
—Eso espero papá
—¿Y cuándo es la cirugía? –preguntó Victoria
—No lo sé, mañana debo ir a Sao Paulo a coordinar algunos detalles en el hospital local, aquí no hay el equipo necesario para intervenirla y se debe fijar la fecha en que uno de los quirófanos esté disponible –contestó suspirando
—¿Qué pasa Aurelio? –preguntó Victoria
—Nada mamá
—Te conozco
—Es evidente que te sucede algo –dijo Afranio
—Bueno, me preocupa que la operación salga mal y que no pueda curarla
—Mi amor calma, no sucederá nada malo –dijo Victoria –estás preparado, confía en Dios y tus capacidades
—Tu madre tiene razón Aurelio, te has esforzado mucho hijo, estoy convencido de que si existe alguien capaz de devolverle la vista a Julieta ese eres tú
Aurelio sonrió ante las palabras de sus padres, siempre le transmitieron seguridad, animo, a él y a Christine, agradecía todos los días por sus padres.
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