Capítulo 13
En los siguientes días, Aurelio tuvo muchos pacientes, por lo cual no pudo visitar a Julieta; sin embargo, la tenía siempre presente, como prueba, encargó un regalo para ella y en cuanto lo recibió fue a dejárselo, deseaba que le gustara, llegó a la mansión, Mercedes le dijo que Julieta se encontraba en el invernadero con Regina, le preguntó por dónde llegar y fue. El invernadero era una construcción en forma de cúpula ubicado detrás de la mansión, fue un regalo para Regina de Manuel en su décimo aniversario, cada año, la señora Sampaio lo arreglaba cuando pasaban las temporadas vacacionales, cuando no se encontraban, un jardinero se encargaba de la manutención, Regina llevó a Julieta para ejercitar sus sentidos, le acercaba flores a su hija y con el aroma, ella debía adivinar la especie, era muy divertido y pasaban tiempo madre e hija como hace mucho no sucedía, Julieta estaba fascinada con los ejercicios, nunca había apreciado el aroma, esos pequeños detalles, tuvo que perder la vista para hacerlo.
Regina vio a Aurelio en la entrada y con el pretexto de ir a pedir un refresco a Mercedes se acercó a él.
-Buenos días doña Regina -saludó Aurelio
-Buenos días Aurelio, ¿cómo estás?
-Bien gracias a Dios doña Regina, ¿y usted?
-Bien gracias, espero que tu madre se encuentre bien
-Lo está, le manda saludos
-Gracias, dale mis saludos tú también, ¿vienes a ver a Julieta?
-Sí, tengo un regalo para ella
-Eres muy amable Aurelio, agradezco tu preocupación por ella
-No tiene nada que agradecer doña Regina, Julieta me importa mucho
-Lo sé, ella está en el invernadero, yo voy por un refresco, tú entra, Julieta se pondrá feliz al estar contigo
-Gracias
Cuando Regina se fue, Aurelio entró en el invernadero se sintió como si estuviera en un bosque de flores, era realmente hermoso, había flores por donde se mirara, de todas las especies, no era un amante floral pero reconocía su belleza.
Vio a Julieta sentada en una silla, acariciando una violeta, aspirando su aroma con los ojos cerrados y una sonrisa en los labios, se acercó lentamente para sentarse en la silla próxima a ella, iba a pronunciarse cuando Julieta dijo:
-Hola Aurelio
-¿Cómo supiste que era yo?
-Reconozco tu colonia
-Veo que estás agudizando tus sentidos
-Sí, ¿cómo estás?
-Bien, ¿gracias a Dios y tú?
-Adaptándome a esta nueva realidad y resignándome
-Aún no sabes si volverás a ver o no
-¿Trajiste los resultados?
-Todavía no, pero en cuanto me los entreguen les informaré, en realidad vine a darte un regalo
-El mejor regalo sería que mi ceguera tiene curación
-Este te gustará, créeme
Aurelio colocó el regalo sobre el regazo de Julieta, ella lo tocó y enseguida reconoció lo que era.
-Un libro
-Pero no cualquier libro, es Anna Karenina
-¿Lo conseguiste? -preguntó emocionada
-Sí, no lo entregué antes porque, necesitaba prepararlo
-Gracias, le pediré a mis padres que lo lean,
-Tú vas a leerlo
-Aurelio, sabes que no puedo ver, ¿cómo voy a leer?
-Porque está en sistema braille
-¿Qué es?
-Un sistema de lectura para ciegos, fue inventado en Francia, es un éxito -puso una tabla sobre la mesa y añadió -también traje el abecedario para poder practicar
-Te lo agradezco en serio, no sabes cuánto quiero leer de nuevo
Aurelio acercó su silla a la de Julieta, colocó el libro en la mesa y juntos comenzaron a ver el abecedario en braille, era una nueva experiencia para ambos en especial para Julieta
-Siento como si estuviera aprendiendo a leer de nuevo
-También yo
-Pensé que sabías el sistema
-Sí, pero es mi primera vez usándolo, me tomará un tiempo leer un libro en Braille sin ver el abecedario
-Imagínate yo
-Lo lograrás, solo necesitas práctica como todo pero sin apresurarte y si no puedes a la primera vez no te rindas, ¿está bien?
-¿Eres profesor además de doctor?
-Todos somos un poco profesores, quizás algún día seas mi profesora
-¿De qué? -dijo poniéndose un poco nerviosa
-No lo sé, seguro hay algo que yo ignore y tú sepas
-¿Cómo por ejemplo?
-El amor por los caballos
-¿De qué hablas? Te llevas bien con Emperador
-Sí, pero no creo tener la relación que tú con Soberano
-La tienes con Emperador y Basil, se nota su conexión, ¿por cierto cómo está Basil?
-Muy bien, no pude traerlo porque es muy inquieto y podría asustar a alguien
-Como a mí en aquella ocasión, quisiera ver el lugar donde me encontraste
-Ya sé, cuando te opere y estés recuperada podrás cabalgar en Emperador, es una promesa -dijo tomando las manos de Julieta entre las suyas -y yo nunca rompo mis promesas
-Pues como yo tampoco las rompo, te prometeré que te daré una sorpresa muy pronto, te agradará
-Ya lo creo, mirarme con esos ojos tan hermosos cuando te quite las vendas
-Siempre encuentras la manera de hacerme sonrojar -dijo bajando la cabeza
-Solo te hago un halago y es importante sentirse halagada Julieta, esto pasará te lo prometo, confía en mí
-Confío
Continuaron con la clase, estaban tan compenetrados que no notaron la ausencia de Regina, ella volvió con los refrescos y vio la escena encantada, veía la felicidad reflejada en el rostro de su hija, al poder volver a uno de sus pasatiempos, no quería interrumpir, entonces pidió a Mercedes que llevara las bebidas mientras ella iba a la mansión Cavalcante, no sin antes pedirle que vigilara a los jóvenes para evitar malentendidos, Victoria quien se encontraba en el jardín, se alegró mucho al ver a su amiga.
-Regina bienvenida
-Hola Vick, ¿cómo estás? Espero no incomodar
-Imagínate, tú jamás incomodas, ya estaba terminando de arreglar el jardín
-Veo que no has perdido esa costumbre
-No y eso que no has visto el jardín de nuestra casa de Londres, lo llené con rosas y violetas tienes que verlo
-Quizás cuando Julieta vuelva a ver podamos ir
-Por cierto, ¿cómo está?
-Bien dentro de lo que cabe, esperando el resultado de los exámenes
-Aurelio dice que aún no ha llegado pero que muy pronto, tengamos fe
-La tengo y más por la forma en que Aurelio trata a Julieta, los dejé juntos en el invernadero de la hacienda
-¿Aurelio fue a la Hacienda?
-Sí, quiso saber cómo estaba y darle un regalo
-Me alegra que se preocupe por ella
-¿Crees que sienta más que una amistad por ella?
-No lo sé, sabes cómo son los hombres en lo que a sentimientos se refiere amiga, le pediría ayuda a Afranio pero sería obvio que yo se lo pedí, además sabe sobre su amor infantil y podría pensar que lo estoy forzando, aunque me encantaría tener a Julieta como nuera tampoco quiero obligarlo, ¿o ella está enamorada?
-No lo sé, al día siguiente no quería bajar, pero cuando supo que Aurelio estaba de visita lo hizo
-Entonces tenemos una esperanza de unirlos
-Sí, pero Victoria, tranquila, así como tú, yo tampoco quiero obligar a Julieta y más aún después de lo que pasó con Osorio, por el momento me conformo con que Julieta y Aurelio tengan una relación médico-paciente y de amistad si acaso trasciende, bienvenido sea
-Sí, tienes razón Regina -dijo mientras observaba una foto de Christine -extraño tanto a mi hija
-Te entiendo cuando Julieta estaba en giras a veces no podía ir y la extrañaba mucho, descuida Victoria, cuando menos lo pienses estarás con ella amiga
-Lo dudo, viene hasta Navidad, mi único consuelo es saber que está bien
-Quizás venga antes para el compromiso de Aurelio y Julieta, no puedes saber
-Ojalá
Y así continuaron el resto de la tarde, hablando sobre sus vidas hasta la noche, después volvió con un carruaje, al cruzar la puerta, escuchó risas en el estudio, cuando se aproximó vio a Manuel con Julieta, ella tenía un libro abierto y pasaba sus dedos sobre las hojas, Manuel sonreía a su lado.
- ¿Qué pasa?
-Mamá, Aurelio me regaló el libro de Anna Karenina y lo adaptó para mí, puedo leerlo sola
-¿De verdad?
-Sí, me estuvo enseñando toda la tarde cómo hacerlo
-Mi amor es maravilloso -dijo besándola en la frente -sé lo mucho que te gusta leer
-Aurelio es un buen hombre -dijo Manuel
-¿Hasta ahora lo notas Manuel? Te lo dije
-Sí mi amor, debo reconocer que me equivoqué con ese muchacho, le hace mucho bien a nuestra hija
-Por eso quiero compensárselo y ya sé cómo, tocando el piano, quiero componerle una canción, ¿podrían traer mi piano de Sao Paulo?
-¿Quieres volver a tocar el piano? -preguntó Manuel
-Sí, papá, me preocupa no poder hacerlo pero quiero intentar, ¿es posible traerlo?
-Creo que sí, no veo razón para no hacerlo, solo habrá que hacer algunas llamadas para traerlo
-Yo preferiría que no fuera ese, me preocupa que sigan al transporte y descubran donde estamos
-Es mi piano mamá, lo conozco como la palma de mi mano, puedo componer, me preocupa ser incapaz de tocar pero quiero intentarlo, ¿sí?
-De acuerdo, enviaré a Mercedes para arreglar los detalles y traer el piano
-Gracias -dijo buscando a los dos para abrazarlos -lo necesito aquí lo más pronto posible
-Por supuesto
Aunque Manuel estaba de acuerdo con el regreso de Julieta al piano, el motivo lo preocupaba y se lo hizo saber a Regina antes de dormir ese día
-¿De verdad crees que Julieta deba componer?
-Sí, claro, me alegra ver un indicio de nuestra hija antes del accidente
-A mí también, pero...
-¿Qué te preocupa?
-Que Julieta se enamore de ese chico y no sea correspondida
-Ya lo sé, hablé con ella antes de dormir
Flashback on
-¿Qué planeas componerle a Aurelio? -preguntó mientras peinaba su cabello
-Una melodía hermosa, digna de la Reina del Piano y que piense en mí siempre que lo escuche
-Tengo el presentimiento de que lo hará, tus melodías siempre son profundas e inolvidables
-¿Mamá?
-Dime
-¿Crees que Aurelio me ame? No como amiga, sino como mujer
-No sabría decirte mi amor
-Entonces piensas que no, por mi ceguera
-Yo no dije eso Julieta, no veo ningún problema en que Aurelio se enamore de ti, tienes tanta oportunidad como las demás, pero debes tener en cuenta la posibilidad de que solo te vea como una amiga y no lo digo para desilusionarte, solo para prevenirte, ¿lo entiendes verdad?
-¿Cuándo sabré si me ama?
-No lo sé, pero solo te aconsejaré que no te precipites hija, solo espera y toca con el corazón
-Como siempre
Flashback off
-Cambié de opinión, Julieta no debe componer nada para ese chico y entre menos contacto tenga con él será mejor
-Te recuerdo que Aurelio es el doctor de Julieta, deberán comunicarse, en especial si la opera y dijiste que te equivocaste respecto a él
-Sí, pero sucedió lo que temía, se está ilusionando y no quiero verla destruida como la última vez Regina
-Tampoco yo, pero ya la aconsejé y ella siempre me escucha lo sabes
-Eso espero porque no quisiera cambiar el aprecio hacia Aurelio por odio
En cuanto Regina y Manuel hablaban, en su habitación Julieta leía Anna Karenina sin que nadie lo supiera, no quería separarse del libro pues la hacía recordar la tarde tan maravillosa que vivió con Aurelio, quizás todavía no la amara, pero con esa melodía seguramente ocurriría.
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