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Capítulo 6.

DOS AÑOS ATRÁS.

¿Es normal ver, al abrir los ojos, luces de muchos colores? Sí, si es que estas indeterminadamente bajo una luz blanca como un reflector, en un lugar que desconoces.

Una señora con una sonrisa bobalicona me mostró sus dientas blancos y suspiró, satisfecha.

-Bienvenido otra vez, Apolo.

Me moví incómodo. Estaba atado de pies y brazos, y todavía la intravenosa estaba ahí.

Solté un quejido de dolor. Aunque la camilla no era mala, estar acostado no sé cuántos días, sin moverse, sin hacer nada, estoy seguro que no es muy bueno.

-¿Te...tengo que conocer?

Dije tragando saliva, sintiendo un fuego arder en mi garganta.

Volvió a sonreír.

-No. Pero ya lo harás. Verás Apolo...-dijo tomando una carpeta que le entregó alguien que no pude ver-estás aquí por una razón, una razón que te explicaré después de que te sientas mejor. Pasaste por mucho, y que estés vivo no es más que obra mía.

La miré y por primera vez en mucho tiempo, sentí que algo no iba a estar bien.

Sonreí, aunque creo que pareció más como una mueca de dolor.

-¿Entonces le debo algo?

Se acercó a mi cara, apoyándose sobre mi camilla.

-Oh, me debes todo Apolo.

AHORA.

Sonreí lo más que pude y quise poder decirle a Thea que no me iría a ningún maldito lugar. Ni aunque estuviera a punto de gritarme.

Pero lo sorprendente fue que no lo hizo. Se acercó, ocultando su sorpresa y su enfado. Como toda buena entrenadora cuando tiene un nuevo estudiante.

-Hola-dijo-sí, estás en el lugar correcto.

Puso su peso en una pierna, y apoyó sus brazos en su cadera, una pose que se veía mucho en Superman.

-¿Nombre?

Dijo. Parece disfrutar, empezar un juego del que no podía, ni siquiera sabía cómo jugar.

-Apolo... Grant. Un placer.

Asintió y me cedió el paso para que me pueda juntar con los otros estudiantes.

-Bien, Apolo...-miró mi mano, y luego comprendí que tenía el papel que ella necesita. Se lo tendí y empezó a leer-veo que tienes entrenamiento básico, eso será bueno...-mientras terminaba de leer el chico Kurt se me acercó.

-No es tan dura como aparenta.

Lo miré de reojo.

-Oh, no espero que no lo sea. Me gusta lo rudo.

Sonreí y el chico pareció entender la mirada porque negó con la cabeza y ocultó una media sonrisa.

Me enfoqué en Thea y en su lindo atuendo, cuando su voz me interrumpió.

-Okay Apolo. Como ahora somos impares, vas a tener que trabajar-

-No me importa trabajar con la entrenadora-dije cortándola-soy más bueno de lo que aparento.

Su sonrisa rebajadora me sorprendió.

-No lo harás conmigo, y espero que no interrumpas nada más a partir de ahora. Yo doy las instrucciones, eso evita que se lastimen. Trabajaras con Jacob.

-Ese sería yo.

Dijo el flaquito Kurt Cobain.

-De acuerdo.

Dije, con una sonrisa que aparenta todo mi control posible.

-Lo haremos de ese modo.

La miré y achiné mis ojos. Desafiándola, aspirando todo lo que es. En lo que se convirtió.

-Bien-dijo-júntense. Ciro.

Dijo mirando al idiota que antes la había levantado.

Jacob se sentó a mis pies.

-Creo que vamos a estirar.

Miré hacia abajo y me dejé caer de mala gana. Ciro se sentó en frente de Thea y empezaron a estirarse ayudándose.

-La tenemos que copiar. Esta parte es...-miré a Jacob-necesaria, aunque es raro verla con él.

Nos pusimos en la misma pose y lo ayudé a estirar su espalda.

-¿La conoces?

Las preguntas y la charla que quería iniciar Jacob, me desconcertaron. Se supone que voy a ser uno de esos callados, que no saben pelear muy bien y son torpes. Algo así como Max.

-Algo así.

Ahora él me ayuda a estirar mi espalda. Pero quien sabe

-Bueno, ella es muy buena. Escuché que las primeras clases tuvo como treinta estudiantes. Hasta que ya no cabían más, y empezó a hacer pequeñas clases todos los días. Solo tomó a los que pasaron una prueba. Pero luego, como no eran tantos, solo a esta clase deja entrar a aquellos que tienen una base.

Fruncí el ceño. Ahora estirábamos las piernas.

-¿O sea... que...?

-Yo y la pequeña rubia estamos en el equipo- soltó una risita, bromeando sobre su propia ironía-lo sé, no parece.

Nos tomamos de las manos, juntamos planta con planta de los pies, y empezamos a balancearnos, ayudándonos a estirar.

-No quise decir eso.

-Está bien, es patético, mi hermana es la mejor.

-Ah... son hermanos.

-Hermanastros, pero... pasamos por tanto que esa palabra ya no es usada por ninguno de los dos.

Asentí y miré de reojo a Thea. Dejó las manos de Ciro y se levantó, terminando el estiramiento. Me miró por lo que creí que fue una eternidad, y lo que no vi me asustó más de lo que vi. Sus ojos color tormenta habían desaparecido para dejar unos ojos fríos e inertes. Lo siento, siento como me congela y me aleja cada vez más. Creo que eso es lo que necesito para seguir adelante. No solo voy a terminar con esta lucha, sino que voy a regresarla. Voy a hacer que Thea sea esa persona de la que estoy tontamente enamorado.

Nos levantamos del suelo y todos parecen estar esperando órdenes de ella. Como si fuera un comandante.

-Hoy empezaremos con tácticas para protegernos de golpes delanteros.

Jacob soltó una risita y me miró.

-Esto será divertido.

Lo miré y sonreí. Este chico tiene algunas ideas claras, esto me hace tener en cuenta que lo último que tengo que volver a hacer es juzgar por la apariencia.

-Como somos dos chicas, vamos a tener que ir por turnos. Luego, veremos combate de hombre con hombre, y claro, mujer con mujer-me volvió a lanzar una mirada fría-Jacob.

Jacob suspiró y salió al frente.

No parece asustado, lo cual dice mucho más que cuando Max se enfrentó con Thea. Creí que iba a salir corriendo. Thea se formó mucho mejor desde la primera vez que le enseñe a dar puñetazos a una simple bolsa de box. Ahora está llena de confianza, y orgullosa de ser lo que es.

-Cuando alguien te ataca lo último que se fija alguien inexperto y con apuros, son tus debilidades-se posicionó frente a Jacob-para los hombres claro está, sus partes más frágiles son sus genitales, pero no solo atacaremos esa parte. También está la nariz, el empeine y la panza. Las últimas tres aplican para las mujeres también-todos soltaron una risita como si hubiera dicho algo gracioso-bien Jacob, tú serás el atacante, así que haz lo mejor que tengas.

Jacob lo hizo sin dudar, y trató de golpearla, pero la mano de Thea voló rápido y esquivó el puño doblando su brazo por detrás.

-La mayoría de los hombres, cuando atacan a alguien es con el puño. Pero no se dan cuenta que tranquilamente pueden usar su peso para tirarme. Ahora Jacob-dijo soltándolo-tírame.

Jacob volvió a obedecer y golpeó las piernas de Thea haciendo que caiga de espaldas.

-Cuando estén en el piso y sientan que su atacante ya los tiene, piensen, no entren en pánico, tengan en cuenta todas sus posibilidades. Sé que es difícil hacerlo, si la otra persona tiene un arma. Pero aunque no les parezca ustedes también tienen un arma, y es mucho más peligrosa si la saben usar.

Hizo lo mismo que Jacob le hizo a ella, pero en vez de quedarse ahí, Thea se levantó y le dio un puñetazo en la cara. Claro que no lo hizo con suficiente fuerza para romperle la nariz.

Jacob sonrió al mover su nariz.

-Gracias.

Dijo, y luego Thea se levantó y le tendió la mano, sonriéndole de vuelta. Pensé que nunca iba a sonreír, las últimas veces estaba llorando, o enojada, gritándome.

-El atacante va a pensar que como están en el piso no tenemos oportunidad, pero-me miró-si somos más inteligentes bajo presión, que es más difícil, ganaremos.

Mantuve su mirada durante unos segundos, y luego la bajé. Una punzada de un recuerdo muerto golpeó mi pecho. Ella dijo lo que yo le dije una vez cuando estábamos entrenando. Ella está jugando sucio.

Jacob se acercó, y me guiñó un ojo.

-No es tan mala.

Hice tronar mis dedos, y mi cuello. Thea se acercó a la hermana de Jacob.

-Bien, ahora veremos con una chica. Claramente, si una chica los ataca-nos miró-es porque se lo merecen.

Sonrió superficialmente, y todos rieron.

-Bien Grace-dijo Thea-puntos débiles de los hombres. Piensa en eso, no entres en pánico, tú tienes el control sobre tú cuerpo. Nadie más.

Grace asintió y le dio una sonrisita.

Thea me miró.

-Apolo.

Miré a Jacob.

-Suerte.

Grace es pequeña, flacucha, y pálida. Parece que necesita proteínas. Pero algo me dice que no es nada de lo que aparenta ser. Si Jacob no me hubiese dicho que es su hermanastra, hubiera jurado que son hermanos.

-Quiero que la ataques de atrás.

Asentí y no aparté mis ojos de los de Thea. Sus ojos color tormenta todavía están ahí, solo que necesitan fuego, mi fuego.

Me coloqué detrás de Grace, y esperé a que Thea diera la orden.

Asintió y se apartó. Tomé de improvisto a Grace, y lo fría que estaba me hizo poner la piel de gallina. Apreté el agarre, pero fue inútil. Grace es fuerte como la mierda, más de lo que se puede ver. Me golpeó el estómago y me quedé sin aire por minutos, retorcido, luego me golpeó la nariz y por último el pie.

Caí, retorciéndome como un bicho.

Escuché las risas de los chicos, excepto las de Jacob que está mirando a Grace y luego me dio una mirada de consuelo. Como si supiera lo que me pasaría.

-¿Estás bien?

Me levanté, soltando un gruñido, la miré y sonreí.

-No puedo estar mejor.

Me dio otra mini sonrisa y me ayudó a levantarme. Fría.

La miré achinando los ojos, y sostuve su mano por unos segundos más, sintiendo electricidad.

Grace soltó mi mano inmediatamente y volvió a la fila, sin mirar atrás.

-Bien, Grace.

Dijo Thea, mirándola, y luego me miró.

-Bien hecho, Apolo.

Suspiré y toqué el golpe de mi estómago. Frío.



Hola!! Disfruten!! dejen sus estrellitas y comentarios por fiis <3 Me ayudan mucho. Nos leemos pronto

Saluudos!!

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