Capítulo 3.
HACE DOS AÑOS.
-Sus signos vitales están bien, pero los cortes de su cabeza tuvieron que ser muy bien calculados para no perder nada. Su pelo se ha ido, y seguirá así hasta que sus heridas estén totalmente curadas.
La voz que escuchaba parecía cercana, pero para nada conocida. Me dolía todo, desde el dedo gordo del pie hasta la cabeza, ya que, porque lo que había escuchado mi pelo se había ido. Pero por alguna razón no podía levantar el brazo para confirmarlo por mí mismo.
-Dra. Larenz, está despierto.
Y por fin una voz que pude reconocer.
AHORA.
La veo. La veo clara como el día, pero no es ella. No es la Thea de la que estoy enamorado. Ella no me diría eso.
Solté lo que pareció un sonido de rabia, más que a una risa seca.
-No lo dices en serio.
Thea suspiró, y sacó un cigarro y una cajita de fósforos de su escote. Lo prendió y le dio una calada mientras se acercaba.
-No soy la misma Thea que dejaste en este lugar. No voy a llorar otra vez, no lo haré. No voy a mentirte...-dijo acercándose más y poniendo una mano en mi mejilla, lo que hizo que cerrara los ojos-te amo, lo seguiré haciendo hasta que muera. Pero... cosas pasaron, cambiaron, tu muerte, o tu supuesta muerte, han dejado una cicatriz que no creo que pueda borrar. Y... todos hicieron de nuevo su vida, sin ti.
Eso hizo que mi pecho se apretara.
-No pude-dije-no pude comunicarme contigo Thea, quise hacerlo, varias veces, no pude defenderme, no pude estar libre como quería, todo se complicó.
Abrí los ojos y ella ya había soltado mi mejilla, y ahora solo me mira con el cigarro todavía en la mano.
-Si quieres que cambie algo, me dirás todo.
-No puedo.
Sonrió.
-Sabía que ibas a decir eso. Supongo que cuando puedas, me lo dirás. Pero... ¿En que cambia entonces que hayas venido? ¿O que yo sepa que estás vivo? Si viniste es por algo más que para aparecerte en mi casa. Pero supongo que tendré que esperar a que de vuelta, decidas hacerlo.
Levanté mis cejas.
-¿Desde cuándo tú esperas?
Dio otra calada y miró caer las cenizas.
-Desde que moriste.
Me miró soltando el humo.
-Dejé de esperar respuestas de los demás, cuando no pudieron responderme una cosa. Como es que tú moriste y yo no. Aaron me quería a mí, yo tendría que haber muerto, no tú. Me lo repetía todas las malditas noches, una y otra vez-acabó el cigarro, y prendió otro casi mecánicamente-todos me decían que fue para salvarnos, y sé que lo hiciste por eso, y que moriste porque llegaste a tu límite para poder controlar a todos esos bastardos. Pero... no sabía por qué pero... quería saberlo de ti, quería que me lo digas-asintiendo y poniendo el cigarro otra vez en sus labios, dijo-pero no estabas. Así que no esperé respuestas de nadie, porque las que quería oír no estaban y no iban a estarlo. Así que me dejé ir. Dejé todo ir.
Miré como exhalaba el humo y miraba un árbol viejo no tan lejos de nosotros.
La conversación ya había tomado más del tiempo que me era permitido, pero ya no me importa. Estoy más que paralizado por la forma fría y distante que Thea me habla.
-Entonces dices que...tengo que seguir pretendiendo que estoy muerto.
Me miró y luego a la pared.
-Haz lo que puedas y quieras. Pero por más que me cueste decírtelo, las cosas no volverán a ser las mismas. Todavía hay muchos interrogantes, y... por muchas, muchas noches esperé dormirme entre tus brazos.
Tiró lo que quedaba del cigarro al piso.
-Me acostumbré a estar sin ti Apolo. Pude seguir adelante, y que tú te aparezcas de la nada, sin ninguna explicación, diciéndome...-pude ver asomar en sus facciones una pizca de enojo y rencor-diciéndome que estuviste vivo por dos años... miró sus zapatos, apretando sus puños-¡¡DOS MALDITOS AÑOS, APOLO!! ¡¡DOS!! ¡NO ESTUVISTE AQUÍ CUANDO EL AIRE NO ENTRABA A MIS PULMONES, NO ESTUVISTE AQUÍ CUANDO TODO SE DERRUMBÓ, NO ESTUVISTE AQUÍ!-con cada palabra que pronunciaba daba un paso más hacia mí y me empujaba-¡DECIDISTE ESCONDERTE ENTRE LAS SOMBRAS, Y QUE TODOS SUFRIERAMOS TU PÉRDIDA!! ¡¡ASI QUE NO ESPERES UNA BIENVENIDA AMOROSA DE MI!!
Su respiración se había acelerado y sus ojos se habían vuelto blancos, como cuando está a punto de provocar alguna clase de tormenta.
No dije nada. No pude. Tiene razón, toda la razón. Y aunque yo espero algo diferente, a lo que me dice, la realidad está clara.
Recuperando el aire, se alejó.
-Por lo que a mí respecta-dijo-puedes vivir o morir. ¿Por qué... quién sabe? Tal vez al otro día aparezcas, ya no sé nada sobre ti.
Dio media vuelta y se fue.
Justo para escuchar la voz de una risa cínica.
-Bueno-escuché como caía al suelo y palmeaba las manos-eso ha salido bien, chico fuego.
Rió otra vez.
-No entiendo como todavía no te he matado.-Dije.
-Ouuu, aunque quieras, no puedes. Larenz te mataría a ti y a tus amigos antes de que puedas levantar tus sucias manos.
Se paró delante de mí y cruzó sus brazos.
-Lo que me sorprendió más-dijo-es que ahora es la chica mala, que fuma, y... le faltan los tatuajes. ¿No crees?
Suspiré y empecé a caminar hacia el auto.
-Necesito quedarme en un lugar.
-No puedes irte muy lejos.
-No me lo recuerdes. Ya sé lo que tengo que hacer.
Corrió hasta alcanzarme y me frenó.
-Eso espero chico, porque si te sales del plan, puede que las cosas se pongas muy, muy, feas.
Cuando Esmeralda me dejó a una cuadra de un motel, pude ver que por la ironía el lugar quedaba a solo unas cuadras de Hill, el bar de Eric. Pude escuchar la música hasta cuando entré al motel.
-¿Por cuánto tiempo se quedará?
El señor que me está atendiendo tiene una camisa morada y una corbata con algunos hilos deshilachados, está casi pelado y su aliento huele a tabaco malo.
-Indefinidamente.
-Pagará con tarjeta o...
-Efectivo.
Le di lo que pedía y tomé la llave. Tiene una pequeña tarjeta colgada que dice: "Disfrute". Sonreí y arreglé la gorra de béisbol en mi cabeza.
La habitación no es muy grande, ni muy chica, es un motel de barrio, no hay muchas personas y eso está bien para mí. Tiré mi bolso al suelo y me tiré sobre la cama, tomando la gorra con una mano y dejándola caer.
Las cosas con Thea no habían salido como esperaba. Todo es diferente, ella no es la misma, y nunca pensé escuchar esas palabras. Su llanto al verme al principio, me hizo pensar que todavía me recordaba, que me amaba, pero las simples palabras, "muerto o vivo" no paran de retumbar en mi cabeza.
Pero eso no es lo único mal en esto. Tenía que estar siendo custodiado por Esmeralda casi todo el tiempo de mis días, y esa no era la peor parte.
Estaba por cerrar los ojos cuando tocaron la puerta.
Dejando salir aire de mis pulmones me senté al borde de la cama y miré mi reflejo en el espejo. Tengo más músculos, más color, tenía un aspecto de un hombre que se cuida y se alimenta como corresponde, pero por adentro, soy apenas una persona.
Volvieron a tocar.
-¡Voy!
Abrí la puerta y estaba a punto de decirle un par de cosas, pero la sorpresa fue mía cuando vi a Emma con su sonrisa y un pequeño cuaderno en sus manos.
-¿Cómo...?
-Te seguí.
Dijo sin más, haciéndome a un lado y entrando a mi humilde habitación.
-Lindo lugar...
Reí sin ganas.
-¿Que sucede Emma? ¿Cómo me encontraste?
Dejó de mirar lo que estaba mirando y me dio uno de sus revuelos de ojos.
-Thea... ella vino a casa, furiosa y con ganas, básicamente de hacerte daño.
Levanté mis cejas y me apoyé en la pared.
-Creo que pude notar eso.
-Así que le pregunté a donde había ido y cuando llegué no había nadie, así que supuse que irías a un hotel y busque el más cercano...
-Ya entendí.
Refregué mis ojos y reí sin ninguna razón.
-Vine-siguió-a dejarte algo. Me voy de luna de miel por dos meses, y no voy a estar aquí para los dos. Sé que nunca nos llevamos tan bien, pero siempre quise lo mejor para Thea, y esta noche ha sido demasiada larga y muy confusa.
La miré.
-Pero quiero que tengas esto, porque por más que ella te esté empujando, espero y quiero que no te eches atrás. Porque si viniste después de estos dos años, es porque no fue tan fácil para ti hacerlo. Y procuro que les digas a los demás. Cuando estés listo.
Me tendió el cuaderno, de tamaño mediano y algo arrugado, una goma color rojo lo sujeta.
-¿Qué se supone que haré con esto? ¿Escribir mi historia?
Emma se acercó y me pegó en la cabeza.
-Si te fijaras bien, te darías cuenta que ya está completo, está gordo y sus páginas parecen del antiguo Egipto. Cuando lo habrás sabrás de quién es.
La miré achinando mis ojos.
-¿Me pegaste?
Levantó sus hombros restándole importancia.
-Me tengo que ir, verás... Jav está abajo.
Abrí mis ojos.
-¿Acaso perdiste la razón? Sabes que él va a-
-¡Emma! ¡Sal de ahí!
-Venir a buscarte.
Dije, terminando la oración.
Hola! Les traigo un nuevo capítulo!! Espero que lo disfruten y comenten y me dejen una estrellita, me ayuda mucho <3 Saludos!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro