ANTES.

Cuando me puse otra vez los guantes de pelea, no los sentí tan bien como pensé que lo haría. Estuve semanas practicando, y entrenando distintas formas de defensa. Sé cómo usar la mayoría de tipos de armas, lo aprendí en dos o tres meses, se usar una espada o una catana, sé cómo desactivar una bomba, sé cómo armar una, sé cómo actuar en distintas situaciones. Todo cortesía del entrenador número uno de la prisión de Charlotte.

Lander se posicionó delante de mí con los puños en alto. Es bastante alto, no tanto como yo, pero lo es, tiene brazos fuertes, una postura tal de un boxeador profesional; su cabello es corto y de color marrón claro. Ojos verdes, casi como eran los míos antes de prenderlos fuego con mis poderes. Somos bastante parecidos, excepto por la altura y el peso, yo soy más un fideo con un poco de músculos. No me di cuenta tanto la importancia de saber pelear, ya que ahora que no tengo mis poderes... necesito saber defenderme, saber cosas que antes no las creía tan necesarias.

-A ver Apolo-Dijo, con su voz firme, incluso parece un poco más grande que yo, pero ya me dijo que tiene dieciocho-peleemos a ver cómo te va en esta categoría.

Nos estamos llevando muy bien. Creo que es el único que salvaría de este lugar si alguna vez se prendiera fuego.

Levanté los puños igual que él, y me atacó de sorpresa, pegándome en mi mejilla izquierda.

-Bestia uno, bicho cero.

Dijo con una sonrisa de confianza.

-Cállate.

Dije, avanzando sin ninguna duda, logrando tirarlo y pegarle un puñetazo en la panza.

-Wow, el bicho sabe jugar en el box.

-Tuve bastante práctica con una persona que es bastante...especial.

Lander levantó sus cejas junto con sus puños.

-Tal vez algún día cuando salgamos de aquí puedas presentármela.

-Ya está tomada amigo, además...-bajé mis brazos-como supiste que era una ella.

Se congeló por un momento, pero se recuperó casi pasando desapercibido.

-Por tu carita. Lo dice todo Apolo. Cada vez que hablas de algún pasado, se nota que todavía estás atado. Extrañas.

Me saqué un guante.

-¿Tú no extrañas a nadie? No creo ser el único que está aquí sin quererlo.

Lander bajó sus brazos y se sacó los dos guantes.

-No tengo permitido hablar de mí.

Tomamos agua y volvimos a pelear. Lander es una de las personas misteriosas que conoces en tu vida. Pero al final no fue tan misteriosa como pensé. Todo es un maldito juego para Charlotte. Aunque sean personas.

AHORA.

Agua helada me golpeó la cara, haciendo que despertara. Miré a todos lados, tratando de sacarme las gotas de agua de mis pestañas. Todavía tengo el pasa montañas, lo siento pegado y mojado en mi cara.

-Pero si despertó.

-¿Como sabemos que no es una chica?

-Tuvo fuerza para amarrar a Will.

Freya soltó una risita.

-Ya no estás tan molesta porque pudo atarte.

Miré, todavía atontando por el agua y el sueño profundo. Hoy es... hoy es jueves... suspiré tranquilo.

-¿Por lo menos habla?

La voz de Max comiendo una barra de chocolate, me hizo sonreír.

Freya revoleó sus ojos, y soltó un bufido.

-Me ató porque vino de improvisto, y esa cosa es más dura que la cabeza de Max.

Solté una risita con aire. Sintiendo todos mis músculos entumecidos.

Freya me clavó su mirada. Mientras los demás hablaban ella me siguió mirando, hasta que sus ojos empezaron a ensancharse de a poco, como si se diera cuenta que su película favorita terminó y el final era impredecible, asombroso.

-La única persona que alguna vez me ató-empezó, todos la miraron-fue...Apolo...-Cerró sus ojos por unos segundos-cuando me ayudó a escapar, yo quería pelear, pero...pero él me calmó, me miró directo a los ojos, y dejé que me ate para que me calmara. Bueno, en realidad él me obligo a hacerlo.

Levantó sus manos solo por un momento, y las dejó caer suavemente, mirando hacia la nada, como si no pudiera creerlo.

-Es...-dijo, mientras se acercaba, y volvía a retroceder, lo hizo dos veces, hasta que se acuclilló delante de mí y movió sus manos finas hacia el pasamontañas, que poco a poco, comenzó a dejar mi piel al aire frío del invierno-imposible.

Terminó de decir al verme a los ojos, y dejar escapar un suspiro. No sé si es de alegría, o incredulidad, o peor... odio.

Sonreí con mis labios pegados, y una gota de agua corriéndome por la nuca.

-¿Cómo están?

Acto seguido la palma de Freya se estrella, a propósito, en mi mejilla; haciendo que quedara un eco entro nosotros.

-¿Cómo estamos? ¿Qué eres idiota?

Se agarró la cabeza, y empezó a retroceder. Me removí en el lugar y miré a los demás. La mejilla me ardía, y las caras de asombro u odio.

Will me sigue mirando como si fuera un fantasma. Igual que Jav, igual que Max, igual que Mark... la mayoría había tenido esa reacción, excepto...

-Eres un tarado, como te atreves a aparecerte así de la nada. Cuando Thea te vea...-Freya parecía hablar consigo misma-no puedo creerlo,-me miró-¿Dónde mierda estuviste estos años? ¿Eh? ¿Tienes alguna idea de cuan jodido esto se ve?

Tomé aire, pero recibí otra cachetada de Freya.

Will tomó su cara y la besó por un momento.

-Tranquila...seguro, tienes una explicación.

Me miró. Confundido, sin idea de cómo reaccionar.

Max se acercó, me desató y sonrió.

-No puedo creerlo amigo, estás vivo.

Luego me abrazó. Le respondí y sonreí.

-Yo también me alegro. -Dije.

La verdad es que desde que Charlotte me convirtió en parte de otro juego, no quise más que volver el tiempo atrás, y asegurarme de morir. Si yo no estuviera vivo, todos estaría a salvo. Mejor. Ya no les sirvo de nada. Solo les traeré problemas. Pero así es como vivo ahora. Así es como tengo que confiar en Eric. Es el único que está fuera de la vista de Charlotte.

-Oh por dios.

Freya me sacó de mis pensamientos. Todos la miraron.

-Cuando Thea se entere...

-Ya lo sé.

Volteé mi cara y vi a Thea con Grace. Grace lleva un vestido de invierno que la hacía más adulta de lo que me pareció en el gimnasio. Thea... Thea lleva unos jeans ajustados con una chaqueta, apenas me acuerdo cuando se vestía con colores y vestidos.

Freya se la quedó mirando mientras Thea se acercaba, con Grace atrás, no entiendo la situación.

-¿Qué quieres decir?

Thea me miró unos segundos. Solo unos segundos, que mostraron nada.

-Apolo vino a mi casa el día de la boda de Emma.

-Esto es una broma.

Dijo Max.

-Es una maldita...-Will me miró-¿Por qué fuimos los últimos? ¿No te importamos tanto?

Suspiré, ya harto de estar atado.

-Antes de contestar...-dije-podría alguien sacar el cuchillo de mi pierna y cortar esta maldita soga.

Max se acercó, porque Will parecía más molesta que Freya. Thea, parece calmada, aunque sé que detrás de eso hay una bomba de emociones que puede explotar en cualquier momento.

Max cortó la cuerda, tomé el cuchillo antes de que pregunte de donde lo había sacado, me levanté, y me acerqué a Freya.

-Perdón.

Sus ojos acuosos bajaron la mirada.

-Nunca quise que esto pasara-me dirigí a todos-es más complicado de lo que puedo decirles. Pero...los necesito, no puedo decirles todo lo que ustedes quieres, y contestar todas sus preguntas. Solo puedo decir que volví. Y esta vez-la miré a Thea-planeo quedarme.

Will se acercó y relajó su mirada acusadora.

-Está bien, te concedo la duda.

Mark se acercó.

-Todos lo hacemos.

-Tal vez no todos, no todavía.-Freya se alejó tomó sus cosas y se fue.

-Hablaré con ella-Will sonrió-me alegro que estés vivo. En serio... te extrañé hermano. Volveré en unas horas, todos quédense aquí, necesitamos estar juntos. Necesito hablar con Freya.

Max dejó salir un bufido.

-Bueno, esto es raro. No sé cómo... tratar a alguien que renace de las cenizas.

Sonreí.

-Fácil-Dijo Thea-No lo tratas.

Mark nos miró a los dos.

-Entonces... esto... ¿No va bien?

-Te apareces después de una semana de saber que estabas vivo. Gran momento para hacerlo Apolo.

-¿Hay algún momento que te hubiese gustado que lo haga?

Dije, enojado.

-Sí, nunca. Porque ahora todos van a estar pendientes de tú y tus mentiras. Justo cuando iba a incluir a Grace al grupo.

-Ah, genial, entonces estás enojada porque no pudiste presentar a tu nueva amiga al grupo. Lo siento si eso es tan importante.

-Sí, lo es. Porque trabajé con ella muy duro. Es difícil para ella controlarse.

-Ay cierto-ambos estábamos cerca, pero no tanto como yo quería. Miré a Grace-tenemos a una Elsa salida de Frozen por aquí.

-Ay genial, entonces sé que estuviste haciendo estos dos años, mientras todos moríamos por dentro, viendo películas de Disney.

-Chicos-

-No, estuve viendo películas porno. Son mejor.

Thea me empujó igual que lo había hecho la noche que me dijo que no le importaba.

-Eres un idiota. Siempre lo has sido.

-No tan idiota como para salir contigo.

-Ahora lo que más siento es arrepentimiento.

Me aleje.

-Bueno, no te creo una mierda. Tú me amas, y yo te amo. Así que supéralo.

-Chicos de verdad creo que tendrían que-

-¡Cállate!

Le gritó Thea a Mark.

-Enserio, no pueden aceptarlo lo más bien cuando nos dejó por dos años sin ninguna señal. No saben por lo que pasé, estoy...

-No, Thea, no sabemos por qué pasaste, porque te encerraste, primero en tu cuarto, y luego en ti. Apenas vienes por aquí, practicas con nosotros, pero no hablas mucho, no nos dice que has estado haciendo, o porque de repente estás dando clases-Mark estaba realmente molesto-así que no creas que tus emociones rotas por la supuesta muerte de Apolo, fueron las únicas. No tienes el derecho de gritarle a él, o a nosotros. Nosotros somos los que te sostuvimos. Pendientes de cómo te sentías, de cómo estabas... digo, Emma no fue la única. Todo esto es tan raro como que yo puedo controlar cosas con mi mente, y tú puedes controlar el clima.

Thea se quedó mirándolo, y poco a poco junto con las palabras de Mark se fue relajando y bajando la mirada. Avergonzada.

Tomó aire.

-Lo sé Mark...lo... siento. Todo esto es...demasiado.

Se dio la vuelta y salió seguida de Grace.

-Bueno, eso salió bien.

Dijo Max.

Miré mi reloj y pude sentir las maldiciones de Eric dentro del auto, por no avisarle como había ido todo. Bueno, todo fue exactamente como lo planeamos.

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