La luz del sol entró por la ventana, tuve algo de dificultad en abrir los ojos y mi boca estaba seca. Me gire para apoyar mi rostro en el peludo pecho del hombre con el que estoy durmiendo.

Mi esposo.

Por más de siete años.

Justo hoy cumplíamos nuestro séptimo aniversario. No me quiso decir donde iremos hoy, solo dijo que sería sorpresa. Eso me importaba muy poco. Quería quedarme entre las sábanas más tiempo. Me duele el cuerpo, ayer estuve toda la mañana recogiendo las cosechas y enviarla para su venta. Ya que después de graduarme en mi escuela virtual, quise tener un trabajo. Ampliamos el huerto para vender los cultivos a cafeterías o tiendas orgánicas, no es demasiado dinero el que gano; lo comparo con los miles de millones que hacen los Neville. Pero es dinero recibido con esfuerzo y lágrimas.

Por si fuera poco; Dante me desvistió y me hizo suyo antes de irnos a dormir.

Cuando me moví para apegar mi cara en su pecho, el dolor de mis caderas me hizo dar un pequeño quejido, lo suficientemente grande para despertar a mi amado.

—Buenos días, le seul que j'aime.

Sonríe.

—Buenos días, Saco de pulgas.

Después de darme un beso se levantó de la cama y pude ver su espléndida espalda con ese trasero tan firme. Pasaron los años y el cuerpo de Dante me sigue pareciendo un deleite para la vista. Se puso unos shorts con una camisa corta y me lanzó una de sus camisas para que lo usara para cubrir.

—Sabes, me encantaría tenerte toda la vida desnudo. Poder apreciar tu cuerpo tan claro y acariciarte tus suaves mejillas. —Se acercó mientras su mirada estaba clavada en mi cuello—. Recordarte que tú solo eres mío. Y yo solo soy tuyo.

Me comenzó a besar el cuello y tuve que pararlo con mi mano.

—No empieces, lobo caliente. El niño podría oírnos.

—No se despertará hasta más tarde, es sábado. Por ahora podemos solo ser tú y...

Dante dejó de hablar para aguantar un grito, tuve que acercarme a la orilla de la cama para ver que Noel había llegado para morderle la cola a su padre. Noel apenas tiene cinco años, me llega a la cintura y su pelaje blanco como mi pelo es tan suave y lindo que es imposible no abrazarlo.

—Deja a Tata en paz —Sus palabras eran entendibles a cuando tenía la cola de su padre entre sus colmillos.

Dante lo levantó del pescuezo y Noel intentaba darle golpes con sus pequeños brazos.

—Pequeño diablillo. ¿Cuántas veces te dije que me dejaras de morder? ¿Cuántas? —La voz de Dante en vez de enojo, era más de agotamiento.

—Muchas —Respondió Noel con un tono de derrota—. Pero no puedes tocar a Tata —Se logra zafar del agarre de su padre y corre para que lo abrazara—. Tata es solo mío.

—Pequeño diablillo —Su tono ahora si era de enojo.

Tata es el apodo que utiliza Noel conmigo. Todo ocurrió cuando se confundió al decir papá, se trabo la lengua y en salió "tata", desde entonces me llama así, pero a Dante lo llama:

—Rival, sabes que tata me quiere solo a mí, tu solo eres mi remplazo cuando tengo que dormir en mi habitación.

Supimos que Noel es un Alfa y como cualquier Alfa, se siente atraído por un Omega, por eso cree que debe protegerse como si fuera la cosa más delicada del mundo. Levi me dijo que a los cacharros les paso esto en sus primeros años de vida como una especie de entrenamiento cuando tenga que conseguir a su Omega. Para mí es muy divertido ver como Noel me tiene un cariño incondicional, pero para Dante es una pesadilla que no pueda estar cinco minutos a mi lado sin tener a su hijo clavándole los ojos de ira.

Casi me muero cuando llamo "Rival" a Dante cuando nos separó de un beso.

—Noel, deja a tu padre tranquilo esta mañana, sino te tocara un tiempo a solas.

—¿Tiempo a solas? —Su voz tembló y sus ojitos iguales a los de su padre, se hacían pequeños.

—¿Quieres un tiempo a solas? —pregunte con un tono neutral.

—No.

—Entonces regresa a tu habitación y pídele perdón a tu padre.

Tuve que hacerlo a regañadientes y salió de nuestra habitación para regresar a la suya.

El tiempo a solas es como llamo a los quehaceres de la casa, solo que él tendrá que hacerlos solito. No es como si no los hiciera, pero siempre es con mi ayuda o la de su padre, solo que, al hacerlo solo, lo siente como un castigo y es la manera perfecta de hacerle entender las cosas y que se comporte mejor. Es mi arma para tener algo de paz.

Por otro lado, Dante soltó un suspiro y se acostó de tal manera que tenía su cabeza entre mis piernas y comencé a acariciarlo.

—Ser padre es tan complicado. Yo sabía que esa mirada que me dio apenas teniendo un año, me lo decía todo.

Me ríe de su comentario.

—Pues yo que tú me quedo calladito, tú no serás el que tendrá que tener otro hijo en el vientre y aguantar vómitos, dolores y antojos por ocho meses.

Tengo un mes de embarazo de nuestro segundo hijo.

Recuerdo el día que lo engendramos.

Era noche nueva, estamos en la mansión, Levi jugaba con su sobrino, Albus hacia un brindis y mi celo comenzó esa misma noche. Dante me tuvo que llevar a la cabaña, recuerdo que tenía un disfraz de Santa Claus que hacía juego con el que tenía Noel; toda idea de Levi. Como estaba con la influencia del celo, pues le dije que era un niño malo y no recibiría nada por navidad, Dante me siguió el juego como un sucio Santa Claus y bueno... a la mañana siguiente no supe cómo terminar la barba blanca falsa. Si, esa fue el mayor de mis preguntas, no el hecho de seguir teniendo en mi interior el miembro de Dante o que nos dimos cuenta que lo hicimos sin condón. Mi única queja fue que tenía puesta una barba falsa.

—¿Dónde iremos?

—Es una sorpresa, pero ponte algo abrigado —Se levantó de la cama—. No queremos que esa pequeña se enferme.

—Ese pequeño.

Aún no sabemos el género del niño, pero Dante está fuertemente confiado que será una niña, yo también lo creo, solo que dijo que será un niño para molestarlo.

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Recuerdo la vez que le conté sobre mi embarazo a Otus.

Estaba sentado leyendo un libro cuando me acerque a su lado, le sonríe con dulzura y antes que pudiera decir algo, él se adelantó:

—Estás embarazado.

No lo pregunto, simplemente lo dijo como era.

—¿Cómo? —pregunte.

—Tras tener tantas sorpresas con Troy y ver que ambos se divierten al decirlas. Creo que estoy preparado para todo.

Quise ocultar mi risa burlona, pero era casi inevitable.

—Me alegro por ti Ezra, solo espero que no la hagas otra adicta con la tierra —Se refería a que Noel me suele ayudar con los cultivos y casi siempre termina lleno de tierra, es un infierno sacarle toda la tierra del pelaje blanco.

—Trataré, pero tu promete que no lo vigilaras o impedirás que no pueda tomar ni un helado —Hago referencia a la vez que con Albus fueron a un parque de atracciones y por miedo de que Noel sea intolerante a la lactosa no le compro un helado. Mi pobre hijo se quejó que su segundo abuelo no es tan amigable, eso le partió el alma a Otus.

—Así, pues tú prométeme que lo dejaras quedar más noches con nosotros.

—Tú promete que...

Estuvimos discutiendo promesas que dudo que vayamos a cumplir.

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Después de desayunar, salimos de la casa con abrigos, había una frisa helada que recorrían toda la ciudad. Noel saco la mano por la ventana, le tuve que amenazar con un tiempo a solas toda la semana para que dejara de hacerlo.

Dante conducía teniendo la mirada en el camino y yo puse alguna música en la radio para cantar con Noel, ninguno de los dos se sabía alguna letra, solo tarareamos y nos inventamos cualquier cosa que sustituyera la letra original. Incluso Dante nos acompañaba.

Es curioso como Dante paso de un justiciero nocturno, a un chico mimado con cero carismas, a un chico tan cariñoso que era sofocante a ser un padre modele que, si bien suele decir que le molesta su hijo celoso, lo protegería con su vida si hiciera falta. Lo sé porque yo también haría lo mismo.

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Levi le regaló un álbum de Kpop a Noel.

Era de su grupo favorito. Levi quería que Noel también aprendiera sus pasos y sea un fanático de la música coreana y cuando creciera, llevarlo a un concierto en vivo. Fue por eso que le dolió en el alma ver como Noel le aburrió el álbum en la tercera canción.

—Pequeño traidor, no sabes valorar la música de calidad.

—¿No será que te duele la crítica de tu sobrino favorito? —Le pregunté con una sonrisa juguetona.

—Es mi único sobrino.

—Por ahora, ni creas que a partir de ahora volverás adicto al bebé con Kpop.

—¿Por quién me tomas? No es como si fuera a la cabaña, pondría unos audífonos en tu vientre y podría Kpop veinticuatro siete... ¿Dejan la cabaña con seguro?

Solo movía la cabeza mientras me reía de su comentario.

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Estacionamos el vehículo y mi cara de impresión hizo que los dos lobos me vieran con una sonrisa.

—Bienvenido al acuario, cariño.

En la ciudad nunca antes había un acuario, fue por eso que me emocionó saber que estaba en construcción uno. Solo que, con mi trabajo, no había tenido tiempo de venir a verlo, bueno hasta ahora.

Apenas entramos al lugar, algunos se impresionaron al vernos. Dante ya no era modelo, sin embargo, sigue siendo el hijo de uno de los diseñadores de moda más importante del mundo, además de que sus cuentas siguen siendo de las más seguidas en el mundo; era obvio que siempre tendría esa fama a sus espaldas.

Para nuestra suerte solo nos tomaron unas fotos y luego la multitud se dispersó. Eso me ayudó para ver el lugar, era gigantesco, sin mucha luz, así se podía resaltar las paredes que en realidad era donde estaban los peces, los podía ver nadar con mucha calma. Noel se acercó al cristal para hacerle cara a los peces. Le acaricié la cabeza mientras contemplaba los peces nadando sin rumbo.

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Albus me dio consejos para la primera visita al médico de Noel. Había tenido un resfriado y me alteré demasiado. No sabía que darle o que hacer al él ser un lobo, no podía contar con Dante ya que estaba de viaje para ayudar a Levi en la traducción. Mi única salvación era llamar a Albus y esperar que no estuviera ocupado.

Con su confirmación, fuimos al hospital y el doctor Alfonso entró a Noel a su consultoría para hacerle un chequeo.

Los dos nos quedamos afuera esperando y yo no paraba de llorar, estaba asustado: mi hijo estaba temblando con una tos espantosa y mi única reacción fue llorar. Ni se me ocurrió llamar al Doctor.

Albus me tomó la mano y esperó a que me calmara un poco para poder hablar.

—Tranquilo, ya pasó. Él estará bien.

—No... soy una mierda de padre, mi hijo sufría y yo no supe qué hacer.

—Oye, las mejores olas son en la que más sufres. —Me vio mi rostro de confusión y tuve que usar otros términos—. Ser padre no es algo fácil, tampoco es algo que todos hacemos a la perfección, yo sufrí demasiado con mis dos hijos, me consideraba un padre de mierda, pero no por eso dejé de ser padre. Un padre no debe rendirse, tampoco debe sentirse mal por fallar una vez, el punto de ser padre es seguir luchando aun cuando sientas que eres una mierda.

Dejé de llorar y le agradecí con un abrazo. No sé cómo lo logra, pero Albus siempre encuentra las mejores palabras para hacerme sentir mejor.

El doctor nos llamó y me dijo que la fiebre ya le está pasando, era una enfermedad normal y nada dañina, puede respirar con normalidad y Albus me sonríe mientras susurraba.

—Estás haciendo un buen trabajo, Ezra.

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El acuario tenía toda clase de peces, pequeños, medianos y grandes. Cada pared estaba separada por peces de agua salada, de agua dulce o peces que necesitan un hábitat específico. Noel se asustó al ver un tiburón comiéndose un pez, Dante bromeó con que eso le pasaría si seguía de celoso conmigo. Tuve que darle un golpe discreto para que no dijera esas cosas al niño.

Además, el acuario tenía una zona de compra de productos y descansos. Era un lugar bastante completo.

Mientras nos tomábamos algunas fotos, mis ojos se abrieron al notar unos caballitos de mar.

En mi vida nunca había visto caballitos de mar en vivo, solo en dibujos o imágenes. Era del tamaño de un dedo, era de un color rosa, tenía una cola enrollada, un pico largo y una aleta tan pequeña que me causó ternura. En el cristal había un letrero donde tenía algo de información.

Hippocampus

Mencionaba que ese es su nombre en latín y que es perteneciente a la familia de los Syngnathidae; no tenía ni idea de qué significaba eso. También una información de gran utilidad es que los Hippocampus son fieles a una única pareja, casi siempre son destinados a estar por toda su vida con una sola pareja. En eso otro caballito de mar apareció, este era de un color azul, parecía que estuviera viendo la barriga del caballito rosa, fue ahí donde me di cuenta que estaba embarazado.

Oh mi caballito de mar.

Mi madre me puso ese apodo no solo por mi cualidad de quedar embarazado siendo un hombre. Sino que decía que la persona que me amara, me amaría de verdad y solo tendría ojos para mí.

Vaya madre, enserio que elegiste el mejor apodo.

—Cariño, ¿estás bien? —preguntó mi esposo.

—Claro, es solo que nunca había visto un caballito de mar. Son tan hermosos.

—Si que lo son.

Como si hubiera visto que tendríamos un momento romántico, Noel tomó de la mano de su padre y lo miró con una sonrisa forzada.

—Riva... Dijo, Padre. Podemos ir por una galleta, en la cafetería había unas de chocolate.

Dante me miró primero y yo solo puse los ojos en blanco y le sonríe para que vaya con su hijo por esa galleta.

—Vayan ustedes, yo miraré un rato más los caballos.

—Está bien —Me besa la frente—. Ya volvemos.

—Aquí estaré.

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Pablo se quedó en el auto jugando con Noel, mientras que Lucas me acompañaba al cementerio. Era la quinta vez que volvía; las anteriores fueron para limpiar el lugar donde estaba la tumba de mi madre. Ahora tenía una capa de pintura, una reja que protegía su placa, cada año le traigo flores y unas velas que encendía apenas habíamos llegado.

Lucas se quedó unos metros atrás para que me dejará en mi momento con mi madre.

—Hola mamá... soy yo, hola. Se que ha pasado algo de tiempo desde la última vez —Tenía la garganta seca. Cada año hago lo mismo e igual me sigue doliendo—. ¿Recuerdas lo que me dijiste antes de morir? Que nunca apagara mi sonrisa... Fue duro, pensé que nunca encontraría un motivo para sonreír de verdad —Recordé esa noche, esa primera noche—. Hasta que vi un ángel, él también me estaba viendo. Él me dio un motivo en mi vida, me hizo entender que no tengo porque seguir encajando en un mundo donde no pertenezco. Él me dio un motivo, él me dio amor, él me dio una familia.

Lucas se acercó para poner su mano en mi hombro, contuve las lágrimas.

—Quiero que sepas algo. Ya nunca tendrás que preocuparte por mí, encontré mi camino en este mundo y no pienso dejarlo. Ahora, volveré a tener un hijo, espero que si es niña tenga tu misma sonrisa, esa sonrisa que nunca dejó de brillar ni en los momentos más oscuros —Toque su logo y una sola lágrima salía de mis ojos—. Te amo mamá, tú cabillo de mar puede ser libre en el océano.

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—Tata, tata mira.

Mi hijo vino corriendo con una galleta en la mano, bueno media galleta en la mano, tenía una mordedura.

—¿Qué tiene, Noel?

—Tiene más chocolate en su interior.

—¿Enserio? —Levante a Noel y lo sostengo entre mis brazos—, ¿Le dejarías a tata probar esa galleta?

Dante se me acercó y puso su mano en mi hombro. Tenía una sonrisa muy pasiva.

—Solo si dejas de ser cariñoso con Rival.

Tuve que ponerle ojos molestos para que supiera que esta vez no dejaría pasar ese comportamiento de lobo celoso. Además, quería probar esa galleta.

—¿Decías?

—Que puedes probar mi galleta.

Puede probar la galleta y tenía razón que adentro tenía chocolate. Dante pasó un dedo por mis labios para limpiar residuos de chocolate y acto seguido se lamió el dedo. Mentiría si ese acto no me pareció extrañamente excitante.

—¿Podemos ir a la tienda de regalos? Por favor —Noel puso ojitos de cachorrito y sabe que para mí son súper eficaces, no es lo mismo para Dante.

—Está bien, pero luego tendrás que comer todas las verduras que estén en tu plato jovencito —Aunque Dante podía encontrar otros métodos para ser super eficaz contra Noel.

—Bueno. —Lo dijo más a regañadientes dientes que otra cosa.

—Eso quería oír.

Yo simplemente me rompí entre risas. Los dos me vieron algo confusos, como si no entierran porque me estaba riendo como loco.

—Lo siento, es solo que estoy demasiado feliz con esta vida —Me acerque a Dante y le plante un beso—. Gracias por nunca dejarme ir.

—Sabes que nunca podría dejarte, le seul que j'aime.

¿Qué es un vínculo?

Esa pregunta la tuve en mi cabeza el día que supe que estaba vinculado con Dante Neville, pensé que sería el fin de mi vida, una pesadilla de la que nunca terminaré. Pero resulta que no solo siempre estuve destinado a estar junto a Dante, sino que descubrí que un vínculo no es solo algo que tenemos nosotros dos: Un vínculo es todo lazo que tienes con alguien que te preocupa, tuve un vínculo con mi madre, tuve un vínculo con Lucas, tuve un vínculo con los Neville, tuve un vínculo con Dante y ahora tengo un vínculo con mi hijo. Con todas las personas que me importan.

Y nunca pensé en dejarlas. Son mi vínculo y un vínculo es para siempre.

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Agradecimientos:

Quiero dar unos pequeños agradecimientos a todas las personas que llegaron al final de esta historia, todo inicio como un fanfic de "Remant: Jujin Omegaverse" (Es un manga que les recomiendo) y también muchas ideas vinieron por la canción de este epílogo "Ocean" esos dos factores ayudaran a que esta historia pudiera cerrar.

Yo soy Sam y muchas gracias por leer mi historia.