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4. Yo no te quiero a mi lado

En mi vida la noticia más grande que tuve fue cuando en mi primer chequeo gratuito me dijeron que era un Omega. Juraba que hasta ese momento pensaba que era un Beta. Tenía solo ocho años cuando me lo dijeron. Ahora que pasaron diez, esa noticia fue destronada por la dicha por Albus.

—¡Me niego rotundamente! —Se cuando la cosa es seria cuando uso palabras complejas en vez de algo más básico—. No pienso casarme con ese saco de pulgas.

—¿Cómo me llamaste? —Dante clavó sus ojos en mí. Sus colmillos brillaban—. Dímelo otra vez o...

—¿O qué? ¿Volverás a meter tu pene en mí y me marcaras?

Dante se avergonzó un poco por mis palabras e incluso Albus evito vernos para no ser más vergonzoso el momento. Normalmente sí me suelo poner rojo cuando digo cosas del estilo, pero ahora estoy tan molesto que podría detallar lo que hicimos ayer y seguiría intacto.

—Miren chicos, sé que ninguno está feliz con esto, pero Dante no deja de ser mi hijo y modelo principal en mi marca de ropa. Si la prensa se enterara de que mi hijo se vinculó con un Omega que ni hogar tiene —Albus me mira sin intención de ofenderme. Tuve que mover la cabeza para darle entender que ni me importaba—. Así que prefiero que la prensa supiera que ustedes dos estaban en una relación y tras el vínculo decidieron casarse.

Albus dijo todo ese con toda la calma del mundo, yo estoy temblando porque enserio todo lo que dijo tiene sentido. La familia Neville son super famosos en la ciudad y su ropa conocidísima en todo el mundo. Son lo más cercano a reyes aquí, todos son impecables, firmes y con elegancia en los eventos importantes en los que asisten. Si los medios se enteraran que su hijo Dante, un modelo de alto nombre, se haya vinculado con un Omega que el dinero es algo que cuida mejor que su vida. No solo perjudica la imagen de Dante, sino que fácilmente los jóvenes cancelarían la marca. Un poder que nunca entenderé.

Por otro lado, no estoy nada feliz con la idea de estar casado tan joven, tener de esposo una Bestia que no conozco y me cae mal y formar parte de una familia de millonarios. Ese sería el sueño para otro, pero no para mí. Yo solo quiero una familia tranquila, en la que me sienta amado y pueda brindar amor.

—Entiendo que esto no sea la mejor noticia para ti, Ezra —Prosiguió Albus—. Sé que mi hijo fue un irresponsable. Pero por favor quisiera que pensaras en esto, si te casas con mi hijo arreglaría este caos y si prefieres rechazar la propuesta —Su cola se detuvo de un suave meneo—. Lo entenderé.

Algo que me encanta de las Bestias es que sus expresiones faciales son muy limitadas. Son literalmente rostros de animales con ojos más vivos y pupilas. Sin embargo, tiene cualidades que hace más fácil entenderlos. Como en los lobos, su cola. Esa alargada cosa se mueve con locura cuando están emocionados, se mueve despacio cuando están esperando algo o en este caso se queda totalmente quieta. Puedo saber que Albus teme que rechace esa idea.

Por lo menos me da opción, si fuera como esos tipos malos de películas, me estuviera obligado a punta de pistola.

—Gracias Albus, pensaré en esa propuesta. Por ahora quiero volver a mi trabajo.

—Claro, Otus te llevará de regreso y mañana puedes decirnos tu respuesta —Lo dijo con una sonrisa en sus labios. Dante no se movió de su posición y solo se cruzó de brazos.

—Está bien —Me dirigí hacia Dante, el cual no dejaba de mover la cola— ¿Tienes mi teléfono?

—Oh, sobre eso.

Dante sacó de su bolsillo los restos del teléfono, casi me desplomo al ver la pantalla destruida. No duró ni un día y ya está roto.

—En medio de todo el aborto, lo pise por error. Lo siento. —Era la primera vez que escuchaba una disculpa de Dante, incluso puede ver como bajaba sus orejas. No me importo, estaba totalmente en blanco por mi pobre teléfono.

Salí de la habitación con la mirada caída, mi teléfono está destruido, estoy enlazado con Dante y ahora tengo que decidir si me caso con él.

Por lo menos disfruté un buen desayuno.

════ ⋆★⋆ ════

Otus me acompañó a la cafetería y por sus molestias le pedí un café normal y pagaría con mi salario. En todo ese momento Lucas tenía el corazón en la garganta y se tuvo que aguantar hasta que se fuera Otus.

—¿Cómo? Enserio, Ezra, eres el único chico sin familia que despierta otra vez en una mansión. ¿Qué pasó con lo de llamarme? Son las nueve y siempre vienes a las seis, casi me da un paro cardíaco al ir a tu casa y ver tu ropa rota.

—Estoy vinculado.

Eso hizo que Lucas se quedara callado y los huevos que estaba cocinando casi se quemaran. Estamos los dos en la cocina mientras los dos otros empleados de Lucas se encargaban de las órdenes. Era una mañana tranquila o llegue cuando ya todo está más calmado. Estaba sentado en un banquito mientras que Lucas tuvo que hacer otros huevos para la mesa dos.

—Ayer vino ese lobo y entré en celo. Ahora tengo que decidir si casarme con él para no afectar la vida de su familia —Puse mis manos en mis mejillas mientras contenía las ganas de gritar—. Es una mierda.

—Ezra —Mirando la sartén, soltó un suspiro—. No eres mi hijo, pero me das problemas como si lo fueras.

Estuvo como quince minutos hablando que debía cuidarme y recordando que me regaló Inhibidores, las pastillas horribles para prevenir el celo. Supongo que ahora no me saben tan mal. Tuve que darle un resumen de todo lo que supe hace poco y también que diera su punto de vista.

—No sé, Erza, en toda mi vida nunca antes había oído parecido —Llama a unos de los trabajadores para que llevara la orden—. Se que mi novio y yo no tenemos problemas como los Alfas y Omegas. Pero si quieres oír mi decisión, yo aceptaría.

—¿Por qué? —Estaba muy intrigado.

—Mira, Ezra —Apaga toda la cocina y me mira atentamente a los ojos—. Eres un chico, tienes apenas dieciochos años y por lo que se de ti, tu único hogar verdadero fue cuando estás con tu madre. Hace doce años que tienes que vivir de todos para sobrevivir. Creo que casarte con un lobo que es tu Alfa, tiene dinero y tiene que hacerse responsable por lo que hicieron. No me suena como un mal plan.

Suspire profundamente tras escuchar su opinión. Y lo peor es que tiene razón.

No sé qué quiero de mi vida, es mi deseo de tener una familia. Pero después de eso no tengo pensado hacer nada más. También tiene que ver que desde pequeño me decían que al ser un Omega mi única ocupación seria ser el esposo y amo de caso de mi Alfa.

No podría estudiar: ¿De qué le sirve a un Omega estudiar?

No podría trabajar en trabajos pesados: ¿De qué sirve a un Omega trabajar?

No podría vivir solo: ¿De qué sirve un Omega solitario?

Los Omegas son solo seres inútiles. Sirven para complacer a su Alfa y darle una familia.

Supongo que ser el esposo de un millonario es lo más decente que puede obtener un estúpido Omega.

—Espero que no me extrañes cuando esté casado —Lo hice sonar como si fuera una broma, aunque en el fondo nada de esto me parecía divertido.

—Claro que no, además tienes que venir a trapear.

—¿Enserio? Ni cuando sea millonario, vas a dejar de obligarme a trapear todo el lugar.

—No importa si seas rey del mundo, eres mi empleado y lo harás hasta que renuncies.

—Como sabes que no renunciaré después que me case.

—Intuición, la tengo incluso antes de conocerte.

—Eso no responde mi pregunta al cien por ciento.

—Pues tampoco veo el suelo limpio al cien por ciento.

—Bien —Solté un suspiro—. Yo me encargo.

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Otro día donde tengo que limpiar toda la cafetería, entregar menús y comer junto a Lucas sin mencionar nada de mi odisea con Dante. Tengo suerte que esta camisa cubre un poco la mordedura que me hizo.

De regreso a mi casa, vi como algunos Alfas me quedaban viendo más de la cuenta, supongo que el olor de mi celo sigue en el aire, aunque ya no siento ardiendo como ayer, no quiero sentirme así otra vez. Entré a mi casa y vi como Dante estaba sentado en mi colchón mientras miraba una revista donde en la portada salía él. Supongo que la trajo él ya que no tengo de esas revistas. No quisiera sacos de pulgas modelando en mis revistas.

—Te preguntaría qué haces aquí, pero la verdad ni me importa —Caminé sin verlo y puse sobras de pastel en el congelador, Lucas a veces es un considerado.

—¿Ya lo decidiste? —Tampoco me estaba mirando.

—Puede que sí, puede que no. No por eso tenías que venir a invadir mi casa.

—Para empezar esta casa te la dio el gobierno por ser un Omega sin hogar, además es una casa provisional.

—Qué bonito —Sarcásticamente le respondí—. Estuviste buscando información mía. Nada de lo que debo preocuparme. Para nada pareces un acosador —Le sonríe mientras intenta no sacarle el dedo de en medio.

—Eres mi vínculo, debo saber todo de ti.

—¿Enserio? Pues ya no sé nada de ti y eso que también eres mi vínculo.

—Bueno. ¿Qué quieres saber?

Tenía planeada estar acostado hasta que me diera sueño. Pero un interrogatorio a este lobo puede ser una buena manera de conseguir algo de sueño o chisme del bueno; cualquiera de los dos escenarios me agrada.

—Pues tu edad, tu nombre...

Dante se levantó, tiró la revista a un lado y como si no estuviera presente comenzó a inspeccionar la casa con sus manos detrás de su espalda.

—Soy Dante Neville, tengo veinticinco años y bueno... Soy de los modelos más importantes de toda la región.

Si el ego fuera una persona, no dudaría que se tratara de Dante Neville.

—Se nota que eres un tipo agradable.

—Dilo después de que miles de millones de seguidores te repitan que su mundo se acabaría si me retiro. Eso te vuelve un ser egocéntrico.

¿Todavía tiene ese descaro? Puede ser más despreciable.

—Este lugar huele horrible, no entiendo cómo puedes vivir así.

Listo, ahí está el resto.

—Mira, saco de pulgas —Ignore el gruñido que me dio—. Puedes quejarte todo lo que quieras de mi casa, pero debes seguir hablando. Como mi vínculo —Me sentía raro al decir eso en voz alta—, debes decirme algo de tu familia, apenas si lo básico.

—¿Qué? —Parecía algo confuso. Solo lo dije por curiosidad—. Si ya la conoces, tengo a mi padre, el jefe de una de las marcas de ropa más importante del mundo, Secrity. Mi hermano mayor, solo me gana por un año y es más irresponsable que yo... y bueno, mi madre.

—¿Madre? No la he visto en la casa.

—Razonable, no creo que puedas ver fantasmas.

Con esa broma entendí que su madre falleció. Bueno teníamos algo en común, pero no lo voy a decir, sonaría algo macabro que la única cosa en común que tenemos es tener a nuestra madre muerta.

—Tuvo que ser una buena madre —Quise sonar algo empático.

—La mejor, pero no quiero hablar de ella. Ni se porque tengo que hablar, si quieres saber algo de mi lee una revista, total mi vida es un espectáculo para muchos. Cada revista de moda, farándula estoy yo en la portada. No por eso mi cuenta de Instagram es la más seguida de todo el mundo.

Este lobo es muy grosero, entiendo que no haya tenido un vínculo hasta ahora. Nadie podía aguantarlo. Y ahora tengo que vivir toda mi vida con este tipo. Esto será una pesadilla total.

—Como quieras, pero luego no me preguntes porque no soy un buen esposo.

Soltó una carcajada mientras negaba suavemente con su cabeza.

—Así que, si serás mi pareja, lo suponía, con plata baila el perro —Su cola se movía con locura. Se está burlando de mi cara.

—¿Disculpa?

—¿De qué te impresionas? De seguro cuando me viste pensaste en todo el dinero que podrías sacarle a mi familia si fueras mi vínculo, digo si viviera así yo también lo hiciera.

No soy un santo. Hace unas horas tuve en mente que si aceptaba lo del vínculo tendría una mejor vida. Sin embargo, nunca fue mi idea despertara mi celo y mucho menos que me vincula con él.

—Me estás jodiendo. ¿Enserio piensa que haría algo así?

—No lo pienso, lo sé. Callejero.

Apreté los puños con fuerza y mi mirada se tensó.

—Dilo otra vez, te reto.

—Ca.lle.je.ro. —Estuvo saboreando cada palabra al decirlo. Incluso pasó su lengua por su hocico—. Es gratificante decir verdades.

Ok, esa fue la gota que derramó el vaso.

Camine a su lado y lo apunte con el dedo en su pecho.

—Mira pedazo de mierda, no quise ser él lazo de un imbécil como tú, que de seguro es un niño consentido que ni valora lo que tienes. Tienes un gran padre, un hermano que te quiere y vives rodeado de lujos y si, tienes el cerebro más pequeño que una nuez, como para pensar algo de mi sin conocerme. Pues debo decir que casarte conmigo será una tortura como lo será para mí. —Lo mire a los ojos—. Me escuchaste Lobo de mierda.

Me esta comenzó a calentar del coraje que me daba este saco de pulgas.

Como si esto fuera un juego para él, se lamió el hocico y se acercó mientras sus zapatos inundaban con su sonido y si fuera poco su altura imponía, me muestra sus colmillos y la poca luz que alumbra mi hogar hace que sus ojos se vean amenazante. Retrocedo un poco mientras Dante camina lentamente hacia mi como si fuera una presa.

—Si mi vida será una tortura, le sacare todo el jugo posible.

Quería seguir retrocediendo, solo que me detuvo la pared y Dante aprovechó para tomar mis manos y ponerlas contra la pared. Está tan cerca que sentía su respiración en mis mejillas. Sus ojos brillaban tanto que era como ver una luna llena. Me lamio la mejilla con su lengua, se sentía rasposa y húmeda. Sin embargo, no estaba aplicando nada de fuerza para liberarme.

—¿Qué pasó, el lobo te cortó la lengua? —preguntó Dante mientras me soltaba a la par que mostraba una sonrisa burlona.

Apenas tuve la oportunidad, tumbé con todas mis fuerzas a Dante y aterrizó en el colchón, este parecía sorprendido hasta que vio que me estaba sacando la camiseta y la tiré lejos de nosotros.

—¿Qué pasa, el humano te corto la lengua? —Sonríe mientras me acercaba a su pecho y desabotonaba su camisa. Su olor era fuerte.

Mi cuerpo estaba caliente, no al nivel de ayer, pero sentía como todo mi cuerpo estaba caliente, mi cuerpo me pedía a gritos que Dante pusiera mis manos en mí. No sé si esto comprobé que estamos vinculados o su solo presencia provoca algo en mí.

Me sonríe, puso sus manos en mi trasero y lo apretó con fuerza, mi cuerpo se sentía bien al sentirlo cerca. Se incorporó y comenzó a lamer mi cuerpo, su lengua recorría todo mi cuerpo, mientras mis manos recorrían su peludo pecho, era como tocar algo suave y duro a la vez. Hablando de algo duro, en todo mi trasero sentía como el bulto de Dante se ponía duro. Quería verlo, quería que me lo metiera dentro de mí.

Aparte a Dante con mi mano para así voltearme y estar boca abajo de él. Le quité su pantalón con su ropa interior y pude ver su miembro en todo su esplendor. Con mis dedos tocaba la punta, eso hacía que Dante soltara un gemido que ayer no pude disfrutar como ahora. Era tan excitante como gemía con su voz grave.

Mi lengua se acercó a su miembro, respiraba su glande para darle una lamida, se sentía tan caliente y tan deliciosa, era como chupar una dulce paleta suave.

Quiero más.

Metí su miembro en mi boca y escuché como Dante soltó un gran gemido. Además, que con sus garras rompió mi ropa interior dejando al descubierto mi hoyo. Lo aprovecho para meter uno de sus dedos, seguía súper sensible en esa zona, quería gemir, pero seguía teniendo su miembro erecto en mi boca. Era demasiado grande que apenas podía con su punta sin ahogarme.

—Vamos, Humano, demuéstrame de lo que estás hecho, quiero saber que tan bien coge mi esposo.

Seguí las palabras de Dante y dejé a un lado lamer su miembro y fui directo al plato principal. Volví a acostar a Dante y me pare para sentarme cerca de su pelvis, su miembro palpitante está rozando mi trasero, era cálido y húmedo que ya lo quería dentro de mí. Quise meterlo, pero me pidió que le pasara algo del bolsillo del pantalón. Con un bufido hice caso. Era un condón, se lo di, se lo puso a la velocidad de la luz y dejó que siguiera tomando todo el control. Con algo de rabia por la espera, levanté mi trasero mientras introducía su miembro en mi hoyo, Dante ayudó para que quedara justo. Ambos soltamos un gemido mientras nos unimos. No sé cómo ayer no grite del dolor con su gran tamaño dentro de mí, ahora no puedo ni con la mitad y ya estoy soltando algunas lágrimas.

Estaba dando suaves sentones para sentir parte de su miembro empujando mi interior. Dante tenía la lengua afuera y su respiración se ponía pesada y yo quería más de él. Quiero todo de él. Su miembro palpitaba en mi interior, rozaba cada capa de mí y cada vez que sentía que golpeaba un punto en específico me sentía en el cielo.

Nos tomó unos treinta minutos en que Dante se viniera. No puede sentirse lleno o caliente por su líquido, el condón impedía que entrara una sola gota. Casi hasta puede sentir una decepción en mi interior.

—¿Acaso quieres terminar con todo esto? —dije sacando su miembro y quitándose el condón lleno.

—No —Me respondió mientras sostenía otro condón entre los dedos.

—Entonces compláceme hasta que no quiera alejarme de tu lado.

—Tranquilo. Humano, no dejaré que te vayas de mi lado.

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