15. Tócame como tú lo haces
Otra vez estábamos Dante y yo en el auto, escuchando música tranquila, esta vez no había una chica cantando en francés, si no una chica cantando con una voz tan hermosa que parecía una diosa. Dante me dijo que es una canción de un amor bello pero que duró poco.
Tal como había prometido, cada mes íbamos a la cabaña para verificar los cultivos y en esta ocasión no íbamos con las manos vacías, llevaba a mi pequeña maceta para cultivarla en el huerto, sé que ahí será un mejor lugar.
También quisimos ir porque Dante entró en una etapa de descanso, ya que la temática de este mes en la marca es ropa de mujer. Por lo que no tendremos a Dante modelando un vestido. Una pena para los ojos. Así que este viaje no será de ida y vuelta. Nos quedaremos unos días en la cabaña para respirar aire fresco, cultivar y relajarnos de la prense, que cada día está más hambrienta que nunca.
Desde que me dejaron de atacar por ser el esposo de Dante, ahora parece que tengo un Fandom. Eso dijo Levi. Donde todos me comentan cosas lindas, cumplidos, bendiciones y, sobre todo. Quieren saber más de mi vida.
¿De dónde soy?
¿Dónde conocí a Dante?
¿Qué me atrae de él?
¿Qué me gusta comer
¿A qué me dedico?
¿Tendremos hijos?
Cada uno de esos preguntaban y más se acumulaban en mis historias, TikTok, fotos o un simple re tweet.
Fueron tantas las preguntas que Levi me aconsejo hacer preguntas y respuestas en un Live de Instagram. Me dijo que mirara a la cámara, saludara a todos lo que apareciera y respondiera sus preguntas con sinceridad, no tanta, y sin parecer algo forzado. En ese Live estuvo Dante a mi lado para ayudarme en cualquier cosa que necesitara. Apenas inició el Live estuve diciéndole a Dante si estaba funcionando eso y él dijo que si me veía en el teléfono está funcionando.
En todo el Live respondía preguntas de una manera dulce y sincera, no tanta. Casi cualquiera pregunta que tenga que ver con mi pasado o algo de los Neville que no sea conocido no respondía o me hacía el menso. Tuve varios espectadores y puede complacer a algunos, aunque eso solo se convirtió en que quisiera que me volviera en alguien recurrente en responder preguntas o dar información. Pero yo no quiero eso.
Cada mañana era levantarme y tener una bombardea de mensajes o comentarios de gente que quería saber todo de mí, como si solo fuera un animal o un objeto nuevo del cual sacarle jugo, era horrible ver como si no les podía comenzaban a pelear o insultarme llamando maldito cobarde u Omega de mierda.
Fueron tantos los mensajes, que al final dejé el teléfono en las maletas para no tener que preocuparme con esta vida. Vida que no quería, vida que tengo por un vínculo del que supuestamente fue destinado. Cada vez pienso que lo que dijo Troy fue solo una sucia mentira. Dante no es mi alma gemela.
Dante.
Dante.
Dante.
Cada vez que pienso en su nombre mi mente se nubla, mi corazón late y mis mejillas se ruborizan. Me queda claro que, si estoy enamorado de él, en eso sí puedo decir que mi vínculo acepto a Dante. ¿Pero Dante también me acepto?
Esa pregunta me tiene colgando de un hilo.
Si me trata bien, me demuestra afecto y suele ser dulce conmigo. Solo que está ese factor que nunca se queda para seguir con los afectos, se va cuando estoy a punto de decir algo o simplemente huye cuando devolver un beso y decir que lo quiero.
Cada vez pienso que me da un beso solo para evitar que me sienta como basura por vivir de mantenido en una familia a la que no pertenezco. Eso duele más de lo que pienso. Me hace cuestionar si en verdad solo soy una carga para Dante, tal vez quiere tener alguien más, quiere amar a alguien de verdad y no quiere estar con un omega sucio que solo lo mordió por estar en celo.
Sigo sin entenderme.
Respiré y pegué mi rostro en la ventana viendo los árboles del lugar, como la otra vez sus hojas estaban esparcidas por toda la carretera y tenían un color amarillento con tonos naranjas.
Al llegar a la cabaña, tomé la maceta y salí del auto sin mirar a Dante, no quería verlo y sentirme peor conmigo mismo. El huerto sigue igual como la anterior vez, carpas protegiéndolo por lo bichos, aspersores que se activan cada cierto tiempo y rejas que separan el sembrío. Me acerqué a las plantas de frambuesa y no me importó ensuciar mi pantalón con tierra para poder hacer un espacio para mi pequeña creación. Apenas estaba sacando raíces y se veía tan linda, tan indefensa, tan llena de esperanza y oportunidades.
—Se que estarás mejor aquí pequeña.
Con tierra en mis manos, entré a la cabaña donde Dante estaba tomando agua y vi que todas nuestras cosas ya estaban adentro.
—¿La plantaste?
—Si, espero verla crecer.
—Claro que lo harás.
Dante se acercó y se lamió el pulgar para pasarlo mi nariz y mi mejilla. Sentir su dedo peludo, ver como su cola se movía con normalidad y tener sus ojos color de luna clavados en mi rostro, era tan precioso y a la vez tan prohibido. Como el mismo Dante Neville.
—Tienes algo de tierra —dijo mientras me seguía mirando.
—Gracias —Trate de sonar calmando mientras mi corazón entraba y salía de mi pecho.
—Lleva tus cosas a la habitación.
Lo dijo para salir de la cabaña, otra vez huía mientras me dejaba con los ojos cubiertos de estrellas. Casi podría decir que es nuestra nueva rutina, tener momentos íntimos para luego él se vaya. Se que siempre ha sido así, pero no puedo negar que me duele sentir ese abandono cuando más claro tengo las cosas.
Amo a Dante Neville.
Tome mis cosas: dos maletas con ropa y un libro. Entre a la habitación que solo contaba con una cama mucho más reducida que en la habitación de Dante, era de un tamaño en que apenas entraríamos los dos, un closet de madera, una ventana que daba una vista al bosque y un ventilador de techo que al encenderlo soltaba polvo con restos de telaraña.
Puse las maletas en la cama y ésta sonó al instante, era vieja y hacía mucho ruido, perfecto para dormir tranquilo. Dante entró a los segundos poniendo las maletas en el suelo y acercándose casi rozando su hocico con mi rostro.
—¿Pasa algo? —pregunte mientras desempaca.
—Iré a la ciudad, no demoraré.
—¿Pasó algo? —repetí mi pregunta con un tono más preocupado.
—No tardó.
Salió sin darme una explicación, solo puede ver como su cola se movía con locura y sus orejas estaban levantadas. No soy alguien que entiende mucho del amor, claro que tengo algunos ejemplos, pero ver esa cola moviéndose como loca, sus orejas levantadas solo me hicieron recordar a ese Gato bicolor.
Fue un cliente que tenía una cita con una chica, ambos eran betas y como iba a la cita, todo parecía ir tranquilo, solo que el gato estaba super enamorado de esa chica, tanto que parecía que bajaría la luna a sus pies en ese mismo instante.
Dante nunca me ha demostrado eso conmigo.
Dante solo es cortante conmigo.
Dante es mío, pero su corazón no lo es.
Puede que encontrara a alguien que esté llenando su corazón como es debido, lo entendería, quien podría amar a un sucio Omega como yo. Solo soy su vínculo porque mi cuerpo lo acepto, no porque ambos nos amábamos.
¿Por qué el amor es tan complicado?
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Hice lo mejor que puedo hacer si tengo la cabeza llena de ideas: Ensuciarme las manos.
Me puse ropa más casual y salí al huerto para quitar las malas hierbas, probar algunas de las verduras frescas y ver como algunos bichos como cochinillas o caracoles querían un pedazo del huerto. Tuve que quitarlo para no provocar una plaga.
Volví a la casa lleno de tierra y con guantes en la mano para poner composta a varias plantas.
De pronto mi teléfono sonó y una videollamada de Lucas me sacó una sonrisa. Casi no me suele llamar por lo ocupado que es su trabajo, pero cuando lo hace me da gusto y más al descubrir este invento llamado videollamada. Me quité los guantes y acepté la llamada.
—Hola mi Ezra ¿Cómo va todo?
—Lucas que bueno es escuchar tu voz —Tome el celular para enfocar mi rostro.
—Nos vimos hace una semana.
—Antes nos veíamos a diario, una semana parece una eternidad.
—Tienes un punto, pequeño.
No parecía estar en la cafetería, de hecho, por las paredes color menta y que tenía un suéter negro puede adivinar que estaba en su casa.
—¿No estás trabajando?
—No, tomamos un descanso por unas remodelaciones, había que cambiar los asientos y la parrilla estaba algo oxidada.
—¿Enserio? ¿Por qué no me dijiste eso?
—Ya no eres un empleado del local para estar informado de todo, además pensé que deberías estar ocupado con tu esposo.
Mi esposo.
Cada vez se me hace tan raro escuchar esa palabra.
—Sobre eso...
—¿Qué ocurre?
No podía mentirle a Lucas. Me senté y le conté todo lo que había ocurrido con Dante. Le dije sobre su actitud algo cortante, su falta de afecto y la manera en que me demuestra algo y lo borro enseguida, también sobre mi descubrimiento de mis sentimientos y por último mi reciente teoría de que está saliendo con alguien para llenar su corazón.
—¿Qué opinas? —pregunte mientras abraza mis piernas con un brazo.
—Cielos, Ezra —Se sobaba la nuca—. No sé qué decir, sabes que solo soy un Beta y mi pareja también. Casi no se sobre los Alfas y los Omegas. Puede que en verdad no te ama y solo está soportando estar a tu lado por ser tu lazo.
No me hizo sentir muy bien escuchar eso.
—También puede que le cueste demostrar su amor contigo —Prosiguió con un tono calmado—, es un famoso que nunca tuvo una relación, me recuerda mi primera relación. Tan joven y quería mucho a una chica, solo que no encontraba la manera de demostrarle mi amor o como decirle... me ponía tonto, cortante o incluso algo engreído para demostrar todo menos amor.
—¿Qué pasó con ella?
—Se mudo antes de que pudiera decirle lo que siento.
Me esperaba otra respuesta.
—El punto es que no se si ese Alfa tuyo te ama o no, no sé si solo te quiere como su vínculo o hay algo de amor en su corazón, eso debes descifrarlo por ti mismo y si ese imbécil solo te utiliza por ser tu vínculo, le romperé los dientes y te sacaré de ahí.
Estaba a punto de reírme.
—¿Sabes que mide casi dos metros y tiene brazos marcados?
—Dije que lo intentaría.
Me puse a reír.
—Gracias por estar cerca mío, Lucas, no sé qué hubiera hecho sin tu ayuda.
—Tal vez pidiendo comida en otro lugar.
—Tonto —Sonreía felizmente.
—Enserio tienes suerte que ya no eres mi empleado, ese insulto te hubiera afectado en tu sueldo.
Terminamos la llamada y decidí poner mi teléfono a un lado, quitarme la ropa e irme a la ducha. El agua estaba fría, tanto que solté un pequeño grito, me acostumbré al agua caliente que hay en la mansión. Sentía como el agua caía por todo mi cuerpo, me esparcía el shampoo en mis hombros, rodillas, y en mi cuello. Donde podía mirar la marca.
Ya pasaron cuatro meses desde que Dante me mordió, al principio se notaba claramente que me habían mordido, incluso si Dante clavara sus colmillos otra vez podía saber qué colmillos atravesaron mi piel. Con forme pasaban los días, la marca se iba currando y solo se notaba un color más oscuro en esa zona. Actualmente tiene una apariencia más como si me hubiera clavado sus garras, unas líneas que adornaba mi cuello. El máximo símbolo que soy su vínculo.
Otus me pregunto porque no me lo cubría como Troy, él se ponía un lazo negro en el cuello para mostrarle a todos que tiene un vínculo. Al principio no tenía uno por las fotos, para que vieran que estábamos vinculados y no ser tan sospechoso una boda a tan corta edad. Sin embargo, ya pasó la etapa de mostrarle al mundo que somos pareja, debería cubrirme la marca y evitar miradas por ser un Omega con vínculo... Solo que me gusta que vean mi marca y saber que tengo alguien. Aunque ese alguien no siente lo mismo que yo.
Terminé de bañarme y me puse algo cómodo para ir a la cocina y calentar agua. Solo que al salir de la habitación me encuentro con Dante vestido con una camisa blanca, unos pantalones negros, zapatos negros, sentado y en el comedor alumbrado por una vela.
—¿Qué es todo esto?
—Una sorpresa, le seul que j'aime.
Estoy sin palabras.
Dante se levantó y su cola se movía como loca, ya ni me interesaba interpretar que significaba eso. Solo podía ver a Dante iluminado con la luz de vela y sus ojos me miraban de pies a cabeza. No sabía muy bien lo que quería, estaba pensado incluso que solo le había llegado su celo, pero su olor no era intenso y tampoco podía ser él mío, aún faltaba un mes.
—¿A qué se debe esto? —pregunte.
—¿No puedo darle una sorpresa a mi esposo? —contestó con una sonrisa.
Todo en él me gustaba, su ropa, su voz, sus ojos, la manera en que toma mi mentón con su mano, su pelaje gris que brillaba a la luz de la luna. Todo se fue de mi mente al meterme en la habitación y cerrarle la puerta en la cara.
Estoy cansado de tener que jugar su maldito juego. Desde que llego a mi vida llego con una arrogancia tan grande que fue fácil odiarlo. Fue un golpe duro al saber que este lobo sería el único hombre que podría estar en mi vida. Conforme el tiempo pasaba me iba enamorando de él, porque aun con sus defectos, tiene un encanto que es irresistible no quedar flechado. Solo que estoy hartando de esto. A veces siento que hace cosas lindas o románticas porque siente algo hacia mí. Sin embargo, a los días cambié por una actitud más fría o apagada, solo me hace dar cuenta que él solo me quiere como su vínculo, es su obligación, nunca habrá amor en el corazón de Dante con mi nombre escrito.
Estoy harto de amar a alguien que nunca me amara como lo hago.
—¿Ezra?
Dante entró con su cola entre las patas, sus orejas caídas y su sonrisa confiada se había borrado de su rostro. Yo me levante para mirar por la ventana, el cielo ya estaba tomando un color negro, la luna esta tierna y su brillo iluminaba una parte de los prados. Dante solo se sentó en la cama, puede escuchar como sonaba la cama al sentir su peso.
—¿Qué ocurre? —Me pregunta con una voz suave.
—¿Cuánto durará?
—¿Qué cosa? —Su inocencia me molestaba.
—¿Cuánto durará la farsa?
Su silencio era la respuesta que esperaba. No sabía si enojarme más por eso.
—¿Cuánto durará eso de fingir esa dulzura conmigo? Puedes solo evitar mirarme, evitar tocarme, evitar acariciar... evitar ilusionarme.
—Ezra, yo...
—No. Dante, sé que lo nuestro solo es una mentira, lo sé desde el momento en que me mordiste, en que mi vida se arruinó al estar vinculado contigo. Yo no encajo en tu mundo, solo soy un lastre y me lo has dejado muy claro varias veces. Solo... que pensé que podía amarte, podía imaginarme un mundo a tu lado sin pensar en el vínculo. ¿Sabes? Ser una pareja de verdad y no un truco promocional, pero eso nunca pasará, solo soy tu vínculo, no soy nada más para ti, y viviré con eso, me tomarás cuando estemos en celo, evitarás que esté con otro hombre. Puedo vivir con todo eso. —Solté un suspiro. Estaba agotado—. Solo te ruego, que no me ilusiones, no me amabas y nunca lo harás, solo dime eso, dime que nunca habrá amor entre los dos. Solo eso te pido.
En ningún momento deje de mirar por la ventana, sentía que si lo miraba me dolía decir todo esto. Aun así, quería oír su respuesta, quería escuchar cómo me destrozaba el corazón con sus palabras. Es mejor tener un corazón roto que un corazón esperanzado.
Solo puede oír como la cama sonaba al no sentir el peso de Dante. Pensé que se iría, pensé que me dejaría otra vez ilusionado, pensé tanto y tanto que ya no sabía qué esperar.
—No puedo decir algo que no es verdad, le seul que j'aime.
Observe atentamente a Dante, se acerca tanto que la luna baja el brillo de sus ojos. Tan hermosos, tan majestuosos y tan tranquilos. Podía nadar toda mi vida en sus ojos.
—¿Sabes lo que significa le seul que j'aime? —Me pregunto.
—¿Pequeño Humano? —respondí.
Me sonrió.
Una sonrisa tan cautivadora.
—No, significa: el único que amo, lo supe desde el momento que te vi, supe que serias le seul que j'aime.
Sus pulgares acariciaron mis mejillas, quería apártalo de mi vista, quería que me dijera que era mentira, quería decirte tantas cosas. Pero mi corazón dio el primer paso y junto mis labios con los suyos.
Sus brazos me rodearon y me levanté para acercarme más a sus labios. Sus labios sabían a fresas, son tan adictivos y es de las primeras veces en que podía saborearlo como es debido.
Fue por nuestra falta de aire que tuvimos que terminar el beso, dejando un hilo de saliva en nuestro paso. Mis labios se hincharon de la presión que pusimos y solo podía lamerlos para sentir el sabor de Dante.
—Te vi cuando tenía trece años, fui con mi madre al refugio de Omegas, te vi, te vi adentro de tus pensamientos, te vi cuando sonrías por ver como un niño jugaba con su juguete, te vi cuando me saludabas para luego irte del lugar. Te vi y supe en ese mismo instante que estaba flechado de ti, Ezra. Supe en ese mismo instante que sí tendría un vínculo, tú serías ese vínculo.
Mi corazón latía a mil por ahora. Recuerdo que venían varios famositos para dar su apoyo y todo eso. Solo que yo no quería estar presente, no quería ver como ellos solo estaban un día y después desaparecen de por vida. Ese día vi a un lobo gris con ojos grises, no como los tiene ahora, eran mucho menos intensos, solo lo saludé para luego salir a mi trabajo. Nunca pensé que había saludo a Dante Neville.
—Después te vi en esa cafetería, tenías las mejillas llenas de manchas de café, quería entrar y acariciar tus mejillas para limpiarse la suciedad, solo que estaba encapuchado para que nadie me viera. —Me lo decía mientras hacia ese mismo gesto—. Eres hermoso Erza, por dentro y por fuera, te quería desde pequeño y le juraba a mi familia que apenas tuviera la oportunidad me declararía y te haría mi pareja. Estaba a nada de salir un día y hablar contigo... pero lo de mi madre me afectó mucho. Tenía miedo, tenía miedo de meterte a mi mundo y que salgas lastimado. Fue por eso que nunca te hable, pero siempre te protegía.
»Cada noche que buscaba a esa organización, te miraba salir de la cafetería, entrar a tu casa y dormir. Quería entrar a tu casa para decirte que te amaba y besar tus labios. Nunca lo hice, hasta la noche en que te estaban secuestrando. Fue el momento en que nuestros caminos al fin se encontraron.
No me movía de donde estaba, sentía la respiración de Dante tan cerca mío, sus palabras entraron a mis oídos como música y solo quería llorar al escuchar todo, quería decirle que lo amaba.
—Te Amo. —Me gano antes que pudiera abrir la boca—. Te Amo Ezra, no quiero a nadie más en mi vida que no sea tú. Fue un error vincularte cuando no me conocías, pero me alegra que no puedas estar con nadie que no sea yo.
—Dante Neville, tan arrogante como siempre, sigo sorprendido que termine cayendo en tus encantos.
—Tengo mi magia.
—Claro que la tienes, ahora cállate y bésame como nunca lo habías hecho.
Dante me tomó de la cintura y me levanto para besarme, cruce mis piernas en su espalda. Sus labios con sabor a fresa me estaban volviendo loco, son tan cálidos, tan húmedos, tan carnosos, quería sentirlo por toda mi vida, quería que nunca me dejara de besar. Mordí su labio inferior mientras tenía mis manos hundidas en su pelaje.
Me acostó en la cama y ni el ruido provocado por nuestro peso fue suficiente para dejar de besarlo. Su respiración era cálida, volvía loco todo mi cuerpo.
—¿Qué pasará con la cena? —pregunte entre jadeos.
—Era comprada, no vale la pena pensar en eso, Ezra. Ahora solo somos tú y yo.
—¿Entonces que esperas por demostrarme todo tu amor?
No tuve que decirlo dos veces para que Dante me comenzará a quitar la ropa con delicadeza, cada prenda era quitada con un beso en mi cuerpo. Sentir su nariz húmeda en mi cuello hizo que diera un gemido suave, no tenía que verlo para saber que tenía una sonrisa victoriosa. Es tan típico de Dante.
Dante.
Dante.
Dante.
Como amo ese nombre.
Cuando estaba completamente desnudo, Dante me volvió a besar en la boca y su pelaje acariciaba mi cuerpo, era cálido y suave. Entre besos le quité la camisa y sentía su pecho marcado, podía acostarme en él y sentir que estaba en una almohada. Él se quitó los pantalones y cuando dejó al descubierto su miembro, puede verlo al todo su esplendor, tenía una cabeza grande, era largo y con unas pelotas gordas colgando. Nunca lo había visto con tanto detalle. Nunca lo había visto estando consciente de lo que íbamos hacer.
Mi hoyo ya estaba bastante húmedo con el líquido que provocaba la presencia de mi alfa. Sin embargo, Dante me alzo las piernas para dejar a la vista mi hoyo, mi rostro está rojo al ver como ponía su nariz tan cerca y me olía con intensidad. Se que, para los Alfas cuando el Omega decreta ese un líquido, es un olor tan embriagante que es irresistible para ellos. Dante era el claro ejemplo, cuando metió su lengua en mi hoyo, y bañaba sus labios en mi líquido. Los gemidos que soltaba los podía liberar con toda la calma del mundo, nadie me podía escuchar gemir, solo mi Alfa.
Su lengua en mi interior era tan cálida, también algo áspera pero no dejaba de sentir mi hoyo abrirse con cada penetrada que me daba con su lengua. Era muy sensible en esa zona y mis gemidos delataban cuanto me gustaba.
Dante sacó su lengua de mi hoyo y se lamió los labios mientras me miraba, quería que me besara para saborear esos labios.
—Te amo, Dante.
—Yo siempre te amaré, Ezra.
Junto su mano con la mía y metió su miembro en mi hoyo. Pude escuchar como soltó un gemido al estar dentro de mí. No hizo nada, solo dejo que parte de su miembro esté dentro de mí por unos segundos mientras acaricia mi mejilla, quería que las acariciara por toda mi vida. Y lo hará, estamos vinculados y un vínculo es para siempre.
Cuando comenzó a moverse, no lo hizo con rudeza o desesperación como las anteriores veces. Estaba yendo lento, movía su pelvis a un ritmo suave y me acariciaba en cada momento, aun así, mis gemidos parecían encantarles, no dejaba de gruñir cada que escuchaba uno.
—Eres tan jodidamente hermoso, Ezra, cada parte de tu cuerpo me enamora más de ti.
Conforme le iba pidiendo más, me obedecía y podía sentir el placer de su miembro penetrando mi hoyo. Sentía cada penetrada como una caricia, sentir su calidez, su miembro abriendo mi hoyo y los gemidos que soltamos en la habitación. Combinados con el sonido que producía la cama con cada embestida, era casi un momento mágico lleno de placer.
Me corrí primero al sentir su miembro por completo en mi hoyo, sentía pre líquido dentro de mí. Sabía que se correría pronto. Quería decírselo, solo que él no dejó que hablara en ningún momento. Él se levantó, me sujetaba del trasero y me apoyó contra la pared, comenzó a penetrarme con dureza y los gemidos que soltaba iban acompañados de lágrimas que rodaban por mis mejillas, solo que no son lágrimas de dolor, son lágrimas de pasión. Dante beso mis labios y apoyaba su cabeza en mi cuello cuando dio su última penetración. Todo su líquido me llenaba por completo, era tanto que se escurría de mi hoyo y caí en el suelo. Mis uñas se clavaron en la espalda de Dante, parecía no haberle molesto, aunque sentía que como líneas de sangre salían de su espalda. Su cola se movía con lentitud y sus ojos, sus jodidos ojos me daban la mirada más hermosa que jamás había visto.
—Nunca me abandones Dante Neville, júrame que nunca me abandonaras.
—Ezra, ni cuando no eras mío te abandone, ¿Tú crees que ahora eres mío te dejare ir? Jamás pensaré en eso.
—Solo quería asegurarme.
Mientras seguía goteando líquido de Dante de mi interior, él me llevó a la cama y se acostó conmigo. Me abrazaba con su hombro y me apego a su pecho desnudo. Nunca antes habíamos dormido tan apegados, nunca antes lo había tocado tanto como lo hicimos ahora. Pero estaba feliz, feliz de poder conseguir al hombre que nunca borrara mi sonrisa.
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