—Jaque mate.

—Eso no es justo, no tiene sentido que el caballo se mueva en L y la torre no.

—Yo no cree las reglas, Ezra, el ajedrez es un juego elegante y muestra la naturaleza perdedora de los jugadores.

Otus y yo estábamos en la mansión sin compañía, otra vez. Sin contar los guardias. Ya que los tres Neville tuvieron que firmar un contrato que Levi lo describió como espectacular. Siendo él quien lo dice, no sé qué esperarme.

Llevamos casi cuatro días en la mansión sin hacer nada. Incluso salir para comprar víveres o tomar un café en la cafetería era un parque de diversiones. Está la biblioteca, pero en casi tres meses leí como cincuenta libros y sin contar relecturas. Digamos que mi cerebro entró en un bloque lector y ya no me apetece leer otra página en un largo tiempo. Lo único que queda es mi maceta de frambuesa, y para sorpresa de nadie, ni siquiera ha brotado raíces. La agricultura es un trabajo majestuoso, pero tardado. Quisiera tener un huerto como el de la cabaña.

Hablando de la cabaña. Dante me prometió ir cada mes allá.

Hablando de Dante.

Ahora que descubrí la función de los vínculos. No puedo ver o pensar en Dante sin sentir una chispa, una pulsación en mi corazón. Se siente como un cosquilleo que recorre todo mi cuerpo, pone mis mejillas de un color rojizo e incluso ves a esa persona de manera diferente: cada acción, cada palabra, cada sonrisa parece magia para mis ojos.

Eso es lo que denominamos como amor.

¿Hay algún problema?

Técnicamente, no.

Pero si metafóricamente.

Eso creo.

No sé.

Todo esto es nuevo para mí.

Mi madre se enamoró y terminó mal. Lucas está saliendo con un chico y hasta ahora todo va bien. Solo tengo dos referencias del amor en mi vida y en una las cosas estuvieron mal y en la otra bien. No cuenta los chismes o momentos que veía en la cafetería. Eso no los vi por completo.

Por lo que sí, puedo decir que me enamoré de Dante y eso puede terminar bien. Pero a Dante no se si le gusto. Estamos vinculados, obligatoriamente tiene que estar enamorado de mí. Y eso debería estar bien... Sin embargo, me vuelve a la cabeza las dos relaciones que tengo en la mente:

Mi madre.

Puede que Dante y yo estemos bien, como ahora, con momentos bueno y otros malos. ¿Siempre será así? No podemos vivir como mantenidos toda la vida, las parejas deben partir del nido... ¿Será nuestra perdición? ¿Nos volveremos una pareja que se daña psicológicamente y físicamente? ¿Me terminará abandonando o asesinando para librarse de mí y poder tener un romance de verdad?

Lucas.

Dante y yo seremos felices. Dante aprenderá a amarme, seremos una pareja que pasarán cada momento de su vida juntos. Él me necesitara como yo lo necesitare. Y sin perder el amor que sentimos el uno por el otro.

—¿Té? —pregunta Otus levantándose del suelo.

Mi mente regresa a la realidad donde Otus y yo jugamos al ajedrez con nuestra ropa más casual. Era sorprendente ver a Otus con una camisa ancha y un short deportivo negro. Siempre viste con un traje formal para mostrar esa elegancia de un mayordomo. Supongo que todos necesitamos un día donde dejar la elegancia y ser lo que verdaderamente somos.

—Con galletas ¿Todavía hay?

—Para nuestra suerte.

—Perfecto.

Otus me cae muy bien, es un búho simpático con una cara que intenta mantener seria la mayoría del tiempo. No le molesta mis comportamientos irracionales o mis emociones alocadas. Por eso me cae bien.

Dejé a un lado mis pensamientos por Dante y me levanté para ayudar a servir el té. Por sugerencia de Albus, nos dijo que podíamos ver algunas películas y aprovechar la televisión además de ver coreografías de Kpop. Por lo que después de esa batalla frenética de ajedrez donde perdí seis veces. Aprendo rápido, pero eso no lo entiendo ni con reglas fáciles. Suerte es no pensar en ajedrez al ver una película.

En la cafetería hay una televisión donde pasan canales de cable. Hubo un corte presupuestario y Lucas tuvo que limitarse a esos canales gratuitos antes que pagar servicios. Por lo que las únicas películas que mire fueron unas en donde un niño lo asaltaban en navidad, otra donde un niño tenía magia, y otra de un niño se convertía en un dibujo animado y tenía de amigos libros.

¿Por qué todas las películas que daban tenían un niño de protagonistas?

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Otus llevaba un plato con galletas y yo llevé las tazas de té. Todo lo pusimos en la mesita de la sala y tomé el control para ver que podíamos ver. Por lo que me enseñó Dante, solo tenía que presionar en el recuerdo con una N roja, y buscar qué película del montón.

—¿Posesión infernal? Se oye interesante —mencioné mientras miraba el poster de una chica escapando de la tierra.

—No gracias, la última película que vi con infernal en el título tuve que dormir con una vela —dijo Otus mientras mordía una galleta.

—¿Los imprevistos del amor? Olvidado.

No quiero pensar en amor o ver algo de amor. Mi cerebro apenas si soporta las dos relaciones que conozco.

—Que tal esa.

Otus señaló una película en donde dos jóvenes estaban sentados en el suelo sonriendo y con unos aparatos en la nariz. Parece una película interesante y el título me llamó la atención.

—A dos metros de ti, será.

Presioné la película y comenzó todo tranquilo.

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Casi una hora y cincuenta después estábamos Otus y yo llorando a mares por ver cómo la protagonista estaba teniendo su momento de reflexión después de salir exitosamente de la operación. Tragaba saliva con dolor al solo recordar como hace unos minutos el interés romántico se alejó para mantenerla a salvo. Era un idiota y me recordó un poco a Dante. Pero en el fondo era un chico extraordinario con gran corazón, amante del dibujo y que amo cada segundo de la protagonista.

La vida es tan corta para desperdiciar cada segundo.

Esa frase se me quedó en la cabeza y no podía sacármela. Se quedó en el olvido mis problemas amorosos, ahora solo quería abrazar a alguien con tanta fuerza sin dejarlo escapar.

Justo cuando estaba a nada de abrazar a Otus. Este se levantó con los ojos llenos de lágrimas, trozos de galletas en toda la camiseta y soltando pequeños chillidos. Para abrir la puerta que comenzó a sonar. De seguro era alguno de los guardias con un típico chequeo.

—Hola familia... ¿Pasó algo?

Para nuestras sorpresas eran Albus y Dante. Otus al verse con los ojos llenos de lágrimas, con ropa casual y manchas por todas partes. Cerró la puerta con fuerza y se metió a su habitación a toda prisa. Albus entró a la casa con un rostro de preocupación mientras iba a la habitación de Otus.

—¿Qué les pasó? —pregunta Dante algo alterado.

Sin dejarlo decir otra cosa, corrí hacia él y lo abracé lo más fuerte que puede, hundí mi rostro en su camisa y mientras tenía una voz entrecortada puede decir:

—No te vayas, soy una molestia, pero no te vayas nunca de mi lado.

—¡Que! —Por su voz supe que lo dejé muy impresionado por mis palabras—. ¿Enserio que les pasó?

Fueron treinta minutos en los que tenía una cobija rodeándome, una taza de té de manzanilla, una pila de pañuelos y un Dante sentado a mi lado viendo que ya estaba mejor para poder hablar conmigo. Se había quitado el saco y las mangas de su camisa se las alzó hasta los codos.

—¿Mejor? —pregunto.

—Mejor —conteste sorbiendo un poco de té.

—¿Todo por una película?

—No pensamos que fuera una película tan triste, primero se murió su amigo, sufrimos por él y después Will se fue para protegerla... y después... y después.

—Ok, respira, respira, solo fue una película no está basada en hechos reales... creo.

Si tenía la intención de calmarme. Eso fue todo lo contrario.

—Lo siento, es solo que nunca pensé que sería una historia tan triste.

—¿Acaso los aparatos respiratorios no te llamaron la atención? —dijo mientras miraba el poster.

Pensé que eran porque tenían que respirar en un lugar intoxicado y será una película de acción y aventura. Nunca pensé que sería una historia de romance real en donde dos chicos quieren estar juntos, pero no pueden. Me hizo pensar en mi relación con Dante, éramos como ellos, nos odiamos en un principio, por ser un responsable y trabajador y él otro un caos sin preocupaciones. Poco a poco nos vamos conociendo al punto de no querer separarme de su lado y pensar que Dante me abandonaría en ese punto donde juraríamos estar siempre juntos. Me rompió por completo.

Dante no se fue de mi lado e incluso me acerco con su mano para que descansara en su pecho, no lo pensé dos veces y tomé su mano para entrelazarla con la mi mientras mi respiración regresaba a la normalidad.

Albus regresó con las mangas remangadas, y soltando un suspiro agotado. Se sentó a un lado mío y cuando vio que nosotros teníamos las manos juntas, solo sonrió.

—Cosas, cosas y cosas. Siempre terminan en gestos.

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A la mañana siguiente Dante se había ido al aeropuerto desde muy temprano para recoger a su hermano que había llegado un día después por que se quedó comprando varias cosas que necesitaba. Levi es tan indescifrable que no sé si fue a comprar algo de Kpop o algo tan extraño que mejor ni pregunto qué será.

Otus estaba otra vez con su ropa habitual, solo que, con un pequeño cambio, tenía la corbata que lleva ayer Albus. No quería molestarlo cuando estaba haciendo el desayuno, me guardé mis preguntas hasta que tenía mi plato en la mesa.

—¿Lo hicieron?

Mi pregunta sacó tanto de onda a Otus que me sorprendió más que supiera a lo que me refería.

—Claro que no. —Tenía toda la cara roja—. No hables como Troy.

Me sacó una sonrisa y empezó con su perspectiva de los hechos.

Cuando Albus entró a su dormitorio, Otus estaba hecho un caos y quería a toda costa que no lo viera como un desastre. Albus se sentó en la cama y le dijo que no debía ser siempre tan modesto, era familia y podía comportarse como quisiera, en esta mansión cualquier locura era aceptada. Otus le agradeció y Albus le limpio las lágrimas de sus ojos y le sonrió para decir: Mi querido Otus, gracias por siempre estar pendiente de nosotros.

Casi doy un grito de emoción por escuchar eso. Tal vez sea cobarde para decir mis sentimientos con Dante, pero no soy tan cobarde para felicitar a mi amigo por estar más cerca de conseguir que su jefe salga con él.

Antes de irse de la habitación, Albus se quitó su corbata y se la puso a Otus para decir que ahora ya estaba tan elegante como le gustaba y remato con: me gustas en todas tus formas.

Parece que esas palabras afectaron tanto a Otus que, de solo decírmelo, casi pierde el equilibro y rostro plumado se transformaba en rojo al decirlo. Yo solo sonreía por ver feliz a Otus, tal vez lo suyo con Albus nunca pase, o mañana ya sean una pareja oficial. Sea cual sea el caso, lo apoyaré como los amigos que somos.

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Después del almuerzo, los hermanos Neville peleaban por tener el control de la televisión y ver una película. Era uno de esos pocos días en donde podíamos estar todos juntos. Incluso Albus estaba en casa, solo que estaba con Otus en la oficina creando nuevos prototipos.

El timbre de la puerta principal sonó y como la pelea de los hermanos no parecía tener fin, abrí la puerta y para mi sorpresa eran los dos médicos del gobierno que me visitaban en mi anterior hogar. Estos me explicaron que ahora que vivía legalmente con los Neville ya no contaría con estos chequeos gratuitos, claro sin hacer el último para cerrar mi bitácora.

Dante se acerca para asegurar que sean todo reales y no una trampa. Lo dice no solo por mis múltiples experiencias donde me intentaron hacer daño. Si no que una noche en la que Dante planeaba salir a mirar las calles de la ciudad. Le dije si podía ir con él, quería saber qué hacía todas las noches. Después de tantas protestas y mi cara de tristeza. Acepto. Su rutina es caminar por los edificios de la ciudad, mirar si había alguna camioneta o alguien secuestrado a otro y si es necesario atacar. Dante dice que le gustaría que el gobierno se encargará de estos secuestros, pero no hacen nada, solo se limitaban a darle viviendas a Omegas sin recursos, pero todo los omegas secuestrados ya no son asunto suyo. Eso es cruel pero cierto. Dante quiere acabar con el líder de esa maldita línea de secuestra y así puede descansar por saber que hizo algo más que toda la ciudad.

El sol estaba a nada de salir y mis bostezos eran imparables, Dante me tuvo que llevar en su espalda de regreso a la casa y recordarme que será la primera y última vez que me lleva. Supongo que estar casi tres meses sin rastro o movimientos de esa organización lo altera tanto, piensa que atacaran sin previo aviso y por lo que están tardando, se nota que no será un ataque a la ligera. Esto último provocó un escalofrío en todo mi cuerpo.

—Respira... ahora exhala.

Uno de los doctores me tenía acostado en el sofá mientras con su estetoscopio escuchaba cada respiración que daba, se sentía frío y di una que otra risa involuntaria. El otro doctor estaba anotando todo lo que su compañera le decía.

Casi media hora después, concluyeron que todo estaba bien con mi cuerpo, de hecho, estaba mejor que antes. Levi preguntó cómo eso era posible y les respondieron que debían ser las atenciones que hacía mi alfa en mi cuerpo. Ya que si, al parecer tener un alfa ahora hasta ayuda en la salud. Es increíble en tantos sentidos.

Me explicaron que tener un alfa era casi lo mismo que tomar cientos de pastillas para mejorar mis organismos. Todos están vinculados a Dante y cada vez que estamos juntos eso me pone de buen humor. No quiero saber cómo estaba cuando odiaba a muerte a Dante.

—Perfecto, todo parece más que perfecto. —La chica anotaba todo en una agenda—. Como sabe, este será su último chequeo y nos alegra tenerlo como paciente.

—Dijo lo mismo, espero verlo alguna otra vez.

—Eso esperamos.

Los dos médicos salieron como si nada de la mansión y yo me volví con Dante que tenía la boca tensa mostrando algunos de sus colmillos. Me tardé unos segundos en entender que estaba hacía por verme ser tocado por otros y mezclarse su aroma con él mío.

—Tranquilo, esta vez no me hicieron nada malo —Intente bromear.

—Si lo hacían no hubieran salido vivos de aquí.

Me reí mientras que Dante solo se levantó del asiento para irse a su habitación.

—¿Era una broma verdad? ¿Verdad?